Santo Tomas
leonzero16 de Diciembre de 2012
5.869 Palabras (24 Páginas)641 Visitas
La felicidad según los tipos de vida: voluptuosa, activa y
Contemplativa. Sistematización del fin último.
Santo Tomás de Aquino señala que se distinguen tres tipos de vida (voluptuosa, activa
Y contemplativa) que guardan diversas relaciones con la verdadera felicidad que sólo se Alcanza en la contemplación íntima de la realidad divina.
Con respecto a la vida voluptuosa, señala que, por ser falsa y contraria a la razón, es un Impedimento para alcanzar la verdadera felicidad. La vida voluptuosa consiste en la Abundancia de bienes exteriores o en vivir según las propias pasiones. Por eso se
Coloca en un ámbito meramente físico y sitúa su horizonte de plenitud en los deleites de
Orden corpóreo, como son las riquezas, los placeres, el poder, etc. Como somos cuerpo
Y alma, esta vida impediría la verdadera felicidad al ser contraria a la razón y subordinar
Lo superior a lo inferior evitando así que el hombre deje de mirarse a sí mismo para
Abrirse a la realidad y contemplación amistosa de otra persona, que es precisamente
Donde se encuentra la felicidad o bienaventuranza verdadera. El deseo de la
Abundancia de riquezas y honores impide tener una correcta actitud frente a los bienes
Exteriores, que sí propicia la virtud de la humildad. El segundo aspecto, vivir según el
Imperativo de las pasiones o sentimientos o afectos, genera en el hombre pura
Irracionalidad en sus actos y en su vida en general. Hay que pensar que el mayor bien
Es alcanzado por el hombre mientras opera con mayor conformidad respecto a su
Naturaleza. Y como su naturaleza es racional, los actos humanos racionales serán lo
Mejor para él. Y, como vemos, la vida voluptuosa los elimina.
Por otra parte, la felicidad de la vida activa, en la medida que es perfecta, dispone para
La obtención de la felicidad futura, pues la persona al obrar rectamente con virtud, se va
Apropiando de modo creciente de la felicidad a la cual está ordenada, precisamente
Porque está obrando según lo que su misma naturaleza le exige, es decir,
Virtuosamente, con libertad plena. Por eso, la vida activa consiste principalmente en dar
Cosas a los demás, sea por justicia o espontáneamente. Es decir, lo propio de la vida activa es ocuparse de lo exterior, de lo operable. De ahí que las virtudes morales
Forman parte esencial de la vida activa, pues hacen que el hombre se dedique de buena
Forma a la vida activa para así alcanzar la felicidad. Y en esto se diferencia de la vida
Contemplativa, pues mientras la activa se ocupa de lo exterior (para alcanzar a Dios, la
Felicidad), la contemplativa, según se verá, se ocupa de la contemplación de la suprema
Verdad (de ver a Dios), la cual se ve en lo más profundo espíritu del hombre, en su
Entendimiento.
Por último, si es perfecta la vida contemplativa, dice Tomás, se tratará de la misma
Felicidad o bienaventuranza (que sólo se alcanza en Dios), si es imperfecta, como
Cuando se da por medio del don de sabiduría, será como una incoación de la felicidad o
Bienaventuranza futura. Por tanto, pertenece a la vida contemplativa el conocimiento de
La esencia divina, es decir, el conocimiento de Dios. Por eso, también pertenece a esta
Vida la virtud de sabiduría, pues ésta tiene como objeto a Dios en cuanto causa primera
Y fin último de todo lo creado. No obstante lo anterior, si bien pertenece principalmente
A la vida contemplativa la consideración de Dios, es decir, de la verdad y bien más alto,
Sin embargo, santo Tomás también admite dentro de la vida contemplativa la
Consideración de los efectos divinos como elementos secundarios o dispositivos para la
Vida contemplativa propiamente considerada, pues el hombre es llevado al
Conocimiento de Dios. Esto quiere decir que, en vista de que a Dios se le conoce a
Través de su creación, al modo como al artista se le conoce por medio de su obra, así
También el hombre puede ser llevado al conocimiento de la suprema verdad a través de
La indagación, por otras ciencias, de las cosas creadas. La contemplación de Dios,
Entonces, se da sólo perfectamente en la vida futura, es decir, en el paraíso.
Relación entre la vida activa y la contemplativa:
La vida contemplativa tiene como sujeto al entendimiento, pues es esta facultad la que
Permite al hombre contemplar la verdad divina. Por su parte, la vida activa tiene por
Sujeto a la facultad apetitiva, pues mediante la rectitud de los actos exteriores se
Alcanza el fin último del hombre. Ahora bien, el hombre que no tiene un recto orden de
La vida exterior, es decir, que no lleva una vida activa (vida virtuosa), muy difícil, por no
Decir imposible, será que logre contemplar la verdad divina, lo cual es propio de la vida
Contemplativa. Por eso, una persona que vive rodeado de bienes materiales y pone su
Felicidad en la acumulación de éstos, no le interesará el deleite que provoca el
Conocimiento de los entes incorpóreos, principalmente porque no los conoce. Por tanto,
La vida activa surge como condición para la contemplativa.
La felicidad humana: la contemplación amistosa
Según se expresó en la sesión anterior, la felicidad tiene directa relación con la vida
Contemplativa, pues aquélla consiste en la contemplación del ente personal más
Perfecto, Dios. Pero, ¿qué quiere decir que es la contemplación de Dios? Quiere decir
Que mediante el entendimiento (que es lo que hay de más perfecto en el hombre) se
Conoce lo más perfecto que puede llegar a conocer, y que mediante la voluntad se
Permanece unido a aquello que se contempla. Ahora bien, como se trata de un ente
Personal, lo que contempla es su vida personal, su vida íntima. Por eso, también en
Esta vida el hombre puede alcanzar una felicidad a nivel natural mediante la
Contemplación amistosa, ya que contempla aquello que es más perfecto en la creación.
Puesto que lo espiritual sólo puede ser poseído por el entendimiento, es lógico que la
Felicidad se vincule de modo directo con lo que de más perfecto hay en el hombre, su
Entendimiento.
El hombre, mediante su entendimiento, penetra hasta lo más íntimo del ser que conoce,
Poseyéndolo en su interior y contemplándolo como existente en él. Por eso, un sujeto
Ve a su amigo en su interior, y no fuera de él. En este sentido, cobran lucidez las
Palabras de Aristóteles quien decía que los amigos son dos cuerpos con una sola alma.
En la contemplación amorosa, la persona no sólo conoce y quiere, sino que por querer
Afectivamente se une a lo conocido y querido.
Eduardo Formen profundiza este punto siguiendo a santo Tomás de Aquino: “Es el
Amor personal el que provoca esta unión en un conocimiento individual, que constituye
La contemplación amistosa. En este nuevo acto intelectual se enriquece el sujeto,
Porque no se recibe la forma del objeto, como en el mero acto intelectual, ni la forma en
Su bondad, como en la contemplación estética, sino todo el objeto en su ser individual.
La relación de amistad, la que merecen las personas, es la más perfecta de todas
Precisamente por finalizar en la contemplación. Sólo se puede contemplar a la persona,
Substancia espiritual, que se hace presente en nosotros en el ser mismo individual que
Posee en la realidad. Con la contemplación se realiza la «intimidad» o «comunión» con
El amigo, se comparte una misma vida interior. Por esto, el amor de amistad busca la
«Convivencia» con el amigo, su íntimo conocimiento, la compenetración.
La contemplación amorosa hace presente a la voluntad y al entendimiento a la otra
Persona en su ser concreto e individual. Gracias a la misma voluntad, a su acto de amor
Espiritual, se consigue la unión afectiva y a su vez se logra la efectiva con el
Entendimiento, ambas en su misma realidad individual. Podría decirse que la actividad
De la contemplación no es un mero entender, un satisfacer la curiosidad, ni tampoco el
Sólo agrado o complacencia que produce lo bello, lo bueno conocido, sino que, por
Implicar la posesión real, provoca siempre la confidencia, es decir, el diálogo”. (Id a
Tomás: principios fundamentales del pensamiento de santo Tomás, Fundación Gratis
Date, 1998, Pamplona, España).
Es imperativo comprender que la contemplación es la operación más perfecta que el
Hombre puede realizar, ya que se sigue de la facultad más perfecta que hay en el
Hombre. Se podría pensar equivocadamente que por ser la contemplación lo más
Perfecto que se da en el hombre, la vida activa quedaría disminuida en importancia al
Punto de quedar eliminada para la felicidad. Al respecto, Forment señala que en santo
Tomás, si bien hay una primacía de la contemplación sobre la acción, no por esto la
Acción pierde importancia para que el hombre, incluso, logre la vida contemplativa. Y
Cito: “La doctrina de la contemplación y de su primacía es fundamental en el
Pensamiento de Santo Tomás. Su idea de la perfección se basa en la primacía de la
Contemplación sobre la acción, aunque reconoce que ésta última es necesaria, porque
...