Socrates Y Educacion
moonspell8 de Julio de 2013
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Introducción
Sócrates nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase media. Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna comparación entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden, pues, con el período de esplendor de la sofística en Atenas.
El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en torno al ser humano y la sociedad, abandonando el predominio del interés por el estudio de la naturaleza. Probablemente Sócrates se haya iniciado en la filosofía estudiando los sistemas de Empédocles, Diógenes de Apolonia y Anaxágoras, entre otros. Pero pronto orientó sus investigaciones hacia los temas más propios de la sofística.
Desarrollo:
Sócrates
Desde muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba sus tertulias con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba sobre su confianza en opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía ninguna enseñanza.
Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al conocimiento de los que se decían sabios, aunque él mismo no se consideraba un sabio, aun cuando uno de sus mejores amigos, Querefonte, le preguntó al oráculo de Delfos si había alguien más sabio que Sócrates, y la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más sabio que él (Apología 21a). Al escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y comenzó a buscar alguien más sabio que él entre los personajes más renombrados de su época, pero se dio cuenta de que en realidad creían saber más de lo que realmente sabían. Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran sabiduría, en cambio, Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de la suya propia. Esto lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las cosas.
Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó «ironía socrática», la cual queda expresada con su célebre frase «Yo sólo sé que no sé nada» (?? ??da ?t? ??de? ??da [en oida oti ouden oida]). Su más grande mérito fue crear la mayéutica, método inductivo que le permitía llevar a sus alumnos a la resolución de los problemas que se planteaban por medio de hábiles preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento. Según pensaba, el conocimiento y el autodominio habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano y la naturaleza.
La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de conocimientos, sino en revisar los conocimientos que se tienen y a partir de ahí construir conocimientos más sólidos.
Esto le convierte en una de las figuras más extraordinarias y decisivas de toda la historia; representa la reacción contra el relativismo y subjetivismo sofista, y es un singular ejemplo de unidad entre teoría y conducta, entre pensamiento y acción. A la vez, fue capaz de llevar tal unidad al plano del conocimiento, al sostener que la virtud es conocimiento y el vicio ignorancia.
El poder de su oratoria y su facultad de expresión pública eran su fuerte para conseguir la atención de las personas.
Sócrates no escribió ninguna obra porque creía que cada uno debía desarrollar sus propias ideas. Conocemos en parte sus ideas desde los testimonios de sus discípulos: Platón, Jenofonte, Aristipo y Antístenes, sobre todo. Tales testimonios no son convergentes, por lo que no resulta fácil conocer cuál fue el verdadero pensamiento de Sócrates
La Educación
Sócrates fue en su tiempo un docente innovador, crítico y humilde, que impulsó a sus discípulos que eran quienes estuvieran dispuestos a conversar con él en jardines, calles o plazas, a pensar, y esto le valió una condena a muerte, la que esperó con gran serenidad, acusado de corromper a los jóvenes.
Su pensamiento lo conocemos a través de la obra de su discípulo Platón, ya que Sócrates no dejó ningún texto escrito.
Fue contemporáneo de los sofistas, pero éstos cobraban por sus lecciones, mientras Sócrates enseñaba gratuitamente, pues consideraba que enseñar era una misión sagrada.
Además Sócrates no decía como los sofistas poseer la sabiduría sino que se hallaba en su constante búsqueda.
Lo primero para él, era el conocimiento personal, de uno mismo, luego vendría el conocimiento del universo exterior. El control de los impulsos, la serenidad de espíritu, el alejamiento del lujo y las pasiones eran la enseñanza que daba Sócrates, sobre todo con su ejemplo, pudiendo ser considerado el fundador de la ética.
Su enseñanza se efectuaba mediante el diálogo, con el que intentaba extraer verdades de su interlocutor y sacarlo de la ignorancia.
En una primera instancia, el maestro se dedica a criticar el discurso que escuchaba de quien con él conversa, haciéndole ver sus falacias e incluso llegando a ponerlo en ridículo indicándole sus contradicciones. Esta parte se denomina ironía.
Luego viene la mayéutica a efectos de extrae la verdad que subyace en el intelecto humano, que puede exteriorizarse ayudado por preguntas del maestro, que cumple un oficio similar al de la partera (profesión de la madre de Sócrates) que ayuda a que la vida salga al exterior. En este caso lo que nace es la verdad, llegando a la raíz del objeto de conocimiento
Aparece ya en Sócrates el rol del maestro como guía que orienta a quien necesita descubrir por sí mismo, y no como dueño del saber a transmitir ante un estudiante pasivo.
Método socrático:
Sócrates no predicaba la virtud directamente, sino más bien, invitaba a reflexionar sobre ella.
No ofrecía las recetas acabadas sino convidaba a la búsqueda.
Por eso, son de suma importancia los dos métodos, o para ser más correcto, los dos momentos del mismo método, que Sócrates empleaba en la mencionada búsqueda de la verdad y de la virtud, las mismas las llamaba: ironía y mayéutica, respectivamente.
Ironía
Sócrates pertenece a una especie de hombres que no tienen amor propio en las discusiones, y que aceptan encantados la refutación si así se descubre la verdad. Confiesa que su única cualidad es la ironía, consistente en interrogar a los sabios y procurar sacar la verdad que hay en el fondo de sus respuestas.
En Sócrates la Ironía se mezcla con la cortesía cuando éste extrema su modestia hasta decir de que él es lento y gárrulo, y que no llega a poner en claro las cosas.
El alcance de la Ironía o modestia socrática se hace patente una vez que en el descubrimiento de la verdad nos encontramos ante la siguiente alternativa: o llegamos a alcanzarla o, por el contrario, nos debemos convencer de que no sabemos lo que ignoramos, y esto no sería, en verdad, un premio despreciable de nuestro trabajo.
Tal es el fundamento del famoso sólo sé que no sé nada, la afirmación socrática más concluyente e indubitable, resultado de una fundamental desconfianza. Y es que si Sócrates discute siempre para descubrir si efectivamente sabe o no, es porque no quiere hacerse ilusiones de que sabe algo cuando nada sabe. Por todo ello, con una modestia que es la más firme base de todo método de conquista de la verdad, grita Sócrates: Atenienses que me escucháis; no sé nada, y ante vosotros me presento desnudo y sin los adornos de una mentirosa certeza.
Además, la ironía o modestia socrática es grande en cuanto que por ella se traza límites. Así no incurre en la insensatez de discutir de omni re scíbili, como por principio hacían los sofistas. Y es que el vino de los saberes recién descubiertos no se le subió a Sócrates a la cabeza. Conservó un afán tan grande de saber que la apariencia de sabiduría en los maestros-sábelo-todo le parecía mera elocuencia. En este sentido, la ironía socrática representa también un afán de sinceridad que le aleja de todo culto a las meras apariencias.
Mayéutica
Del griego maieutiké (arte de las comadronas, arte de ayudar a procrear). La mayéutica es el método filosófico de investigación y enseñanza propuesto por Sócrates. Consiste esencialmente en emplear el diálogo para llegar al conocimiento. Aunque Sócrates nunca sistematizó la mayéutica, seguramente es correcto destacar las siguientes fases en este método:
en un primer momento se plantea una cuestión que, en el caso del uso que Sócrates hizo de este método, podía expresarse con preguntas del siguiente tipo ¿qué es la virtud?, ¿qué es la ciencia?, ¿en qué consiste la belleza?;
en un segundo momento el interlocutor da una respuesta, respuesta inmediatamente discutida o rebatida por el maestro;
a continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al interlocutor en confusión; este momento de confusión e incomodidad por no ver claro algo que antes del diálogo se creía saber perfectamente
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