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Subjetividad Para Foucault

camilolamprea28 de Mayo de 2014

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SUBJETIVIDAD PARA FOUCAULT

Subjetividad, poder y ciencias en los sistemas de gobierno

Según Foucault, la entrada de los fenómenos propios de la vida de la especie humana en el orden del saber y del poder ha convertido la vida en algo visible y en posible campo de intervención para las técnicas políticas. “La vida emerge por primera vez como conjunto de fuerzas más o menos controlables y optimizables, para convertirse en un campo de posible intervención y control la visualización de la vida crea y hace posible el ejercicio de un poder sobre sí misma, que no sólo la controla, sino que se apropia enteramente de ella para producirla desde sus mecanismos” (Marina Garcés, 2005).

El entramado de poder, conocimiento y subjetividad toma formas y mecanismos diferentes en las sociedades disciplinarias y en las de control.

Sociedades disciplinarias

Se caracterizan por una lógica del poder basada en prácticas disciplinarias que se dirigen a la creación de subjetividades. En las sociedades disciplinarias el individuo pasa sucesivamente de un círculo cerrado a otro, de institución en institución (la escuela, el cuartel, la fábrica, el hospital, la cárcel, etc.), en estas instituciones se llevan a cabo acciones de moldeamiento y ductilización del cuerpo. Se inscriben en el sujeto una serie de hábitos y normas que perduran más allá de los muros de la institución.

La tecnología disciplinaria se dirige a “encauzar conductas”, corregir, reducir las desviaciones, es decir pretenden normalizar a todos los sujetos creando subjetividades funcionales para el sistema. Las prácticas disciplinarias funcionan por medio de una detallada estructuración del espacio y del tiempo de las relaciones entre los individuos, con ayuda de procedimientos de observación jerárquica y de juicio normalizador.

Se despliegan las siguientes operaciones:

1. Distribuye individuos en el espacio a partir de la clausura. Localiza a cada individuo en un lugar. Se generan emplazamientos funcionales, cada espacio de la institución tiene su significado en un plan racional más general y exige conductas diferenciadas.

2. Crea series. Los locos se agrupan por patologías, los convictos por delitos..., cada individuo se define por el grupo al que pertenece. El efecto de esta distribución consiste en ordenar multitudes. Para ello se usaran métodos como el examen, los test o la entrevista.

3. Gestiona la actividad de los individuos pautando estrictamente el empleo del tiempo.

4. Organiza globalmente la temporalidad. un tiempo común para todos.

5. Cada individuo ha de ser consciente de que es una pieza de un engranaje mayor. El cuerpo del individuo es un elemento que se puede mover, colocar, articular, intercambiar, sacrificar si el proyecto general lo exige, etc. Se vuelve un átomo: observable y manejable.

“La disciplina supone una inspección jerárquica e implica el establecimiento de sanciones normalizadoras, se castiga lo que no se ajusta a regla, se busca corregir la desviación” (Domenech, M.; Tirado, F.J.; Traveset, S. y Vitores, A., 1999).

Sociedades de control

En la sociedades de control se instaura una nueva lógica basada en prácticas de control abierto y continuo, este no requiere visibilidad y trasciende las barreras físicas.

En estas sociedades, el poder toma formas más sutiles e internalizadas, que se valen de las aspiraciones y deseos, las identificaciones o la búsqueda de autorrealización. Los sujetos se perciben como participantes activos de sus vidas, persuadidos para entrar en una alianza entre objetivos y ambiciones personales y objetivos o actividades socialmente valorizados: consumo, rentabilidad, eficiencia y orden social. Es decir, promueve en las personas inquietudes, motivaciones y estilos de vida acordes con los de la sociedad.

Estas tecnologías de gobierno se despliegan no a través de la coerción sino a través de la persuasión inherente a sus verdades, de las ansiedades estimuladas por sus normas y de las atracciones ejercidas por las imágenes de vida y del yo que ofrecen. Las podemos llamar “Tácticas soft”: seducción frente a represión, creación de necesidades en lugar de inculcación de prescripciones, relaciones públicas frente a fuerza pública, publicidad frente a autoridad (Varela y Álvarez-Uría, 1989).

Las redes de poder se instalan en el terreno de lo privado y sobre él ejercen un control sutil mediante tácticas que no rompen el convencimiento de actuar libremente. De este modo, en estos sistemas de control la relación entre subjetividad y poder es más insidiosa, compleja y difícil de evidenciar ya que apelan precisamente a la autonomía y libertad de los sujetos.

I.III.- La administración de la verdad y la constitución de la subjetividad.

Para Foucault el poder es pues la capacidad que tiene un determinado sujeto de imponer su verdad, como la verdad para el otro. El poder crea la verdad, lo que existe es la verdad que el poder puede repetir hasta que un sujeto lo cree como su verdad. Tiene el poder de imponerla y sofocar otras verdades posibles. Utiliza todo lo que pueda encontrar para penetrar en la conciencia de los sujetos y sujetarlos. Es precisamente ésta, la meta del poder: Sujetar la subjetividad del sujeto.

Ciertamente comprender de manera clara la noción de poder en Foucault requiere precisar que esta noción lo que hace es describir una “situación estratégica compleja de una sociedad dada”21 y por ende debe entenderse como un entramado relacional, una red que atraviesa el cuerpo social y a los individuos y no algo que se posea como hemos expuesto anteriormente. La genealogía se convierte en el método explicativo de los rituales del poder en la sociedad.

Únicamente en estas relaciones de lucha y poder, en el modo como las cosas y los hombres se odian, luchan, intentan dominarse unos a otros, quieren ejercer relaciones de poder unos sobre otros, es como se comprende en qué consiste el conocimiento.22

Surge así una mirada sediciosa respecto de la tradición filosófica en torno a la búsqueda de una verdad universal, una verdad del consenso. El tema de la verdad es un asunto fundamental, la genealogía pone en jaque la verdad de la verdad, le retira el velo. “La verdad es sorprendida en una intimidad sospechosa con el poder, ejerciendo un doble papel que resulta imputable por parte del genealogista”.23 La genealogía nos lleva a entender que no hay una verdad sino múltiples verdades que se han generado a través de diversas luchas y que debe develar el genealogista, ver desde otra perspectiva cómo se debieran realizar estas interpretaciones. La estrategia de la genealogía consiste en mostrar nuestras mayores certezas o verdades como invenciones que otros han impuesto que representan un pensamiento que no es el nuestro.

En Nietzsche y Foucault, la verdad es despojada de su supuesta esencia objetiva e inmutable, de su estatus superior, de su carácter sagrado que inspira a los hombres y les llena de vanidad y es ultrajada al nivel de la falsedad y crueldad del hombre, al nivel de lo contingente. En este sentido, la verdad se introduce como un invento o producto histórico que es un instrumento de dominación.

Como dirá Maturana24 la vana pretensión de objetividad, no es sino, un argumento para obligar, para dominar. Nosotros hablamos, explica Maturana, como si lo racional fuese un fundamento trascendental de validez universal, independiente de lo que nosotros hacemos como seres vivos. Eso no es así. Todo sistema racional se funda en premisas fundamentales aceptadas a priori, aceptadas porque sí, aceptadas porque a uno le gustan, aceptadas desde la emoción25, porque uno las acepta simplemente desde sus preferencias. Y eso es así en cualquier dominio, ya sea el de las matemáticas, el de la física, el de la química, el de la economía, el de la filosofía, o el de la literatura.

“Todo sistema racional se funda en premisas o nociones fundamentales que uno acepta como puntos de partida porque quiere hacerlo y con las cuales opera en su construcción. Las distintas ideologías políticas también se fundan en premisas que uno acepta como válidas y trata como evidentes puntos de partida porque quiere hacerlo. Y si uno esgrime razones para justificar la adopción de esas premisas, el sistema racional que justifica esas razones se funda en premisas aceptadas porque sí, porque uno consciente o inconscientemente así lo quiere.”26

Desde la perspectiva de Foucault la verdad no está en el supuesto momento anterior, o en la tradición histórica, sino en una historia y en su continuo fluir, entra en juego de poderes y dominaciones como se expuesto precedentemente.

La noción de acontecimiento de Foucault significa que todo acontecer en el mundo orgánico es un subyugar, un enseñorearse, y […] a su vez todo subyugar y enseñorearse es un reinterpretar, un reajustar, en los que, por necesidad, el “sentido” anterior y la “finalidad” anterior tienen que quedar oscurecidos o incluso totalmente borrados. […] las finalidades, todas las utilidades son sólo indicios de que una voluntad de poder se ha enseñoreado de algo menos poderoso y ha impreso en ello, partiendo de sí misma, el sentido de una función. […] El “desarrollo” de una cosa, de un uso, de un órgano es, según esto, cualquier cosa antes que su progreso hacia una meta, y menos aún un progreso lógico y brevísimo, conseguido con el mínimo gasto de fuerza y de costes, -sino la sucesión de procesos de avasallamiento más o menos profundos, más o menos independientes entre sí, que tienen lugar en la cosa, a lo que hay

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