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Tarea De Puerco


Enviado por   •  22 de Abril de 2013  •  4.049 Palabras (17 Páginas)  •  425 Visitas

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HERBICIDAS Y MEDIO AMBIENTE

por

Lorenzo Panizzo Duran*

“Todas las cosas por un poder inmortal,

Cercano o lejano,

Ocultamente

Una a la otra tan unida están,

Que es imposible tocar una flor Sin que se estremezca una estrella”

Francis Thompson, Poeta inglés.

Plaguicidas

El aumento creciente de la población humana es inherente al requerimiento de alimentos, con ello van creciendo las exigencias hacia una agricultura cada vez más productiva. Por otra parte, el hombre al introducir la agricultura modificó los procesos ecológicos; esta desestabilización indujo la pérdida de multiformidad que alteró los principios de control y compensación que producen el equilibrio autosostenido. En otras palabras, muchas poblaciones de organismos que en su ambiente original estaban controladas por la presencia de competidores o depredadores, en el medio transformado por el hom¬bre, crecen incontroladamente.

Con el objeto de restablecer el equilibrio ecológico y comba¬tir los animales y plantas perjudiciales hasta restringir su tamaño, se ideó el control químico que se inició formalmente en la década de los cuarenta con el desarrollo y uso generalizado de insecticidas organoclorados y de herbicidas a base de ácido fenilacético.

Aunque han resultado efectivos en el control de plagas no ofrecen una solución permanente a los numerosos problemas que originan las plagas que aquejan la humanidad.

En el momento actual y a nivel mundial se emplean más de medio centenar de plaguicidas orgánicos en 15.000 fórmulas distin¬tas. Un número tan elevado de compuestos se debe clasificar según su objetivo o su composición química. Sin embargo, antes de clasifi¬carlos conviene establecer una definición que se aproxime a sus ob¬jetivos:

Los plaguicidas pueden ser definidos como productos quími¬cos empleados por el hombre para eliminar o inhibir formas de vida que él considera pequdi cíales desde el punto de vista de su bienestar.

Profesor de Facultad de Ciencias. Adscrito al Instituto de Estudios Ambientales, Universidad Nacional de Colombia.

Según el objetivo a que están destinados, los plaguicidas pue¬den clasificarse de la forma siguiente:

1. Insecticidas. Como indica su nombre estos productos quími¬cos están destinados a la destrucción de insectos.

2. Fungicidas. Son tóxicos para hongos y ayudan a prevenir las enfermedades de las plantas.

3. Herbicidas. Eliminan las malas hierbas u otras plantas indesea¬bles.

Otros plaguicidas específicos. Incluyen los rodonticidas: efec¬tivos contra ratas, ratones, etc.; molusiddas: contra caracoles, y nematocidas: para el control de gusanos microscópicos.

Clasificación de Plaguicidas

Los plaguicidas se pueden agrupar en diferentes categorías si se consideran la composición química y la estructura:

1. Hidrocarburos clorados

2. Ctafrofenoxi ácidos

3. Organo fosforados

4. Carbamatos

5. Misceláneos

Más recientemente la Organización Mundial de la Salud ha

desarrollado una nueva clasificación orientada a ordenarlos según el grado de peligrosidad para el ser humano, refiriéndose a las dosis letales medias de cada plaguicida (DL50). LA DL50 corresponde a aquella dosis o cantidad de sustancia administrada por unidad de peso corporal a la que muere el 50% de los animales expuestos. Se trata de una prueba de toxicidad aguda que corresponde a estudios toxicológicos que se efectúan para determinar la cantidad de sustan¬cia que pueda ser peligrosa o directamente mortal cuando se la admi¬nistra en una o valias veces en 24 horas más o menos. Se utilizan ratas, ratones y cobayos. Las DL50 varían según la forma de presen¬tación del tóxico (sólido, líquido, etc.) y según las vías de ingreso (dérmica, oral, etc.).

Esta clasificación considera cuatro categorías como se mues¬tra a continuación, según la toxicidad del plaguicida expresada en DL50 para rata (mg/Kg):

1. Clase IA

Extremadamente peligrosos (DL50: = 40)

Ej.: Dieldrín, Paratión, Cloruro de Mercurio

2. Clase IB

Altamente peligrosos (DL50: 5-400)

Ej.: Aldrín y Diclorvás

3. Clase II

Moderadamente peligrosos (DL50: 50-2000);

Ej.: Clordano

4. Clase II

Discretamente peligrosas (DL50: 500-4000)1

Eje.: Malatión

Se han ilustrado estas categorías con ejemplos; sin embargo, en la medida en que se reúnan pruebas, un plaguicida puede cam¬biar de categoría según sea el caso.

La agricultura es el principal usuario de los plaguicidas. Se ha informado que la reducción en la producción de alimentos a partir de cultivos en los Estados Unidos es del orden del 30%, debido a enfermedades de las plantas, insectos y principalmente a las malas hierbas.

El uso de los insecticidas ha causado preocupación debido a que compuestos como el DDT son altamente persistentes y se con¬centran en los tejidos grasosos de los animales. Se define la persisten¬cia de un plaguicida como el tiempo necesario para que pierda al menos 95 %de su actividad, bajo condiciones ambientales y tasas de aplicación normales. La pérdida de actividad es completa cuando el plaguicida se ha descompuesto (degradado) o bien se ha inactivado merced a procesos químicos o biológicos. Los productos químicos no persistentes permanecen en el ambiente de una a tres semanas, los de persistencia moderada de uno a dieciocho meses, y los persis¬tentes pueden durar dos o más años. La mayoría de los hidrocarbu¬ros clorados se clasifican como compuestos persistentes.

Los fungicidas provocan una considerable inquietud, ya que algunos de ellos contienen metales pesados tóxicos. Los herbicidas no han causado tanta preocupación debido a que parecen ser relati¬vamente no permanentes y no son utilizados con tanta frecuencia como los insecticidas o los fungicidas.

Los herbicidas y otros productos relacionados se pueden con¬cebir como medios protectores de las plantas, incluyendo las hormo¬nas para crecimiento. De este modo no sólo aparece los residuos de estas sustancias químicas en las cosechas destinadas al consumo ali¬menticio, sino que eventualmente también ejercen una influencia sobre el equilibrio biológico del ambiente, con menoscabo de la biocenosis.

Los plaguicidas no ofrecen soluciones fáciles. Ha habido y continuará habiendo tantos beneficios como peligros en su uso. El balance de los beneficios y peligros requiere de juicios responsables basados en la mayor evidencia científica existente.

Herbicidas

En esta nota se hace énfasis en los herbicidas, los cuales se definen como un producto capaz de alterar la fisiología de la planta durante un período suficientemente largo como para impedir su de¬sarrollo normal o causar su muerte.

Los herbicidas incluyen un grupo vasto de sustancias con diferentes fórmulas y propiedades fisicoquímicas, que poseen un modo de actuar y unos mecanismos de acción que les caracteriza. El modo de actuar está relacionado con la suma total de las respuestas anatómicas, fisiológicas y bioquímicas que constituyen la acción fitotóxica de un químico, así como su localización física y degrada¬ción molecular del herbicida en la planta. El mecanismo de acción se refiere al proceso fisiológico donde actúa el herbicida para causar la muerte de la planta.

Los síntomas más característicos de toxicidad causados por los herbicidas en las plantas son entre otros: Clorosis, necrosis, ena¬nismo, reducción en la población del cultivo, encebollamiento y tor¬cimiento.

Clasificación de los Herbicidas

Los herbicidas se pueden clasificar según el enfoque de estu¬dio: fisiológico y químico.

De acuerdo con el proceso fisiológico afectado por influencia de] herbicida se reconocen seis categorías.

I. Herbicidas que afectan la fotosíntesis. Pertenecen a esta cate¬goría tres grupos:

Grupo i:

Triazinas (Atrazina)

Ureas sustituidas (Diuron)

Uracilos (Bromacil)

Grupo ii:

Bipiridilos (Paraquat)

Grupo iii:

Triazoles (Amitrol)

II. Herbicidas que afectan la respiración:

A. Fenoles (Dinoseb y Pentaclorofenol)

B. Nitritos (Ioxinil)

III. Herbicidas que afectan las membranas celulares:

A. Pro pañi 1

IV. Herbicidas que afectan la síntesis de los ácidos nucleicos y llamados hormonales:

A. Fenóxidos (2, 4—D)

B. Benzoico (Dicamba)

C. Derivados del ácido picolínico (Picloram)

V. Herbicidas que afectan la germinación, la brotadón y el creci-miento de las raíces y del coleóptilo.

Grupo i:

Tiocarbamatos (Vemolate)

Ditiocarbamatos (Metan y CDC)

Grupo ii:

Dinitroanilinas (Trifuralina)

Grupo iii:

Acetanilidas (Alaclor)

Amidas (CDAA)

VI. Herbicidas que afectan las proteínas:

Alifáticos (Dalapon)

Orgánicos no cíclicos y nitrogenados (Glifosato)

La clasificación química se hace teniendo en cuenta si los her-bicidas son inorgánicos u orgánicos.

Dentro de los inorgánicos se utiliza una gran variedad de can- puestos: Trióxido de arsénico, arsemto de sodio, artenato de caldo, todos ellos no selectivo* y que actúan en forma sistémica sobre la planta, sin embargo, últimamente han sido reemplazados por arseni- cales orgánicos que son mas selectivo* y menos tóxicos a los mamí¬feros.

Reconocimiento del daño ambiental.

Identificación del agente tóxico - y las circunstancias.

Médidas de las concentra-ciones ambientales y ex-posición al agente tóxico.

Estudio de vías a través del ambiente incluyendo aspectos dinámicos.

Investigación de las dosis/ respuesta en los organis-mos afectados. Estudio de campo y labo¬ratorio. (Bioindicadores Bioensayos)

Umbrales de respuesta aguda. Efectos subletales, respuesta genética, res-puesta de la comunidad a dosis vida/tiempo

Concentración del contaminante en los tejidos de los organismos afectados.

daño a la salud — etc.

Estimación de la carga ambiental del agente tó-xico.

. Determinación de los riesgos aceptables.

Medidas de control específicas, programas de Monitoreo.

Figura 1. Etapas en la investigación y evaluación de la contaminación ambiental.

El clorato de sodio empleado para la destrucción de plantas perennes es un oxidante fuerte y su uso como herbicida es muy peli¬groso. Se acostumbra a mezclar con boratos y úreas sustituidas, am¬bas decrecen su combustibilidad incrementan su capacidad herbicida. Los compuestos de boro (bórax) son muy tóxicos a las plantas y persisten en el suelo por tiempo considerable.

La cianamida de calcio es un fertilizante defoliante y herbi¬cida.

Dentro de los herbicidas orgánicos se destacan los siguientes gTupos químicos:

— Acidos cloroalifáticos (Dalapon)

— Acidos clorofenoxi y clorobenzóicos (2, 4—D)

— Amidas (Propanil)

— Ureas (Diurun)

— Carbamatos (Metan)

— Triazinas (Simazida)

— Bipiridilos (Paracuat)

— Toluidinas (Dipropalin)

— Fenoles sustituidos (Donoseb)

— Misceláneos (Bromacil, glifo sato)

Acidos Cloroalifáticos: Las sales sódicas han sido usadas por muchos años en el tratamiento de suelos para controlar los pastos. Son de baja toxicidad para los animales y se degradan rápidamente en el suelo.

Clorofenoxiácidos: y sus derivados han sido utilizados en for¬ma extensiva. Son más tóxicos para las plantas de hojas grandes que para las herbáceas; característica que conduce a su gran consumo contra las malas hierbas que se encuentran a lo largo de autopistas, carreteras, vías férreas, línea de conducción eléctrica, así como en prados y jardines.

Las plantas leñosas pueden resultar afectadas, pero el resul¬tado suele ser una defoliación temporal y no la muerte. Sin embargo, la defoliación reiterada puede acabar con un árbol al agotarse sus reservas nutritivas almacenadas.

Como se vio en la clasificación fisiológica de los herbicidas, los grupos fenoxi son activos debido a su capacidad de imitar a las hormonas de crecimiento vegetal. En consecuencia, tiene lugar un crecimiento anormalmente rápido que elimina la energía almacenada por la planta. Esta crece literalmente agotándose hasta morir.

Los dos fenoxiácidos más empleados son el 2,4—D y eí 2,

4, 5—T. Ambos son sólidos cristalinos a temperatura ambiente, se convierten en derivados para aumentar la facilidad de su aplicación así como su eficacia.

La toxicidad de las 2, 4—D y 2, 4, 5—T es relativamente baja para los animales, pero la degradación fotoquímica, como lo demos¬tró el autor en 1967 en un estudio de salud ocupacional, produce compuestos clorofenólicos altamente peligrosos y productores de una afección epidérmica conocida como cloracné.

La persistencia en los suelos es de una a cuatro semanas, pero ésta depende de las condiciones medio' ambientales como tipo de suelo, humedad, temperatura, grado de aireación y fórmula del her¬bicida utilizado. 

En términos generales la formulación se entiende por la for¬ma sólida, líquida o gaseosa como viene preparado un producto químico para su uso práctico. En un herbicidad formulado se distin¬guen tres componentes básicos:

— La sustancia o ingrediente activo: Es el compuesto que tiene actividad herbicida.

— El solvente o vehículo: Este material generalmente no tiene acción fitotóxica, puede ser sólido o líquido.

— El coadyuvante: Normalmente no fitotóxico, aumenta la ac¬ción o modifica las propiedades del ingrediente activo.

Por supuesto las formulaciones dependen de varios factores entre ellos:

— Las propiedaes físicas y químicas del herbicida. El uso. El área donde va a usarse. La disponibilidad de materiales. Fac¬tores económicos. Factores ambientales.

En experiencias de laboratorio los ingredientes activos 2,4—D y 2, 4, 5—T han resultado ser teratógenos en animales experimen¬tales. Las concentraciones empleadas fueron muy superiores a las que se encuentran en el ambiente, pero los resultados despertaron preocupación sobre la conveniencia de proseguir usando estas sus¬tancias como herbicidas. Parte de las inquietudes son resultado del descubrimiento de una impureza en el 2, 4, 5—T. Esta impureza el TDD (Dioxina), se forma en pequeñas cantidades durante la síntesis del 2, 4, 5—T, a consecuencia de una reacción lateral. Se sabe que, es teratógeno y muy tóxico. La degradación del 2, 3, 7, 8—Tetracloro dibenzo—p—dioxina o TDD es muy lenta en el suelo, por consiguien¬te, se plantea la posibilidad de su acumulación en las cadenas trófi¬cas, análogas a los hidrocarburos clorados persistentes como el DDT y los BPC (Bifenilos-policlorados.

Las mezclas de clorofenoxiácidos fueron muy utilizadas co¬mo agentes defoliantes en Vietnam. El “agente naranja” estaba constituido por una mezcla en partes iguales de 2, 4—D y 2, 4, 5—T. Los daños ocasionados a la vegetación han sido descritos por los biólogos de irreversibles en muchos casos.

Los Acidos Clorobenzóicos (Dinoben). Son más persistentes que los clorofenoxiácidos y son por consiguiente muy útiles para controlar las plantas perennes de raíces profundas.

Amidas. La mayor parte de los compuestos desarrollados son las analidas (derivados de la acetamida) tales como el Propanil. Todas funcionan como inhibidoras de la fotosíntesis y tienen bajas toxicidades frente a los mamíferos.

Ureas. Las más importantes corresponden a los derivados fenólicos tales como el Momeron y sus análogos. Algunas úreas son muy persistentes, pueden permanecer activas por varios años. Son de uso muy delicado puesto que pueden inutilizar los suelos por perío¬dos largos.

Carbamatos. Estos herbicidas incluyen esteres del ácido car- bámico y tiocarbámico. Son inhibidores del crecimiento celular y de la fotosíntesis. Poseen baja toxicidad a los mamíferos.

Triazinas. Estos compuestos fueron sintetizados en 1855, pero como herbicidas solo se introdujeron en 1955. Inhiben la foto¬síntesis, son muy útiles como herbicidas preemergentes y son muy persistentes.

La selectividad del herbicida en general se logra atendiendo a la época de aplicación y al estado de desarrollo del cultivo en el cual el principio activo no le es tóxico. La aplicación del herbicida se puede efectuar antes o después de la emergencia del cultivo o de las malezas (pre y post emergencia).

Bipiridilos. Los dos más conocidos son el Paracuat y el Diquat. Sus moléculas son iónicas, afectan el proceso fotosintético y por consiguiente no ton selectivos a ningún cultivo. No afectan los troncos de los árboles ni niagún otro tejido vegetal que carezca de cloroplastos. La luz aumenta la velocidad con que« manifiesta la fitotoxicidad. Otras importantes características son la resistencia a ser lavados por la lluvia o el agua de riego, y ser retenidos por las partículas del suelo volviéndose inactivos. Tienen aplicación pre y postemergente. Controlan muy bien las malezas anuales y perennes.

Toluidinas. Compuestos representantes de este grupo son la Diprolina y la Trifluralina. Ambos son herbicidas con baja toxicidad a los mamíferos y extremadamente persistentes, por esta razón se usan en sistemas de protección para períodos prolongados.

Misceláneos. Dentro de esta categoría se pueden mencionar el Dalapan y el contravertido Glifosato, ambos alifáticos, siendo el segundo un producto orgánico nitrogenado no cíclico. Las molécu¬las de estos herbicidas son muy sencillas y afectan las proteínas de las plantas destruyendo su estructura terciaría, causando su degrada¬ción a aminoácidos, los cuales posteriormente se degradan a amo¬niacos.

El Dalapon es sistémico, se usa en pre y postemergencia, con¬trola las gramíneas perennes. El Glifosato que deriva del aminoácido glisina (el más sencillo) es un herbicida no selectivo de uso postemer¬gente, de acción sistémica, no deja residuos en el suelo debido a su fácil degradación por parte de los microorganismos presentes en el suelo que lo utilizan ávidamente para sus requerimientos energéti¬cos, metabolizándolo hasta anhídrido carbónico, amoniaco y fosfa¬tos; debido a su naturaleza polar forma complejos organometálicos con los elementos presentes en el suelo. Controla en dosis específi¬cas la gran mayoría de las malezas, tanto monocotiledoneas (gra¬míneas) como dicotiledóneas (malezas de hojas anchas). Este herbi¬cida interfiere en la biosíntesis de la fenilalanina.

Distribución y destino de los Herbicidas en el Ambiente

La distribución y persistencia de los herbicidas en el medio ambiente es una función compleja de variables físicas, químicas y biológicas. Los factores que contribuyen al destino de los herbicidas en el suelo, agua y aire son internos y externos. Los primeros están relacionados con la solubilidad, polaridad, volatilidad, distribución de cargas (fuerzas coulómbicas), tamaño de la molécula y constante de disociación. Los extremos se refieren a movimientos de agua y aire, absorción, temperatura, pH, diferentes tipos de acciones bioló¬gicas y luz.

Bajo las condiciones del campo la desipación es muy rápida, sin embargo, si un herbicida es resistente a alguna o a todas las fuer¬zas que tienen efecto atenuante, éste será persistente por largo pe¬ríodos. Entonces la distribución de los herbicidas en el aire o el agua puede ser medida mejor a escala global que en una local. Ade¬más, el transporte de herbicidas por los animales y plantas puede ser un factor determinante en la distribución geográfica de un compues¬to en particular.

Suelos. En el caso de los suelos, el comportamiento de los herbicidas está determinado por los fenómenos de absorción. Por ejemplo, la inmovilización de un herbicida sobre la superficie de un suelo puede:

Retardar la degradación biológica a través de la separación es-pacial de sustratos (herbicidas y enzimas). Estimular la degra-dación microbiológica por concentración de enzimas y sustra¬tos. Demorar la lixiviación del suelo y la volatilización. Pre¬sentar degradación catalítica de origen no biológico. Marcada influencia fitotóxica.

Aguas. En aguas, la contaminación de lagos, ríos y ambientes marinos suele ser atribuida a la aspersión de herbicidas, lluvias y mo-vimiento de aguas en canales de riego, así como descarga de residuos procedentes de industrias que elaboran herbicidas.

A propósito de contaminación y sin detenernos en una defi¬nición técnica puede decirse: “Lo que hace que una sustancia se convierta en un contaminante es su concentración en cantidad exce¬siva, en un lugar indebido, y en un momento inoportuno”.

La detección- y seguimiento de. lyeibidáat en el Medio acuáti¬ca es difícil debido a im cfcctoidc dilución y fraccionamiento del

producto en diferentes especies químicas que pueden, asi como el producto inalterado, transferirse a la atmósfera, a la biota o a los sedimentos, siguiendo el ciclo hidrológico, sin olvidar que tanto los herbicidas como el agua reaccionan complejamente con las superfi¬cies del suelo dentro de los límites establecidos por las característi¬cas fisicoquímicas del producto activo, el agua y las variables ambientales.

Como puede observarse la evaluación química, que de ser posible a esos microniveles de concentración, encuentra una difícil pero posible interpretación ambiental que evidentemente constitu¬yen un desafío para el investigador.

Aire. En el aire y mediante métodos cromatográficos (de se-paración selectiva) es posible detectar varios niveles de concentra¬ción de herbicidas. Es muy probable que solo se encuentren cantida¬des significativas de herbicidas en el aire en áreas muy próximas a los centros de aplicación. Por ejemplo, se ha estimado que después de una asperción aérea se encuentra menos del 50% del herbicida y una gran proporción como se deduce es transportada por corrientes aéreas que van a contaminar áreas vecinas no incluidas como objeto del herbicida, afectando de esta manera plantas, animales y ecosis¬temas.

Ecología

Debemos considerar ahora los aspectos ecológicos. Los herbi¬cidas pueden influenciar las poblaciones microbiológicas en forma directa a través de los cambios en sus actividades metabólicas y fisiológicas, o indirectamente afectando las plantas, los animales y otros microorganismos. El consenso entre los investigadores es que los niveles de concentración en que los herbicidas llegan al suelo, en aplicaciones normales varían muy poco las estructuras de las comu¬nidades microbiológicas. Solo cuando se aplican en cantidades im¬portantes y a intervalos frecuentes pueden presentarse signos de cambios más o menos permanentes.

Las actividades microbiológicas evaluadas como indicadoras de las respuestas a los herbicidas incluyen: Producción de dióxido de carbono, consumo de oxígeno, nitrificación y tasas de nodulación en leguminosas.

El estímulo o inhibición de cualquiera de estas características se debe registrar cuidadosamente con el objeto de ser interpretadas para ver si existe alguna relación entre experimento in vivo e in vi tro, de otra parte, deben considerarse las condiciones in situ. Algunas de las dificultades más obvias son:

— Diferente respuesta microbiana del cultivo in vitro a la obser¬vada en un sistema tan heterogéneo como el suelo.

— En experiencias in vivo con columnas de suelo, éstas no refle¬jan las condiciones micro y macro climáticas, ni las activida¬des de crecimiento de las plantas y de las actividades de los animales.

— La distribución del herbicida en el suelo, los sistemas acuáti¬cos, las plantas y los animales es diferente.

— La formación de altas zonas de concentración es más la regla que la excepción.

— La baja solubilidad de algunos herbicidas requiere el uso de solventes orgánicos, el efecto de estos compuestos pueden en-mascarar la verdadera respuestai

— Muchas veces las compañías manufactureras de las formula¬ciones de herbicidas no revelan la composición exacta en cuanto a agentes humectantes, rellenos y otras que de una u otra manera ejercen alguna actividad sobre las comunidades biológicas y hacen difícil desagregarlas de las del herbicida.

A pesar de los usos benéficos de los herbicidas existen im¬portantes amenazas al hombre y a la vida silvestre. Algunos produc¬tos químicos de alta toxicidad y sus productos de degradación per¬sisten en el ambiente por períodos considerables y pueden movili¬zarse en corrientes acuáticas, ríos y mares o ser transportadas por la atmósfera. Tal es la movilidad de algunos plaguicidas que no existe en el planeta un espacio libre, de al menos algún nivel de contamina¬ción, incluyendo las zonas antárticas, situadas muy lejos de las áreas de aplicación.

Los herbicidas siempre presentan sus efectos colaterales los cuales son difíciles de predecir debido a que todos son potencial¬mente peligrosos. Los herbicidas pueden peijudicar directamente organismos no involucrados en los objetivos de la aplicación, como ocurre cuando un animal come plantas tratadas o rociadas acciden¬talmente, y si a esta situación se aplica uno de los principios básicos de la ecología, de la cadena alimenticia, se comprenderá mucho mejor los alcances de estos eventos.

En todo caso la supervivencia del hombre dependerá de su habilidad para cambiar su ambiente sin causar efectos adversos que podrían llegar a serle autodestructivos.

¿Qué hacer?

En nuestro medio el uso de plaguicidas, incluidos los herbici¬das se hace en forma masiva. Ello amerita la introducción del con¬cepto de control integral que incluye aspectos tales como el conoci¬miento profundo de la botánica de los cultivos, de la biología y eco¬logía del herbicida, de las condiciones ambientales favorables o no para la diseminación de las malas hiervas y para la resistencia de las plantas, etc.

Como áreas prioritarias de investigación en este campo pue¬den señalarse:

— Evaluación sistemática de los daños directos y secundarios del uso de herbicidas químicos.

— Mejorar el conocimiento de la biología y la ecología de los agentes dañinos dentro del contexto de los métodos de la dinámica de sistemas, con el fin de investigar las posibilidades de utilizar a sus enemigos naturales, ensayando, además, técni¬cas de control biológico.

— Estudios de diversificación de cul ivos que fomenten la diver¬sidad del agroecosistema sin causar reducción de la produc¬tividad.

Mientras la tan anhelada solución del control biológico de las plagas se alcanza, se continuarán utilizando los herbicidas y produc¬tos químicos sintéticos, por lo cual se hace necesaria la vigilancia y control. Un programa adecuado de investigación y evaluación de la contaminación ambiental que incluya las etapas visualizadas en el esquema de la (Fig. 1), debería constituir la base para las decisiones gubernamentales.

Es indispensable conocer la trayectoria general que siguen los contaminantes, desde su origen al punto final. En forma esquemá¬tica se presenta una visión simplificada (Fig. 2) de los diferentes eventos que se suceden en la evolución del alterógeno en el medio ambiente. Hay tres factores importantes que determinan el proceso:

— El índice de emisión de la fuente contaminante.

— El de transporte que caracteriza el ecosistema en cuestión.

— El de eliminación o acumulación del contaminante a lo largo de su camino.

El factor transporte depende del índice de difusión del conta-minante y de otras variables ambientales, así como de las propieda¬des relativas al transporte de los organismos que el agente contami¬nante se encuentra en su camino. El índice de eliminación o acumu¬lación depende de la velocidad de disolución o sedimentción y de las transformaciones química y biológicas que en conjunto determinan la dosis que llega a los organismos al final de la trayectoria. Los pro¬cesos que aquí se verifican llevarán el contaminante al lugar donde ejerce su efecto, o lo eliminará. Es fácil ver como este camino se repite a lo largo de una cadena alimentaria.

Como se puede colegir de las implicaciones dadas en un Pro¬grama de Investitgación y Evaluación de la Contaminación Ambien¬tal y de las trayectorias seguidas por un contaminante, la prevención de la contaminación y la alteración de los recursos naturales requie¬ren de:

— Una tecnología básica. Consideraciones económicas. Ajuste

del comportamiento social.

Sobresale en nuestro medio ambiente colombiano una necesi¬dad de carácter perentorio: La organización y puesta a punto de un Ente investigativo que involucre los tres puntos enunciados anterior¬mente y que posea un soporte que se ha dado en llamar Laboratorio de Parametrización Ambiental que incluye no solamente la medida de los parámetros fisicobióticos sino también los sociales, económi¬cos y de calidad de vida.

Actualmente el Instituto de Estudios Ambientales de la Uni-versidad Nacional (IDEA) trabaja seriamente en esta posibilidad, a partir de las experiencias logradas en programas de asesoría ambien¬tal, la participación al interior de un grupo de profesores especiali¬zados en diferentes campos ambientales que en asocio con sus Facul¬tades tendrá la misión de encarar la solución de los problemas am¬bientales con un enfoque holista.

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