Teoría De La Formas De Gobierno

TEORIA DE LAS FORMAS DE GOBIERNO

Norberto Bobbio, La teoría de las formas de gobierno en el pensamiento político

Introducción:

Para el autor las formas de gobierno son unas tipologías, hace referencia a algunas consideraciones generales sobre el tema a tratar. Distingue dos aspectos de ellas que son: uno descriptivo y otro prescriptivo. En función descriptiva es el estudio de las formas de gobierno, que se resuelve en una tipología o en una clasificación de los diversos tipos de constitución política; basada en la experiencia histórica.

Las primeras grandes clasificaciones de las formas de gobierno las toma en relación con Platón y Aristóteles. Pues estas derivan de los datos recabados de la observación histórica, y reflejan la variedad de las formas en las que se organizaron las ciudades griegas. De acuerdo con un criterio de selección, cuál de las formas de gobierno descritas es buena, cuál mala, cuál mejor y cuál peor, y eventualmente también cuál óptima y cuál la más correcta. Sin darse cuenta exactamente asume también otra función, la de expresar uno o más juicios de valor, la de orientar las preferencias ajenas, en una palabra la de prescribir.

Cuando Bobbio señala, que una tipología se puede emplear de dos modos, al primero lo llama “sistemático” y al segundo “axiológico”. Para el uso sistemático de una tipología tiene lugar cuando ésta se utiliza para dar orden a los datos recopilados, y para el uso axiológico es aquel que se da a la misma tipología cuando es empleada para establecer entre los tipos o las clases ordenadas sistemáticamente un cierto orden de preferencia. El uso axiológico de cualquier concepto está estrechamente vinculado a la idea de que un cambio en la estructura de la realidad a la que tal concepto se refiere no solamente es deseable sino también posible.

Para el autor sigue considerando útil es uso axiológico, frente a la variedad de las formas de gobierno en tres posibles posiciones: a) todas las formas existentes son buenas, b) todas las formas son malas, y c) entre las formas de gobierno algunas son buenas y otras son malas. El juicio de valor comparativo de una axiológica de las formas de gobierno termina por ser la sistematización de éstas en un orden jerarquizado, dos tipologías que concuerdan en juzgar como buenas ciertas formas y como malas algunas otras, pueden diferenciarse al establecer cuales son entre las buenas las mejores y entre las malas las peores; por encima del juicio de valor comparativo, una axiología puede comprender también juicios de valor absolutos.

Esto significa que una tipología de las formas de gobierno puede llegar a una toma de posición tal que le permita indicar la forma óptima. Surge un modelo óptimo Estado como teoría la cual se distingue de tres maneras: a) Se puede construir un modelo de óptimo Estado mediante la idealización de una forma histórica. b) Otra manera de construir un modelo de óptima republica consiste en combinar en una síntesis ideal los diversos elementos positivos de todas las formas buenas para eliminar los vicios y conservar las virtudes. c) Finalmente, la construcción de la óptima republica puede ser confiada a la elaboración intelectual pura, atraída completamente de la realidad histórica.

TEORIA DE LAS FORMAS DE GOBIERNO

Norberto Bobbio, La teoría de las formas de gobierno en el pensamiento político

Una célebre discusión:

En este segundo capítulo, vuelve a dirigirse como una tipología más a las formas de gobierno clásicas. Da el ejemplo de tres personajes persas, expuestas en el libro, sus Historias, del célebre Heródoto (ya citado por el autor). Los personajes son: Otanes, Megabyzo y Darío, sobre la mejor forma de gobierno que debería ser instaurada en Persia después de la muerte de Cambises.

Estas tres formas de gobierno son: la democracia, la aristocracia, y la monarquía. Los tres interlocutores manifiestan un juicio positivo de una de las tres constituciones. Otanes, por la democracia, Megabyzo por aristocracia, y Darío por la monarquía.

El primero condena la monarquía, Megabyzo defensor de la suya, y Darío censura tanto al gobierno del pueblo como al gobierno de pocos. El hecho de que cada constitución sea presentada como buena por quien la sostiene y como mala por quien apoya una de las otras dos, tiene como consecuencia que no son tres sino seis, porque a las tres buenas corresponden tres malas respectivamente.

Deriva del cruzamiento de dos criterios de clasificación; uno responde a la pregunta “¿quién gobierna?” y otro a “¿cómo gobierna? Esta comparación nos ofrece un ejemplo bastante claro de la graduación de las constituciones tanto en el bien como en el mal, de la que se habló en la introducción.

Al parecer no carece de importancia que nos encontremos desde el inicio con este tema de la estabilidad, porque, como veremos, la capacidad de una constitución de durar, de no corromperse fácilmente, de no degradarse, de no convertirse en una constitución opuesta, es uno de los más importantes criterios

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