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Ética Nicomaquea : Libro II


Enviado por   •  21 de Octubre de 2015  •  Informes  •  1.114 Palabras (5 Páginas)  •  239 Visitas

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Ética Nicomaquéa: Libro II

Tratado 1:

Según Arístoteles, existen dos clases de virtud: la dianoética y la ética.La primera debe su origen a la pedagogía/ enseñanza, por lo que requiere un largo camino de adquisición de conocimientos y el tiempo que este demanda. Mientras que la ética (pura) proviene de la costumbre; de los actos a los que estamos acostumbrados a hacer. Siendo así, ninguna de las virtudes que consideramos ética, se produce en nosotros de manera inmediata o natural,  ya que ninguna cosa natural se modifica por costumbre.

En resumidas cuentas, basta con tener voluntad de recibir las virtudes para “producirlas” en ese sentido. Siendo de esta manera también, todo aquello resultado de nuestra naturaleza primero es aprendido y luego producido. Es en el ejercicio cuando aprendemos mejor las virtudes buscadas. Con la practica, a su vez, también se producen virtudes o se destruyen respectivamente. Se aprende a pintar, por ejemplo, pintando, pero saben pintar tanto los buenos pintores (creando virtudes) y los malos pintores (destruyen virtudes). Pintando “bien” se podrá ser un buen pintor, y pintando “mal”, un mal pintor. Si no fuese así, no habría necesidad de maestros, sino que todos naceríamos con un talento determinado e invariable- Virtuosos o no virtuosos. Ocurre lo mismo con las virtudes: es como actuamos frente a determinadas situaciones la manera en que nos volvemos o mas justos o injustos, iracundos o afables, etc. Es por todo lo anteriormente mencionado que es importante el hecho de aprenderlas desde jóvenes. Son las acciones en efecto las que determinan la calidad de los hábitos.

Tratado 2:

Luego de haber visto el origen de las virtudes, tenemos que clasificarlos según las cosas que pasan en el alma.Para Aristóteles, las cosas que pasan en el alma son de tres clases: Pasiones (Apetencia, ira, miedo, atrevimiento,etc.), Facultades (aquello que afecta nuestras pasiones)y habitos (por aquello que nos comportamos bien o mal). En resumidas líneas, no se nos puede juzgar como buenos o malos por lo que sentimos involuntariamente, o por los argumentos que nos dan cierta disposición  a hacer algo. Por lo tanto no son ni pasiones ni facultades, y por simple descarte, son hábitos propiamente dichos.

Tratado 3:

Para Aristóteles no solo basta con decir que las virtudes son habitos, sino que hay que clasificarla según su clase. Primero, mencionar que la virtud perfecciona aquello de lo cual es virtud. La excelencia del sentido de la vista, hara del observador un observador virtuoso en todo el sentido de la palabra. Siendo asi, la virtud del hombre será el habito que este hace para hacerse bueno y por el cual ejecuta bien su propia función. Considerando el punto medio de las cosas, todo conocedor rehúye del exceso y el defecto, ya que un exceso de cosa o defecto de cosa significaría la imperfección de lo anteriormente mencionado. Sabiendo y subrayando que el termino medio es mas exacto y mejor que todo arte, este también tenderá al término medio. Mas concretamente en la virtud ética, en todos los casos se verá el exceso, el defecto y el término medio, que da la perfección a la acción y que es elogiada. Es, por tanto, la virtud un hábito selectivo que consiste en un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquella por la cual decidiría el hombre sabio y con capacidad de discernimiento

Ética Nicomaquéa: Libro VI

Tratado I:

El alma puede ser dividida en dos partes: el alma racional y la parte irracional. Dividiremos el alma racional en dos partes diferentes: el alma que percibe a los entes que no pueden ser cambiados o “de otra manera”, y otra parte que percibe aquellos que tienen esa posibilidad de cambiar. Es asi como Aristoteles les dio el nombre de alma racional científica y alma racional calculativa. Siendo de esta manera, nos vemos obligado a buscar la virtud que hara virtuosa al alma, con lo que descubriremos la obra propia de cada una. En el alma, son tres cosas las que impulsan las acciones: las sensaciones, el pensamiento y los deseos. Las sensaciones no son principio de acciones algunas. El pensamiento representa deseos en sí, por lo que se refiere a un deseo deliberado. La interaccion de las partes entonces es escencial, para la realización de la verdad, que será virtud en ambas. Aquellas por las cuales el alma realiza la verdad mediante la afirmación o la negación son en número de cinco, a saber: la ciencia, el arte, la prudencia, la sabiduría y el intelecto.

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