Ética Y Moral
MatTej2 de Julio de 2015
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Ética y Moral
1.- En sus basamentos y en su acepción etimológica griega y latina, Ética y Moral, hacen referencia a lo mismo: carácter, costumbre, morada; constituyen formas de reflexión sobre la praxis humana. Sin embargo, es importante aclarar que filosóficamente presentan diferencias sustanciales.
La moral es un saber que se desplaza en un nivel de reflexión cotidiana sobre nuestros actos y normas. Es un saber pre-teórico. Es casi una verdad de perogrullo.
Distinto es el caso del concepto de ética. Pertenece a un nivel de reflexión más elevado y que se sitúa en un plano filosófico. Si la moral es un saber básico acerca de las normas, la ética sería el saber sobre dicho saber. Es decir, es la reflexión sobre la moral. Se trata de un saber de tipo filosófico que tiene por finalidad justificar la validez de las normas y aclarar el sentido de los conceptos en el saber moral.
La ética quedaría definida entonces como tematización de la moral. Es decir, como el saber que tiene por tema de reflexión a la moral. Ricardo Maliandi la define como tematización del ethos. Donde entendemos el “ethos” como un núcleo de normas, valores, creencias y principios que existe en la sociedad y que goza de un consenso tácito. El ethos es a la vez un concepto individual y social. Es individual porque cada individuo se lo apropia de un modo personalísimo y constituye así una moral individual. Y es social porque todos los individuos de la sociedad lo comparten en sus generalidades.
Sintetizando, el ethos sería algo así como la personalidad moral de un pueblo y el modo peculiar en que la asume cada individuo.
2.- Básicamente, la persona es un ser constitutivamente moral porque, por un lado, a diferencia de otros seres vivos, debemos ajustarnos a las situaciones y esto quiere decir justificar nuestros actos (moral como estructura). Y por otro lado, cada cual elige los modos con los cuales ajustarse y, en esto cada uno es libre (moral como contenido).
El hombre no solo debe responder a los estímulos sino que, además, debe responder por sus respuestas. Está llamado a “hacerse cargo”. Es decir, no solo es un ser responsivo, sino que además es responsable. Y lo es, porque desarrolla sus respuestas en libertad y, por lo tanto, estas deben ser justificadas. Y esto, a su vez, es así porque el hombre interpola, entre el estímulo y la respuesta, el momento de la deliberación (“liberarse de”). De lo que se libera el hombre con su pensar deliberante es de las determinaciones biológicas impuestas desde la conexión entre el estímulo y la necesidad. Es decir que, el hombre es libre de decir sí o no en cada situación, pero de ninguna manera esta biológicamente determinado.
Cabe aclarar también que el término justificar tiene una doble significación en correlación con la doble naturaleza de la moral, como estructura y como contenido: por un lado, significa ajustarse a la realidad desde su libertad (moral como estructura); y por otro, significa rendir cuentas, ante sí mismo y ante los demás, de por qué esa acción es lo correcto (moral como contenido).
Según esto, debe quedar claro que la moral en cuanto estructura es una condición irrenunciable del hombre, es decir, que el hombre es moral porque es persona.
3.-
4.- A mi criterio, el hecho de poder enseñar valores puede considerarse ya un “relativismo escéptico” o un “objetivismo dogmático”. Y es que simplemente todos los “ismos” llevan a una distorsión de la nobleza de la acción que se pretende embanderar.
Para ser más concreto, TODOS los valores pueden y, más bien, deben ser enseñados e inculcados no tan solo en el ámbito escolar sino en todos los contextos que se puedan. Porque de un modo u otro, todos los contenidos axiológicos son puestos en tela de juicio y por ende, son temas difíciles de afrontar
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