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Constitucion


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2012  •  2.219 Palabras (9 Páginas)  •  461 Visitas

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Por una nueva Constitución.

Se trata de proponer la adopción de una nueva Constitución. México ¨Cuarta Republica Mexica¨ esto significaría que nuestro país tuvo una primera definición constitucional, esto es, una Primera República en 1824: la de la Independencia: una Segunda, en 1857: la de la Reforma: una Tercera en 1917: la de la Constitución social que nos rige; y una Cuarta que llamo la República Democrática, que seria elaborada en el año 2000 y promulgada hacia el año 2001 y podría ser la primera de las grandes constituciones del próximo siglo. Se trata, nada menos, que de refundar la República.

Los argumentos que favorecen esta idea seria el primero la longevidad de la Constitución vigente, sucede que de los treinta Estados latinoamericanos y del Caribe, México mantiene su misma Constitución desde antes de la Segunda Guerra Mundial y que es una de las cinco mas antiguas del planeta. La Constitución vigente ha sido instrumento de legitimación del ejercicio del poder más que orden normativo observado y atacado en el país.

El segundo tema sería el de la ductilidad del texto constitucional. La nuestra parte de ser de las mas antiguas ha sido de las mas reformadas de toda la historia humana. Según lo asienta el Diario Oficial de la Federación, hasta la fecha se han promulgado ciento siete decretos de reforma, por los que se modifican, una o varias veces, trescientos setenta y cuatro artículos. Álvaro Obregón en dos decretos, alteró siete artículos, Plutarco Elías Calles, en tres, alteró diecisiete. Emilio Portes Gil, en uno, alteró dos. Pascual Ortiz Rubio, en dos, alteró cuatro. Abelardo Rodríguez, en seis, alteró veintiuno. Lázaro Cárdenas, en nueve, alteró quince. Manuel Ávila Camacho, en once, altero diecisiete. Entre otros muchos, pero el punto de esto es que con ello dará cuenta que las reformas a la Constitución son crecientemente regresivas en el sentido ideológico y cada vez más contrarias al espíritu original de la Constitución de 1917. Solo treinta y cinco artículos no se han reformado, treinta y uno lo han sido una sola vez y cuarenta y cuatro han sido modificados de dos a cuatro veces. Uno de los tantos artículos que has tenido numerosas modificaciones son el 123 y el 27.

En tercer término, están las contradicciones del a Constitución. Hay contradicciones de un capitulo ha otro y, en ocasiones, hasta dentro de un mismo inciso.

En cuarto término está la naturaleza misma de la Constitución, siendo esta un orden normativo. El análisis de la naturaleza de la Constitución en el país nos lleva indefectiblemente a la conclusión de que para revertir un concepto viciado de la relación entre el ciudadano y el Estado, es necesaria una genuina refundación de la República.

En el año de 1824 se trataba de crear una República y había muchos temas de discusión, pero el fundamental era el del federalismo. En 1857, la cuestión central era la laicidad del Estado y, por consecuencia, el fin del fuero y de los privilegios, así como la igualdad frente a la ley.

Hasta el 1988 la voluntad que determinó los cambios fue la presidencial. La Constitución ha sido entonces reformada, salvo en las dos excepciones, por una mayoría conservadora y se siguiera en el futuro el mismo procedimiento, estaríamos expuestos a que fuera permanentemente degradada y falsificada en su espíritu original. La elaboración de una nueva Constitución permitiría, en cambio, desplegar la convocatoria para construir una mayoría nacionalista y progresista en el curso del proceso electoral. Entonces es con esto que lo que en el fondo se discute, es si México necesita un nuevo régimen político. Con esto se abren varios temas a debatir, el primero es la naturaleza del régimen político. El gobierno y su jefatura emanarían del congreso, estarían bajo el más riguroso control parlamentario, pero gozarían de la estabilidad, el dinamismo, la eficacia y la lealtad al sentido del voto que sólo asegura la formación de un gobierno surgido después de las elecciones, conforme a la mayoría parlamentaria que éstas generan. Seria el fin de todas las impunidades que la corrompen. Seria el fin de todos los caudillismos que lastran nuestra historia y de todas las impunidades que la corrompen.

Para un segundo tema tenemos el federalismo y las autonomías. La evolución contemporánea del Estado-nación ha suscitado hacia dentro de los países el tema de la subnacionalidad. Esto conlleva a la necesidad imperiosa de transitar un federalismo auténtico con un régimen fiscal equitativo que otorgue gradual fortaleza a los estados y municipios respecto del poder central.

Es urgente una reforma verdadera del sistema de justicia, en el que han campeado la complacencia, la hipocresía, el anacronismo y la visión de corto plazo. Se requieren reformas en serio al derecho sustantivo, al derecho procesal, a la enseñanza del derecho, a la judicatura y al ejercicio de la abogacía.

Por último, tenemos a la inserción en el mundo externo. La supranacionalidad, el régimen de los tratados y convenciones, la necesidad de que todos los acuerdos internacionales obligatorios para el país estén sujetos al mismo régimen y no haya pactos clandestinos, que obligan más que los públicos. La necesidad de insertan en el derecho mexicano los tratados y convenciones para que no queden en apariencia y en letra muerta.

La nueva Constitución deberá de definir las decisiones federativas del País: si resuelve ser parte de la comunidad política de América Latina, si resuelve la ciudadanía latinoamericana, ello tiene que ser una decisión constitucional avalada por una federación nacional. Del mismo modo debe quedar sujeta a la voluntad ciudadana la toma de decisiones que comprometen al país el escenario internacional, así como la redefinición, en el escenario mundial, de los derechos y objetivos de la nación.

Respuesta al Tercer Informe de Gobierno de Ernesto Zedillo.

Es voluntad ciudadana, que no la complicidad con el poder, la que nos ha traído a ese recito. Por determinación de los electores, todos los diputados y los senadores, sin importar orígenes o partidos, representamos a la nación. Asumimos por ende el compromiso de honrar a nuestro cargo. Debemos empeñarnos en que el patriotismo, la racionalidad, la tolerancia normen nuestra conducta, en que el nuevo congreso mexicano sea conocido por la seriedad de sus trabajos, el rigor de sus deliberaciones y la calidad de sus decisiones.

En la LVII legislatura del congreso se trata de proseguir sin titubeo la ruta de la transmisión democrática, aboliendo todos los reductos del autoritarismo. Lo más urgente es el restablecimiento de la paz y la concordia entre

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