El arte de la guerra de Sun Тzu
camigon1210Trabajo26 de Septiembre de 2012
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El arte de la guerra nos muestra cierta anatomía común a todas las organizacio-nes en conflicto, desde las locales, hasta las internacionales. Ello explica que sea estudiado en Asia por políticos y economistas, y que los ejecutivos japoneses apli-quen sus enseñanzas al turbulento mundo empresarial.
Para Sun Tzu, la mejor estrategia es la que se consigue por medio de la diploma-cia y las negociaciones, abortar el conflicto, hacerlo innecesario. Se da la parado-ja de que El arte de la guerra, es también un libro sobre la paz. El maestro Sun no puede ser màs claro en este punto, y nos dice que es mejor ganar sin lucha, y que un buen militar es capaz de vencer al enemigo sin entrar en batalla. Por eso reite-ra que los mejores militares no son los que ganan todas las batallas, sino los que consiguen que se rindan sin lucha los ejércitos enemigos. Al fin y al cabo una ba-talla ganada nunca es la mejor solución, justamente porque se ha obtenido de forma sangrienta.
Si no queda màs remedio que luchar, la mejor victoria consistirá en respetar la in-tegridad de las tropas derrotadas y del país conquistado. Porque una nación des-truida difícilmente renacerá, y a los soldados muertos nadie los podra llamar de nuevo a la vida.
La capacidad de resolver un conflicto sin lucha es lo que distingue al prudente del ignorante, afirma Sun Tzu. Para adquirir esa cualidad se señalan como imprescin-dibles varios pasos: el conocimiento de la realidad y el conocimiento propio, la re-flexion ponderada, la elección de una conducta buena y su correcta ejecución. Pues bien, al ser la prudencia el marco general de la conducta humana, el arte de la guerra es un caso particular del arte de la prudencia.
Pedir consejo es propio de la conducta prudente y nos dice Sun Tzu: “Valora las ventajas de pedir consejo, y después estructura tus tropas en consecuencia”. Dice Sun que planificar bien una batalla equivale a veces a ganarla antes de enfrentar-se al enemigo, mientras que una mala planificación derrota a un ejercito antes de entrar en combate. Y añade: “ A menos que conozcas las montañas y los bos-ques; los desfiladeros y los pasos, y la disposición de los pantanos y de las maris-mas, no puedes maniobrar con una fuerza armada”. Por tanto, “actúa después de haber hecho una estimación. Esta es la regla general de la lucha armada”.
Sun nos dice: “Entre las reglas militares están la observación, la valoración, el cal-culo, la comparación y la decisión”. El hombre prudente es reflexivo, pues aunque el no y el sí son breves de decir, a veces se deben pensar mucho. Atención, estu-dio, reflexión y consejo porque la medida de la prudencia es la misma realidad. Así pondera Sun Tzu la importancia del conocimiento previo: “Si conoces al ene-migo y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro. Si te conoces a ti mismo pero no conoces al enemigo, perderás una batalla y ganaras otra. Si no conoces al enemigo ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla”. Cabe mencionar que el emperador Marco Aurelio, quien también supo del arte del gobierno y de la guerra, escribió que “prudencia quiere decir atención a cada cosa y ningún tipo de descuido”.
Si la prudencia es necesaria para cualquier hombre, estamos viendo que lo es es-pecialmente para aquellos que tienen en sus manos vidas ajenas: gobernantes, militares, médicos, jueces, educadores y por supuesto padres. Y se piensa que esta cualidad es propia de los administradores y de los políticos.
A un hombre prudente se le modela configurado como: tomar las decisiones aten-tamente tomadas; la experiencia para discernir cuando se debe apretar y cuando se debe aflojar; la previsión y solución anticipada de los pequeños asuntos; la tranquilidad del que lo tiene todo calculado, como si le sobrara tiempo, sin preci-pitaciòn, ordenada, sólida y armónicamente. Todo este arte de decidir ante un di-lema comprometido, Sun Tzu lo expresa de forma lacónica y elocuente: “Ganan los que saben cuando luchar y cuando no”.
Sun Tzu, también nos dice: “Valora las ventajas de pedir consejo, y después es-tructura tus tropas en consecuencia”. Con lo cual nos indica que pedir consejo es propio de la conducta prudente, ya que ¿cómo puede haber hombres que obren sin saber lo que hacen?, por eso es preciso escuchar la opiniones de muchas personas, elegir lo que ellas tienen de bueno y seguirlas; ver mucho y reflexionar con madurez sobre lo que se ha visto.
El arte de la guerra dice que las operaciones militares implican engaño y disimulo para confundir al enemigo. Y que prudencia no es sinónimo de astucia, En este sentido, el ser inteligente, sensato y gracioso es bueno y deseable. Pero también puede ser muy malo si la voluntad que usa dichas cualidades no es buena. Y para ello tenemos un ejemplo sugestivo: el medico que cura a un hombre sigue un me-todo tan eficaz como el que sigue el envenenador que lo mata.
En síntesis El arte de la guerra, es el arte de la prudencia al servicio de algo tan definitivo como la conservación de la vida.
Escribe Sun Tzu: “Siempre que quieras atacar un ejercito, asediar una ciudad o matar a una persona, has de conocer previamente la identidad de los generales que la defienden, de sus aliados, visitantes, centinelas y criados”. Y nos afirma que “las consideraciones de la persona inteligente incluyen siempre el beneficio y el daño”, y que “corresponde al general ser tranquilo, reservado, justo y metódico”. Por lo tanto el maestro Sun nos indica que “La victoria puede ser creada”. Por lo que Sun Tzu recomienda a la autoridad militar: “Mira por tus soldados como miras por un recién nacido. Así estarán dispuestos a seguirte hasta los valles màs pro-fundos. Cuida de tus soldados como cuidas de tus hijos, y morirán gustosamente contigo”.
Pero además nos dice Sun Tzu que la mejor resolución de un conflicto es la vía pacifica de la diplomacia.
Capítulo 1
Primeros cálculos
Sun Tzu dijo:
El arte de la guerra es de importancia vital para un estado. Es el terreno de la vida y la muerte de todos: civiles y militares, el camino a la seguridad y la ruina. Su estudio no se puede dejar de lado por ningún motivo.
Se tienen que tomar en cuenta 5 factores para el arte de la guerra:
Tao, el camino del universo; hace que la gente esté conforme con su gobernante.
El Tien, el cielo; significa tiempo y estaciones.
El Di, la tierra; comprende peligro y seguridad, las posibilidades de vida y muerte.
El Jiang, el general; es la sabiduría, sinceridad, coraje y liderazgo.
El Fa, el método; es la administración del ejército, el ordenamiento de las tropas.
También se debe aceptar cualquier circunstancia a favor de nuestro ejército y poder manipular al enemigo, engañándolo y teniéndolo siempre confundido; si se está cerca, hacerle creer que se está lejos; al ser fuerte, parecer indefenso cuando somos más fuertes que él, para hacer que el enemigo se vuelva arrogante y pierda la batalla.
Comentario.
Nuestro ejército será una entidad económica, que lucha con las demás para poder subsistir.
Los 5 factores para poder planear una guerra, sería la organización que tiene nuestra entidad, necesita estar bien planteada, organizada y con rangos específicos, como lo son los jefes, directivos, socios, empleados, etc.
El engaño solo es una estrategia para poder salir adelante y poder llevar a nuestra entidad al éxito.
Aplicaciones:
La obra muestra la inteligencia y la frescura de los ensayos de Sun Tzu. En ella Sun Tzu explica al detalle los preparativos previos a la guerra: estrategias de engaño, disposición de las tropas en el campo de batalla, armamento necesario, carros de combate, etc. Como poder llegar a vencer al enemigo sin tener que desempeñarse al enfrentamiento cara a cara: simplemente imponiendo una moral dominante, infundiendo el miedo al enemigo para así poder vencer sin llegar a la batalla.
Síntesis:
Capitulo I. Aproximaciones
Sun Tzu dice: la guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio. Es indispensable estudiarla a fondo.
Hay que evaluarla en función de 5 factores fundamentales y compararlos con los 7 elementos enumerados mas abajo. Así se podrá apreciar las ideas esenciales. El primero de estos factores es la doctrina; el segundo, el tiempo; el tercero, el terreno; el cuarto, el mando; y el quinto, la disciplina. Estos cinco factores fundamentales han de ser conocidos por cada general. Aquel que los domina, vence; aquel que no, sale derrotado.
Por lo tanto, al trazar los planes, han de compararse los siguientes siete factores, valorando cada uno con el mayor cuidado:
• ¿Qué dirigente es más sabio y capaz?
• ¿Qué comandante posee el mayor talento?
• ¿Qué ejército obtiene ventajas de la naturaleza y el terreno?
• ¿En qué ejército se observan mejor las regulaciones y las instrucciones?
• ¿Qué tropas son más fuertes?
• ¿Qué ejército tiene oficiales y tropas mejor entrenadas?
• ¿Qué ejército administra recompensas y castigos de forma más justa?
El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo.
Golpear al enemigo cuando está desordenado. Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras
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