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Historia y memorias de Bogotá en documentos digitales


Enviado por   •  15 de Octubre de 2022  •  Reseñas  •  4.155 Palabras (17 Páginas)  •  60 Visitas

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Portal Pedagógico en el Archivo de Bogotá

Historia y memorias de Bogotá en documentos digitales 

 

 

Gloria Vargas-Tisnés    

Directora, Archivo de Bogotá  

Secretaría General - Alcaldía Mayor de Bogotá gmvargas@alcaldiabogota.gov.co 

 

 

Resumen: dentro del marco de la cultura política y desde una perspectiva pedagógica que permita llegar al público en general y, en particular, al público escolar y universitario bogotano, el proyecto Portal pedagógico: historia y memoria de Bogotá en documentos digitales se propone el desarrollo de una plataforma en línea dirigida a la construcción de un espacio de información, apropiación y uso proactivo de la historia y la memoria de Bogotá desde su fundación hasta nuestros días.  

 

Las distintas fuentes documentales, archivísticas, bibliográficas, hemerográficas, fotográficas, sonoras y audiovisuales, conservadas por el Archivo de Bogotá y por otras instituciones dedicadas a salvaguardar las huellas de la construcción de la ciudad, están siendo acopiadas para formar un centro de documentación digital, organizado de manera temática y cronológica que contempla estrategias pedagógicas encaminadas a fomentar la investigación y la difusión de la transformación de la ciudad en el tiempo, que estimulen el conocimiento y la apropiación de los distintos valores y derechos ciudadanos. 

 

Agradecimientos: al alto consejero para las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Sr. Sergio Martínez; al subdirector del Sistema Distrital de Archivos, Sr. Julio Parra; a la subdirectora del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Dra. Martha Saade; a Bernardo Vasco, Ángela Ovalle, Sebastián Acosta, Laura Buitrago, Dora Brausin y Alejandro Cardozo por sus aportes e ideas. A Santiago Rojas Quijano por la edición este texto y en general a los funcionarios del Archivo de Bogotá y de la actual administración distrital, por respaldar la producción del proyecto que aquí se presenta como respuesta integral a una pregunta funcional y misional de la Dirección Archivo de Bogotá.  

Introducción

Este documento se propone como aporte a la inquietud sobre "Buenas Prácticas en Archivos Históricos", tema del coloquio convocado. Valga aclarar que estas reflexiones fueron presentadas en las Jornadas de Archivos Municipales que tuvieron lugar en el pasado mes de junio en Lisboa (Portugal). El proyecto que deseo compartir es el resultado de esta pregunta en el Archivo de Bogotá, motivo de reflexión desde su misma creación en 2003 como entidad adscrita a la Secretaría General de la Alcaldía Mayor de Bogotá. A continuación, elaboraré mi argumento en tres partes: 1) en el primer apartado, defenderé una noción de cultura -y en particular de cultura política- relevante para comprender la función de los archivos municipales en su quehacer como disfusor y constructor de cultura; en el segundo y tercer apartado hablaré de la manera en que el Archivo de Bogotá responde orgánicamente a esta función y de una iniciativa bandera proyectada para transformar la cultura política en la ciudad, respectivamente.  

Función de los archivos desde la perspectiva de la cultura política

La cultura, en especial en el contexto del gobierno y las políticas públicas, debe entenderse como un campo que incorpora las relaciones de legitimidad social y política, mediadas a través de fenómenos que los gobernantes a menudo subestiman como meras expresiones o prácticas tradicionales y populares, piezas de museo, espectáculos o exquisiteces académicas.  

Desde diferentes enfoques, académicos como Clifford Geertz (1973) han postulado un renovado concepto de cultura referido a un tejido de significados y relaciones encarnado en discursos y prácticas materiales y simbólicas transmitidas históricamente, por medio de las cuales los hombres se comunican y desarrollan su conocimiento y las actitudes frente a la vida; un sistema que incluye la apropiación de la norma institucional y su legitimidad.

Este sistema de valores, normas, creencias y representaciones constituye la organización social, pues bajo su marco se definen las nociones compartidas por una colectividad acerca de cómo es la realidad social -en nuestro caso, la ciudad-, dándole sentido y articulación.  

El tejido cultural también proporciona a los individuos que lo integran una economía del entendimiento y de la interacción: ahorra esfuerzos que deben realizarse para identificar el entorno y para saber cómo interactuar con los otros. También constituye el campo operativo para el desarrollo de procesos hegemónicos, incluida la formación o consolidación de una concepción particular del Estado. Con Searle (2006), puede decirse que en el campo de la cultura se juega la existencia social de las instituciones y el fundamento de su construcción normativa.  

Además de señalar dentro del campo de la cultura la potencialidad de relaciones de orden político, estos nuevos sentidos indican su forma básica de transmisión: nociones heredadas en procesos históricos que podemos suponer se reproducen de generación en generación para configurar sistemas más o menos estables de relaciones sociales, que no obstante son en sí mismos mutables.  

Estas relaciones y prácticas se ven confrontadas por la norma institucional que las limita y a su vez constituyen límites para las instituciones -pues cristalizan los consensos sociales que ningún gobernante puede ni debe ignorar-. Los mecanismos de participación ciudadana y las regulaciones institucionales se cuentan desde los ejemplos. Desde el referendo constitucional hasta la fiesta pública que dicta el Concejo de la ciudad y las tipificaciones del delito, condensadas en largas series documentales de denuncia policial. Un ejemplo histórico son los “reclamos y representaciones”, usados durante el periodo colonial como figura jurídica por los vecinos de las ciudades para hacer valer sus derechos (Garrido 1993), cuyos expedientes reposan plácidamente nombrados como serie en los fondos de justicia de diferentes cabildos coloniales iberoamericanos.

El archivo municipal como memoria de Estado y de cultura se convierte en un producto de cultura política, es decir, un objeto institucional y cultural que expresa el uso de la norma, su apropiación y sus múltiples interpretaciones -desde la defensa de derechos civiles y del propio Estado, hasta la investigación histórica, literaria o periodística, o bien la difusión de estadísticas y efemérides-.

Desde esta perspectiva, la propuesta hecha por la actual dirección del Archivo de Bogotá se refiere de manera especial al papel de los archivos en un enfoque gubernativo de cultura política. Se trata de promover el respeto por lo público entendido como apropiación, que pasa por  reconocer los contextos que dieron lugar a la norma. Entender la norma mediante el ejercicio de la memoria que la produjo implica una apropiación natural y legitima las relaciones entre el Estado y los ciudadanos. También implica el reconocimiento de los derechos comunes o diferenciales según la identidad de sujetos y grupos sociales. Por último, la propuesta quiere reconocer el acontecer social como un proceso en permanente construcción y deconstrucción, lejos de la imposición de un único destino social.

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