ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La argentina aborigen.

Victoria HerediaMonografía29 de Noviembre de 2016

3.542 Palabras (15 Páginas)431 Visitas

Página 1 de 15

Introducción

La mira central de este trabajo estará puesta en los principales focos de resistencia de los pueblos indígenas ante la dominación española. Para poder tener una mirada geografía mas acertada mencionaremos las regiones habitadas por las sociedades indígenas durante el periodo colonial, cabe aclarar que no se corresponden a los limites actuales interprovinciales o internacionales, es decir, exceden las fronteras del actual territorio argentino.  El análisis se centrara cronológicamente entre los siglos XVI y XVIII teniendo en cuenta las particularidades de cada región.

Para esto será necesario plantear algunos parámetros que sirvan de ejes conceptuales para interpretar el contenido. En primer término entendemos el concepto de frontera-región del mismo modo en que es estimado por Silvia Ratto, según ella la frontera debe ser considerada como parte del espacio regional que integra. En el mismo momento en que se constituye una frontera poco a poco esta llega a convertirse en una región (Ratto, 2008: 45).

Esta transformación la podemos ver en el avance español sobre los pueblos dominados y los procesos que marcan los cambios son: en primer lugar, la introducción de organismos extraños en espacios nuevos, especies animales, vegetales y también enfermedades. En segundo lugar, la constitución de un espacio de intercambio entre los invasores y las comunidades nativas creando mestizajes biológicos y culturales. En tercer lugar, la instauración de colonias permanentes a través de la apropiación de las tierras nativas. Y en cuarto lugar, la incorporación de normas para que la nueva comunidad funcione. Los dos últimos puntos planteados representan el avance del poder estatal sobre las áreas fronterizas y definen la conversión de la frontera en región (Ratto, 2008: 46).

Por otro lado, es importante definir el concepto de resistencia, según la Real Academia de la lengua Española (RAE), entrega nueve alcances de dicho concepto, de lo concerniente al presente estudio destacaremos las siguientes: “acción y efecto de resistir”, “conjunto de personas que, clandestinamente de ordinario, se oponen con violencia a los invasores de un territorio o a una dictadura”, “causa que se opone a la acción de una fuerza”, “renuencia a hacer o cumplir algo” (RAE, 2001). La resistencia indígena es un movimiento de mucha trascendencia, pues son muchos los lugares del mundo donde los pueblos nativos o indígenas se han visto afectados, ya que los invasores quitaron a los habitantes sus mejores tierras, obligándolos a trabajar duramente, y prohibiendo sus costumbres y creencias; pero las acciones de las comunidades fueron firmes y efectivas. 

Desarrollo

Zonas habitadas por los pueblos indígenas

Las poblaciones indígenas habitaban distintas franjas ambientales cada cual con sus respectivos recursos y  estos determinaban las formas de organización de cada etnia.

La Arqueología definió aquellas zonas habitadas, que son las siguientes[1]:

  1. Para el noroeste y el centro de la Argentina: Puna, valles/quebradas, selvas y chaco, cuyo, Mesopotamia santiagueña y sierras centrales.

Durante el periodo de la colonia correspondían a las gobernaciones de Tucumán (actuales provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero y Córdoba) y Cuyo (Provincias de Mendoza, San Juan y San Luis).[2] 

  1. Para el este y sudoeste de la argentina se hallaban aquellos que habitaban: la llanura pampeana y el litoral de los ríos Paraná y Uruguay.

Todas ellas, de acuerdo al punto de vista europeo, poseían una organización política y social diferente. Esto fue advertido al intentar imponer los métodos de colonización y evangelización.

Periodo inicial de la conquista, siglo XVI.

Tanto el proceso de conquista como el de colonización tuvieron que ver con los intereses de los conquistadores, los rasgos territoriales y los habitantes que ocupaban la región, los cuales presentaron resistencia ante la dominación. Los ataques sorpresivos ponían a los invasores en vigilia; forjando un estado de peligro constante que asechaba a las recién fundadas ciudades. En este contexto se instauro la explotación de la mano de obra indígena y por supuesto del territorio. Los malos tratos llevados a cabo por los encomenderos quedaron plasmados en una larga carta escrita por Guaman Poma de Ayala al rey:

(…) cuelga de los pies al cacique principal y alos demás le azota sobre encima de un carnero, y a los demás le ata desnudo en cueros y lo castiga y trasquila (cortar los cabellos, un castigo humillante). Y a los demás le tiene en la cárcel publica preso en el cepo con grillos, sin darle de comer ni agua y sin darle licencia para proveerse. Toda la dicha molestia y afreta lo hace con color de que falta(n) algunos indios de la mita. (Mandrini, 2008: 198)

Estos abusos cometidos a las comunidades nativas, provocaron continuados levantamientos en la región platina; la primera fundación de Buenos Aires fue duramente atacada por los indígenas hasta que la misma tuvo que ser abandonada. En Asunción, los guaraníes se resistieron al establecimiento español entre los años 1538 y 1539, pero gracias a la negociación de Domingo Martínez de Irala, gobernador de la región, logro estabilizar esta situación aunque la ciudad siempre se mantuvo expuesta a los ataques indígenas provenientes de los pueblos chaqueños.

La resistencia indígena se desarrollo en toda el área de forma importante, ello obligo a los españoles a situarse en las llanuras bajas primeramente, ante la dificultad de implantar asentamientos duraderos en los valles, mas específicamente nos referimos a los valles calchaquíes. Las poblaciones de la región del chaco mantuvieron diversas relaciones con los invasores  desde la habilidad de los pulares -que siempre se mantuvieron entre la aceptación silenciosa y la reticencia muda- hasta la resistencia y lucha abierta de los Quilmes o tolombones (Fradkin, Garavaglia, 2009: 43). En estas tierras surgieron múltiples rebeliones llevadas a cabo por grandes jefes indígenas. Entre 1560 y 1563, se dio el primer levantamiento, liderado por  Juan Calchaquí, cacique de la comunidad de Tolombom en la parte sur del valle de Calchaquí –el valle habría tomado el nombre del cacique-, y con Viltipoco, señor de una comunidad de la quebrada de Humahuaca (Mandrini, 2008: 202). Hasta el periodo de 1585 la presencia española en esta zona es muy escasa, si bien algunas poblaciones cumplen con las deberes hacia los encomenderos, lo hacen con mucho recelo.

La resistencia de estos pueblos se extendió un siglo más y durante todo el proceso de colonización se mantuvieron relaciones belicosas entre los europeos y aquellas comunidades indígenas no sometidas,  como es el caso de las regiones del Chaco, la Pampa y Patagonia.  Los exploradores  de la región de la Pampa tuvieron encuentros solo con los querandíes, ya que habían estado en contacto con los primeros españoles que llegaron al Rio de la Plata (Mandrini, 2008: 204).

En el caso de la región del Tucumán el sacerdote jesuita, Alonso de Barzana, describe en una carta a los pueblos originarios de esta región:

Los indios que pertenecen a esta provincia son muchos, unos conquistados, de adonde vienen los indios a servir a los españoles, asi en los edificios de las casas, de las labranzas de los campos, y a otras cosas, que siempre es menester de ordinario, a lo cual acuden los indios por sus veces, que acá llaman venir a hacer mita, y este es el provecho que se saca de los indios conquistados, fuera del tributo que pagan a los encomenderos, que es a las personas a quien, por ser beneméritos, a unos mas y a otros menos, se les encomiendan los indios o pueblos (…) otros muchos que no están conquistados y se van reduciendo con correrías que (en) esta tierra se llaman malocas. (Mandrini, 2008: 194)

 Los ataques indígenas produjeron fuertes bajas en los españoles, el mismo Diego Rojas (explorador y conquistador) fue asesinado por una flecha envenenada. Pedro Gonzales del Prado, en su información por los servicios prestados  a la monarquía habla de dicha situación:

 (…) y asi pasados los dichos Andes (…), estuvimos (…) en la provincia del Tucuman, que es la primera provincia, adonde había mucha gente de indios flecheros (…), y en las flechas tenían ponzoña que, en hiriendo a un hombre o caballo, moria de allí a cinco o seis días.   (Mandrini, 2008: 201)

Entre 1549 a 1556, se desarrollaron numerosos intentos de fundaciones, que terminaron concretándose en la ciudad de Santiago del Estero,  se caracterizó por la presencia de "indios amigos" en el pie de monte del Aconquija y en la mesopotamia santiagueña mientras se mantenían hostiles los indios de las tierras altas de los valles Calchaquíes y de la Puna (Tandeter, 2000: 106); los cuales evitaron la creación de pequeñas ciudades como es el caso de Londres, fundada entre 1558 y 1560 en la región de los valles calchaquíes o Nieva del Valle de Jujuy. Estos indios amigos eran los mismos aliados de los incas; y participaron, conjuntamente con los españoles, en la conquista de aquellas comunidades que ya venían enfrentando desde el periodo incaico. Pero la alianza de los españoles durara poco, la paz se rompió en 1562 cuando destituyeron a Pérez de Zurita (gobernador del Tucumán), rompiendo así el pacto mantenido con los indios. La consecuencia fue el desencadenamiento de la gran rebelión de "toda la tierra" (tierras altas y bajas), esta rebelión redujo el asentamiento español a sólo el territorio de la ciudad de Santiago  (Tandeter, 2000: 107). Los indígenas destruyeron las ciudades fundadas en esta región y les cortaron las rutas de acceso hacia Chile y Charcas. La insurrección logro apaciguarse con la llegada de militares desde Charcas.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (23 Kb) pdf (597 Kb) docx (2 Mb)
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com