Sendero Luminoso y la Opinión Pública: El terror después del terror

Ensayo

Sendero Luminoso y la Opinión Pública:

El terror después del terror

        Es bien sabido por la población peruana que los eventos acontecidos durante el período de conflicto interno que enfrentó la República del Perú son unos de los más lamentables en toda la historia de este país; sin embargo, y aunque muchos saben creer la verdad de los hechos, no muchos peruanos tienen conocimiento de cómo se dieron algunos de los hechos. En concreto, el combate contra el terrorismo. Se dice que Alberto Fujimori, y sus leyes anti-subversivas, fueron clave para detener al avance de Sendero Luminoso, pero… ¿Qué tan cierta es esa aseveración? ¿Realmente Fujimori fue esencial para detener la amenaza? Es prudente preguntarse si la opinión pública está en lo correcto con respecto a lo que realmente sucedió en el período que abarca desde el inicio de la violencia (La quema de ánforas en las votaciones de Chuschi, Ayacucho), en 1980,  hasta la salida del presidente Alberto Fujimori del gobierno, en el año 2000. Es importante tener claro si la población tiene una idea correcta de lo que realmente ocurrió durante los años de conflicto interno, ya que una perspectiva errónea acerca de lo que ocurrió en una de las peores, si es que no la peor época de la historia de su nación, conlleva a justificar tanto como culpar a los personajes equivocados, generando poca conciencia acerca de las cosas que realmente se deben mejorar y evitar, y eventualmente, repetir estos tristes acontecimientos.

        Para analizar si Sendero Luminoso logró con éxito alguno de sus objetivos, es preciso primero repasar estas metas. El Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, encabezado por Abimael Guzmán (Presidente Gonzalo para los miembros de la organización), profesor de filosofía de la Universidad de Ayacucho, buscaba derrocar al gobierno de la época, llegar al poder e instaurar lo que llamaban un “Nuevo Poder”, por medio de la violencia: combatirían el orden existente con un denominado “Ejército Guerrillero popular” (aunque nunca llegaron a conformar un verdadero ejército), venciendo a la burguesía y pasando a conformar la llamada “República Popular del Perú”. Ésta toma del poder, que justifica la lucha armada, estaba basado en el plan de lucha usado en la Revolución China, que terminó en la creación de la República Popular China. Éste modelo de la “guerra popular”, planteado por Mao Tse-Tung, consta de 3 fases: defensiva estratégica, equilibrio estratégico, y ofensiva estratégica. Básicamente es una estrategia de control de zonas rurales, establecimiento de zonas de apoyo y, al alcanzar un poderío considerable, atacar a las zonas urbanas, obteniendo así el poder apoyado por el sector popular.

        Sin embargo, Sendero Luminoso se enfrentó con problemas que no solo dificultaron el desarrollo de las etapas planeadas para la toma del poder, sino que llegaron a impedir que se efectuara. En particular, en Febrero de 1990, su mismo líder admitiría que se estaba encontrando con dos grandes obstáculos: La consolidación de los Comités de Autodefensa y las Rondas Campesinas (sistemas de defensa autónomos creados por las comunidades indígenas en respuesta a los ataques por parte de los senderistas), y un ejército reorganizado, con una estrategia distinta a la de años anteriores, buscando la adhesión de la población indígena y mejorando sus sistemas de inteligencia. Debido a esto, y potenciado por una falsa perspectiva de Guzmán de haber completado con éxito la fase de equilibrio estratégico, siendo que a esas alturas del conflicto ya había perdido gran parte del apoyo del campesinado en el cual la organización había establecido sus centros de apoyo, lo llevaron a tomar la precipitada decisión de acelerar el proceso y trasladar la guerrilla desde el campo hacia la ciudad. Ésta acción, llevada a cabo sin el apoyo del otros miembros de la dirección del partido, precipitó la pérdida de posiciones en el campo, y un punto clave para explicar la pronta derrota del movimiento. Como se puede ver, el debilitamiento, hasta tal punto de perder muchas de sus bases en el campo, de Sendero Luminoso, se produce antes de su irrupción precipitada hacia zonas urbanas, y mucho antes del golpe de estado del presidente Fujimori y la aprobación de sus leyes anti-subversivas. Y si bien la captura del líder de Sendero Luminoso se produciría después de estos hechos ya mencionados, claramente el movimiento que llega a atacar a la ciudad no está ni cerca de poseer el poder que ostentaba hace 5 años. Por esto se puede afirmar que el Sendero que decide atacar al sector urbano es una organización incapaz de continuar su lucha por el poder. Entonces, ¿por qué plantea Fujimori ser él quien combate y erradica el terrorismo? ¿Cómo se justifican las leyes anti-subversivas instauradas luego del cierre del Congreso, si luego de la captura de Abimael Guzmán las acciones de Sendero Luminoso se vuelven cada vez menos frecuentes y efectivos? La amenaza del MRTA no justifica este hecho tampoco. Y sin embargo, la popularidad de Fujimori luego del Golpe de Estado era bastante alta. Está claro que esto se explica en parte por el control que recobró sobre la economía que quedó luego del gobierno de Alan García, miembro del partido político APRA: una inflación alarmante y niveles de pobreza e indigencia indignantes. Pero de todas maneras, el desconocimiento de la población acerca de la realidad del terrorismo explicaría el apoyo a las leyes anti-subversivas instauradas por Fujimori, ya que no saben que la estrategia de Sendero Luminoso está por los pisos. No saben que la organización campesina, combinada con el apoyo de las fuerzas armadas (quienes ya no perpetraban violaciones a los derechos humanos en las poblaciones indígenas, sino que empezaron a proporcionarles armamento y entrenamiento táctico para poder defenderse de los ataques senderistas), es quien permite dar el golpe contra la cúpula senderista y desbaratar la estrategia de Guzmán de tomar el poder, y no Fujimori y sus nuevas leyes. En cambio, el ciudadano común siente que el terrorismo empieza con seriedad cuando Sendero Luminoso se lanza contra los sectores urbanos: cree que este ataque contra las ciudades es la prueba de que la organización terrorista está lista para arrasar con Lima, y así lo probaría todos los ataques terroristas y asesinatos políticos cometidos desde 1990. Pero, lo que la opinión pública no sabe es que estos actos son un último recurso de un Sendero que es derrotado en sus bases de apoyo y no posee de la organización ni el poder suficiente para representar una verdadera amenaza al Gobierno. La opinión pública no conoce el objetivo que Sendero Luminoso busca alcanzar ni cuál es el modo de alcanzarlo; en cambio, los ve como una cúpula terrorista con un poder de fuego alarmante. Y, ¿quién neutraliza esta amenaza inmediata? Fujimori. Por lo tanto tiene sentido el hecho que Fujimori sea reconocido por combatir la amenaza terrorista. Y en parte es cierto. Pero sólo el terrorismo que amenaza a la capital y a otras ciudades importantes, no el organismo completo, que viene derrotado desde antes de su surgimiento en los lugares antes mencionados.

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