Yugoslavia
Danyjani24 de Septiembre de 2014
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Desintegracion De Yugoslavia
La integración de Yugoslavia comenzó con el proceso de creación de una identidad común a todos los grupos étnicos, lingüísticos, religiosos y regionales con el fin de que sintieran parte de la misma comunidad política. Este proceso se define en la ciencia política contemporánea, como construcción de la nación mientras que el proceso de integración territorial, consiste esencialmente en la imposición de la obediencia, el proceso de integración nacional, consiste en la aceptación por parte de la población, de las órdenes de las autoridades centrales porque se consideran legítimas.
El proceso de integración nacional recibe un fuerte influjo del modo como se ha llevado el proceso de integración territorial. En efecto, si esta última ha llevado a una posición de preeminencia a un determinado grupo étnico o social, y ése sigue manteniendo todas las posiciones de poder, es difícil que los demás grupos acepten sus órdenes sin oponerse. Que es lo que ha sucedido en la Yugoslavia post Tito, cuando Milosevic trató de imponer el predominio serbio sobre los otros grupos étnicos. La creación de un consenso mínimo sobre algunos valores fundamentales, y especialmente la aceptación de algunos procedimientos para la resolución de los conflictos, reviste una importancia relevante para el proceso de integración nacional.
La desintegración es la división y ruptura entre los diversos grupos que forman parte del Estado-nación, en el caso de Yugoslavia que era una Federación, las rupturas se deben al grado de heterogeneidad de los estados miembros. La desintegración de Yugoslavia en virtud de la independencia de las antiguas repúblicas federativas que la constituían, y no obstante los intentos de conservar algunos vínculos confederativos, así como la dispersión de la población serbia en los diversos Estados Soberanos, ha producido guerras sangrientas, causando grandes destrucciones materiales y perdida de vidas humanas, agravadas por la llamada «limpieza étnica».
Mientras los restantes países de Europa del Este modificaron sus ordenamientos constitucionales a partir de las transformaciones políticas iniciadas en 1989, la República Federativa de Yugoslavia experimentó graves dificultades debido, al surgimiento de fuertes tendencias nacionalistas, estimuladas desde el exterior, en las diversas repúblicas que la formaban.
Al fracasar el intento de lograr al menos una unión de tipo confederativo, las diversas naciones que formaban la federación se fueron separando una a una. En primer término, en junio de 1991 se expidió el acta sobre la autonomía e independencia de la República de Eslovenia. El proceso de independencia culminó con la promulgación de su Constitución en diciembre de ese año, su reconocimiento por varios estados europeos, que alentaron su secesión, y su admisión en las Naciones Unidas en mayo de 1992.
En Croacia se produjo una situación similar. La Constitución de dicha República, del 22 de enero de 1990, no establecía la separación de Yugoslavia, pero en virtud del referéndum de mayo de 1991 se produjo, alentada del exterior, la declaración de un Estado Soberano e Independiente, lo que se consumó el 8 de octubre siguiente. En 1992 Croacia obtuvo el reconocimiento internacional y también fue admitida en la Naciones Unidas. Además, se produjo la declaración de independencia de la República de Macedonia. En efecto, la Constitución de noviembre de 1991, como resultado del referéndum de septiembre anterior, considera a dicha república como un Estado soberano e independiente.
Por lo que respecta a Bosnia-Herzegovina, ésta declaró su independencia en octubre de 1991, con la participación parlamentaria de los representantes croatas y musulmanes, pero con la oposición de la población serbia. El conflicto resultante pronto se convirtió en un cruento enfrentamiento militar, que degeneró en guerra y provocó la intervención de las potencias hegemónicas de antaño, esta vez lideradas por los Estados Unidos. Por su parte, Serbia adoptó formalmente, en su Carta constitutiva de septiembre de 1990, disposiciones inspiradas en las democracias occidentales. El proceso de integración política de las distintas comunidades, es un proceso multidimensional, sometido a numerosos influjos internos y externos. Estos últimos, en particular, han pesado históricamente sobre la desintegración de Yugoslavia. En efecto, a la muerte de Tito y la desaparición del Bloque del Este, la ideología como elemento aglutinador de la identidad política de la Federación comienza a desaparecer, y los ya difíciles problemas internos de las naciones que la integraban, manteniendo una unidad en la diversidad, se complican por el complejo juego internacional de las potencias hegemónicas que favorecen conscientemente unos grupos en detrimento de otros, acrecentando las divergencias regionales, y atizando los conflictos de orden religioso, cultural y étnico. En definitiva, la influencia externa a sido decisiva en la desintegración de Yugoslavia, la cual fue sellada con la ilegal intervención de la OTAN.
GUERRA DE KOSOVO
Kosovo: (en albanés, Kosova; en serbio, Kosovo-Metohija), es una región situada al sur de Serbia, en la península de los Balcanes, que limita al sureste con la Ex-República Yugoslava de Macedonia, al suroeste con Albania y al este con Montenegro. Su capital es Priština. Disfrutó de un estatuto de autonomía desde 1946 hasta 1989.
Curso acelerado para entender el conflicto. Kosovo es una provincia serbia que no llega a 11.000 kilómetros cuadrados, tiene 2.000.000 de habitantes y es una de las regiones más pobres de Europa. Los albaneses étnicos —casi todos musulmanes— son el 90 por ciento de la población. Los serbios (eslavos y cristianos ortodoxos) son apenas 200.000, pero controlan totalmente el lugar Su odio arranca en el siglo XIII: los turcos derrotaron a los serbios e impusieron el Islam. Pero la chispa del conflicto en tiempos modernos se encendió en con la anulación por parte de Serbia de la autonomía kosovar dictaminada por el mariscal Tito después de la Segunda Guerra Mundial. Eslovenia, Macedonia, Croacia y Bosnia (provincias yugoslavas) se declararon independientes.
En 1 gg8, el caudillo serbio Slobodan Milosevic ordenó, como respuesta al asesinato de dos policías, una llmpíeza étnica: masacre que obligó a la OTAN a intervenir política y militarmente. Kosovo es a los serbios y albaneses lo que es Jerusalén a los judíos y musulmanes. Etnias, nacionalismos y religiones chocan como planetas. El odio es milenario. La paz, precaria. El futuro, tan incierto como peligroso.
Crisis de Kosovo: conflicto bélico que estalló en la región yugoslava de Kosovo durante la primavera de 1998, tres años después del final de la guerra de la antigua Yugoslavia, y que una vez comenzado entró directa y definitivamente en relación con esta última. En él los contendientes fueron inicialmente, de un lado, el Ejército serbio, y, de otro, el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK; UCK en albanés), que pretende defender los intereses de la mayoría de origen albanés que habita la región. Desde marzo de 1999, cuando dio comienzo el ataque de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a la República Federal de Yugoslavia, la crisis adquirió carácter plenamente internacional.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Para los nacionalistas serbios, Kosovo es la cuna de su nación. El Estado serbio medieval se localizaba en Kosovo y sus alrededores. La batalla de Kosovo, mantenida en Kosovo Polje (en serbo-croata, ‘campo de los Mirlos’), supuso la victoria del Ejército otomano, al mando del sultán Murat I sobre los serbios liderados por el príncipe Lázaro, el 15 de junio de 1389. El aniversario de esa derrota es el día más importante en el calendario nacional serbio. No obstante, los albaneses lucharon al lado de los serbios en dicha batalla y, de hecho, precedieron en varios siglos a los serbios en la región.
La presencia albanesa en Kosovo ha variado con el paso de los años. Durante la época de esplendor serbio, los albaneses eran una minoría, pero en otros periodos han sido la fuerza predominante.
El nacionalismo albanés moderno nació en Kosovo con la creación de la Liga de Prizren en 1878, cuya intención era mantener al pueblo albanés unido en un solo Estado, haciendo frente a las diversas particiones de las tierras albanesas. Kosovo fue integrado en Yugoslavia —país surgido de las cenizas del Imperio Austro-Húngaro en 1918 con la denominación de Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, desde 1929 llamado Yugoslavia—, si bien durante la II Guerra Mundial (1939-1945) la mayor parte de la península de los Balcanes pasó a estar controlada por las potencias del Eje (pacto militar que incluía a Alemania, Italia y otros países).
Kosovo, así como la parte occidental de Macedonia y Albania quedaron bajo el dominio de Italia. Fue devuelta a Yugoslavia después de la II Guerra Mundial. La Constitución yugoslava de 1946 otorgaba a la región un rango de autonomía dentro de Serbia.
La autonomía de Kosovo, que se vio reducida por la Constitución yugoslava de 1963, fue posteriormente ampliada con nuevas enmiendas. En 1974, una nueva Constitución elevó a Kosovo a la categoría de provincia constituyente. Aunque quedó oficialmente integrada dentro de Serbia, funcionó virtualmente como una república yugoslava de pleno derecho, con su propia representación en la presidencia colectiva de ocho miembros de la Federación.
ANTECEDENTES INMEDIATOS: EL AUGE DEL NACIONALISMO
La agitación nacionalista creció en Kosovo durante la década de 1980. En la primavera
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