Administracion Pública
alisplataluna11 de Noviembre de 2013
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ESTADO, GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN LA GLOBALIZACIÓN
* Fermín Alí Cruz Cervantes
En las dos últimas décadas del siglo XX el mundo ha vivido grandes transformaciones y cambios que han puesto en la palestra de la discusión el papel del Estado, el gobierno y la administración pública en la economía y su relación con la sociedad civil. Las fuerzas emanadas del avance tecnológico, el neoliberalismo, los cambios acelerados de la sociedad civil, la complejidad de las relaciones en el ámbito político, económico y social, acompañados por una amplia dosis de incertidumbre bajo la máscara de la globalización que se presenta como un hecho consumado, esta globalización omnipresente que abarca todo y desafía a las democracias representativas, así como a los líderes políticos, afectando significativamente la organización tradicional de los Estados nacionales; esta globalización es producto de una política deliberada y ejercida a escala mundial, pero a pesar de su poder no es predestinada sino, por el contrario, coyuntural, perfectamente analizable y discutible (Vivian Forrester, p. 12).
Todos estos cambios han obligado a realizar las transformaciones necesarias, encaminadas a redefinir el papel del Estado en la vida de los países, con un gobierno que tome decisiones acordes a la realidad de las sociedades y con una administración pública modernizada y fortalecida para llevar a cabo todas las acciones que aquél decida, utilizando los medios y mecanismos que encuentre a su alcance para mantener la gobernabilidad, así como la demanda ampliada de respuesta a las peticiones y necesidades de la sociedad, que cada día exige una mayor participación en la toma de decisiones. Estas transformaciones y cambios estructurales provocados por el neoliberalismo (globalización) han obligado a que diversos gobiernos, presionados por las organizaciones multilaterales, emprendieran programas radicales de reestructuración de las actividades estatales. Se recortaron instituciones oficiales, se despidieron grandes cantidades de funcionarios y la intervención estatal se redujo de una manera considerable a favor de la operación de las fuerzas del mercado. Se impuso un cambio de rumbo que hizo necesario una reforma del Estado. La reconstrucción de la estructura institucional de éste y de su capacidad de definir y ejecutar políticas en áreas imposibles de transferir al sector privado y que deben ser consideradas como responsabilidades centrales del aparato estatal, han pasado al primer plano de la agenda política (Menno Vellinga, p. 9).
En el marco de estos cambios se desarrollaron nuevas teorías que hasta la fecha no han ,ofrecido respuestas totalmente satisfactorias a varios cuestionamientos sobre el significado de la intervención del Estado en la economía. Las tareas básicas de estas teorías son tratar de explicar aspectos concretos relacionados con las funciones y comportamientos de los Estados contemporáneos.
Aparte del nivel de desarrollo del país y de la tendencia filosófica del gobierno en turno, el denominador común es la transformación del papel del Estado, redefinir sus tareas esenciales, considerando los cuestionamientos de ¿qué debe hacer?, ¿qué no debe hacer?, ¿qué puede hacer? y ¿cómo debería gerenciarse el sector público? En concreto, la mayoría de las naciones se enfrenta a fuertes cuestionamientos a propósito de qué debería hacer el Estado y cómo podría hacerlo de la mejor manera, manteniendo esa racionalidad desde el punto de vista económico de orden, progreso y seguridad, tanto interior como exterior (si consideramos éstos como valores políticos del Estado y la burocracia), "sin altera el estatus político del Estado" (Carl Schmitt, p. 49).
Las teorías del Estado
En los últimos años se han desarrollado teorías encaminadas a comprender y explicar mejor el comportamiento económico del Estado en los ámbitos de la economía y de la sociedad moderna. Estos temas son abordados desde dos enfoques principales y básicos: la importancia del Estado y como una institución que juega un papel decisivo en la vida económica, política y social. Es conveniente aclarar que el Estado en la teoría económica juega el papel de una variable relevante. Estas teorías ofrecen una visión de los elementos útiles para la comprensión de temas como el diseño, aplicación y evaluación de políticas públicas, problemas decisionales, organizacionales e institucionales del Estado y teorías sobre su crecimiento.
Entre las teorías más importantes para el entendimiento del Estado podemos citar las siguientes: teorías macroeconómicas y microsociales; teorías macroeconómicas keynesianas; teorías de la elección pública; teorías neoinstitucionales; teorías del crecimiento del Estado; teorías de la gerencia pública ( José Ayala Espino, p. 19).
Resulta conveniente recordar que en la redefinición de las funciones del Estado los cambios están condicionados para no violentar los intereses primordiales de éste, ya que estaríamos en contra de la raçon d'Etat, entendida ésta como los intereses supremos y primordiales del propio Estado, tanto como organismo político y fuente de poder que alimenta sus movimientos, subordinando incluso los del gobernante (ya que es el único que ejerce el papel de la dominación sobre los demás), mantiene los valores políticos: paz, orden y seguridad, y proclama que sus decisiones son producto de la frialdad que acompaña a los procesos políticos en los cuales está inmerso. No debemos olvidar que son los funcionarios del gobierno los responsables de salvaguardar los intereses del Estado (Ricardo Uvalle Berrones, 1992, p. 290).
En el marco de estas teorías se redefinirán las funciones del Estado, el ámbito del gobierno contemporáneo y las obligaciones de la administración pública. Una reforma del Estado debe estar encaminada a restablecer la fuerza, la autoridad, la eficiencia y la capacidad de planeación institucionales del aparato estatal en los diversos sectores económicos y sociales, sin olvidar la correspondencia con la expresión democrática de una nueva voluntad de cambio, ya que sin democracia no hay reforma del Estado capaz de sostenerse con viabilidad. Así se mantendrá una nueva relación entre éste y la sociedad civil (Francisco Valdez Ugalde, pp. 36-37).
Esta nueva relación Estado-sociedad trae como consecuencia otra manera de entender y de hacer política, alterando fundamentalmente dos dimensiones de las relaciones tradicionales entre la sociedad y el Estado: lo público y lo privado. También ha cambiado la dimensión de la independencia/dependencia de la sociedad frente al aparato estatal, tanto en el tratamiento de sus asuntos particulares como en el de los asuntos políticos generales. Frente a un robusto aparato estatal, con amplias zonas de propiedad, intervención y regulación, se ha reivindicado y contrapuesto el ámbito de lo privado; lo que se juzga es el derecho, la competencia y la responsabilidad de lo privado. Se ha llevado a cabo una revaloración de la dimensión íntima, de las libertades individuales, políticas y civiles, de los intercambios competitivos y cooperativos frente a los individuales, la propiedad privada y los derechos de propiedad (Alejandro Buendía Velásquez, p. 94).
Reforma del Estado, nuevas tecnologías de gobierno
En el marco de la reforma del Estado es necesario que se redefinan los ámbitos de lo público y lo privado, partiendo de que el primero se refiere "al campo de interacciones e interpelaciones en que los ciudadanos individuales, por sí mismos o por los voceros de sus organizaciones, hacen política […] y concierne a lo que es accesible y disponible sin excepción para todos los individuos de la asociación política" (Luis Aguilar, p. 28).
Toca a la ciencia de la administración pública el estudio de la actividad del aparato en la sociedad, teniendo como premisa central la distinción entre sociedad civil y Estado, la diferencia entre vida pública y vida privada, la correlación de sociabilidad dada entre los individuos, las formas de asociación política, los cometidos sociales de la administración, los cuales se acreditan por el compromiso que el Estado tiene para proveer el bienestar material y social a sus gobernados. La ciencia de la administración pública tiene como punto de partida medular las relaciones civiles y políticas que la administración sostiene con los individuos.
Frente a la envergadura de tales retos y para arribar al Estado necesario, o inteligente, concentrado en funciones estratégicas, hace falta una política de Estado para la sociedad, con un diseño institucional y un desarrollo de capacidades gerenciales que le permita llevarlas a cabo con alta efectividad. Un Estado inteligente en lo social no es un aparato estatal mínimo, ausente de acciones puntuales de base asistencial, sino uno con una política nacional, no de partidos, en educación, salud, nutrición y cultura, y que esté orientado a superar las gruesas inequidades, sea capaz de impulsar la concertación entre lo económico y lo social, promotor de la sociedad civil; con un papel sinergizante permanente, siempre atento a las incidencias de la globalización y el mercado sobre la problemática social, agresivo en materia de desarrollo del capital humano y del capital social; concertador de alianzas estratégicas continuas entre los distintos actores sociales a favor de la superación de la pobreza y puesto cabalmente al servicio de la sociedad (Bernardo Kliksberg, pp. 288-289).
Se deberá de contar con la eficacia y legitimidad de las administraciones públicas para el surgimiento, desarrollo y consolidación de nuevas tecnologías de gobierno; por ejemplo:
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