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Aldeas Infantiles


Enviado por   •  23 de Febrero de 2013  •  2.941 Palabras (12 Páginas)  •  652 Visitas

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ALDEA INFANTILES Y JUVENILES

HISTORIA

Era 1979, hace 30 años, cuando nació la primera aldea infantil en Venezuela, en el municipio La Cañada de Urdaneta, zona eminentemente petrolera del estado Zulia, que contradictoriamente mostraba índices preocupantes de pobreza.

La Aldea Infantil SOS de La Cañada sigue hoy en pie, con 103 niñas y niños, renovada estructuralmente y con mayor ímpetu que nunca. En la misma localidad de El Topito actualmente también funciona un Centro Social y la Escuela Básica Hermann Gmeiner.

Martin Burmeister ha colaborado con Aldeas Infantiles SOS Venezuela desde aquellos tiempos cuando en la población cañadera los fundadores iban casa por casa, solicitando apoyo e involucrando a toda la comunidad en la obra social que nacía. A sus 80 años, lúcido y jovial, el señor Burmeister cuenta: “Cuando se fundó la aldea de La Cañada, estaban buscando padrinos y yo acepté ser uno de ellos. No recuerdo bien si eran 100 bolívares mensuales lo que uno aportaba, pero en el Club alemán nos involucramos y las señoras se movilizaron por todo Maracaibo para buscar la contribución de la colonia alemana”.

Pero la donación que el entrevistado recuerda con más nitidez fue cuando murió su hijo y se pidió que, en vez de gastos en flores, los acompañantes al duelo aportaran un donativo. “Se reunió un poco de dinero, el cual legamos a Aldeas Infantiles”.

El vio nacer la segunda aldea venezolana, también en el Estado Zulia, exactamente en Ciudad Ojeda, capital del municipio Lagunillas. Comenzaba la década de los años 80, la nacionalización petrolera era un hecho y la empresa Lagoven acudió al llamado de los promotores, varios de los cuales eran inmigrantes italianos deseosos de retribuir a Venezuela la acogida calurosa que les había dado. Nos explicaba el señor Bruno Pellegrini que una vez levantada la aldea había que sostenerla. “Yo recogía fondos en la empresa donde trabajaba y mi esposa hasta recorría las panaderías para llevarle a la aldea pan fresco.” Es interminable la lista de personas que hicieron posible la Aldea Infantil SOS Ciudad Ojeda, hoy considerada una tacita de plata de la organización.

Luego la obra social continuó hacia el área metropolitana, cuando cinco familias venezolanas donaron parte de sus terrenos de la hacienda El Tribón, en El Junquito. Marie Louise Von Vultejus, conocida por los niños y niñas como tía Marilú, presidió en aquel entonces la junta directiva de la organización y en pocas palabras expresa hoy la filosofía que se trató de imprimir a la obra social y el principio fundamental que todavía hoy está vigente: “El niño SOS debe ser educado igual como educamos a nuestros hijos.”

En el año 1989 el país comenzaba a vivir una época de crisis, el Instituto Nacional del Menor carecía de recursos suficientes para atender a la niñez desasistida y la aldea metropolitana constituía un remanso de paz, ejemplo de cómo una organización social sin fines de lucro podía contribuir aunando esfuerzos desde los sectores privados.

Ese mismo año fue también el que marcó un antes y un después en cuanto a atención infantil. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó de forma unánime la Convención sobre los Derechos del Niño, que Venezuela ratificó en 1990. Aldeas Infantiles SOS Venezuela comprendió de inmediato el cambio de paradigma que colocaba en primer orden de prioridad el bienestar de la infancia y su protección especial en toda circunstancia.

Mientras, el pueblo de El Junquito, insertado entre dos entidades administrativas, el Distrito Metropolitano y el Estado Vargas, se convirtió en una populosa parroquia de difícil acceso y de peligrosa viabilidad. Por lo mismo la situación de la aldea metropolitana que se había constituido como aldea modelo, comenzó a perjudicar el desenvolvimiento cotidiano de los niños y niñas.

Es por esa razón que se tomó la decisión de convertir a la aldea de El Junquito en la Escuela de Madres Elsa Gmeiner y mudar a las niños y niños a la nueva Aldea Infantil SOS Maracay-Turmero. Esta última, más citadina, ofrecía mayores oportunidades a los muchachos para interrelacionarse con chicos de su edad, asistir a diferentes escuelas y colegios y acceder a más actividades extracurriculares.

Hoy luego de 30 años de estable y exitosa labor, los retos siguen, porque cada niño y niña debe vivir una infancia feliz y un futuro prometedor. Junto a ti esto ha sido y será posible.

QUE HACEN

Es simple, queremos que cada niño y niña pueda tener una familia cariñosa, estable y un hogar seguro y feliz.

Una familia puede existir sin niños, pero un niño no puede vivir sin una familia. En Aldeas Infantiles SOS nos dedicamos a acoger, amar y formar a todo niño que ha perdido su familia biológica o que proviene de familias desestructuradas, para que viva un presente y un futuro lleno de oportunidades

Trabajamos en la prevención del abandono infantil

En los Centros Comunitarios de Aldeas Infantiles SOS trabajamos con familias en situación de riesgo, en zonas de pobreza, fortaleciéndolas, apoyándolas en el mejoramiento de sus condiciones de vida y de sus habilidades para proteger y cuidar a sus niños y niñas. Además les proveemos la alimentación, educación, cuidado y atención médica que no pueden cubrir sus familias, durante su permanencia en el Centro Comunitario.

Aldeas Infantiles SOS ofrece una red de servicios ajustados a las necesidades individuales de cada niño, dentro de un entorno familiar que lo acompaña a lo largo de su infancia y adolescencia.

POR QUE SE HACE

Cada niño y cada niña tienen derecho a crecer en una familia…

Sin embargo, muchas veces esto no ocurre. Un gran número de niños y niñas viven sin el apoyo de uno o ambos padres, mientras muchos otros sufren las consecuencias de la violencia, abusos, negligencia, explotación o cualquier otra privación de sus derechos.

En Aldeas Infantiles SOS creemos que sólo dentro de una familia, los niños y niñas consiguen alcanzar el bienestar físico, psicológico, social, legal y espiritual. Definitivamente, una familia es el espacio en el que pueden vivir su infancia plenamente y donde tienen la oportunidad de prepararse para el futuro.

A través de los servicios que ofrecemos, en Aldeas Infantiles SOS defendemos y promovemos los derechos de los niños y niñas establecidos en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y en la Ley Orgánica para la Protección

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