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BREVE HISTORIA DE LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL MEXICANA


Enviado por   •  6 de Febrero de 2017  •  Ensayos  •  4.055 Palabras (17 Páginas)  •  549 Visitas

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Eva Cristina Rangel Loza

BREVE HISTORIA DE LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL MEXICANA

RESUMEN

El presente trabajo forma parte del primer apartado de la tesis “La narrativa Juvenil en México y su recepción escolar”, que se encuentra en proceso de realización. Esté resumen del Capítulo, forma parte de un estudio descriptivo sobre la situación y circunstancias de la literatura Juvenil en México.

Investigación de corte documental que nos permite vislumbrar a través de un breve vistazo, el papel que han jugado los niños y los jóvenes en la historia de la literatura mexicana, desde la época precolombina, pasando por la colonial, la época independiente, hasta las primeras investigaciones de la Literatura Infantil y juvenil, para así llegar a la época actual donde la producción de libros de LIJ es tan vasta y exitosa, que es motivo para organizar Ferias nacionales e internacionales del libro infantil y juvenil.

Ante ésta perspectiva, la Didáctica de la literatura tiene el reto de especificar qué hacer con los textos literarios que están en contacto con los niños y jóvenes desde muy temprana edad. Clarificar objetivos, crear propuestas y estrategias que contribuyan a ganar receptores jóvenes. Hoy en día existen pocos estudios críticos y de investigación que describan lo que está ocurriendo en la producción de textos literarios para jóvenes, por lo que es importante, saber quéy quiénes publican y que características tienes estos textos que van dirigidos a niños y jóvenes mexicanos.

BREVE HISTORIA DE LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL MEXICANA

INTRODUCCIÓN

México respecto a muchos países de hispanohablantes, ha incursionado en la vida lectora de sus niños y jóvenes con gran demora. Los trabajos de investigación sobre literatura infantil y juvenil (desde ahora LIJ), son pocos en la Didáctica de la literatura y lo lamentable aún, es que exista polémica entre la aceptación de una literatura dirigida a niños y jóvenes.

Desde hace un par de décadas, un grupo de investigadores se ha dedicado a revalorizar la presencia de la LIJ en el campo de la Didáctica de la literatura, sobresaliendo por sus investigaciones España ya que cuenta con especialistas en esta rama, que no cesan de investigar para que los pequeños y los jóvenes inicien su formación lectora- literaria desde los primeros niveles escolares.

En Latinoamérica, la importancia de la LIJ es reciente. Aunque, habrá que reconocer que el cubano José Martí fue uno de los primeros escritores que pensó en los receptores pequeños de América, a los que les dedico los cuatro volúmenes de la revista “Edad de Oro” (1889). Proyecto literario ambicioso, puesto que comprendió la importancia de formar lectores en las nuevas generaciones. En sus escritos trató siempre de subrayar lo latinoamericano, la independencia, los valores de la cultura indígena, la conquista y la colonización, para conseguir que los niños conocieran y respetaran sus culturas y tradiciones.

En el campo de la Didáctica, el termino “Literatura Infantil o Juvenil”, ha sido aceptado, sin embargo, existen otros campos, como el universitario que hasta hoy juzga inadecuado su uso, por lo que las batallas siguen en pie. La Literatura Infantil cuenta con más seguidores, existen materiales e investigaciones publicados en libros y revistas. Los niños, por su capacidad cognitiva y la poca experiencia lectora, deben iniciarse por textos sencillos, con ciertas imágenes y temas que puedan interpretar. Sus conocimientos enciclopédicos, literarios y lectores se están iniciando.

En cuanto a la literatura Juvenil hay cierta polémica porque la brecha entre ésta población y la adulta parece insignificante. Sabemos que esta edad se tienen intereses, inquietudes sobre temas muy característicos. Por tanto, habrá que aceptar su existencia, ya que las industrias editoriales desde hace unas décadas, producen gran cantidad de libros para adolescentes y jóvenes.

Las colecciones de libros infantiles y juveniles que salen al mercado se venden con éxito a estos receptores, cada vez más exigentes. Ya se demostró ser así, en la primera Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil que se realizó en México 1981, donde también se percibió el trabajo de escritores, ilustradores, promotores, maestros e instituciones, que brindaron materiales de mejores niveles de comprensión y goce literario.

LA LITERATURA PRECOLOMBINA

Un estudio realizado por C. González Peña en su libro Historia de la Literatura Mexicana, menciona que en México, el folklore fue nuestra primera literatura infantil. Esta literatura de oralidad acompañada de juegos infantiles, era transmitida por los adultos en forma de adivinanzas, canciones o acertijos aztecas.

La herencia de las culturas prehispánicas las encontramos en los huehuetlahtolli o “antiguas palabras”; pláticas de padres a hijos; discursos de sabios, palabras de sacerdotes sobre los acontecimientos de la vida (nacimiento, matrimonio o muerte), etc. Muestra de ello, se encuentra en el Códice Florentino de Sahagún. Poco se sabe lo que brindaba al joven la literatura de este tiempo, la mayoría de ellos pasaban de la niñez a la edad adulta.

Con la ocupación de Tenochtitlán en 1521, se inicia la construcción de la Nueva España, con la misión de incorporar a los indígenas a la civilización hispánica. Durante la época Colonial, el desarrollo de la literatura es muy lento y existe poca innovación y originalidad, ya para finales de la misma, las producciones se verán con un matiz político y liberal. Así pues, los primeros libros que recibieron los niños y jóvenes mexicanos fueron los mismos que se impartían en España para los pequeños: cartillas, catones, Biblias sagradas, vida de santos y fábulas.

LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL DURANTE LA COLONIA.

Hay escritores y poetas mexicanos que destacan en la literatura nacional y universal durante este período, un gran ejemplo lo constituye Sor Juana Inés de la Cruz, que desde muy niña tuvo acceso a los libros de literatura que sus abuelos tenían en su biblioteca y que fueron parte de bagaje cultural que le ayudó a desarrollarse como gran poetisa y conocedora de la literatura universal. Pero ella fue la excepción, para la gran mayoría de niños mexicanos, el contacto con la literatura era nulo o bien se limitaba a la lectura de textos religiosos y a la amplia gama del folklore infantil

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