¿Existe una literatura infantil y juvenil?
tete92Resumen16 de Marzo de 2019
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DIDÁCTICA DE LA LITERATURA
TEMA 1. ¿Existe una literatura infantil y juvenil?
1.2. Delimitación del término.
El término literatura infantil y juvenil no está exento de polémica y ambigüedad, lo que provoca cierta indeterminación a la hora de esclarecer el concepto.
Con miras a acotar el significado y el alcance de las definiciones de esta literatura específica, se podría hablar de varios términos que gozan de bastante popularidad como son: literatura infantil, literatura juvenil, literatura infantil y juvenil o también literatura ganada así como literatura creada por los niños.
En un intento de evitar la posible dispersión terminológica que pudiera provocar esa ‘variedad’ de definiciones, recurrimos a Pedro C. Cerrillo quien considera que «la LIJ es, ante todo y sobre todo, literatura sin –en principio– adjetivos de ningún tipo; si se le añade ‘infantil’ o ‘juvenil’ es por la necesidad de delimitar una época concreta de la vida del hombre que, en literatura, está marcada por las capacidades de los destinatarios lectores y, en menor medida, por gustos e intereses lectores muy concretos, así como por sus posibilidades de recepción literaria».
Cuando escuchamos el término «literatura» lo primero que nos suele venir a la mente son los libros clásicos, aquellas creaciones de ficción de autores como Cervantes, Calderón, Lope de Vega, Quevedo o Machado, por citar solo a unos cuantos. O también lo podemos vincular con cultura o con esa habilidad que poseen algunas personas—novelistas, poetas, dramaturgos— para escribir, para componer obras de arte literarias.
Quizá estas ideas no se alejen mucho de lo que en realidad se puede considerar una definición de literatura que «es y será siempre una forma de representar la realidad, en la que se mezclan hechos o acontecimientos reales con hechos o fantasías imaginarias.
La teoría la ha denominado “ficción” y por ello se ha diferenciado —por lo menos antiguamente— la literatura de cualquier otra de las actividades fundamentales del ser humano como son la filosofía, la ciencia y la historia».
Pero si definir «literatura» puede resultar difícil o incluso ambiguo, concretar lo que puede ser literatura infantil es aún más problemático, hay quienes lo confunden solo con la edad de los destinatarios, considerando esa literatura como una subliteratura, infravalorada o algo marginada, incluso con escasa calidad y que tiene poco que aportar. “escribir para niños no es escribir para tontos”.
La literatura infantil, por tanto, no es rebajar el lenguaje a la ñoñería o sacar «la voz de abuelita», porque ser niño no significa ser un adulto en pequeño y un tonto. No olvidemos que esa literatura no tendría vida si el público infantil no existiese, si los niños no fuesen consumidores y destinatarios finales de esas producciones.
Con miras, pues, a acotar el significado y el alcance de las definiciones de esta literatura específica, podemos reducirlas a aquellas que gozan de una mayor popularidad. Estas serían: literatura infantil, literatura juvenil, literatura infantil y juvenil, literatura para niños y literatura de los niños.
Literatura infantil: atendiendo a la versión que ofrece Bravo- Villasante en el prólogo de su libro Historia de la literatura infantil española, se podría definir literatura infantil como «la que se escribe para los niños —desde los cuatro hasta esa línea incierta de los catorce o quince años— y que los niños leen con agrado». La literatura infantil incluiría entonces todas aquellas obras o manifestaciones que utilizan como base expresiva la palabra de una forma artística o creativa para interesar y dar respuesta a las necesidades del niño menor de 14 o 15 años y mayor de 3.
Literatura juvenil: ajustándonos a la definición anterior, la literatura juvenil sería aquella que se escribe para jóvenes entre 14 y 18 años —cuando se cumple la mayoría de edad— y que la juventud lee con agrado porque le interesa y da respuestas a sus necesidades. Incluiría todas aquellas producciones que también utilizan como base la palabra de una manera estética y que se dirigen a los adolescentes.
Literatura infantil y juvenil: en un intento de evitar la posible dispersión terminológica que pudiera causar la diferenciación entre infantil y juvenil, nos parece más adecuado utilizar la expresión «literatura infantil y juvenil» para referirnos a aquellas obras, libros o textos que tienen como destinatarios a personas (niños y adolescentes) desde 0 a 18 años.
Al englobar a niños y adolescentes dentro de una misma definición no se está intentando eludir la problemática siempre existente de acotar hasta dónde llega una etapa evolutiva u otra, es decir, hasta dónde se puede hablar de producciones dirigidas a niños de 6 años, de 10 años o de 16 años «la edad recomendada que aparece en muchas cubiertas de los materiales literarios impresos no es siempre un índice inequívoco o cerrado de su destinatario potencial». Justamente por esto parece apropiado asumir esa literatura con los adjetivos «infantil» y «juvenil» aglutinados, sin tener que hacer delimitaciones concretas por edad, capacidades o nivel cognitivo de sus destinatarios, pues tiene a los niños y jóvenes, a los dos, como destinatarios principales.
Pero también la LIJ es un término amplio porque incluye no solo aquella literatura dirigida o pensada expresamente para la infancia, una literatura creada para niños como centro de atención por parte de los adultos, sino también la llamada literatura ganada, es decir «producciones que no nacieron para niños, pero que, andando el tiempo, el niño se las apropió o ganó o se le destinaron, previa adaptación o no» (Cervera, 1989, p. 159), como por ejemplo Robinson Crusoe, de Daniel Dafoe (1660-1731), o Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift (1667- 1745).
También es oportuno incluir aquella literatura escrita por los niños que, aunque menos numerosa y menos considerada, también es literatura. Algunos piensan que esa literatura no contiene calidad literaria suficiente y solo gusta a los adultos —y no a los propios niños— Quizá su capacidad literaria está sometida a ciertas reservas, pero no así su capacidad creativa, su espontaneidad y su imaginación, por lo que habría que estimular este tipo de producciones en el aula.
Existen 5 tipos de literatura:
- Literatura para niños: Todo aquello que el autor escribe dirigido para un niño. Por ejemplo “La oruga glotona”, el autor de esta obra no lo escribe para un público genérico, sino que lo escribió dirigiéndose a niños. (Este es el concepto de LIJ)
- Literatura escrita por los niños: Todos los textos, poemas, cuentos etc. Todo lo que haya sido escrito por niños. Obviamente la mayor parte de las cosas van a ser ejercicios escolares, todas aquellas producciones que surgen de talleres, de actividades, de juegos… Casos de niños adolescentes que han escrito literatura propia que ha sido editada, publicada como el caso de Ana Frank, que cuando empieza a escribir su diario era una niña pequeña.
- Literatura ganada: Nos referimos a textos que no han sido escritos para niños, es decir, el autor no pensó en ningún momento en que el receptor sea un niño. Pero tampoco pensó en un adulto como receptor. Simplemente es un texto que ha sido escrito para un público general, para quien lo quiera leer. Por ejemplo, el libro de Robinson Crusoe. Es un libro que no fue escrito para un destinatario concreto, pero como era un libro que tenia cierto componente de aventura acabo siendo una historia que cautivo a los niños y fue un texto que los niños se ganaron. Son obras que se escriben a un público genérico pero que al final las clasificamos como literatura infantil-juvenil porque son textos que se ganaron a ese núcleo de la población lectora.
- Literatura robada: El autor ha escrito ese texto pensando en un publico infantil-juvenil pero lo que sucede es que la obra por la razón que sea, por ejemplo, porque se trata de un genero o una historia universal que es cautivadora, que engancha porque nos entretiene y nos divierte, pues resulta que los adultos terminamos por leer ese texto con el mismo gusto con que lo hacen los niños. Un ejemplo es Harry Potter, manolito gafotas. Textos que van dirigidos para niños que cautivan a los adultos.
- Literatura rechazada: Obras que los autores si que las crean pensando en un público infantil-juvenil, pero durante un tiempo, que puede perdurar en él o puede ser una cosa momentánea, se produce un efecto de rechazo. Es decir, los niños o ese publico potencial que tenia esa obra dejan de conectar con ella, ya no encuentran diversión, pierden el interés etc. Esto ha pasado en muchas ocasiones con libros antiguos, con libros clásicos, que se pasan de moda como por ejemplo los libros de Celia.
Con todo lo aportado y con la intención de ofrecer una posible definición aglutinadora que huya de la rigidez o de lo meramente académico, recurrimos a Pedro César Cerrillo, quien considera que:
La LIJ es, ante todo y, sobre todo, literatura, sin —en principio— adjetivos de ningún tipo; si se le añade «infantil» o «juvenil» es por la necesidad de delimitar una época concreta de la vida del hombre que, en literatura, está marcada por las capacidades de los destinatarios lectores y, en menor medida, por gustos e intereses lectores muy concretos, así como por sus posibilidades de recepción literaria.
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