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Arte Baja Edad Media


Enviado por   •  6 de Enero de 2014  •  37.145 Palabras (149 Páginas)  •  374 Visitas

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Tema 1. Una Mirada hacia el arte de la antigua Edad Media

1. Del comienzo del arte cristiano al arte moderno

El arte paleocristiano, desarrollado durante los cinco primeros siglos de nuestra era y con el que se inicia el medieval, sirvió de puente entre la cultura clásica y la cristiana para originar un arte nuevo que habría de sentar las bases del futuro. En él se distinguen dos etapas que están separadas por el Edicto de Milán (313 a.C.), mediante el cual se reconoció la libertad de expresión a todas las religiones y entre ellas la cristiana.

Durante la primera, la Iglesia no tuvo libertad de culto.

Las persecuciones y la necesidad que tenían los seguidores de Jesucristo de reunirse en determinados lugares para poder practicar el culto sin ser descubiertos por sus enemigos les llevó a utilizar las casas particulares, después de haber sido acondicionadas al culto. Este tipo de edificio se llamó domus ecclesiae, siendo la más antigua la de Dura Europos (Siria), que data del siglo III. En Roma, esta construcción recibe el nombre de titulus. Otro edificio de esta época es el martyrium.

Los cristianos no aceptaban la cremación de los cadáveres, ya que preferían la inhumación. En tal sentido, a finales del siglo II y principios del III adquirieron terrenos en las afueras de Roma, siendo éste el origen de las catacumbas que dejaron de utilizarse a fines del siglo V y comienzos del VI. En ellas se excavaron un conjunto de estrechas y altas galerías (ambulacra), en cuyas paredes se abren en sentido longitudinal unas cavidades rectangulares (loculi), cerrados con losas de mármol o ladrillos, en donde se depositan los cadáveres; los enterramientos situados en los lugares donde se cruzan varias de estas galerías (cubicula) presentan un nicho semicircular (arcosolium) bajo el que descansaba el cuerpo de algún mártir. En Roma se encuentran las catacumbas más importantes, entre las que se destacaban las de San Calixto, San Sebastián, Santa Domitila, Santa Inés y Santa Priscila, aunque existen otra en Nápoles, Sicilia y el norte de África.

La cella memoriae es una capilla construida al aire libre sobre las catacumbas. Las imágenes más antiguas del arte paleocristiano se encuentran en las catacumbas.

En el periodo posterior al Edicto de Milán surgen determinadas construcciones, siendo la principal de ellas la basílica. El cuerpo principal del edificio iba precedido de un atrium, gran patio cuadrangular y porticado. Con una fuente en el centro llamada cantharus que daba paso al templo a través del narthex, nave transversal destinada a los catecúmenos. La basílica, orientada al este, solía ser de tres naves, aunque las más importantes por lo general tenían cinco. A través de unas gradas se llegaba al presbiterio o cabecera, la parte principal de la basílica, de planta semicircular y en cuyo centro estaba situado el ara o altar, cubierto por un baldaquín o ciborium, sobre el lugar en que descansaban los restos de una mártir (confessio), y al fondo, un asiento corrido, solea o bema, para los presbíteros. Sólo el ábside (cabecera de la iglesia) está abovedado. Entre las basílicas más representativas figuran las de San Pedro, Santa María la Mayor, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa Inés, en Roma.

Junto a la basílica, figuran otros edificios de planta central: el baptisterio y el mausoleo, como el baptisterio de Letrán y el mausoleo de Santa Constanza, en Roma, mientras que en Rávena se encuentran el baptisterio de los ortodoxos y el mausoleo de Gala Placidia.

En cuanto a la escultura paleocristiana, lo más destacado es el relieve, puesto que la exenta o de bulto redondo se reduce a la representación del Buen Pastor (Museo de Letrán, Roma). Mayor importancia tienen los sarcófagos, como el de Junius Bassus, en la cripta del Vaticano (Roma).

La pintura de las catacumbas se caracterizó por su tosquedad y simplificación, perceptible en aquellas figuras de colores planos con perfiles rotundos. Sin embargo, a partir de la Paz de la Iglesia su estilo se hizo más cuidado. En esta época el mosaico alcanzó un protagonismo extraordinario. Los mosaicos de los mausoleos de Santa Constanza y de Gala Placidia y los del baptisterio de los ortodoxos constituyen buenos ejemplos.

Tres periodos o edades de oro se dan en el arte bizantino: La primera corresponde a la época del emperador Justiniano, en el siglo VI; la segunda se desarrolla entre los siglos IX y XII, tras el paréntesis de la etapa iconoclasta (726-843), y la tercera desde el siglo XIII al XV.

El arte bizantino, iniciado a partir del siglo VI y cuyo influjo llegó al oeste, se generó en las ciudades griegas de Egipto, Siria, Asia Menor y en las regiones de Anatolia cercanas a Persia, estando marcado por una doble influencia: la griega y la oriental.

La época de Justiniano (527-565) constituye uno de los momentos artísticos más brillantes. El edificio más importante es la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla, realizada por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto. Otras iglesias son las de los santos Sergio y Baco, la de Santa Irene y la de los Santos Apóstoles, hoy desaparecida, todas ellas en Constantinopla. En Rávena se encuentran las de San Vital, San Apolinar in Classe y San Apolinar el Nuevo.

La decoración musivaria se integra en la arquitectura con una perfección inigualable. En tal sentido debe destacarse el gran friso o cortejo de santos y mártires de San Apolinar Nuevo, desarrollado a ambos lados de la nave central.

Después de la época iconoclasta (726-843) que supuso la destrucción de las imágenes, surge la Segunda Edad de Oro del arte bizantino (siglos IX-XII). Durante la dinastía macedonia (1081-1185) es cuando alcanza su plena formulación un modelo de iglesia bizantina con pórtico y planta de cruz griega cubierta con cúpulas, a la vez que se generalizó el uso del tambor para hacer más esbeltas dichas cúpulas. Ejemplos característicos es la Nea de Constantinopla, hoy desaparecida.

La influencia del arte bizantino llegó también a Rusia, destacando la iglesia de Santa Sofía de Kiev.

Con la dinastía de los Paleólogos (1261-1453), tiene lugar la Tercera Edad de Oro del arte bizantino que se desarrolla entre los siglos XIII y XV. Es una época que no presenta grandes novedades, aunque se introducen algunas variantes en el uso de los materiales y en los motivos decorativos con un claro predominio del ladrillo. Se siguen utilizando las cúpulas en las cubiertas, apoyadas sobre tambores circulares o poligonales. Ejemplos representativos son las iglesias de los Santos Apóstoles

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