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Bolivia en la post guerra del Chaco

AguilavMonografía10 de Julio de 2019

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CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL

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Bolivia en la Post Guerra Del Chaco

                         (1936-1952)

         Materia: Formación Social Boliviana

         Docente: 

          Antonio Edgar Moreno Valdivia

Universitario(a):

 Aguila Vargas Malena Adriana        

Mamani Quisbert Marisol

Sánchez Mamani Cristian

Vargas Salazar Héctor Benjamín

        

La Paz – Bolivia

INDICE

Introducción ………………………………………………………………………..….pág. 3

Problema……………………………………………………………………………….pág. 3

Objetivos ………………………………………………………………………………pág. 3

Contenido………………………………………………………………………………pág. 4

Principales protagonistas de 1936-1952……………………………………………….pág. 4

 hechos políticos más importantes que ocurren en 1936-1952……………………….pág. 14

 Hechos económicos más importantes que ocurren en 1936-1952………………........pág.19

 Nuevos partidos políticos que surgen después de la guerra del Chaco………………pág.24

Conclusiones ………………………………………………………………………….pág.33

Bibliografía…………………………………………………………………………....pág.34


LA DINÁMICA SOCIO-POLÍTICA DE POST GUERRA (1936-1952)

  1. INTRODUCCION

En esta monografía podremos observar una explicación de lo que ocurrió en la guerra del chaco y los principales personajes y protagonistas después de la guerra del chaco, los hechos económicos políticos que ayudaron al país o simplemente no hicieron nada, y la influencia de los nuevos partidos políticos que surgieron en la post guerra.

  1.    PROBLEMAS DE INVESTIGACIÓN
  1. formulación del problema

¿Quiénes son los principales protagonistas de 1936-1952, cuáles fueron los hechos políticos y económicos más importantes que ocurren en 1936-1952, y cómo influyen los nuevos partidos políticos que surgen después de la guerra del Chaco?

  1.    OBJETIVOS

       3.1    objetivo general

  • Determinar los hechos políticos, económicos eh ideológicos, más relevantes que suceden después de la guerra del chaco en 1936 a 1952 en Bolivia.

       3.2    objetivo específico

  • Señalar a los principales protagonistas de 1936-1952.
  • Desarrollar los hechos políticos y económicos más importantes que ocurren en 1936-1952.
  • Mostrar cómo influyen los nuevos partidos políticos que surgen después de la guerra del Chaco.

  1. CONTENIDO

        LA DINÁMICA SOCIO-POLÍTICA DE POST GUERRA (1936-1952)        

  1. Principales protagonistas de 1936-1952

En junio de 1985 se cumplió el cincuenta aniversario del armisticio que puso fin a la guerra del Chaco, sin duda la de mayor envergadura registrada entre dos naciones americanas en el siglo XX.

Lo que se nos presenta en mayo de 1936 es la completa descomposición de los canales de legitimidad política de la Bolivia de pre-guerra, neutralizando cualquier intento de conducir la protesta social a través de las viejas organizaciones, incluyendo el Partido Republicano Socialista; la inmadurez de los grupos constituidos a partir de la derrota, sean explícitamente políticos o de carácter corporativo; la disposición de una parte importante de la joven oficialidad a desplazar a las capas dirigentes de la Bolivia tradicional, considerando que el Ejército es la única institución situada por encima de los intereses partidistas capaz de llevar adelante tal transformación.

A partir de 1935-36 se operaría un incremento en el índice de precios que ya no podía justificarse por las penalidades de aquélla. Entre las causas de este crecimiento se encuentra la propia actividad emisora del Banco Central. Los 222'5 millones de bolivianos en depósito y circulación de 1934 pasaron a ser 377'7 millones al año siguiente y 442'9 en 1936.23. Las necesidades fiscales se cubrían con bonos nacionales y departamentales adquiridos por el Banco emisor, que en 1936 expresaba sus temores con esta advertencia “(...) las inversiones mobiliarias (...) constituyen siempre y en todas partes un grave malestar; que tarde o temprano, y más antes que después, afectan a la moneda nacional, dando lugar a su desvalorización (...) Si el Estado cubre los déficits del presupuesto ordinario mediante empréstitos colocados ante el Instituto emisor; quiere decir que el país está en el camino de la bancarrota monetaria” (Gallego, :39).

Entre los sindicatos que se reorganizaron tras la guerra del Chaco destacó el de gráficos, cuyo dirigente Waldo Álvarez acabó siendo una de las más prestigiosas figuras del sindicalismo urbano en Bolivia. El 10 de mayo de 1936, tras haber presentado un pliego de peticiones al gobierno, los gráficos iniciaron la huelga general, a la que se sumaron inmediatamente la Federación Obrera de Trabajo y la Federación Obrera Según el embajador norteamericano, “se llegó a un paro total en las actividades industriales y comerciales en La Paz (...) La Federación de Estudiantes de La Paz anuncio que se uniría a los trabajadores si la huelga no finalizaba el lunes. El Presidente discutió la situación en una reunión de notables (...) y decretó la movilización de todos los trabajadores, sometiéndolos a las leyes y deberes militares. Los trabajadores hicieron caso omiso del decreto y pronto quedó claro que no había nada que hacer” (Álvarez, 1977: 90)

El 17 de mayo, tras haberse negado a utilizar el ejército contra los huelguistas, el Jefe del Estado Mayor, Teniente Coronel Germán Busch, obtenía la renuncia del presidente Tejada, llamando a David Toro para que se hiciera cargo de la Junta de Gobierno.

El socialismo, hegemónico en la inmediata postguerra no fue el de inspiración marxista, aun cuando ésta pudiera estar presente en algunos planteamientos individuales. De hecho, el grupo que llegaría a cobrar más importancia procedía del Partido Nacionalista de Siles. Este se escindió a fines de 1935, dando lugar, tras complejos contactos con los diversos núcleos nacionalistas de izquierda, al Partido Socialista. Aunque la figura principal del P.S. era Enrique Baldivieso, se vería pronto rebasado por los colaboradores del diario La Calle, que en junio de 1936 comenzaría una andadura de diez años, inicialmente corrió y gano del partido socialista, y más adelante como el más autorizado portavoz del Movimiento Nacionalista Revolucionario. Entre sus redactores figuraban Carlos Montenegro, Augusto Céspedes, Armando Arce, José Cuadros Quiroga y Nazario Pardo Valle. La opinión dominante del socialismo de este periodo estuvo orientada por este sector poco numeroso pero muy influyente al que se unirían después destacadas figuras de la Convención de 1938, como Víctor Paz Estenssoro o Walter Guevara.

El golpe de Estado que depuso al presidente Tejada dio lugar a la formación de una Junta Mixta de Gobierno constituida por cuatro militares, dos saavedristas y dos socialistas. La designación del coronel Toro como jefe de la misma resultó una sorpresa sólo para los que se encontraban al margen de la conspiración o, sencillamente, mal informados. Waldo Álvarez indica que el movimiento huelguístico realizado sobre los días inmediatos al golpe no tuvo nada que ver con esto cierto es que tanto el movimiento obrero como los estudiantes permanecieron en huelga hasta llegar a un acuerdo con la junta sobre el aumento de salarios y la promesa de que un representante de los trabajadores formaría parte del gobierno. Es posible que el descontento de los sectores más izquierdistas se debiera a la misma figura de David Toro, a quien se veía vinculado demasiado al antiguo régimen y, sobre todo, a la oficialidad responsable de la derrota

La restauración del sistema liberal en Bolivia resultaba tan utópica como las aspiraciones renovadoras de aquellos socialistas que, como Busch, quisieron transformar el país sin tocar los dos puntos neurálgicos del poder oligárquico: las minas y las haciendas. Tan frágil resultaba la posición de los viejos partidos agrupados en la Concordancia, que tuvieron que proponer como candidato a la presidencia al general Enrique Peñaranda, tras tantos meses de indignación por ver al ejército en posesión del Palacio Quemado. Por otra parte, algunas de las medidas decretadas por Busch resultaban intocables, a no ser que liberales, genuinos y saavedristas quisieran exponerse a una explosión social: la constitución del 38, el código de trabajo, la nacionalización del Banco Central, se mantuvieron bajo el gobierno restaurador de Peñaranda. Sólo el sufragio restringido permitía que los conservadores se mantuvieran en el poder y, aun así, incluso en los sectores con derecho a voto se observaba un deslizamiento hacia el P.I.R. o el M.N.R. La sumisión a la política internacional de los Estados Unidos permitió que los nacionalistas formados en el trienio de reformismo militar denunciaran ante la opinión boliviana la venta de materiales estratégicos a un precio solidario. Acciones salvajemente represivas como la masacre de Catavi de 1942 estaban estrechamente relacionadas con la necesidad de abastecer a las potencias que luchaban contra el Eje. Entonces con llevó a una consolidación “(…) donde RADEPA había conseguido consolidarse hasta el punto de expulsar del Palacio Quemado a una alianza de partidos huérfana del más pequeño apoyo popular. El golpe de diciembre de 1943 abriría una nueva experiencia de reformismo compartido por radepistas y dirigentes del M.N.R. Aunque la experiencia fue cancelada por la r revolución, en la que el P.I.R. fue del brazo de liberales y republicanos, firmando su suicidio político, ello no hizo sino clausurar las vías de la reforma y forzar una estrategia de insurrección popular que se concretaría en la revolución nacional de 1952” (Gallego, 1986: 52)

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