CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE LAS CULTURAS

CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES

DE LAS CULTURAS

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SOCIEDAD Y POLÍTICA DEL MÉXICO ACTUAL

CRISTIADA

MTRO. LIC. ROBERTO CAMARENA.

PEDRO LUJANO GUZMAN.

INTRODUCCIÓN

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En este ensayo hablaremos de la Cristiada que fue un conflicto muy duro entre el gobierno del presidente Calles y los obispos católicos.

A esa guerra se le llamo “Cristiada” y a los guerrilleros “Cristeros” por que gritaban ¡Viva Cristo Rey! Desde fines de 1926 comenzaron los motines en los pueblos y las rebeliones campesinas.

De 1927 en adelante, la situación empeoro mucho, se multiplicaron los levantamientos y la gente de ranchos y pueblos salió a pelear contra el gobierno.

En aquel tiempo asaltaban los trenes, las minas y las haciendas cuando se encontraban con una tropa fuerte no presentaban resistencia y se disparaban.

El gobierno controlo siempre las ciudades y la vías de comunicación, los Cristeros estaban en el campo y por todos lados.

En las siguientes páginas describiremos como se vivió en nuestro estado la guerra entre el gobierno y la iglesia, relataremos algunas entrevistas de personas del pueblo de Acatic que les tocó enfrentar esa guerra en carne propia.

LA CRISTIADA

“Los cristeros se levantan en armas para preservar la libertad religiosa”

México tiene una larga historia de persecución religiosa contra la iglesia, a pesar del hecho de que una abrumadora mayoría de mexicanos son católicos.

Esta persecución está profundamente enraizada en la historia de México, desde las muertes del padre miguel hidalgo y después, del padre José María Morelos, quienes participaron en la guerra de la independencia.

Ambos sacerdotes fueron excomulgados por su papel en la insurgencia, así como todo el ejército revolucionario; los mexicanos nunca olvidaron que la jerarquía de la iglesia estuvo en su contra durante la lucha por la independencia.

En 1870 hubo una opresión religiosa al igual que en la guerra de los cristeros en la década de los años 20 del siglo XX. Durante esa época, la resistencia católica contra las políticas del presidente Sebastián Lerdo de tejada 1972-1876.

La guerra de los cristeros que fue en 1926-1929 era una respuesta al ataque directo contra la fe católica por parte del presidente Plutarco Elías Calles. La aplicación estricta de las reglas anticlericales de la constitución Mexicana de 1917 fue conocida como la ley de Calles.

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El primero de diciembre de 1924 tomo posesión de la presidencia de la republica Plutarco Elías Calles.

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En 1926 la iglesia no admite los artículos 3° y 130 de la constitución.

Clausuran escuelas, expulsan sacerdotes extranjeros; hay manifestaciones, choques. Calles confiaba que al suprimir los cultos cada semana la iglesia perdería el 2% de sus fieles y no fue así.

Desde febrero de 1925 había gran efervescencia entre el pueblo. El desprecio con el que el gobierno veía las gestiones pacificas como la petición al congreso, acabo por convencer al pueblo que para ser escuchado era necesario levantarse en armas.

Se preguntaban: ¿Qué vamos a hacer?

Y contestaban: ¡Una revolución!

Pero como podrían hacer esto, si nadie sabía de armas, mucho menos de organizar tal movimiento.

Todos tenían miedo.

La paciencia y las oraciones durante 5 meses de agosto a diciembre de 1926, no fueron suficientes para ablandar el corazón de Plutarco Elias Calles.

La revolución estallo el primero de enero de 1927, los católicos se sublevaron contra el gobierno al grito de “Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe”.

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Los insurgentes se nombraron los populares, los liberadores, los defensores, fue el gobierno quien encontró el sobre nombre de Cristos Reyes y después Cristeros.

El ejército federal no era un simple instrumento al servicio del gobierno, tenía parte actuante en este conflicto. Era conocido entre el pueblo bajo el nombre más familiar de la “federación”, abreviatura de la formula fuerzas armadas de la federación.

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Los arreglos se hicieron exactamente sobre las bases del acuerdo al que habían llegado el presidente Calles y Monseñor Ruiz y Flores, por intermedio del embajador y de los jesuitas norteamericanos, antes de la muerte de obregón. El embajador Monrrow había redactado un memorándum que los dos bandos aceptaron.

El 22 de junio de 1929 la prensa publicaba los arreglos:

La ley permanecía pero se suspendía, se prometía amnistía a los rebeldes y a los curas les restituían los templos, a cambio la iglesia reanudaba los cultos.

En junio de 1929 había 50,000 cristeros peleando cuando la iglesia y el gobierno hicieron las pases. Debían presentarse a las autoridades para recibir el salvoconducto; se presentaron 14,000 en total.

Se habían levantado sin permiso de nadie; de la misma forma regresaban a sus casas, si es que todavía existían, tan pobres o más que antes de irse.

Ya no había causa, como ellos decían, la causa había sido Cristo y la Virgen, si de nuevo estaban en los altares no había nada que pelear.

Esta guerra tuvo una salida política porque se había convertido en un movimiento interminable, invencible, condenada a durar por no poder ganar una batalla decisiva.

Las pérdidas humanas fueron muy elevadas en 3 años, cayeron aproximadamente 250,000 civiles y militares. 12 Generales, 70 Coroneles, 1,800 Oficiales.

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El costo material es muy difícil de evaluar, habría que agregar a los gastos militares el capital destruido, lo que se dejó de ganar, las consecuencias económicas de la crisis, la emigración masiva a Estados Unidos.

Entre 1926 y 1929 la producción agrícola bajo en un 38%.

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En el estado de Jalisco la resistencia a las leyes gubernamentales tuvo un carácter especial y marcadamente en favor de la iglesia. Se organizó un boicot que incluía a los transportes, el uso del correo y luz eléctrica, la compra de objetos de lujo, el consumo del tabaco, las operaciones bancarias y los impuestos aduanales, abstenerse de concurrir a las escuelas laicas, propiciando escuelitas clandestinas.

Esta campaña tuvo un notorio éxito, pero no logro su meta establecida, y una vez rechazadas las peticiones de la iglesia al gobierno y suspendidos los cultos, no quedaba más de recurrir a las armas.

En Jalisco el Lic. José Guadalupe Zuno triunfa en las elecciones celebradas en noviembre de 1922, asumiendo el cargo de Gobernador en marzo de 1923, algunas disposiciones de Zuno en materia religiosa causaron malestar en los sectores de la población, como la prohibición de reuniones de las agrupaciones católicas.

La situación se complicó cuando el presidente obregón expulso por segunda ocasión al obispo Orozco Jiménez por no estar de acuerdo en una contemporización estado o iglesia. “los brotes armados aparecieron en Mazamitla y Sayula, siendo el general Lázaro Cárdenas el que trasladara a esos lugares para imponer el orden”.

El gobernador Zuno, a pesar con los conflictos con Calles que era el presidente de la república, siguió una política anticleral, con lo que Jalisco vivió más intensamente el enfrentamiento entre el gobierno y la iglesia, aun antes de que Calles decidiera poner de manera drástica en vigor las leyes constitucionales de 1917, esto trae consigo que a finales de 1924 se organizara el comité de defensas religiosas, como cabeza visible Anacleto Gonzales Flores.

Frente a la actitud de Zuno, “se llevó acabo en la ciudad de Guadalajara un gran mitin de protesta por la obra opresora del ejecutivo jalisciense”.

De 1926 a 1929 se produjeron en Jalisco y algunos estados vecinos los levantamientos de grupos católicos llamados los cristeros, a mediados de 1925 juan j Ramírez y victoriano Ramírez “el 14” ya se habían insurreccionado en san miguel el alto.

Por un lado se revelaban en defensa de la iglesia pero también defendían sus tierras ante la amenaza de los agraristas.

La cristiada con movimiento armado inicia; por provocaciones, por detenciones a sacerdotes, por armar de una manera visible y reforzada a los agraristas, por la llegada del ejército, por la requisa de las armas y de los caballos, los cristeros iniciaron  desarmando al enemigo más próximo para lograr abastecerse de armas, ya que al lanzarse al movimiento armado lo hicieron sin uniformes, sin un equipo igual, solo reconocibles por un brazalete negro que portaban, signo de duelo, posteriormente cambiaron a un brazalete Rojo y blanco, con esos colores ellos identificaban a cristo.

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