CONSTITUCIONALIDAD DE LAS RELACIONES IGLESIA ESTADO FES ARAGON

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES

ARAGÓN

Carrera de Licenciado en Derecho

DERECHO CONSTITUCIONAL

Alumno: Aguilar López Francisco Gustavo

Profesor: Lic. Andrés García Grimaldo

Fecha de revisión: 06 de octubre de 2015

Fecha de entrega: 14 de octubre de 2015

XXIV CONSTITUCIONALIDAD DE LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO

Objetivo: Conocer, analizar y comprender la evolución histórica de las relaciones Estado-Iglesia, su regulación jurídica vigente y los aspectos característicos más relevantes de la misma.

Índice

Pág.

INTRODUCCIÓN        

24.1. Concepto de religión, Iglesia y culto.        

24.2. Separación Iglesia-Estado en la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma.        

24.3. Análisis del texto original del artículo 130 Constitucional de 1917.        

24.4. La vigente regulación constitucional de las relaciones Estado-Iglesia.        

24.4.1. El principio histórico de la relación Estado-Iglesia.        

24.4.2. La garantía individual de libertad de cultos.        

24.4.3. Las Iglesias como asociaciones religiosas.        

24.4.4. Derechos políticos de los ministros de culto y la competencia exclusiva del Estado en los actos de carácter civil.        

24.4.5. Derechos y obligaciones de los ministros de culto.        

24.4.5.1. Reconocimiento de los derechos a los ministros de culto.        

24.4.5.2. Responsabilidad legal de los ministros de culto.        

Conclusiones        

Fuentes Consultadas        

INTRODUCCIÓN.

        El presente trabajo tiene como finalidad dar a conocer el panorama histórico acerca de las situaciones que dieron origen a la separación de la Iglesia del Estado.

        Para entender a la Iglesia, se manejaran algunos conceptos que nos ampliaran la visión de ésta, con la finalidad de manejarla como un ente político-social, es decir, como institución.

        Entre las situaciones que más adelante se estudian, se encuentran las ideas que distinguen al Alto Clero del Bajo Clero, dando origen a la primera separación de grupos dentro de la Iglesia como Ente Político, en atención al poder que el Alto Clero ejercía sobre el gobierno de la Nueva España, donde los representantes del gobierno eran los grupos del Bajo Clero, es decir, el Bajo Clero se encontraba subordinado al poder del Alto Clero, siendo los personajes representativos de la independencia (Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón) quienes encabezan la primera idea separatista entre la Iglesia y el Estado, perdiendo la primera la injerencia monárquica que tenía sobre la Nueva España.

        También se observará la Ideología de Benito Juárez y Miguel Lerdo de Tejada en cuanto a las Leyes de Reforma, quitando de manos de la Iglesia la adquisición, posesión y administración de bienes, así como de algunas instituciones como son el registro Civil (En cuanto al registro de nacimientos, defunciones y celebración de matrimonios), aunque sin embargo, en Constituciones anteriores a la de 1857, incluso en esta misma, se observa como única religión a católica, apostólica y romana, lo cual se regulará hasta la Constitución de 1917.

        Más adelante podremos observar, en la Constitución de 1917, la regulación de la libertad de culto, dejando de lado como religión única a la católica, apostólica y romana, y abriendo la posibilidad de que los individuos puedan profesar la religión que más les acomode en cuanto a sus creencias. De igual manera en esta Constitución se observa el principio histórico de Separación de las relaciones Iglesia-Estado, dejando en manos del Estado la administración de los bienes adquiridos por la Iglesia, así como la inclusión de la obligación para los representantes de la Iglesia de constituirse conforme a las leyes que emanan de esta misma Constitución y las limitantes de los Ministros de Culto como persona física para intervenir en los asuntos políticos del país, dejándoles, en cuanto a este rubro, únicamente el derecho de votar, más no de ser votado ni de reunirse o congregarse con fines políticos. Es en esta situación donde apreciamos que la Iglesia, así como sus miembros, no tienen facultades para fungir como autoridad o servidor público parte de la Administración Pública, puesto que la rectoría de dicha administración será exclusiva facultad del Estado y sus propias autoridades.

        También se estudia lo relativo a la creación de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, así como la reforma de 1992 del artículo 130 Constitucional, donde a la Iglesia se le reconoce su personalidad jurídica frente al Estado, además de ser una ley de observancia en cuanto a los Derechos y Obligaciones, así como de la responsabilidad de los Ministros de Culto.

        Por último se hace un análisis de los derechos, garantías, obligaciones y responsabilidad de los Ministros de Culto ante el Estado y terceros, mismos que se consagran en los artículos 24 y 130 Constitucionales y en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.  

24.1. Concepto de religión, Iglesia y culto.

Concepto de religión.

        La Real Academia Española define éste término como el conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. También la distingue como una virtud que mueve dar a Dios el culto debido; profesión y observancia de la doctrina religiosa; obligación de conciencia, cumplimiento de un deber; y como institución^[1].

        Etimológicamente este concepto tiene origen en la palabra latina religió, formada con el prefijo re- (indica intensidad), el verbo ligare (ligar o amarrar) y el sufijo –ión (acción y efecto), donde significaría “acción y efecto de ligar fuertemente”, por ejemplo, si tenemos el término “religión cristiana”, estamos hablando de que se está ligado fuertemente con Dios y Cristo.

         La religión implica un vínculo entre las personas y su Dios o Dioses de acuerdo a sus creencias, donde las personas regirán su comportamiento según una cierta moral e incurrirán en determinados ritos como el rezo y las procesiones entre otros.

Concepto de Iglesia.

        Los autores profanos, griegos y latinos, consideraban que por “Iglesia” debía entenderse todo género de asambleas públicas, así como el lugar donde éstas se reunían^[2]. Desde el punto de vista cristiano y según el Nuevo Testamento, dicha palabra y el concepto que expresa significan tanto el sitio destinado a la oración divina como el conjunto o comunidad de personas que profesan la misma fe religiosa en Cristo, el Hombre-Dios, que practican sus enseñanzas y participan del mismo culto.

        Según la Real Academia Española, la palabra Iglesia significa congregación de los fieles cristianos en virtud del bautismo; conjunto del clero y el pueblo de un país donde el cristianismo tiene adeptos; también lo distingue como Estado eclesiástico, que comprende a todos los ordenados; en atención a la forma de gobierno, gobierno eclesiástico general del Sumo pontífice, concilios y prelados; también distingue en atención al territorio que ocupa, diciendo que es diócesis, territorio y lugares de la jurisdicción de los prelados^[3].

        Etimológicamente encontramos que el término Iglesia tiene origen en la palabra griega εκκλεσια (ekklesia), que en Atenas era la asamblea de los ciudadanos reunidos para discutir asuntos políticos; posteriormente el término se utilizó para dar referencia a la congregación de creyentes cristianos.

        Se puede distinguir a la Iglesia como institución desde dos puntos de vista, siendo el punto de vista social y por otro lado el punto de vista político, de la siguiente manera:

1. La Iglesia como institución social.

Como institución social se trata de una forma de regular la conducta del hombre, que tuvo su origen en la necesidad, como todas las religiones, de creer en un Dios, un ser superior que fuera capaz de dominar las fuerzas de la naturaleza y el mundo. Las instituciones sociales tienen su origen en las necesidades universales de los hombres y su búsqueda por resolverlas. En este caso, el ser humano buscó la manera de estar bien con su Dios, de agrandarlo a través de su comportamiento, creando así, normas de conducta que más tarde se realizaron de una manera establecida, formal y constante, es decir, se institucionalizaron con base en los patrones de conducta que emanan de la costumbre y la tradición, acordados por una sociedad.

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