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Combates por la historia.


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2016  •  Resúmenes  •  1.622 Palabras (7 Páginas)  •  2.247 Visitas

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Carlos Eduardo Granada Galvis

Texto: Combates por la historia, Lucien Febvre

(Nancy, 1878-Saint-Amour, Jura, 1956) Historiador francés. Fundó en 1929 con M. Bloch Les Annales d'histoire économique et sociale. En su primera época recibió la influencia de H. Pirenne y de Vidal de la Blanche. En su primer libro Felipe II y el Franco Condado expuso su concepción básica de la historia, que consistía en no escribir sobre los hechos, sino de los hombres y las sociedades. Investigó la mentalidad religiosa desde diferente puntos de vista: Un destino, Martín Lutero (1928), El problema de la incredulidad en el s. XVI: la religión de Rabelais (1942). En Combates por la historia (1953) resumió sus concepciones de la historia y las opuso a la generación anterior. En esta última obra de Febvre es donde nos ubicaremos, como lo mencionamos anteriormente este trabajo resumen el pensamiento del autor, y en el mismo se hallan contenidos varios de sus trabajos académicos. Allí el autor dirá que no se abstendrá de hacer modificaciones, aspecto que revela la capacidad de Febvre para reinventarse en búsqueda de una mayor perfección en pro de la historia, esa que es por la que el luchara a lo largo del libro y que en palabras del mismo autor, es por ella que ha luchado toda su vida, es sobre esto que se centrara el libro, su tesis principal que responde a su vez a la pregunta principal de la obra:  ¿cuáles serán sus combates? : ´´no serán mis combates, claro que no; nunca he luchado a favor mío ni tampoco contra tal o cual persona determinada. Será combates por la historia ya que por ella he luchado toda mi vida´´[1].Ahora estas reflexiones se trataran en cada uno de los capítulos de la obra.

En el  primer capítulo sobre el -Examen de conciencia  de una historia y de un historiador-, el autor nos plantea que la historia es la ciencia del hombre y de los hechos humanos. Pero a pesar de esto Febvre dedicara algunas páginas al trabajo documental, allí nos dirá que el historiador debe utilizar los textos pero no solamente los documentos de archivo, sino más bien todos los textos. En palabras de Febvre: ´´está claro que hay que utilizar los textos. También los documentos, sea cual sea su naturaleza: los que hace tiempo se utilizan y, principalmente, aquellos que proporcionan el feliz esfuerzo de las nuevas disciplinas como la estadística, como la demografía que sustituye a la genealogía en la misma medida, indudablemente, en que demos remplaza en su trono a los reyes y a los príncipes; como la lingüística que proclama con Meillet que todo hecho lingüístico pone de manifiesto un hecho  de civilización; como la psicología  que pasa del estudio del individuo al de los grupos y al de las masas´´[2]

En  el  siguiente capítulo vivir la historia, nos dirá Febvre que no hay una historia económica o social, sino una historia total cuyo único objeto de estudio es el hombre, es decir, la sociedad. ´´ Repito, por tanto: no hay historia económica y social. Hay la historia sin más, en su unidad. La historia que es, por definición, absolutamente social´´[3]. También se presenta lo que es el método de investigación, que por definición debe tener una pregunta problemas y una serie de hipótesis cual las cuales se resuelve dicho problema. Se presenta a la historia no como una ciencia, pero si como un estudio científicamente elaborado. Igualmente en la investigación: ´´Demasiado, porque todavía hoy existen retrasados para definir la historia no por su contenido, sino por ese método, que no es ni siquiera el método histórico, sino el método critico sin más´´[4] .

En la vida, esa continua pregunta, el autor hace una reflexión sobre el trabajo interdisciplinar, allí Febvre nos ubica en los cimientos verdaderos de un trabajo con otras disciplinar, y desde allí adoptar de ellas lo que sea necesario para nuestro oficio.

En el capítulo contra la simple historia diplomática, Febrve cuestiona que solo esta se ocupa de los temas económicos y en los conflictos por los recursos y el control de los mercados y de las relaciones políticos-diplomáticas. Esta historia es característica del positivismo, este autor plantea una historia total que incluya aspectos geográficos, sociales, económicos, culturales, religiosos. En el siguiente capítulo la síntesis contra la historia-cuadro, el autor  hace una crítica a la obra de Seignobos titulada Historie de Russie, por la periodicidad del tiempo de la obra, la primera parte consta de 200 páginas para diez siglos, contra 1416 páginas de dos siglos y medio.

En el capítulo y en todo eso ¿Dónde está el hombre?; se analiza que en la forma anterior de hacer historia solo se tenía presente los nombres, las fechas, los títulos. Pero dejando a un lado a los hombres y negando que el objeto y razón de ser de la historia sean estos. En el siguiente capítulo contra el espíritu de especialidad,  En el último capítulo hacia otra historia; Febvre hace una reflexión de la obra de su compañero Marc Bloch,  -Apología a la historia- y  -El oficio del historiador-. Además de analizar a  Fernand  Braudel y su tesis sobre el  Mediterráneo.

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