Construcción social de los Roles de Genero y su cambio en el México contemporáneo

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EVIDENCIA 2

Informe de Análisis

Investigación en las Ciencias Sociales

Nombre: Kimberly Michel Peña Olivares

Matricula: 2019134

Construcción social de los Roles de Genero y su cambio en el México contemporáneo

El objetivo es analizar de qué manera lo que se tenía previsto como masculinidad y feminidad ha evolucionado en la sociedad mexicana con el paso de los años y gracias a la llegada de nuevas generaciones y la revolución sexual en la década de los sesenta.

En México hoy en día muchas personas admiten que los roles de las mujeres y los hombres han cambiado respecto a tiempos pasados, aun así, aún existen ciertos estereotipos de género que están muy arraigados a nuestra cultura.

La cultura mexicana ha construido modelos de mujer y de hombre con base en lo que considera adecuado para unos y otras. Es por ello por lo que la feminidad y la masculinidad son justamente una serie de características que se construyen y que se convierten en “requisitos” para que se relacionen hombres y mujeres en la sociedad.

Desde el nacimiento, hombres y mujeres presentan una diferenciación clara desde el punto de vista biológico; sin embargo, las variantes comportamentales, sentimentales y de pensamiento se atribuyen más a la influencia de la cultura. Se estima que unos y otras tienen las mismas emociones y sentimientos, y potencialmente la misma capacidad mental. Por tanto, las diferencias convencionales en prioridades, preferencias, intereses y ocupaciones se deben al condicionamiento parental, educacional y sociocultural (Lamas, 2002, como se citó en Montes, 2014)

Por esto mismo diversas culturas adoptaron una forma específica de división sexual en el trabajo. Como asignarle a la mujer labores domésticas y de cuidado por su misma naturaleza para gestar y amamantar a los hijos y debido al cuidado que estos requieren, se le asignó el tiempo en que era imprescindible su presencia. Mientras que el hombre era todo lo contrario, este se dedicaba a la cacería, la domesticación de animales y la guerra.

Esta perspectiva tradicionalista, cargada de normas, creencias y valores, dominante en la cultura mexicana hasta los años cincuenta, pretendía resolver de modo rutinario los imperativos fundamentales de la existencia, delimitando de un modo preciso los roles genéricos, lo que agudizó las diferencias entre hombres y mujeres (Reidl, Valencia, Vargas y Sierra, 1998).

Así mismo se genera una diferencia, que habla acerca de que el Sexo es una categoría biológica basada en genes, hormonas y genitales, mientras que el genero se refiere a la manera en que la sociedad cree que tenemos que actuar y  pensar como niñas y mujeres, o niños y hombres.

Según Judith Butler (1991) el género nunca es un descriptor estable de un individuo, sino que un individuo siempre está «haciendo» género, interpretando o desviándose de la interpretación socialmente aceptada de los estereotipos de género. Hacer género no es sólo actuar de una manera determinada. Se trata de encarnar y creer en ciertas normas de género y participar en prácticas que se ajustan a esas normas.

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