DESIGUALDAD DE GÉNERO, ¿CONSTRUCCIÓN SOCIAL O DETERMINACIÓN BIOLÓGICA?

DESIGUALDAD DE GÉNERO, ¿CONSTRUCCIÓN SOCIAL O DETERMINACIÓN BIOLÓGICA?

Si bien, entre el año 2000 y 2015 se observaron avances mundiales con respecto a la igualdad de género debido a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (incluido el acceso a la educación para mujeres y hombres), las mujeres y las niñas siguen siendo objeto de discriminación y violencia en cualquier parte del mundo. Debido a ello, continúa la focalización en cumplir el objetivo de igualdad entre ambos géneros.

La búsqueda de la igualdad de los géneros no es sólo un derecho humano fundamental del que todos debemos gozar, es la base necesaria que permite la renovación de un mundo pacífico, próspero y sostenible.

Es importante aclarar cada palabra clave que se retomará para una mejor comprensión del escrito.

Por un lado, lo denominado sexo o sexo biológico apunta a las características fisiológicas y sexuales con las que nacen los machos y las hembras (en animales no humanos y humanos). Estas diferencias por sexo biológico se encuentran incluso antes del nacimiento, debido a que en la quinta semana de gestación comienza la formación de los órganos sexuales y entre la octava y novena se concluye su formación. Sumado a ello, el Sistema Nervioso Central también realiza síntesis de diversas hormonas y algunos procesos biológicos que masculinizan o feminizan al cerebro para su desarrollo específico. Por su parte, género se refiere a las ideas, normas y comportamientos que la sociedad ha establecido para cada sexo, y el valor y significado que se les asigna. Por lo cual, la igualdad de género es otorgar a mujeres y hombres igual valoración y goce real de derechos y oportunidades, acabando así con las discriminaciones. Con respecto a ello, encontramos que lo que denominamos equidad de género se trata de reconocer las condiciones y características específicas de cada persona o grupo social, tomando en cuenta la existencia de relaciones de poder desiguales y factores que discriminan principalmente a mujeres y en algunos casos hombres. Esto afecta a niñas, mujeres, niños y hombres en sus oportunidades y estilos de vida. Por lo tanto, igualdad y equidad de género son dos enfoques que van de la mano.

Podemos comenzar entonces a definir si realmente hay diferencias entre hombres y mujeres o simplemente la sociedad las ha ido construyendo con el paso de las generaciones.

Nacemos biológicamente hembras y machos, pero, cuando vamos creciendo, la sociedad nos educa y nos engloba en dos visiones diferentes; de pequeños como niños y niñas y posteriormente como hombres y mujeres.

Realmente las diferencias biológicas entre ambos sexos son mínimas, casi nulas. Generalmente, las mujeres somos un poco menos corpulentas que los hombres, de la misma manera tenemos menos vello corporal y lo más destacado, órganos sexuales diferentes. En los hombres, generalmente, predomina la fuerza física y en la mayoría de las mujeres predomina la resistencia al dolor, pero esto no quiere decir que seamos objeto de violencia o sufrimiento. Lo más importante entre las diferencias es que las mujeres podemos embarazarnos, parir y amamantar, justificado por la feminización del cerebro.

Las diferencias antes mencionadas se hacen más evidentes en la etapa de la pubertad, alrededor de los 10 y 15 años de edad.

Hasta el momento comprendemos que existen mínimas diferencias fisiológicas entre ambos sexos, pero las radicales y, en ocasiones discriminatorias desigualdades, son las que comienza a determinar la sociedad al colocar la etiqueta de “género”.

Conforme vamos creciendo, nos van educando para ser diferentes. Aquellos seres que tenemos vulva nos categorizan al vestir de rosa, jugar con muñecas y surge el regaño si no nos mantenemos limpias todo el tiempo, comienzan a llamarnos “niñas”. Para aquellos que tienen pene se les viste de azul, se les dan carros y pelotas para jugar y surge el regaño si se les ocurre llorar, se les llama “niños”, para marcar que son distintos a las “niñas”. Todas las diferencias que no son de tipo natural es a lo que llamamos “género”.

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