Cuarto libro de Arquitectura Virtuvio

Cuarto libro de Arquitectura Virtuvio

El libro cuarto de Vitruvio forma parte del tratado de arquitectura escrito por el arquitecto y tratadista Marco Vitruvio Polión, este tratado, llamado  De Architectura, es conocido en la actualidad como Los diez libros de la Arquitectura.

Consta de ocho capítulos, los cuales explican las diferencias y propiedades de los órdenes clásicos.

El primer capítulo es llamado “De las tres especies de columnas y su invención”, y  aborda temas tales como las disimilitudes entre las columnas corintias y las jónicas y el origen de los órdenes.
Las columnas corintias y las jónicas, sin contar con el capitel, poseen proporciones iguales, las corintias tienen un capitel de mayor altura, siendo el mismo todo el diámetro de la columna, mientras que el capitel de las jónicas es solo un tercio del diámetro de la misma. Por este motivo, las columnas corintias son en apariencia más altas, delgadas y de mayor elevación.

El corintio no poseía una disposición propia y exclusiva de la cornisa y del resto de los adornos, de modo que los demás elementos  que se superponían  sobre las columnas podían seguir las normas del orden dórico o del jónico; asíoç es como se genera un tercer orden, interponiendo un nuevo capitel.

Origen de los órdenes

Dórico: Debe su nombre a Doro, rey de Acaya, hijo de Heleno y la ninfa Ópticos, quien levantó el templo de Juno, un templo que casualmente respondía a este orden. Posteriormente fueron  edificados otros templos del mismo orden en Acaya, aunque aún no había una medida de sus proporciones .Luego los atenienses destinaron trece colonias para Asia a un mismo tiempo, dieron el mando a Jono y fundó allí varias ciudades, y toda la región que ocupaban fue designada como Jonia. Decretaron templos a los dioses, el primero de ellos fue para Apolo  Panionio, este templo era una imitación de los existentes en Acaya  y lo llamaron dórico por ser el estilo que construían los dorios.

Como no existía reglamento para determinar las proporciones de la columna, tomaron la medida de un vestigio de pie humano, que resulta ser la sexta parte de la altura del hombre, así dieron a la columna la altura de seis veces el grueso del imoscapo, incluyendo el capitel.

Jónico: Buscando edificar un templo de nueva y forma y belleza para Diana, se basaron en la delicadeza del cuerpo femenino: La columna poseía un altura de ocho diámetros  de su imoscapo, para que fuese más airosa, fue agregada la basa, que representaba el calzado,  volutas al capitel, imitando el cabello rizo, fue adornada la frente con cimacios y festones por crenchas y en toda la caña de la columna excavaron canales, imitando los pliegues delicados de la túnica matronal.

Los arquitectos posteriores dieron al alzado de la columna dórica siete gruesos de su imoscapo y ocho y medio  a la jónica.

Corintio: Se dice que la nutriz de una doncella ya casadera de Corintio que había fallecido, había llevado al sepulcro, en un canastillo, algunos licores que gustaban a la doncella cuando aún vivía , dejándolo encima de la raíz de un acanto y cubriéndolo con un ladrillo, los tallos del acanto comenzaron a crecer rodeando el canastillo; esto fue visto por Calímaco, quien poseía destreza para tallar mármol , y se dispuso a elaborar columnas que imitaban lo que había observado en el sepulcro, fijando ya las proporciones.

El capitel corintio debe ser tan alto, incluyendo el  ábaco, como el grueso del imoscapo, su diagonal debe ser la dupla de la altura del capitel, así serán las cuatro frentes de altura proporcionada y las mismas recortarán cóncavamente desde los ángulos una novena parte de su longitud. El pie del capitel tendrá el ancho del sumoscapo en su vivo, y la altura del ábaco será un séptimo que la del capitel.

Excluyendo el ábaco, lo restante es dividido en tres partes: la primera destinada a las hojas inferiores, la segunda a las del medio y la tercera a los cualícolos, de los cuales nacen las hojas que se extienden hasta el ábaco. Las volutas que salen de estas hojas se esculpen debajo del ábaco, ya las espiras menores, debajo de las flores que están en medio de la frente del ábaco, las mismas serán cuatro y deben ser grandes como el grueso del ábaco.

El segundo capítulo llamado, “De los ornatos de las columnas”, explica cómo empezaron a formar y de dónde tomaron origen y principio de los ornamentos de las columnas.

En todos los edificios se pone encima el maderaje, a cuyas piezas suelen dar diferentes nombres y sus usos. Maderos mayores, o madres se llaman las jácenas o piezas que sientan sobre las columnas, pilastras, o antas. En la armadura del techo, si el espacio es muy grande, se ponen el madero del caballete en lo alto, llamado columen, los tirantes y los cabrios. Si el ancho es moderado, entra también el columen, y los pares llamados canterios que forman el alero. Sobre ellos van las vigas o cuartones llamados templos y sobre estos inmediatos a las tejas los listones llamados ásseres que salen de las paredes para protegerlas y en esta forma todas las cosas tienen su propio lugar, género y orden.

De las cuales los arquitectos tomaron imitación en los templos juzgandolo digno de propagación. Porque los obreros antiguos, habiendo hecho un edificio y puestos los cuartones de modo que volasen sus cabos fuera de las paredes, cerraron de estructura los intertignos colocando encima cornisas y frontispicios de madera. Después cortaron al filo de las paredes los cabos volantes de los cuartones y cubieron los cortes con ciertas tabillas talladas como los triglifos, las clavaron en los cabos mismos, y las pintaron con cera azul. En otras construcciones distintas dejaron al aire los canterios que sobresalían en perpendicular a los triglifos y hendieron unas molduras en sus resaltos. Así como por una determinada ordenación de los cabos se descubrió la proporción de los triglifos, de igual modo la relación de los modillones bajo las cornisas surgió a partir de los resaltos de los canterios.

De igual forma se representan los modillones tanto en las construcciones de piedra como en las de mármol, mediante esculturas inclinadas, ya que se trata de una imitación de los canterios; en efecto, para facilitar el desagüe de la lluvia; debido a esta imitación se descubrió la proporción y colocación de los triglifos y de los modillones en el estilo dórico. Como erradamente dijeron algunos, que los triglifos representen ventanas; pues los triglifos se colocan en los ángulos del edificio sobre los dos cuartos de las columnas, en cuyo sitio no son practicables las ventanas, porque se desatarían las junturas de los ángulos del edificio. También, si donde se ponen ahora los triglifos imaginamos que en su origen hubo ventanas, lo mismo deberemos decir de los dentículos en el orden jónico; pues métopas se llaman los intervalos de uno y otro. Opas llaman los griegos a los lechos tanto de los cuartones, cuanto de los listones o ásseres, como nosotros los llamamos cava columbario. Así que al intertignio, por estar entre dos opas, le llaman métopa. Como en el orden dórico se descubrió la proporción de triglifos y metopas, igualmente en el orden jónico se descubrió la disposición y organización de los dentículos, que poseen su propia proporción.

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