DESARROLLO.

DESARROLLO

La mina Ok Tedi Cooper es considerada como un activo nacional para el gobierno de Papua Nueva Guinea; en 1975 Papùa Nueva Guinea había obtenido su independencia de Australia; un país de solo 5 millones de personas, es un paraíso botánico. Sus selvas tropicales casi vírgenes, montañas ríos y arrecifes albergan gran cantidad de plantas, animales y pájaros raros incluyendo los zorros voladores, las tortugas de rio, el lagarto más largo, y las orquídeas, murciélagos y especies de mariposas más grandes del mundo. A pesar de ello en los años noventa, el país se convirtió en el prototipo de destrucción ecológica como consecuencia de un gobierno débil con representantes jóvenes, y de una empresa minera internacional sin interés por los problemas ambientales ni por las opiniones de las localidades locales. Paul Anderson, director general de Broken Hill Propietary Company Limited (BHP) no estaba seguro de qué hacer. En noviembre de 1998 salió de Duke Energy Corporation en Estados Unidos y se mudó a Australia con su esposa, Kathy, para ocupar el puesto de director general de BHP, una compañía minera internacional. Sólo un año y medio después se enfrentaba a la decisión de cómo manejar lo que se llamó uno de los “desastres ambientales” más grandes del mundo, una catástrofe de contaminación que en ese momento estaba creando la mina de cobre de BHP en Ok Tedi, en la parte occidental de Papúa, Nueva Guinea. BHP era propietaria del 52% de la mina, el gobierno de Papúa, Nueva Guinea, tenía el 30% e Inmet Mining Corporation, una compañía canadiense poseía el 18%.

A mitad de los años ochenta, la enorme mina de cobre y oro ha descargado anualmente unas 30 millones de toneladas de residuos mineros (arena de roca y metales triturados) al río Ok Tedi, afluente del río Fray, lo que ha producido un desastre ecológico. La mina usaría las técnicas convencionales de minería a cielo abierto para extraer cerca de 30 millones de toneladas anuales de mineral de cobre y 55 millones de toneladas de roca de desperdicio. La mina que comenzó a operar en 1984 y que se convirtió en el principal agente social en las áreas de los ríos Ok Tedi y Fray (al brindar servicios sociales de salud, educación, programas de capacitación, desarrollo de infraestructura y desarrollo de negocios locales). A una década de comenzar a operar (1984) se convirtió en uno de los productores de cobre más importantes del mundo, extrayendo 30 millones de toneladas de mineral.

En las casi dos décadas que estuvo operando la mina, el país se convirtió en el prototipo de destrucción ecológica, la mina había descargado 80,000 toneladas de desechos y 120,000 toneladas de desperdicios de roca al día al río Ok Tedi, que fluye al río Fray, y la acumulación de basura estaba destruyendo la ecología de la selva tropical y la áreas pantanosas; el llamado “Tesoro botánico” por sus inmaculadas selvas , montañas, ríos y arrecifes de coral- empezó a sufrir un efecto llamado muerte lenta, morían peces, desaparecían las tortugas y la navegación en canoas se hacía cada vez más difícil, ya que encallaban en el medio del río a causa de la sedimentación.

Las consecuencias ambientales y sociales han sido enormes, este apilamiento crónico de vertidos ha tenido un efecto devastador para las 50.000 personas que viven en 120 pueblos a lo largo de ambos ríos y que dependen de ellos para la pesca y otros recursos.

La llegada de la mina Ok Tedi cambió la vida de las gentes del lugar , las tribus indígenas habían vivido en poblados formados por pequeños clanes y que durante años cultivaron jardines y granjas en la selva tropical, la mina Ok Tedi introdujo en la región los trabajos industriales, la vida urbana, la economía basada en el dinero, los supermercados, centros comunitarios, escuelas y más beneficios como proyectos de salud con resultados en la reducción de la mortalidad infantil y crecimiento de la esperanza de vida.

En 1989, varios propietarios de tierras en el área contaminada de los ríos comenzaron a solicitar al gobierno que tomara medidas para evitar la descarga de desechos al río les proporcionara alguna compensación por sus pérdidas.

En 1992, más

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