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De los conflictos armados contra Bolivia


Enviado por   •  21 de Mayo de 2017  •  Ensayos  •  2.258 Palabras (10 Páginas)  •  230 Visitas

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Ensayo de Historia

Thomas Muñoz

Psicología 2er Semestre

12 – 12 – 2014

Es importante recordada que Chile es un país que tiene tres países vecinos – con los cuales delimita su territorio – Perú, Bolivia y Argentina, y con todos y cada uno de ellos ha tenido problemas limítrofes a lo largo de sus doscientos años de historia. Es por esta razón que se puede hablar de un cierto “acostumbramiento” por parte de Chile en este tipo de conflictos, en los que, la mayoría de veces, ha salido airoso.

Para Chile, los distintos tipos de tratado que ha tenido en su historia han sido, normalmente, un foco de nuevos problemas y nuevos conflictos, y el “Abrazo de Charaña” no fue la excepción, dejando un conflicto mayor entre tres países que una vez marcan su relación con un conflicto, el cual de cierta manera hasta el día de hoy no se ha podido solucionar del todo.

En este trabajo se tratara principalmente el tema de la relación que tiene Chile con el país vecino Bolivia y en que afecto el “abrazo de Charaña” para con las relaciones políticas entre estos países y, eventualmente, como afecto a un tercer país, Perú. También se hablara del porque las relaciones políticas entre los países limítrofes con Chile – principalmente Bolivia –, no han sido del todo fructíferas como lo han sido otro tipo de actividades.

        En teoría el “abrazo de Charaña” era la solución a los problemas limítrofes que aquejaban los países de Bolivia y Chile. Este tratado de 1975 planteaba seis puntos, en los cuales se estipulaba los parámetros posibles para el tan ansiado corredor marítimo para Bolivia a cambio de otra porción de territorio y de no volver a poner sobre la mesa el tema de la recuperación de Antofagasta. Chile tenía la solución y de haber sido así, el día de hoy no tendríamos citaciones en la Haya. La solución estaba y era real – al menos eso pensaban ambos países –, pero en esta ecuación faltaba un factor importante y este era la decisión del  Perú.

        

        ¿Por qué un tercer país debía decidir sobre los temas de dos países totalmente distintos? Esto se debe a tratados anteriores que estipulaban que estos tres protagonistas debían decidir y dar su veredicto sobre temas territoriales. A decir verdad, si Perú hubiese dado su veredicto de manera positiva se hubiesen ahorrado  muchos problemas a futuro y muchos malos ratos de igual manera. Pero finalmente fue un no rotundo. Esta decisión tiene una explicación muy simple, y es que si el Perú permitía esto, es decir que si Perú permitía que este corredor marítimo fuese entregado a la soberanía de Bolivia, este perdería toda esperanza de recuperar sus preciados territorios perdido en la guerra y quedaría como el gran perdedor de esta, ya que esto permitiría que Bolivia a pesar de todo pudiese recuperar algo de lo perdido, el Mar. Sin duda algo totalmente negativo para el Perú y más para el presidente que permita esto, ya que tendría que lidiar con toda una horda de ciudadanos peruanos enfurecidos.

        Esto no solo resentiría a Bolivia, ya que tras mucho intento no había logrado nada con este “abrazo” y que solo había perdido el tiempo tras ver que su tan ansiado sueño no dependía solo de él o de Chile, si no que dependía de un tercero igualmente. También esta decisión peruana complicaba a Chile, quien veía alejarse la solución a todos los problemas políticos y limítrofes que esto traería a futuro, además de tener que lidiar por años con un resentido país boliviano quien había, nuevamente, visto dañado su orgullo. Este tratado, o al menos el intento de él, no fue del todo malo, ya que luego de mucho tiempo se volvieron a entablar conversaciones con Bolivia y que no solo se podían entablar, sino que llevar de una buena forma – al menos duro aquella vez –.

        Perú a pesar de haber sido quien se negó, fue quien menos repercusión tuvo en aquel momento, pero de igual manera de veía complicado a futuro, ya que las decisiones que debía tomar debían ser muy estudiadas para no perder las esperanzas de algún día recuperar lo que en un principio era de ellos, ya que cualquier mala decisión podía llevar a que Chile tomara cartas en el asunto y de lleno cortara las posibilidades. Dado que este no es solo un problema Chileno-boliviano, siempre se tendrá que tratar de que estos tres países – con guerras en común – estén de acuerdo, sobre todo cuando se hable de temas territoriales, pero como se sabe esto será difícil, por no decir imposible, ya que nunca se tendrá a los tres países a gusto.

Es importante recalcar que los problemas limítrofes con los diferentes países que rodean Chile, no son nuevos, es decir que fueron acarreados desde aquellos tiempo donde este país aún estaba “probando” cierto tipos de política, es recién en esta época cuando se puede hablar de un Chile más consolidad y solo en cierto aspectos, aún es un país muy joven con tan solo 200 años de historia. Es por esta simple razón que los problemas con los demás países que nos rodean con tiene un tanto de una “consolidación” en los países en cuestión – Chile, Perú, Bolivia e incluso se puede hablar de Argentina en un tiempo – y otro gran tanto de problemas que simplemente no pueden ser evitados debido a variadas decisiones mal tomadas por parte de los políticos que les recayó aquel acontecimiento.

        Y de los ejemplos más actuales en lo que la mala toma de decisiones afecta a las relaciones entre países es uno bastante actual y me refiero a los dichos del presidente Evo Morales dirigidos a los presidentes del Perú y Chile, Michelle Bachelet.

“Tal fue el carácter de la entrevista que concedió Evo

Morales a Cristián Bofill, director del diario chileno La

Tercera, publicada el 31 de mayo de 2009.Más que un golpe periodístico (que lo era), se trataba de una señal política a la vena, enviada simultáneamente a Michelle Bachelet y Alan García, sus homólogos de Chile y el Perú […] «Bolivia debería vender gas a Chile, porque Chile necesita gas, esa es la manera de que los hermanos marchen unidos», dijo en una oportunidad, con resonancias de Martín Fierro. Ahora, presentaba la aspiración marítima boliviana con un método notablemente rectificado. La quería en el marco de una negociación tranquila, sin periodistas, sin denuncia ante los foros internacionales y sin privilegiar el tema de la soberanía. «Lo que yo quiero es resolver juntos el problema y no buscar mediadores, veedores ni garantes».”[1]

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