Desapariciones Estudiantes Del Centro

Desapariciones de los estudiantes de la Universidad Nacional del Centro

La universidad en el Perú es considerada como una de las instituciones más importantes cuya contribución al desarrollo nacional es necesaria e indispensable. Una de sus características ha sido su preocupación por la política nacional y su sensibilidad por los problemas de la sociedad. Estas características la han ubicado a lo largo del siglo XX en medio de situaciones críticas y particularmente entre los años de 1980 y 1995, en un contexto de extrema violencia. Por ello, diferentes instituciones han juzgado conveniente prestar atención al sistema universitario como un espacio fundamental para comprender el desarrollo del conflicto armado interno, pues ha sido una institución referencial en el surgimiento de proyectos subversivos, en especial del Partido Comunista del Perú Sendero difusión de su ideología como para la captación y reclutamiento de militantes entre sus estudiantes y docentes. Uno de los casos más representativo fueron las desapariciones de los estudiantes de la Universidad Nacional del Centro, en Junín. Es así como la Universidad Nacional del Centro fue escenario de la cruenta lucha entre los grupos subversivos (El PCP-SL y el Movimiento Revolucionario “Túpac Amaru”), y las fuerzas del orden. Las primeras violaciones a los derechos humanos correspondieron a las organizaciones subversivas, en especial el PCP-SL, que sorprendentemente pudo controlar toda la vida institucional de este centro de estudios. Pero a partir de 1991, las fuerzas contrasubversivas iniciaron una política sistemática de desapariciones y ejecuciones por orden de los Jefes de los Comandos Políticos Militares.

En esta investigación se estudiará, dentro del contexto del Conflicto Armado Interno, a los diferentes grupos subversivos desde su origen, basamento ideológico y político, así, como uno de los mayores atentados que fue en el departamento de Junín, específicamente en la Universidad del Centro. Como alumnos de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, nos hemos sentido sensibilizados con todas las víctimas de estos grupos terroristas, por lo cual no ha llevado a profundizarnos en este tema. Para poder realizar un adecuado análisis sobre este tema nos basaremos en el testimonio de la Srta. Karen Reyna Oba Segama, alumna graduada de la facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional del Centro, quien fue testigo de la gran agresión por parte de este grupo subversivo a los distintos alumnos, catedráticos y personal que trabajaba en dicha universidad por esas épocas. Nuestro objetivo con este tema de investigación es poder dar a conocer e involucrar más a todos a cerca de los distintos atentados que sufrieron dichos estudiantes.

Durante los años 80 , el Perú se encontró en una etapa llamado Conflicto Armado Interno el cual se inicia a decisión de un grupo subversivo llamado Partido Comunista Peruano -Sendero Luminoso, liderado por Abimael Guzmán Reynoso, de iniciar una denominada guerra popular contra el Estado, a contracorriente del sentir mayoritario de millones de peruanos y peruanas que hacia fines de la década de 1970 canalizaban sus anhelos de transformación profunda de nuestra sociedad por otras vías, principalmente a través de la proliferación de organizaciones sociales de todo tipo como federaciones campesinas y sindicales, organizaciones barriales, de mujeres, de pequeños y medianos empresarios. Este grupo subversivo, PCP -Sendero Luminoso, es el resultado de una larga depuración dogmática, vanguardista y violenta, que tiene sus raíces en el marxismo-leninismo y el maoísmo. Por un lado, la tradición marxista-leninista, que otorga un privilegio ontológico al proletariado como clase portadora de una nueva sociedad más justa, es decir, el comunismo, y el papel central de la revolución a una vanguardia iluminada, organizada en un partido de cuadros, selectos y secretos, que desarrolla una “violencia revolucionaria” que ellos consideran no sólo legítima sino indispensable para tomar el poder y realizar los necesarios cambios estructurales. El PCP-SL, además, se inspiró en la versión maoísta de esta tradición, la cual otorga al campesinado el papel de fuerza principal de una revolución que adoptaría la forma de guerra popular prolongada del campo a la ciudad, manteniendo el proletariado su papel fundamental de clase dirigente . En el documento presentado por la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación afirman que:

“El propio Guzmán, el PCP-SL se inspiró directamente del momento más radical del maoísmo: la denominada Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-76) y su reclamo de una «dictadura omnímoda sobre la burguesía, impuesta sin importar los costos en vidas humanas, pues su ética instrumental se centra en: «ver clases y no personas. De acuerdo a Guzmán, la Revolución Cultural es el hito mayor de la historia humana, porque descubrió «cómo cambiar las almas». De allí tomó también el culto a la personalidad, la idea de la «jefatura de la revolución» y la posibilidad que ésta disuelva «en situaciones extremas», el Comité Central del partido”.

(CVR 2003: 14)

Abimael Guzmán, para reforzar la idea de un partido de cuadros selectos en contraposición a uno de masas, siempre recordaba el caso de la

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