Dominacion

El 11 de octubre el día que se encontraron “dos mundos” dentro del mismo mundo. La “aparición” de una cultura ante los ojos de la otra que los veía beneplácitos para el interés, de sus creencias, sus intenciones y sus dios traído para aquellos dioses disminuidos con sus discípulos corrompidos, esclavizados y tanto sus tierras con sus recursos naturales ultrajados y aniquilado “culturitas”. El 11 de octubre de 1492 el último día de soberanía autóctona de los habitantes de ahora América descubierta por extranjeros.

Dos mundos juntos, dos posturas dispares, un interés comunicado por la ley divina y dividiendo las reliquias encontradas, por religiosa imposición y apropiada ocupación en la re-fundación de América por los que viajaron en busca de la India, viendo a nuevos “adeptos” a la parroquiana Biblia de sometimiento y justificativo de la cultura hegemónica y dominante como única aceptada para asegurar la vida digna y legitimar su accionar para con otros.

Un estado/nación homologada con el mandato de la iglesia para la expansión y oportunismo del mercado en el comercio de especias hacia un “nuevo mundo” de oportunidades llegando a otro nuevo mundo de intereses, que intolerantes a la diferencia quisieron deshacer.

El comercio fue su meta, desde los Reyes su motor, la iglesia su justificativo del accionar; la “colonización” en la cultura americana arranco en 1492, el estado y la iglesia firmaron contrato de paridad en la expansión de un mercado, tanto económico como religioso y los primeros pasos de la globalización moderna desde el viejo mundo en este “nuevo” mundo encontrado por ellos.

En la identidad que construye un pueblo desde su cultura y raíces hoy se siguen viendo huellas y marcas de la “colonización” económica, religiosa y mental frente a las “identidades” que niega el sistema hegemónico de la cultura global. Donde la poca aceptación y reconocimiento de la diversidad no se ven aún en muchas otras cuestiones.

El 12 de octubre ya no recordará la llegada de las expediciones colonizadoras a América sino el Día del Respeto a la Diversidad Cultural.

Una “diversidad cultural” que pelea por ser diversa por las dominantes manifestaciones de hegemonía cultural, que tratando de homologar gustos, costumbres e “iglesias” sigue como hace mas de 500 años “colonizando” las mentes desde las propagandas, y oportunidades de marketing tratando implícita o explícitamente conquistar la economía, los recursos, y las personas, a estos “indios sueltos” que habitan la tierra en su totalidad; los que por pensar, sentir y ser diferentes mas allá de la etnia, la cultura o “tribu” no aceptan la venta de espejitos de colores.

El jubilado día de la Raza era por… ¿?…para quien o por que ¿¿¿???

En biología el termino raza se refiere a los grupos que se sub dividen algunas especies, que en el caso del ser humano (homo sapiens) existe opinión mayoritaria entre los especialistas en que es inadecuado el uso de este término (raza) para referirse a cada uno de los diversos grupos humanos, y se considera que es más apropiado utilizar los términos etnia o población para definirlos. Más aún, algunos científicos consideran que para referirse a seres humanos, biogenéticamente, las "razas" no existen, y en la humanidad todos somos la misma “especie” tratándose sólo de interpretaciones sociales. Interpretaciones o construcciones sociales arbitrarias para marcar diferencias ya que la Raza hay una sola, la humana; en una sola patria, la tierra. Las “diferencias” marcadas que sin ser científicas se justifican para legitimar desde un sector de los “diferentes” una superioridad infundada más que en los contrastes, buscando las no similitudes para mantenerse en el sector que corresponde para ver desde arriba a los que de abajo, que desde abajo dan cuenta de una desigualdad que no es natural.

Con el contraste de diferencias se negocia para beneficios de unos sobre otros. Con la diferenciación de razas supuestas, se legitimaron atropellos culturales. Con la diferencia de dioses menores se justifico extracciones de bienes ajenos. Entre descubrimientos y oportunismos se mesclan las culturas; dónde los negocios religiosamente se marcan por dioses traídos de otros lados en nuevos mandamientos de mercado.

La religión, la raza, y la economía se entremezclaron más allá de los indios, americanos, europeos, aborígenes y mestizos, la India, España y sus Reyes...

Cuando se mescló la iglesia, los estados y las etnias, se adulteraron las atribuciones de los importadores de la “ley divina” en beneficio de la ley del mercado colonial, de los monarcas y las iglesias en nombre del Dios extranjero en estas tierras.

La religión busco su expiación para justificar su lugar de poder en cuanto palabra de Dios, dio órdenes de callar a los dioses encontrados, la cultura dominante rezo siempre para que la diferencia de raza sea aceptada, la escomía dejo a todos tranquilos y ella siempre jugo el papel de mediador entre las ganancias divinas y lo divino de ganarle a las “culturas inferiores” en nuevos territorios sus pertenencias.

Con el justificativo bíblico traído de Europa, olvidando el mandamiento de no mataras, se llenaron ríos de sangre en América de comunidades aborígenes y se vaciaron olvidando el mandamiento de no robaras en las montañas y canteras de minerales codiciados para la exaltación y ostentación de las coronas trasatlánticas, que sumado a la distracción de lo que dice el mandamiento de no codiciar los bienes ajenos se anhelo todo lo nativamente sustentable para calmar los deseos de codicia. Contra el nombre de Dios se protesto en vano e insignificante para los que el protestar ante su nombre les era inútil ya los personajes que personificaban sus mandatos no escuchaban, no miraban y no aceptaban la humanidad de los hombres creados por otros dioses “inferiores” y americanos.

A los pobladores originarios de estos territorios que en el justificativo de no ser parte de la raza “adecuada”, la raza “verdadera”, y no como una rareza para la conformación a la identidad nacional, fueron borrados de la faz de la tierra que los vio nacer como lo fue en presidencias de Domingo Faustino Sarmiento y Julio Argentino Roca, donde pasaron a mejor vida y a un paraíso que en nombre un dios ajeno y una cultura impropia que los dejo en el recuerdo.

La llegada a un nuevo contiene para mantener su superioridad irracional de diferenciación de razas por el hombre blanco, el hombre blanco con su catolicismo, el hombre blanco católico en benéfico de los negocios. El hombre blanco, católico, negociante y de cultura occidental, borro al hombre “diferente”, al hombre diferente y autóctono,

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