EDUCACION EN COLOMBIA- MANUAL DE ENSEÑANZA MUTUA

EDUCACION EN COLOMBIA

MANUAL DE ENSEÑANZA MUTUA

PARA LAS ESCUELAS DE PRIMERAS LETRAS

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, en el nuevo reino de Granada, se presentaron muchos cambios políticos, económicos y sociales; dentro de estos aparece uno muy importante y es la declaración de la educación como objeto público, es decir pasa de ser un oficio civil e independiente de la iglesia, para ser manejado por el estado. Todo este cambio implico un surgimiento de nuevos espacios de trabajo como el de maestro público, quien era el encargado de la enseñanza de las primeras letras durante los siglos XVIII y XIX se presentaron distintos planes de estudio, teorías, métodos y demás, los cuales sirvieron para ir mejorando y ayudando a la formación de la escuela y la formación del maestro y buscaban incluir a toda la población ya que la educación era para unos pocos, sobre todo para los españoles.

Dentro del mejoramiento y formación de escuela y maestro, y la inclusión de la población de la nueva granada a la educación pública, encontramos un manual, llamado Manual de enseñanza mutua para las escuelas de primeras letras, el cual fue redactado en el año de 1845 por Don Jose Maria Triana. Antes de empezar a hablar del manual veamos un poco quien fue este hombre. Don Jose Triana Nació en Bogotá en 1792, fue director de la Escuela Normal de Bogotá (cargo que ocupo desde 1845 a 1851).Hizo estudios de Derecho Real y Público en el Colegio de San Bartolomé sobresalió como educador, era un conocido difusor del sistema de enseñanza mutua en Colombia. En 1826 fue designado por el General Francisco de Paula Santander como Director de la Escuela Normal de Bogotá. Allí puso en marcha el sistema de enseñanza lancasteriano e inició la preparación de textos didácticos. En 1827 Tríana organizó la “Casa de la Educación’; primer colegio privado que funcionó en Bogotá y que tuvo una supervivencia de doce años. En 1845 y con el fin de mejorar la educación, el gobierno quiso implantar un sistema de estímulo a las escuelas normales, el cual buscaba vencer los tres grandes obstáculos que la aquejaban: la deficiente preparación de los maestros, la falta de aulas apropiadas y la carencia de textos idóneos para la enseñanza, que en más de un caso debían ser importados de Europa. Dentro de dicho esquema, la Dirección General de Instrucción Pública encargó a Triana la preparación de “manuales de enseñanza” destinados a la educación primaria; la primera de estas obras se tituló “Manual de Enseñanza Mutua para las Escuelas de Primeras Letras”; a la misma siguieron las “Lecciones de Gramática Castellana arreglada al método de Enseñanza Mutua’; obra que iba acompañada de un “Manual que deben tener los profesores de las escuelas para enseñanza de la Gramática según el método de Pestalozzi” y el “Manual para los preceptores de enseñanza primaria e instrucción moral y religiosa’; texto destinado a las escuelas de la provincia de Bogotá. Quizás su obra más popular fue la colección de ocho cuadernos que constituyen los “Ejercicios Elementales de Escritura según el Método Caligráfico enseñado en la Escuela Normal de la Antigua Provincia de Bogotá’; serie que alcanzó al menos dos ediciones y que sirvió para que muchos colombianos aprendieran a escribir.

Ahora bien, hablaremos de lo estipulado en el manual de enseñanza mutua para las escuelas de primeras letras. Este manual fue una reforma al manejado desde 1826, y abarcaba los métodos de Lancaster (método monitorial o mutuo, basado en una enseñanza masiva, un solo maestro podía tener 1000 estudiantes, sistema de ayudantes-alumnos, ordenado y reglamentado, utilización de carteleras, figuras impresas, pizarra, manual, campanilla, telégrafo, sistema de castigos y recompensas, reorganización espacio y tiempo escolar) y Pestallozi (método experimental de observación directa, enseñanza familiar, todo conocimiento procede de tres formas elementales forma, numero y palabra, los alumnos aprenden a conducirse a sí mismos, el docente es un conductor de los alumnos),comprendía primordialmente los conocimientos principales que debía tener la sociedad: lectura, escritura, aritmética, doctrina cristiana y dibujo linear, y en el caso de las escuelas de niñas la costura. Comprendía diez capítulos, cada no comprendía ocho clases, y se estipulaba de la siguiente manera: el primer capítulo trataba sobre la escritura y se basaba en dictado y deletreo, se tenían tres especies de escrituras, la del dibujo de letras sobre la arena, la escritura en la pizarra y la escritura en papel.

El segundo capítulo sobre la lectura, que se dividía en leer las letras del alfabeto y formas la división del abecedario, leer silabas y

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