ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

EL PERIODO COLONIAL EN CUBA

Rita Jara MalpicaInforme21 de Julio de 2017

3.424 Palabras (14 Páginas)337 Visitas

Página 1 de 14
  1. EL PERIODO COLONIAL EN CUBA

  1. Llegada de los colonizadores a Cuba 

 Durante el primer viaje de Cristóbal Colón, la primera isla visitada, y conocida por los nativos como Guanahani, fue bautizada con el nombre de San Salvador; la segunda con el nombre de Santa María de la Concepción (Rum Cay, actualmente); la tercera la bautizó Fernandina (isla Long, actualmente), en honor a Fernando II de Aragón por su gran tamaño; y, a la isla llamada Samaet por los nativos, la bautizó como Isabela (Crooked Island, actualmente) en honor a Isabel I de Castilla. Es en esta última isla, el 21 de octubre de 1492, donde Colón escucha hablar a los nativos de la isla llamada Colba (Cuba) y de Bohío (La Española). Colón se entusiasmó, pues estaba convencido de que Colba era Cipango[1], incluso portaba cartas de los Reyes Católicos dirigidas al Gran Khan[2], pues el objetivo del viaje era precisamente viajar a las tierras de oriente en busca de perlas y oro.

Acompañado de nativos de Guanahani, el miércoles 24 de octubre partió de la isla Isabela en busca de Cuba. Después de cruzar unos bancos de arena (Banco de Colón o Islas Brulle) en la tarde lluviosa del sábado 27 de octubre de 1492 avistaron la isla. El capitán de la Pinta, comunicándose con los nativos, entendió que Cuba era una ciudad en tierra firme, y que al norte había un rey que tenía guerra con el Gran Khan, pero lo que realmente intentaban comunicar los nativos, era que al norte existía una provincia llamada «Cubanacán». Colón bautizó a la isla con el nombre de Juana, en honor a Juan de Aragón y Castilla, quién aún vivía y era el heredero a la corona de los Reyes Católicos, patrocinadores del viaje. Años más tarde, el nombre de Fernandina fue trasladado a la isla de Cuba por su gran tamaño en comparación a la isla Long, también se le pretendió asignar el nombre de Santiago por la ciudad que fundó Diego Velázquez de Cuéllar en 1515. Sin embargo, la isla siempre fue referida con el nombre de Cuba, ya sea por Cubanacán o por una derivación de Colba.

Cuando Cristóbal Colón arribó a Cuba y sus naves recorrieron durante cuarenta días la costa norte oriental de la Isla, pudo apreciar, junto a los encantos de la naturaleza exuberante, la presencia de pobladores pacíficos e ingenuos que le ofrecían algodón, hilado y pequeños pedazos de oro a cambio de baratijas. 
Fue dos años después, al explorar la costa sur de Cuba durante su segundo viaje, que el Almirante se percataría esta diversidad en los pobladores indígenas, pues los aborígenes de la región oriental que lo acompañaban, no podían entenderse con los habitantes de la parte occidental.

La población de la Isla se había iniciado cuatro milenios antes, con la llegada de diversas corrientes migratorias: las primeras probablemente procedentes del norte del continente a través de la Florida, y las posteriores, llegadas en sucesivas oleadas desde la boca del Orinoco a lo largo del arco de Las Antillas[3] (fueron las primeras tierras descubiertas por Colón en 1492 y recibieron ese nombre porque los cartógrafos de la época citaban una isla llamada Antilla situada en la región occidental del Océano Atlántico, los primeros nombres que recibió la región fueron los de Islas Caribes, Islas Caribeñas, Islas Lucayas o Islas Camercanes, provenientes del nombre de los pobladores indígenas).
Antes de la llegada de Colón a la América, la tribu de los Acríbales habitaba la costa norte de Sudamérica y muchas de las islas (el nombre Caribe, se debe a ellos). Estas islas pertenecieron inicialmente a España, quien fue la potencia dominante en las Antillas Mayores.
[pic 1]

Entre los aproximadamente 100 mil indígenas que poblaban la Isla al iniciarse la conquista española, existían grupos con distintos niveles de desarrollo económico y social, tenían una organización que se conocía como “comunidad primitiva”.

Los más antiguos y atrasados -ya casi extintos para el siglo XV-, los mesoindios (guanajatabeyes). Se encontraban en una etapa preagroalfarero y apoyaban su supervivencia en faenas de caza menor, de la pesca y la recolección de vegetales, fabricaban sus instrumentos con las conchas de grandes moluscos.
Otro grupo de indios
 (siboneyes o taínos occidentales), sin despreciar la concha, poseía instrumentos de piedra pulida y, junto a las actividades recolectoras, practicaba la caza y la pesca.
Más avanzados, los procedentes de Sudamérica -pertenecientes al tronco
arhuaco[4]- eran los neoindios (taínos clásicos) practicaban la agroalfarería. Su actividad económica fundamental resultaba la agricultura y con su principal cultivo, la yuca, fabricaban el casabe, sin descuidar la caza menor, la recolección y la pesca, confeccionaban objetos y recipientes de cerámica y poseían un variado instrumental de concha y piedra pulida.
Sus casas de madera y guano de palma (también conocidas como
bohíos), agrupadas en pequeños poblados aborígenes, constituirían durante varios siglos un elemento fundamental del hábitat del campesinado cubano.

  1. Primera parte del periodo colonial, 1510 – 1762

La conquista de la Isla por España se inicia casi dos décadas después del primer viaje de Colón, como parte del proceso de ocupación que se irradiaba hacia diversas tierras del Caribe. A Diego Velázquez, uno de los más ricos colonos de La Española[5], se encargó sojuzgar el territorio cubano, que se inició en 1510 con una prolongada operación de reconocimiento y conquista, plagada de cruentos incidentes. Alertados acerca de las tropelías cometidas por los españoles en las islas vecinas, los aborígenes de la región oriental de Cuba resistieron la invasión hispana, dirigidos por Hatuey, un cacique fugitivo de La Española, primera víctima de los conquistadores en Cuba, quien finalmente fue apresado y quemado vivo como escarmiento.

Con la fundación de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, en 1512, los españoles emprendieron el establecimiento de siete villas con el objetivo de controlar el territorio conquistado -Bayamo (1513), la Santísima Trinidad, Sancti Spíritus y San Cristóbal de La Habana (1514), Puerto Príncipe (1515)- hasta concluir con Santiago de Cuba (1515), designada sede del gobierno. Desde estos asentamientos, que en su mayoría cambiaron su primitiva ubicación, iniciaron los conquistadores la explotación de los recursos de la Isla.

Junto al hecho del reparto de mercedes de territorios, el cual podía hacerse bajo distintas formas, tales como estancias, y luego hatos y corrales, se hizo el reparto de los indios que la trabajarían. Durante el período 1512-1550 la actividad económica se sustentó en el trabajo de los indígenas, repartidos a los colonos por la Corona mediante el sistema de “encomiendas”, una especie de concesión personal, revocable y no transmisible, vinculaban al indio a un español, no bajo la forma de la esclavitud clásica, sino en un carácter similar al del siervo; el colono se comprometía a vestir, alimentar y cristianizar al aborigen a cambio del derecho de hacerlo trabajar en su beneficio. El renglón económico dominante en estos primeros años de la colonia fue la obtención de los escasos metales preciosos con que contaba, específicamente la extracción de oro, actividad en la cual se emplearon indios encomendados así como algunos esclavos negros que se integraron desde muy temprano al conglomerado étnico que siglos después constituiría el pueblo cubano.

Estos españoles no vinieron a América para trabajar, en sentido estricto, sino a enriquecerse para repatriarse, cuando lo hubiesen conseguido. Por eso Velázquez, sin estar autorizado para ello, repartió la tierra conquistada a los indios a su hueste guerrera conquistadora, lo que implicó desposeer a sus legítimos dueños. Este otorgamiento no implicaba la propiedad jurídica sobre la tierra, sino el derecho a su utilización, pagando a los monarcas y a la Iglesia los derechos correspondientes. A largo plazo, dentro de la historia nacional, el proceso señalado traería, siglos después, gravísimos problemas para el desarrollo del capitalismo en Cuba.

El interés fundamental de los conquistadores, la búsqueda de oro, no fue satisfecho en Cuba. La Isla no poseía grandes yacimientos de ese metal; por el contrario, su escasez era notoria. Solamente se pudo obtener un poco gracias al lavado de arenas de los ríos, arduo trabajo realizado por los indios y que no fue más allá del año 1542.

Ante un escaso desarrollo económico, los servicios financieros y estadísticos estaban prácticamente ausentes en la mayor de las Antilla. El rápido agotamiento de los lavaderos de oro y la drástica reducción de la población (incluidos los españoles, alistados en gran número en las sucesivas expediciones para la conquista del continente) convirtieron a la ganadería en la principal fuente de riqueza de Cuba. Traído de Europa como sustituto de la minería, en condiciones boscosas del clima tropical cubano, el ganado prosperó tremendamente y constituyó el renglón fundamental, la naciente y precaria economía insular. Junto a esto, la necesidad de subsistir obligó a los españoles a adaptarse a consumir plantas propias de la agricultura aborigen, tales como la yuca, con la cual se elabora el casabe, trota que podía sustituir al pan; y el tabaco, que, lenta, pero constantemente, aumentaría su importancia económica. Fuese para salarlo en tasajo, o para utilizar sus cueros, el ganado fue la vía de escape productiva de los españoles que no abandonaron la Isla para participar en la conquista de Tierra Firme[6]. A falta de oro, la carne salada y los cueros serían las mercancías casi exclusivas con que los escasos colonos de la Isla podrían incorporarse a los circuitos comerciales del naciente imperio español.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (22 Kb) pdf (343 Kb) docx (1 Mb)
Leer 13 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com