El Poder De La Educación

EL PODER DE LA EDUCACIÓN

¿Qué poder tiene la educación?, mucho se dice sobre los beneficios que tiene la educación para cada uno de nosotros, pero ¿En realidad aprovechamos esos beneficios?, si nos ponemos a pensar un momento en nuestra vida escolar, la principal meta que se nos marca es el tener diez como calificación, porque culturalmente la persona que tiene un diez es la que más ha aprendido, esto hacía que todos de niños quisiéramos un diez, lo que causaba que al conseguirlo nos sintiéramos superiores a los demás no lo lograban y más si al llegar a casa con esa calificación nuestros padres nos dicen: “claro, si eres el más inteligente”, basándose en la calificación, ya que regularmente no preguntan ¿Qué aprendiste?, sino ¿Qué te sacaste?, puesto que lo importante es el tan anhelado 10, e inconscientemente se forma en nosotros una actitud de egoísmo ya que no queremos que los otros también tengan ese diez.

Muchas veces al compartir nuestros trabajos con algún compañero escuchamos de los propios maestros la frase “no le digas, él lo tiene que hacer solo”, por lo tanto pensamos que el decirle como yo hice las cosas a los demás es malo, y se fortalece esa actitud egoísta, después hasta tapamos el cuaderno para que los demás no vean lo que hacemos o como lo hacemos, claro porque el diez tiene que ser de nosotros, para poder ser los mejores, los más inteligentes.

Ahora detengámonos un poco y pensemos, ¿Qué pasaría si en lugar de estas frases tan típicas, se indicara un “ayúdalo”?

En la película “La conquista del fuego” podemos contemplar una serie de eventos, acciones y actitudes por parte de las diferentes tribus ahí plasmadas, dentro del documental van implícitos el aprendizaje, comportamientos y conocimientos adquiridos poco a poco. Al inició se puede distinguir una tribu de hombres y mujeres, que atesoran una brasa con la cual encienden fuego para calentarse y sobrellevar las bajas temperaturas, en pocas palabras, tienen un remedio para una necesidad.

Pero, ¿Qué pasa cuando esa brasa se apaga?, a pesar de que se tenía el conocimiento de cómo encender más ramas con dicha brasa, que este fuego podía ayudarlos a controlar su temperatura, alejar a los animales depredadores que podrían atacarlos, ellos no conocían algo muy importante, el cómo producirlo, ellos querían tener esa brasa, tener fuego, más no pensaban en cómo generarlo.

Cuando nosotros nacemos y sentimos hambre o frío, lloramos y automáticamente nuestros padres nos proveen el alimento si es hambre lo que tenemos o la cobija si es frío, se podría decir que el llanto que alerta a nuestros padres de cierta manera es un remedio para una necesidad al igual que la brasa para las personas del documental.

A lo largo del documental en su intento por conseguir esa brasa, los integrantes de una tribu se toparon con algunas otras y observándolas aprendieron cosas como que al calentar la carne, esta tenía otro sabor, como las cosas puntiagudas en una batalla podrían herir con mayor facilidad al oponente.

De igual forma nosotros mientras crecemos aprendemos por imitación una gran cantidad de cosas, de nuestra familia y personas con las que tenemos contacto, pero fuera de nuestro núcleo social inicial existen muchas más cosas que aprender, así como se muestra en el documental, sin embargo en el documental al principio esos conocimientos no eran transmitidos de manera consiente, al contrario, cada tribu era muy celosa de su conocimiento y el poder que este le generaba frente a los demás.

Dicha conducta se puede ver hoy en día, cuando existen personas que en busca de poder evitan el compartir sus conocimientos, o los comparten solo con sus allegados, se preocupan solo por el beneficio propio y no les importa el desarrollo de los demás, sin pensar un momento en las aportaciones que los demás puedan hacer, conducta que muchas veces es originada desde la infancia por nuestros mismos padres.

En la proyección podemos notar esto en el momento en que una joven trata de unirse a los viajeros que buscaban la brasa para su tribu, dichos hombres al principio no querían que la mujer se uniera a ellos, teniendo una actitud un tanto egoísta, no se imaginaron que pudiera traerles algún beneficio el incluirla en su viaje, de cierta forma no confiaban en ella por no pertenecer a su círculo social inicial (la comunidad en que crecieron).

En la novela “El fin de la infancia” (Childhood’s End) de Arthur C. Clarke, una nave extraterrestre llega a nuestro planeta, y desde su interior, siempre oculto, un ser superior pacifica a nuestros turbulentos congéneres y los instruye de mil modos.

Al final el benefactor alienígeno se revela al mundo, al que sorprende con su aspecto físico, pues tiene cuernos,

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