El Postmarxismo Rampante. Una Crítica A Los Intelectuales Y A Las ONGs.
william027915 de Marzo de 2013
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El postmarxismo rampante.
Una crítica a los intelectuales y a las ONGs.
James Petras
Profesor-investigador de la Binghamton University Sociology of New York
El postmarxismo se convirtió en una posición intelectual de moda con el triunfo del neoliberalismo y el retroceso de la clase trabajadora. El espacio que dejó vacante la izquierda reformista ha sido ocupado en parte por políticos e ideológos capitalistas, tecnócratas e iglesias tradicionales y fundamentalistas.
En el pasado, este espacio lo ocupaban políticos socialistas, nacionalistas, populistas y activistas religiosos asociados con la teología de la liberación. El centroizquierda era muy influyente con los regímenes políticos ( en su cúpula) o con las clases populares menos politizadas ( en sus regímenes inferiores).
Alentadas y, en muchos casos, subsidiadas por las principales instituciones financieras y agencias gubernamentales promotoras del neoliberalismo, ha surgido un número masivo de organizaciones sociales cuya ideología, vínculos y prácticas están compitiendo directamente y en conflicto con la teoría y práctica marxista. Estas organizaciones, que en su mayoría se autodescriben como no gubernamentales o centros independientes de investigación, se muestran activas en proponer ideologías y prácticas políticas compatibles y complementarias con la agenda neoliberal de sus patrocinadores financieros.
Componentes.
Los proponentes intelectuales del marxismo son, en la mayoría de los casos, exmarxistas cuyo punto de partida es una crítica al marxismo e intenta proveer una teoría alternativa o al menos una línea aceptable de análisis. Es posible, más o menos, sintetizar los diez argumentos básicos del discurso postmarxista:
1.El socialismo fue un fracaso y todas las teorías generales de sociedades están condenadas a repetir ese proceso. Las ideologías son falsas (salvo el postmarxismo), porque reflejan un pensamiento dominado por un solo sistema cultural de raza/género.
2. El énfasis marxista sobre las clases sociales es reduccionista, porque las clases se están disolviendo. Los principales puntos políticos de partida son culturales y están arraigados en diversas identidades (raza, género, etnicidad, preferencia sexual).
3. El Estado es el enemigo de la democracia y la libertad, y un proveedor ineficaz de bienestar social. En su lugar, la sociedad civil es el protagonista de la democracia y la mejoría social.
4. La planificación central crea la burocracia, un producto que también entorpece el intercambio de bienes entre productores. Los mercados, quizá con regulaciones limitadas, permiten un mayor consumo y una distribución más eficaz.
5. La lucha tradicional de la izquierda por el poder del Estado es corruptora y conduce a regímenes autoritarios, los cuales proceden a subordinar a su control a la sociedad civil. Las luchas de asuntos sociales por parte de las organizaciones también locales son la única forma democrática de cambio, junto con la petición/presión sobre autoridades nacionales e internacionales.
6. Las revoluciones siempre terminan mal o son imposibles : las transformaciones sociales amenazan provocar reacciones autoritarias. La alternativa es luchar por transiciones democráticas y consolidarlas para salvaguardar el proceso electoral.
7. La solidaridad de clases es parte de ideologías pasadas y refleja políticas y realidades anteriores. Las clases ya no existen. Hay comunidades fragmentadas en las que grupos específicos ( identidades) participan de labores y relaciones recíprocas para la supervivencia basadas en cooperación con partidarios externos. La solidaridad es un fenómeno que trasciende las clases, un gesto humanitario.
8. La lucha de clases y el enfrentamiento no producen resultados tangibles; provocan derrotas y no resuelven problemas inmediatos. La cooperación gubernamental e internacional respecto de proyectos específicos si genera incrementos en la producción y el desarrollo.
9. El antiimperialismo es otra expresión del pasado. En la economía globalizada no hay posibilidades de enfrentar los centros económicos. El mundo es cada día más interdependiente y hay una necesidad de mayor cooperación internacional en la transferencia de capital, tecnología y conocimientos de los países ricos hacia los países pobres.
10. Los líderes de las organizaciones populares no deben estar orientados exclusivamente para organizar a los pobres y compartir sus condiciones. La movilización interna debe basarse en fondos externos. Los profesionales deben diseñar programas y asegurar el financiamiento externo para organizar a grupos locales. Sin ayuda externa, los grupos locales y las carreras profesionales se desplomarían.
Crítica a la ideología.
Los postmarxistas tienen un análisis crítico de la estrategia de desarrollo del mundo: en una palabra, es la misma ideología general que ellos condenan al discutir acerca del marxismo. Además, se trata de una ideología que no identifica la crisis del capitalismo ( estancamiento prolongado, pánicos financieros periódicos, etc) y las contradicciones ( desigualdad y polarización social) en escala nacional e internacional que inciden en los problemas sociales.
Los orígenes del neoliberalismo son producto del conflicto de clases. Sectores específicos del capital aliados con el Estado y el imperio derrotaron a las clases populares e impusieron el modelo. Los orígenes sociológicos del postmarxismo están incrustados en el cambio de poder político que escapó de la clase trabajadora para desplazarse hacia el capital exportador.
¿Qué quiere decirse con "el fracaso del socialismo"? ¿El fracaso de la URSS, de los regímenes de Europa Oriental? Qué es lo que ha fracasado: ¿el sistema político, el sistema socioeconómico?. Los resultados recientes de elecciones en Rusia, Polonia, Hungría y muchas de las ex repúblicas soviéticas sugieren que una mayoría de votantes prefieren un retorno a aspectos de política económica de bienestar social y prácticas económicas del pasado. Si la opinión popular en las naciones excomunistas es un indicador de "fracaso", los resultados no son definitivos.
Si por "fracaso del socialismo" los postmarxistas entienden la declinación en el poder de la izquierda, debemos insistir en una distinción entre "fracaso" pro ineficacia interna de las prácticas socialistas, y derrotas político-militares por parte de agresores externos. Nadie diría que la destrucción de Hitler por las democracias europeas fue un "fracaso de la democracia". Regímenes capitalistas-terroristas-intervenciones de Estados Unidos en Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay, República Dominicana, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Angola, Mozambique y Afganistán desempeñaron un papel importante en la declinación de la izquierda revolucionaria. Las derrotas militares no son fracasos del sistema económico, y no reflejan la eficacia de las experiencias socialistas.
Cuando analizamos los desempeños internos durante el periodo socialista relativamente estable o de gobierno popular, los resultados son, según múltiples indicadores, mucho más favorable que lo que llegó después: participación popular, salud, educación y crecimiento igualitario bajo Allende se comparan muy favorablemente con lo que ocurrió posteriormente bajo Pinochet. Los mismos indicadores bajo los sandinistas se comparan favorablemente con el régimen de Chamorro en Nicaragua. El gobierno de reformas agrarias y políticas de derechos humanos de Arbenz se compara favorablemente con la política del gobierno instalado por la CIA, que se caracterizó por la concentración de tierras y ciento cincuenta mil asesinatos.
Si bien es cierto que los neoliberales hoy gobiernan y los exmarxistas están alejados del poder, difícilmente puede encontrarse un país en el Hemisferio Occidental donde los movimientos de masas influídos por socialistas o marxistas no estén encabezando manifestaciones importantes y desafiando a los políticos y regímenes noeliberales. En Paraguay, Uruguay y Bolivia, huelgas generales exitosas; en México, movimientos importantes de campesinos y guerrilleros indígenas; en Brasil, el movimiento de trabajadores carentes de tierra reflejan, en todo caso, influencia marxista.
El socialismo fuera del bloque comunista fue esencialmente una fuerza democrática popular, que obtuvo un gran apoyo porque representaba a los intereses populares libremente decididos. Los postmarxistas confunden el comunismo soviético con los movimientos socialistas democráticos populares en América Latina. En este sentido, la perspectiva postmarxista de "el fin de las ideologías" no sólo es insconsciente con sus propios pronunciamientos ideológicos, sino también con la continuación del debate ideológico entre marxistas pasados y presentes, y los debates y enfrentamientos con el neoliberalismo y su hijo postmarxista.
La disolución de clases y el surgimiento de identidades.
Los postmarxistas atacan desde diversas perspectivas la idea marxista del análisis de clases. Argumentan que oscurece la igualmente o más significativa importancia de las identidades culturales (género, etnicidad):
Acusan a los analistas de clase de ser reduccionistas económicos y de no poder explicar las diferencias étnicas y de género dentro de las clases Luego proceden a argumentar que estas diferencias definen la naturaleza política.
La
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