El drama balandier

Este género dramático “tragedia” tuvo su origen en la antigua Grecia por el conflicto trágico de la época. Al principio estas formas estaban vinculadas con el culto al Dios Griego. Esta es una creación literaria en la que un autor o dramaturgo desarrollaba un evento con uno o más personajes en diálogos y acciones trágicas; las formas de este género es la tragedia y relata episodios ocurridos a personajes ilustres.

Es por eso que las Circunstancias, las situaciones de los regímenes pueden acudir a la teatralidad política, en la actualidad, el poder político adquiere su dimensión proyectada bajo el sometimiento por medio del teatro. Este melodrama está representado en todas los alcances de la sociedad gobernada, lo que es utilizado por los demás medios para señalar su pasión por exaltar y afirmar la violencia de la instituciones y las prohibiciones de la sociedad en diferentes países, e igualmente la política es un teatro trágico, ya que muchos mueren a causa de defender los valores y sus ideas ante una sociedad; generando la plataforma perfecta para divinizar personajes y perpetuar caudillismos. Bajo este paradigma, el lenguaje del poder ayuda obligatoriamente a hacer notorias las diferencias sociales, empezando por aquellas que separan gobernantes de gobernados; por lo tanto, el drama no tiene un carácter definido, por el contrario, se ajusta a aspectos trágicos y económicos, donde el drama representa la vida tal cual y el gran actor político dirige lo real por medio de lo imaginario y hace espectáculos donde el poder se mantiene gracias a la dominación brutal, ya que la gran manipulación de símbolos o imágenes permite emplear una historia idealizada construida según las necesidades del poder actual, lo que a través del mito del héroe, agudiza la teatralidad política.

El drama tuvo una asociación con la danza, la literatura, la música, el mito y la representación vivencial; era un proceso selectivo y pedagógico, fue y es de carácter dramático; la vida social y los actores del drama disponen y muestran una misma decisión de realidad en la Antigua Grecia y sus grandes mitos. El teatro lo hacía evidente y mantenían entre sí una correlación de comunicación.
Lo cierto es que se produjo inicialmente al pensar en la actualidad asociarlo con el término drama, que por estos tiempos aparece frecuentemente en los titulares de los diarios.
No obstante la oferta actual brindada por los medios de comunicación para leer y conocer la realidad, no puedo menos que recurrir al término drama y pensarlo en relación a la información con la que contamos respecto de sus orígenes. Historiadores y filósofos ubican su momento más representativo en el siglo V antes de Cristo precisamente en Grecia como Prometeo, Edipo, Antígona, estas personas servían para dar apariencia a los principios que gobernaban la vida antigua.
Sin asociarse en este caso, en consideraciones acerca de los orígenes del drama y la estructura determinada de la presentación del grupo que incorpora la tragedia, me interesa situar el lugar que tenía esta representación en la sociedad griega, ya que las representaciones nefastas jamás perdieron ese trasfondo cívico, que unido a un determinado rito y a un marco religioso, del que participaba la colectividad ciudadana en su totalidad.
El drama es el conflicto entre el hombre y el tiempo, el mercado de la tragedia clásica se sitúa entre el primer impulso y la construcción de algo terrible y lo que hay en medio que es la tragedia nos parece una pesadilla poblada de fantasmas.
El drama la cuestión lógica dice que se trata de la muerte imaginada pero nunca realizada pues terminaría precisamente con esta demostración por falta de combatientes. 
Este estado que dejaba la educación en manos de sus propios ciudadanos, pues no era una función que se adjudicara para sí, no obstante, tomaba la iniciativa de hacer participar a sus ciudadanos en esto que se convirtió en efecto de purificación, de la compasión y el temor.
En la actualidad hay países con regímenes socialistas, donde el estado es el poder donde muestran el poderío con sus armas, donde el proletariado y su dictadura, el imperialismo, contribuyen a la teatralidad política. Un ejemplo es América latina, ya que ha sido sometida por el dominio exterior; algunos escritores se han aprovechado de esto para mostrar a estos personajes en sus escritos, en los diarios como “héroes”, también aparecen titulares que denuncian con la palabra Drama o tragedia, tanto una catástrofe de la humanidad siga siendo un evento mucho después que su actualización haya pasado a formar parte de la historia.
El Estado, al propiciar la recreación del mito, incluía el valor del sacrificio y los muelles de la culpa, que hoy por hoy, junto con el pudor, quedan en muchos casos expuestos a la luz pública, es así que cada instante de nuestras vidas, es la misteriosa puesta en escena de un drama mágico de insospechable valentía. Abracemos nuestro destino, tragedia o comedia, y que se abra el telón, porque encarnaremos fielmente y con dignidad, nuestra esencial labor de desarrollo de la argumentación dramática o trágica

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