El mito de Santander

La envidia

Capítulo 15

El mito de Santander

¨Al último grado de la perversión humana se llega cuan la admiración,corronpiendose,se convierte en envidia¨.

Este desgraciado fenómeno se había producido en el alma Santander. Quién había admirado a bolívar hasta el extremo, al cual sus escritos determinaron su propósito de abatir las eminencias contemporáneas, recuérdese su odiosa persecución contra Nariño.

Su admiración por bolívar se había corrompido, ya que sus abogados de Bogotá dirigidos por el mismo se empecinaban contra la campaña del Perú. Mientras que el libertador le escribía a Santander desde Guayaquil el 12 de marzo de 1823 donde le escribía ¨el país enemigo no se debe considerar como país extranjero, sino país conquistable, y siendo la conquista el objeto de la guerra es también mi deber expulsarlos de todos los países contiguos a nuestras fronteras. Y yo pienso que no falto a mi constitución, así como lo fue la nueva granad para Venezuela, el que no lo pretenda será un necio, y un necio no puede ser autoridad¨.

A la razón Santander, cuidadosamente organizada su cuadrilla de ergotistas y litigantes, reproducía la táctica que ya fuera tan fructuosa antes de Carabobo, en carta 20 de febrero de 1823 dijo a bolívar: todos lo generales pueden ser generales en jefe antes que yo, si sigo en el ejecutivo?. Dispensé usted mi orgullo y crea que siempre lo he tenido y que si no lo he manifestado es porque mi desgracia no me lo permitía ni era regular; pero jamás me he creído súbdito sino de usted, de Urdaneta. De Soublette y de sucre, generales a quienes reconozco ventajas.

En carta del 29 de abril, bolívar cuenta al vicepresidente que ha llegado una nueva misión al Perú, en donde suplica que vaya a tomar el mando de la tropas, y en donde se refiere a por que los justísimos ciudadanos no quieren asistir a los convates,ni dar con que pagar a los matones, por no faltar a las leyes del decálogo y a las santas de la filantropía, pero luego que se haya ganado el combate vienen a distribuirse los despojos.

Mientras que hervía en Bogotá la discordia religiosa y politaica,prendida por los papeluchos en que Santander escribía anónimamente, su descargo llega hasta escribir al libertador el 21 de mayo:¨los artículos de la gaceta de Colombia, sobre reformas, milicia y guerra son míos exclusivamente.bolibar con singular nobleza se refirió al reprobable habito del vicepresidente en carta fechada 14 de junio:¨…en uno u otro es alabanza o ridículo porque nadie puede hablar de sí sin degradar algo de su merito.es tan fuera d propósito el que el primer magistrado sea redactor de un papelucho, que no puede imaginar el mal que se hace, usted ha hecho a Colombia y al gobierno un gran bien, y yo le diría a usted que continuasen los triunfos del gobierno.sin embargo, le digo a usted que no continue,porque este es uno de aquellos oficios que aunque producen bienes haces odiosos a sus profesores¨.

Es admirable la delicadeza con que bolívar reprocha a Santander la nefasta costumbre de la diatriba

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