Ensayo de Historia sobre el estilo gotico
Valeska AnamileEnsayo16 de Noviembre de 2025
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ÍNDICE
El estilo gótico 3
1. Contexto Histórico y Origen del Arte Gótico 3
1.1. Relación con la Iglesia y diferencias con el Románico. 3
2. Innovaciones Arquitectónicas 4
3. La altura como símbolo 5
3.1. Verticalidad que busca “acercar a Dios”. 5
3.2. La experiencia del fiel dentro de la catedral (sensación de pequeñez y trascendencia). 6
3.3. Ejemplos: (Análisis arquitectónico). 7
4. La luz como elemento espiritual 8
5. Espiritualidad y simbolismo 10
6. Impacto social y cultural 12
6.1. La Catedral como Centro de la Ciudad Medieval 13
6.2. La Multifuncionalidad del Edificio: Espacio de Culto, Reunión Social y Política 13
6.3. Impacto Económico y Desarrollo Urbano 14
6.4. Dimensión Educativa y Cultural. 15
7. El legado gótico 15
8. Conclusiones 16
9. Referencias bibliográficas 17
10. Bibliografías 18
El estilo gótico
Contexto Histórico y Origen del Arte Gótico
El arte Gótico, que nació en Europa durante la Baja Edad Media, fue la expresión artística de una profunda transformación social y económica, marcando el fin del arte medieval occidental y una ruptura con las formas del pasado clásico (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.; Valdearcos, 2007). El estilo se inició en la segunda mitad del siglo XII en Francia, centrado en la región de París, y llegó hasta el final del siglo XV (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.). El origen arquitectónico de este estilo se encuentra en la reforma de la cabecera de la Basílica de Saint-Denis en París, alrededor de 1140 (Valdearcos, 2007).
Este nuevo estilo estuvo esencialmente ligado al renacimiento de la vida urbana a partir del siglo XI, tras superar la crisis del año 1000 (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.). El aumento de la producción agraria aumentó el desarrollo comercial que revivió las ciudades, creando nuevos barrios llamados burgos. De ahí surgió un nuevo grupo social, la burguesía, cuya actividad económica principal era la artesanía y el comercio, que eran regulados por los gremios (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.; Valdearcos, 2007). La vida urbana burguesa, con su dinamismo y riqueza generada por el gran comercio internacional, se percibía como incompatible con la "pesada arquitectura romana" (Valdearcos, 2007).
Este periodo se caracterizó por la recuperación del poder real (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.). Las monarquías buscaban la centralización, un régimen que se oponía al sistema feudal, lo que hacía que los núcleos urbanos se consolidaron como centros de poder. En esta transformación, también evolucionó el pensamiento, el hombre, aunque vivía bajo la teología divina, empezó a mirar más a la naturaleza y a dudar, dando paso a un arte más naturalista y menos geométrico que el románico (Valdearcos, 2007).
Es importante señalar que el término "Gótico" fue acuñado durante el Renacimiento por el historiador italiano Giorgio Vasari en 1550 (Alegre Carvajal,2010 ; Ibáñez Fernández, s.f.). Vasari utilizó el vocablo con un sentido desfavorable, considerándolo "monstruoso, bárbaro y sin ninguna armonía", un "estilo propio de los godos" (maniera dei goti), para confrontarlo con el glorioso arte clásico que él admiraba y que el Renacimiento aspiraba a restaurar (Alegre Carvajal, 2010; Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.).
Relación con la Iglesia y diferencias con el Románico.
El Gótico fue un estilo profundamente religioso que tuvo la catedral como su máxima expresión artística y simbólica (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.; García Estradé, 2019). La construcción de las grandes catedrales fue financiada por las autoridades eclesiásticas, como el cabildo catedralicio y los obispos, aunque nobles, el monarca y la burguesía también aportaron una parte significativa (Alegre Carvajal, 2010). La figura del obispo, como el arzobispo Henry de Sully o el obispo Mauricio en Burgos, fue decisiva para impulsar la construcción de templos bajo esta nueva arquitectura (Alegre Carvajal, 2010).
El Gótico se diferenció muy notoriamente del estilo Románico, en su concepción espacial y formal. Las características más solicitadas por la burguesía urbana, como la búsqueda de espacios más ricos (Valdearcos, 2007), se tradujeron en una arquitectura de:
- Verticalidad y luminosidad (Gótico). Las nuevas técnicas constructivas permitieron levantar edificios de una altura a la que no se había llegado con el Románico. La verticalidad es una manifestación del anhelo de llegar a Dios. La luz se convierte en un elemento fundamental, ya que Dios es la luz, y su penetración a través de los grandes ventanales potenciaba la presencia divina en el templo (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.). Las vidrieras permitían la entrada de la "luz física y también la luz espiritual y de la trascendencia" (García Estradé, 2019).
- Contraste con el Románico (Bajo, Oscuro y Pesado). En el Románico, el muro predomina como elemento constructivo principal, lo que resultaba en espacios más bajos, oscuros y pesados, con pocas aberturas. El Románico se centró en la solidez y la horizontalidad implícita del muro como soporte. El Gótico, en cambio, optó por la desmaterialización del muro, agujereando y vaciándose de piedra para convertirlo en un soporte secundario, permitiendo la ligereza y la entrada de luz (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.).
Innovaciones Arquitectónicas
Introdujo una serie de innovaciones en el sistema constructivo que supusieron una verdadera revolución arquitectónica (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.):
- Arco Apuntado u Ojival. Este elemento es fundamental en la estética gótica, simbolizando el camino hacia el cielo (García Estradé, 2019; Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.).
- Bóveda de Crucería. Heredada del estilo Románico, esta bóveda evolucionó al agregarle más nervios, pasando de la forma más sencilla a la bóveda estrellada, complicando la cubierta y dirigiendo los empujes de forma precisa a puntos específicos (García Estradé, 2019; Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.).
- Arbotantes y Contrafuertes. Para absorber los empujes laterales de las bóvedas, el Gótico desarrolló un soporte exterior llamado el arbotante, un arco que transmite la fuerza del muro alto al contrafuerte, que es la masa vertical exterior (García Estradé, 2019; Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.).
- Pináculos y gárgolas. Los contrafuertes se rematan con pináculos de forma triangular para dar estabilidad y contrarrestar las fuerzas laterales (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.). Los arbotantes servían también como canaletas de desagüe, expulsando el agua a través de figuras zoomorfas llamadas gárgolas (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.).
- Desaparición del Muro. La combinación del arco apuntado, la bóveda de crucería y el sistema de arbotantes liberó al muro de su función. Esto permitió que las paredes fueran "vaciadas" para abrir grandes ventanales con vidrieras de colores, logrando una ligereza y esbeltez espacial sin precedentes (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía, s.f.; García Estradé, 2019). El uso de vidrieras policromadas no solo supuso un avance constructivo, sino también un elemento simbólico central al llenar el templo de luz coloreada (García Estradé, 2019).
En esencia, las innovaciones góticas se basaron en un nuevo sistema que sustituyó la solidez y la oscuridad del muro románico por un esqueleto articulado que permitía la máxima altura, la ligereza y la penetración de la luz.
La altura como símbolo
La altura en la arquitectura gótica no es simplemente un logro técnico o estético, sino un símbolo de la conexión entre el hombre y Dios, expresión del ideal espiritual dominante en la Edad Media. La búsqueda de la verticalidad expresaba literalmente un acercamiento al cielo y a la divinidad, manifestando una aspiración hacia lo trascendente que se reflejaba tanto en la estructura como en el significado religioso del espacio (García Estradé, 2019; Dios, 2011). Este fenómeno se traduce en edificaciones que extrapolan la experiencia terrenal hacia una dimensión celestial, convirtiendo las catedrales góticas en contenedores de una experiencia mística y evangelizadora donde el espacio arquitectónico y el mensaje espiritual convergen en una unidad inseparable.
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