Ensayo sobre la decena tragica.

CADA QUIEN MORIRÁ POR SU LADO

ENSAYO         

Germán Meneses Ugarte

           [pic 1]           Historia del Derecho Mexicano.

Profesora: Lic. Martha Alba Michel.

INTRODUCCIÓN 

Francisco I. Madero un presidente que llega el poder en las condiciones de un país incipiente en los principios de la democracia, la legalidad y la apertura de la prensa; víctima también de su propia educación, naturaleza y familia eso mismo le provoca, como a  todos los grandes,  tener enemigos ocultos dentro de aquellos que debieron de haber sido sus amigos.

9 de febrero de 1913 un día marcado en la memoria de nuestro México histórico como el inicio de los 10 días que se pueden calificar más oprobiosos de nuestra historia nacional.

Todo comenzó meses antes del 9 de febrero de 1913, en secreto la cofradía de los que se suponía cuidaban la figura presidencial y la nación urdieron planes egoístas y asesinos con un toque de inteligencia diabólica con la finalidad de derrocar al gobierno de Francisco I. Madero así como su gabinete.

Los hechos previamente mencionados en el párrafo anterior se encuentran documentados una manera excepcional en el libro titulado "Cada quien morirá por su lado". Del escritor argentino  Adolfo  Gilly. Materia de este ensayo y en el cual pretendo plasmar mis ideas con respecto primeramente a la personalidad del propio Francisco I. Madero quien a mi consideración fue un hombre bueno, sin embargo incumplió sus promesas ;era cándido ,indeciso y estaba mal aconsejando, se dejaba llevar por la conmoción del momento más que por el juicio sereno; pero     le rodeaban  hombres malos;  el traidor general Victoriano Huerta a la cabeza ,quién era la víctima de añejos rencores indios, sólo así se entiende que este último traicionara, al hombre bueno, aunque un tanto despistado, que a los pocos meses de haber asumido la presidencia se había enemistado con sus más leales e incondicionales seguidores.

EXPOSICIÓN

En el año de 1913 Francisco I. Madero asume la presidencia de México siendo el miembro de una de las familias más acaudaladas del norte de México, además de tener una esmerada educación adquirida en los Estados Unidos de América y en Europa, como era la costumbre de los jóvenes de la aristocracia mexicana en aquellos tiempos. Esto  provoca incertidumbre tanto en la sociedad económicamente poderosa de aquel tiempo y predominantemente porfirista, así como en el pueblo en general que estaba sumido en una de las más terribles pobrezas de todos nuestros tiempos;  un pueblo abusado, violentado y callado por la fuerza para no poder expresar los deseos de libertad y democracia. La prensa por su lado también hizo garras al presidente Madero debido que también aquellos que eran poderosos con la pluma estaban más de lado de los porfiristas que de cualquier otra línea ya que esto convenía sus intereses económicos; entendamos pues que los dueños de los periódicos no eran gente pobre, al contrario escudados tras las páginas de sus diarios vertían sobre la figura presidencial dardos ponzoñosos llenos de matices insidiosos que despertaron en el pueblo un enorme desconfianza así como también la irreverencia hacia la figura presidencial.

Si bien menciono  lo anterior es porque si abiertamente, aunque en secreto reunidos, los diferentes generales quiénes juraron proteger al pueblo y a la figura presidencial se juntaban para derrocar y dar el golpe de estado a un presidente joven e inexperto además de cándido e ingenuo, tras la cortina de las buenas familias se gestaban las traiciones que se manejan al igual que la de Judas Iscariote,  por medio de las piezas de plata; casi al final del libro,  el autor menciona en breves letras lo siguiente " Paul von Hintze   Escribió el 28 de febrero de 1913 al canciller Theobald von Bethmann-Hollweg .  Es un síntoma pequeño pero digno de mención que el día del golpe los bolsillos del nuevo presidente interino el general Huerta estaban repletos de fajos de billetes de  quinientos pesos. Como al descuido le pasó  dos o tres de estos billetes al  jefe de la compañía telegráfica estadounidense, a quien agradezco esta información, pidiéndole que enviara las noticias del golpe presentadas por supuesto bajo caris  favorable. Los generales mexicanos no acostumbran circular con fajos de billetes de quinientos pesos ¿La fuente de este dinero? Por una parte intereses estadounidenses, por otra el grupo de científicos a quienes Madero saco del gobierno.  Estos eran porfiristas que, bajó  Díaz, administraban en gran estilo la extorsión y la explotación de la nación."

No cabe duda que la historia aunque vieja nos resulta muy familiar en estos tiempos. Junto con estos acaudalados y al mismo tiempo miserables seres, se confabuló una cuarteta de poderosos enemigos, dos de ellos presos , el  General Bernardo Reyes quien ostentaba la figura militar porfirista por excelencia y quien ansioso, se encontraba dispuesto hacer todo lo necesario por iniciar una guerra en contra del gobierno maderista al grado de tener esto metido en su cabeza con un frenesí enfermizo; unido al grupo, el general Félix Díaz ,preso en Lecumberri, sobrino de Porfirio Díaz  y multimillonario, quien creía que la dirección del país le pertenecía, tal vez por linaje, tal vez por su dinero o  tal vez por su carrera militar; aunado a estos dos, se encontraba el más traicionero, hipócrita y vil mentiroso que tal vez la historia de México haya conocido, el general Victoriano Huerta;  junto a este pérfido elenco se le suma un extranjero,  lleno de rencor contra Madero, quien lo había declarado persona non grata y solicitado que se retirara del cargo de embajador,  y aparentemente sin la autorización  oficial de  su propio gobierno para realizar los viles actos de traición, que llevarían a un suceso trágico en la vida de dos grandes hombres , me refiero al embajador norteamericano Lane Wilson.

Lane Wilson fue uno de los orquestadores de esta tragedia y de esta traición, ya que dentro de la misma embajada convocó a los traidores junto con un grupo selecto de embajadores y diplomáticos para que todos ellos pactaran la repartición del poder posteriormente al triunfo de Victoriano Huerta.

 Del 9 al 19 de febrero de 1913  se le conoce como la decena trágica y que comenzó con el levantamiento de algunos cuerpos militares quiénes después de liberar a los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz atacaron el palacio Nacional en la Ciudad de México  y en su fallido intento por tomar el palacio Nacional (El cual estaba defendido por El general Lauro Villar apodado por sus amigos el" Remington)  se le dio muerte al General Bernardo Reyes, mientras que  Félix Díaz junto con los demás sublevados huyeron hacia la ciudadela donde quedaron fortificados y defendieron ese lugar contra todo viento y todo fuego.

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