Ensayo sobre la historia de Olimpia y la ley Olimpia vinculada a las teorías del cambio

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MORELOS

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA

TEORÍAS PSICOSOCIALES DEL CAMBIO

ENSAYO SOBRE LA HISTORIA DE OLIMPIA Y LA LEY OLIMPIA VINCULADA A LAS TEORÍAS DEL CAMBIO

MAESTRO:  MUCIÑO CORREA JUAN PABLO

ALUMNO: CRUZ LOPEZ MAURICIO

SEMESTRE: 6      GRUPO B

Olimpia, la de la ley Olimpia.

El ensayo presentado busca hacer una vinculación sobre la historia de Olimpia Coral Melo Cruz así como el cambio obtenido con su lucha y movimiento con dos teorías psicosociales del cambio. Por una parte, el discurso valiente de Judith Butler, la función que tuvo en la historia de Olimpia y también las redes comunitarias de Maribel Gongalves  con la que se analiza el tejido social feminista que estuvo alrededor de la conquista de esta ley así como de el surgimiento de esta red empezando por su madre quien por primera vez fue sorora con ella.

La justicia viene cuando le pierdes el miedo, ahí empieza la justicia.
(Olimpia Melo)

Alzar la voz por encima de la injusticia. Valentía en el discurso.

Olimpia fue despojada de su voz cuando los miedos y la culpabilidad le invadieron su cuerpo, su alma; un miedo visceral, desde las entrañas. Encerrada en su casa por la violencia que le rodeaba Olimpia estaba hundida en lo más profundo del temor y parecía no ser suficiente la agresión que la sociedad le imprimía en su ser ya que también la condenaba a una absoluta soledad y terror; no salir, no existir, no llamar, no decir, no hablar. El miedo se le presentaba como un camino extenso sin principio sin fin, un temor infinito, una pesadez abismal sobre ella de la que intento despojarse tres veces junto con su cuerpo.

La vida que le rodeaba y experimentaba la hacía sentir culpable a cada momento sin lograr sentirse bien ni siquiera por un segundo.

“No hay palabras que puedan hacerte sentir tranquila, mientras tú estabas ahí todo mundo estaba viendo tu video sexual y burlándose de ti, avergonzándote, juzgándote, haciéndote sentir que eres la peor persona, como si tú fueras la delincuente, la culpable”. (Olimpia, 2021)

No concebía ni siquiera que el agresor fuera un agresor y que lo que había sufrido era una más de las tantas formas de violentar a las mujeres. Había absorbido la culpa en la que cegada por el miedo creía que esto era verdad pensando que había sido ella la del error por haberse dejado grabar a tal grado de pedirle perdón a su madre en medio de lágrimas cuando se enteró. En medio de esta culpabilidad la reacción de su madre fue lo menos esperado al no juzgarla.

Su madre, sus hermanos, tías y abuela fueron las primeas personas que le hicieron ver que ella no había cometido ningún delito. Con ayuda de ellas y de su soporte empezó a leer y conocer sus derechos. “Empecé a empoderarme y a ejercer este empoderamiento para buscar justicia” (Olimpia, 2021)

Con este empoderamiento y concientización que se estaba gestando dentro de ella empezó a cuestionarse la situación que atravesaba; reflexionando sobre el juicio que le había impuesto su comunidad. Nunca hubo un juicio verdadero. Al ganar poder sus miedos cayeron poco a poco delante de ella y le permitió ver una realidad de la que antes estaba privada, como si observara con otros ojos. Le empezó a hacer frente a su situación hasta terminar completamente con una culpa injusta. Ella no era la mala persona y el agresor había sido su expareja. Expresa: “La justicia viene cuando le pierdes el miedo” (Olimpia, 20219.

La palabra regresaba a ella en cuanto pudo conocer la verdad. Dentro de sus agresores virtuales estaban incluidos compañeros, amigos, familiares que aunque le habían dado la espalda y ejercido violencia contra ella; alzar la voz y pronunciar la verdad significaba perder totalmente esos lazos que algún día fueron significativos para ella. Butler nos dice lo siguiente acerca de esto: “Podemos decir lo que consideramos verdad aún si esto supone perder nuestras amistades, nuestra popularidad o caer en la marginación o el estigma. Todas ellas son formas de sufrir un perjuicio como consecuencia de hablar” (Butler, 2020). Sobreponerse al miedo se concibe como un acto de valentía. Valentía y empoderamiento van unidos en la historia de Olimpia.

Con esta valentía como aliada empieza esta lucha, no solo con el agresor sino contra todas las personas que por morbo violentaron virtualmente su cuerpo. Va tomando fuerza su palabra y su discurso, sobre todo porque cree totalmente en lo que piensa y dice. La auto convicción es importante en el discurso valiente. Judith escribe lo siguiente:

“Para que una modalidad de discurso cuente como parresía tiene que existir una correspondencia entre la creencia en lo que se dice y la verdad de lo que se dice. En otras palabras, no es una expresión irónica, sino que quien habla cree sinceramente en lo que dice” (Butler, 2020).

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