Ensayo sobre la lectura del libro: El hombre post organico

Karla Daniela González González.

Escuela profesional de comunicación.

601-7CV

MAESTRA: ALICIA

ENSAYO SOBRE LA LECTURA DEL LIBRO:

EL HOMBRE POST ORGANICO.

(Sibilia, 2005)

En la actual "socíedad de la información", la fusión entre el hombre y la técnica parece profundizarse, y por eso mismo se toma más crucial y problemática. Ciertas áreas del saber constituyen piezas clave de esa transición, tales como la teleinformática y las nuevas ciencias de la vida. Esas disciplinas que parecen tan diferentes poseen una base y una ambición común, hermanadas en el horizonte de digitalización universal que signa nuestra era. En este contexto surge una posibilidad inusitada: el cuerpo humano, en su anticuada configuración biológica, se estaria volviendo obsoleto. Intimidados (y seducidos) por las presiones de un media ambiente amalgamado con el artificío, los cuerpos contemporáneos no logran esquivar las tiranias (y las delicias) dei upgrade. Un nuevo imperativo es interiorizado: el deseo de lograr una total compatibilidad con el tecnocosmos digital. iCómo? Mediante la actualización tecnológica permanente. Se trata de un proyecto sumamente ambicioso, que no está exento de peligros y desafios de toda índole: valiéndose de los sortilégios dígítales, contempla la abolición de las distancias geográficas, de las enfermedades, del envejecimiento e, incluso, de la muerte. Así entran en crisis varias ideas y valores que parecían firmemente establecidos. El ser humano, la naturaleza, la vida y la muerte atraviesan turbulencias, despertando todo tipo de discusiones y perplejidades.

El capitalismo nació industrial, después de la “acumulación originaria”. Los emblemas de la revolución industrial son mecánicos: la locomotora, la máquina a vapor, los telares. Pero quizás la máquina más emblemática del capitalismo sea el reloj para mi esta máquina cuya única función es marcar el paso del tiempo, nos representa las transformaciones ocurridas en occidente en su paso hacia el industrialismo y su lógica, la autora hace un recorrido por la historia del reloj, hasta llegar a un análisis sobre los mecanismos que hacían funcionar la sociedad industrial, con el ritmo siempre cronometrado de infinitos relojes en la tarea de medir el tiempo de los hombres.

En las últimas décadas se desencadena un proceso vertiginoso: la transición de aquel régimen industrial hacia un nuevo tipo de capitalismo, globalizado. El poder de las industrias devaluó la fuerza de trabajo obrera, ya no se consideraba una obligación como tal el tener la mano obrera como antes lo que causo una crisis del trabajo. Además la globalización está provocando cambios no tan favorables que debilitan el protagonismo de los estados nacionales y de los que lo protagonizan. Existe un desorden en el ámbito político, en relación con los fenómenos como la privatización, desactivación de los canales tradicionales de acción política y de comunicación, y un índice de desorden y de poca actividad positiva hacia los problemas en todos los niveles.

El capital financiero se debe al productivismo y activa la circulación de sus consecuencias por todo el planeta, en una tendencia que disminuye y se aumenta la perdida de los valores que nos rodean. Esta crisis se aceleró después de la crisis de 1973 y el dólar perdió el respaldo.

Mientas que en la nación hubo un tiempo en que la modernidad lograba amenazar con un método casi perfecto, sin detenerse casi con nada, los robots eran sinónimos de perfección. Las fábricas eran sistemas sinónimos de precisión. La sociedad industrial tenía una visión del futuro de un progreso que se veía como infinito. Hoy, en cambio, el universo digital impone reglas más ligeras, menos rígidas

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