Epica Española
esian17 de Noviembre de 2014
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Épica Española
La épica española eran largas narraciones en verso en las cuales se contaban las hazañas de los héroes nacionales y constituyeron o formaron lo que se conoce como cantares de gesta, gesta equivale a hazañas.
Entre las características se destacan: Eran populares, obras anónimas, pero sin duda escritas por personas letradas o de gran cultura literaria, nacían en el pueblo e iban dirigidas al mismo, a todas las clases sociales. Además tenían un fondo histórico porque el tema de los cantares de gesta o de la épica es siempre histórico, si bien en esta época no hay historia propiamente dicha, y sólo se recogen los hechos de armas y las hazañas que encienden el sentimiento nacional de los castellanos, en los poemas de gesta, verdaderos anales de esos tiempos. Y ellos son tan valiosos como elemento histórico, que cuando siglos más tarde se escriben ,por mandato de los reyes las primeras Crónicas en la península, los cronistas toman los cantares de gesta, en la parte que tienen que referirse a los héroes en ellos cantados y los prosifican-
Eran realistas porque el realismo, carácter distintivo, de toda la literatura española, desde sus orígenes hasta nuestros días, campea en todos estos poemas épicos-
Se transmitían oralmente lo que permitió que sufrieran modificaciones a medida que pasaban los años y el pueblo los transmitía de generación en generación
Los poemas épicos de la época de la edad media son: poema de Mio
Cid, La leyenda de los siete Infantes de Lara; El Infante D.Garcia;
Roncesvalles de Bernardo de Carpio. ( s.XIII).
Dentro de la épica se destaca el Poema de Mío Cid del siglo XII.
Poema de Mio Cid
El mejor representante de la poesía épica española en la Edad Media es el "Cantar del mío Cid".
Es un poema épico, anónimo, donde se describen las hazañas del héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar
Argumento de la obra:
Primer Cantar: Cortesanos envidiosos de la fama y del sentido de justicia del Cid lo enemistan con el rey Alfonso, y éste lo destierra. Álvar Fáñez y otros vasallos del héroe deciden partir con él, pese a que el Cid los libera del vínculo de vasallaje. Ruy Díaz -el Cid- se despide de su mujer y de sus pequeñas hijas y con rapidez se apronta a cumplir la orden real, ya que se le ha dado un corto plazo para hacerla. Una vez en el exilio, los éxitos guerreros del desterrado en su lucha contra los moros comienzan a ser importantes. Valiosos trofeos de guerra son enviados por el Cid a Castilla para ofrecerlos al rey, en prueba de sumisión y acatamiento.
Segundo Cantar: Ruy Díaz logra llegar hasta Valencia y pide a su señor que su familia se reúna con él; Alfonso consiente. Los regalos del Cid continúan hasta conmover al rey, quien decide honrarlo con un casamiento conveniente para sus hijas. Se realizan las bodas de éstas, doña Elvira y doña .Sol, con los Infantes de Carrión.
Tercer Cantar: Los Infantes de Carrión muestran su cobardía en las luchas de Valencia y deciden volver a su feudo con sus esposas, a quienes azotan en el robledal de Corpes, como venganza hacia el Cid, ya que lo consideran de una nobleza inferior a la de ellos, aunque sumamente rico. Ruy Díaz, enterado de la afrenta, pide al rey justicia. Para ello se reúnen las cortes de Toledo en las que el héroe exige la devolución de la dote y de sus espadas Colada y Tizona, ganadas en batalla. Mientras se realiza el juicio, dos mensajeros piden la mano de las hijas del Cid para los Infantes de Navarra y Aragón. El monarca accede; los de Carrión, retados a duelo por los hombres del Cid, son vencidos y declarados traidores. Elvira y Sol celebran un segundo matrimonio mucho más honroso que el primero, ya que a través de él, Ruy Díaz se emparenta con los reyes de España.
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