Estudiantes Zapatistas

Estudiantes Zapatistas

El Cuaderno Mexicano “Estudiantes Zapatistas” de Marte R. Gómez nos habla de cómo los campesinos de Morelos emprendieron la tarea de llevar a la práctica los postulados del plan de Ayala principalmente con la restitución de sus tierras a los pueblos. Donde en Enero de tal año los estudiantes de la Escuela Nacional de Agricultura abandonan su capital  y marchar hacia el sur para poner sus conocimientos al servicio del zapatismo.

Marte R. Gómez fue estudiante de la Escuela Nacional de Agricultura de 1909 a 1915 para después incorporarse al zapatismo como miembro de la comisión agraria de Yautepec.

POR QUE NOS FUIMOS DE ZAPATISTAS

Se recuerda que la huelga de la Escuela Nacional de Agricultura, en abril de 1911 que acabo por pedir la renuncia de de su presidente de la república don Porfirio Día y los fusilamientos de Mayo de 1914 se lanzaron en contra de la dictadura. Cuando los estudiantes se inscribieron para ir como ingenieros a las comisiones agrarias que organizó el zapatismo, el que los indujo fue su maestro de mecánica analítica el distinguido ingeniero Civil don Ignacio Díaz Soto y Gama.

El contacto personal que facilito su incorporación a las comisiones agrarias del sur, lo estableció su compañero Alfonso Cruz el cual se inscribió en la escuela en 1905 quien abandonaba por necesidad sus estudios de vez en cuando para irse a trabajar y acabó por incorporarse finalmente a la generación formada en el año de 1909.

La mayoría de los alumnos seleccionados para ir a formar parte de las nuevas comisiones agrarias fueron de esta generación. La otra antigüedad numerosa, la de 1908, había servido para integrar la comisión agraria que fue a operar al estado de chihuahua. Otros de sus compañeros de esa misma antigüedad formaron el pie veterano de los que serian los agrónomos victoriosos dentro del constitucionalismo.

ADIOS A LA CAPITAL

Cuatro días después, el 27 de enero se les paga un mes de viáticos anticipado con el cual se fueron a compara a los establecimientos comerciales que les abrían las puertas en la calle de Pino Suárez y el demolido mercado del Volador, botas mineras y ropa de campo que los identificaría como surianos. Después se despiden de la capital con todos los honores de la Ley, quienes eran Alberto García Teruel, Gaspar Garza Lara, Francisco García Robledo y Marte R. Gómez.

Caminando a pie por calles desiertas, siguieron por el 5 de mayo y llegaron a plaza de Armas al filo de las 15 horas, a tiempo también de que por la entonces calle del reloj se escuchaba un tiroteo y desembocaba por el costado de Palacio un grupo de zapatistas que todavía con los fusiles en la mano, pero dándole toda la rienda a su cabalgadura desaparecieron en dirección de Tlalpan.

Rápidamente abordaron el tren que estaba más cerca de la salida subieron su equipaje y siguieron por la calle 5 de febrero en el cual fueron parados por sospecha pero salieron bien librados por el puesto avanzado de las fuerzas convencionistas que se replegaban ya rumbo al sur estuviera mandado por un ex alumno de Ingeniería que era el ya General Rafael Cal y Mayor. Seguían en el tren que ya habían hecho suyo, hasta Tlalpan con la intención de ver si conseguían algo de comer pero no encontraban nada, se dirigieron a Xochimilco donde lo único que encontraron rumore en el sentido de que los yaquis del general Obregón avanzaban sobre ellos y emprendieron la marcha con destino a Cuernavaca.

LA REVOLUCIÓN DE CERCA

Les tocaba vivir en una época y actuar en un bando donde no había lugar para los neutrales, en cuanto se tenían noticias de que venía el gobierno las familias salian como podían para buscar refugio en cerros, o barrancas y desde ahí contemplaban las llamas de sus pueblos incendiados.

Hubo casos peores. En Tlaltizapán se conmemora todavía, cada 13 de agosto el aniversario luctuoso de un combate sangriento  a raíz del cual el jefe victorioso, irritado por las bajas que su gente ha sufrido, ordeno tocar a degüello y dejo que los suyos mataran a más de 300 pacíficos.

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