Factores Internos Y Externos De La Descolonizacion

Factores internos de la descolonización

Entre los factores que propiciaron el movimiento descolonizador, los que se refieren a las transformaciones internas de las colonias son los siguientes:

En primer lugar, las transformaciones en el ritmo de expansión demográfica de las colonias. En efecto, de igual manera que la colonización decimonónica había sido, entre otras cosas, una respuesta al incremento de la población europea, el proceso inverso, es decir, la descolonización, se produjo también tras iniciarse la revolución demográfica en los países subyugados, en los que se comenzaron a reducir las tasas de mortalidad, aunque las de natalidad todavía tardarían en reducirse. A esta demografía galopante se unió además el deseo de una mayor calidad de vida por parte de los habitantes de estas regiones.

En segundo lugar, en este proceso fue muy importante también el surgimiento de movimientos nacionalistas en las colonias. De la misma forma que en había pasado en la Europa del siglo XIX, durante el XX se produjo el nacimiento del nacionalismo en las colonias, y este nacionalismo servirá para impulsar los deseos de libertad. Así, los pueblos africanos y asiáticos experimentaron un proceso de transformación y crecimiento que les llevó a asumir su cultura y que también sirvió de soporte a unos nacionalismos representados por movimientos tales como el del asiatismo, el del islamismo, el de la negritud y el del panafricanismo.

Factores externos de la descolonización

Pero la descolonización no se podría haber desarrollado si no hubiera habido una serie de factores externos a las colonias que también tuvieron un gran peso a la hora de iniciar y desarrollar el proceso. Se trató de los siguientes:

En primer lugar, las consecuencias de las dos guerras mundiales. Estas guerras repercutieron en la descolonización en tanto que supusieron el debilitamiento del poder europeo. Las dos guerras, pero sobre todo la Segunda, contribuyeron al desprestigio de los blancos y a desdibujar su perfil de pretendida superioridad. Además, la participación de tropas procedentes de las colonias en los conflictos hizo nacer en ellas la esperanza de que su contribución sería retribuida de alguna manera. Además, al aprender a usar armas, los habitantes de las colonias adquirieron una capacidad militar de la que carecían anteriormente. A todo esto se unió el hecho de que la facilidad con la que los japoneses se apoderaron de territorios como Indochina demostró que los europeos eran vulnerables. Por su parte, la retirada japones de estas zonas al acabar la Guerra dejó en manos de los independentistas modernas armas.

En segundo lugar, la acción de las fuerzas internacionales. En esta época, las corrientes ideológicas y políticas fueron evolucionando y mostrándose cada vez más contrarias a los abusos del colonialismo. Además, esto se vio apoyado por el hecho de que los Estados Unidos empezaron a mostrar una orientación política contraria al colonialismo tradicional, orientada a debilitar a las antiguas fuerzas coloniales y a crear nuevos mercados para sus empresas. La doctrina marxista también criticó el colonialismo desde los Gobiernos de Europa oriental, con la intención de debilitar a los países occidentales y ganar nuevos aliados. Por su parte, la Iglesia católica, tanto desde sus altas jerarquías como en los países colonizados, influyó también en la mentalidad descolonizadora, por ejemplo a través de las encíclicas Pacem in Terris de Juan XXIII y Populorum Progressio de Pablo VI, en las que se exaltaba el principio de independencia de los pueblos.

En tercer lugar, la actitud de las propias potencias coloniales. En algunos casos, la doctrina descolonizadora fue expresada por los propios dirigentes occidentales. Además, las potencias colonizadoras, al darse cuenta de la

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