Historia De La Comunicacion
maiarolon15 de Mayo de 2013
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Aspectos metodológicos de la historia de la comunicación
Dra. Mercedes Román Portas ©
Profesora Titular de Periodismo
Universidad de Vigo
RESUMEN
En este artículo se propone el estatuto científico de la comunicación como punto de partida para una metodología de la historia de la comunicación. Se hace referencia al objeto de la comunicación e invita a centrarse en los resultados de esta ciencia para conocer cuestiones del pasado que orienten en la búsqueda de soluciones a problemas similares de la actualidad. Además, en la conformación de las mentalidades contemporáneas, juegan un papel clave los medios de comunicación social, por tanto la historia de las mentalidades parece un buen anclaje metodológico para los historiadores de la comunicación.
ABSTRAC
This article intends the scientific statute of communication like an starting point for a methodology of communication history. The article is focus in the results of this science to know questions of the past that guide in the search of solutions to similar problems in present time. Also, in the conformation of contemporary mentalities, social media play a key paper, therefore the history of the mentalities seems a good methodological anchorage for the historians of the communication.
Palabras claves: comunicación, historia de la comunicación. metodología, mentalidad, actualidad.
Key Words: Communication, Communication History, Methodology, Mentality, Present Time.
Habitualmente, las reflexiones sobre la historia de la comunicación se inician con una amplia referencia a lo que se podría considerar, además con rigor, otra historia. Es decir, a la narración de un proceso, en el que el protagonismo corresponde a una ciencia -la historia- que en su desarrollo interno se va abriendo a campos diversos. Uno de ellos sería la comunicación social. El inconveniente mayor de este enfoque es que sitúa la historia de la comunicación como un mero apéndice de la historia general. Esta tendencia había ganado fuerza a medida que la propia ciencia histórica conoció una revolución metodológica que pretendía conseguir una historia total.
Cabría pensar que la definición del concepto de historia de la comunicación exigiría previamente la de la propia historia. No se puede negar el sentido y el valor de tal empeño metodológico, pero en este artículo se pretende ofrecer un planteamiento diverso.
La concepción de la metodología de la historia de la comunicación que propongo toma como punto de partida el estatuto científico de la comunicación. Ahí me parece que es donde debe ponerse el acento. Luego vendrá la tarea de situar en ese plano general la importancia de los procesos, es decir, la perspectiva de la diacronía y la concreción de la cronología. Es claro que ese empeño intelectual por lo histórico no es un añadido superfluo: como no lo es en ninguna ciencia social.
Comenzaré por intentar fijar con la máxima claridad posible el objeto de la comunicación, ya que es la materia sobre cuyo pasado se va a reflexionar.
La comunicación como objeto científico es una acción significativa que tiene como finalidad que otro comprenda lo que significa esa acción y que sea efectivamente comprendida. Al considerar el objeto como una acción, la ciencia de la comunicación se integra automáticamente en el ámbito de la Ciencia General de la Acción Social. (1)
Esta consideración ofrece dos ventajas. Primero, define el objeto de estudio de la ciencia de la comunicación. Luego, da un ámbito apropiado a la historia de la comunicación.
Voy a tratar a continuación de las características esenciales del fenómeno comunicativo. Tomaré como punto de partida que la comunicación entra dentro del ámbito de las acciones humanas. Por eso tiene estas cinco características esenciales: es humana, es social, es referencial, es compleja y se da en presente interior o vivido, como señala Martín Algarra en su artículo "Sobre la complejidad terminológica de la teoría de la comunicación". (2) Detallaré brevemente una por una:
1) La comunicación es humana. Es un fenómeno exclusivamente humano. Es decir libre, capaz de acción significativa.
2) La comunicación es siempre social; para que se dé comunicación hacen falta, al menos, dos personas. Eso quiere decir que siempre está referida a otro, que pretende afectar a alguien distinto del yo que comunica.
3) La comunicación es referencial. Es un peculiar modo de compartir, sin pérdida por nadie. Se puede decir que al comunicar se comparte el mundo de un modo espiritual, puesto que todas las realidades, físicas o no, pueden tenerse en la mente en forma de conocimientos. Al fin y al cabo, cuando comunicamos algo a alguien queremos que ese alguien conozca ese algo que nosotros conocemos, aunque él no haya podido contemplar directamente la realidad que hemos expresado. Lo que se comparte es conocimiento. Y el conocimiento es siempre conocimiento de algo. Esto implica que existe una realidad, un mundo común objetivo, dotado de entidad metafísica y cognoscible. Pero también implica que ese mundo común lo percibimos todos de un modo más o menos parecido, y que la comunicación se realiza por medio de un elemento físico, el código que se comparte.
4) La comunicación es una realidad compleja. Se trata de una realidad transaccional. Es un proceso complejo en el cual la gente maneja mensajes y crea significados. Esta complejidad reafirma el ya mencionado carácter social de la comunicación: es un proceso que exige, al menos, dos sujetos empíricos.
Parece evidente que esta característica introduce la intencionalidad como un elemento importante. Me refiero a la intencionalidad comunicativa y, como fruto de ella, podemos referirnos a la eficacia comunicativa.
5) El tiempo propio de la acción comunicativa es el presente. La comunicación se da en unas coordenadas espacio-temporales específicas. No se da en el tiempo estándar, sino que la dimensión temporal propia de la comunicación es el tiempo interior. El tiempo propio de la acción comunicativa es el presente interior. Presente y simultaneidad, aunque son términos muy relacionados entre sí, no deben ser confundidos. Presente indica el ahora. Simultaneidad, la confluencia de dos ahoras. Como todas las acciones, la acción de expresar y la de interpretar se llevan a cabo siempre en presente. Sin embargo, en la comunicación, ambos presentes, el de la expresión y el de la interpretación, no tienen por qué coincidir con el tiempo estándar u objetivo. Puede darse comunicación cuando los copartícipes en la acción comunicativa no comparten el espacio físico ni el tiempo real.
Después de señalar estas características, podemos decir que al hablar de comunicación nos referimos a algo concreto. La ciencia de la comunicación es la ciencia de esa realidad que acabamos de describir como una acción humana y social que consiste en compartir unos contenidos de conciencia que hacen referencia a un objeto real, que se da por sincronización de dos presentes distintos, en dos acciones también distintas: una expresiva y otra interpretativa.
En definitiva, el estudio científico de la comunicación es posible. Algunos autores, como Montes y Muñoz, afirman: "La comunicación no puede convertirse en el centro de un modelo epistemológico solamente porque las demás ciencias: lógica, matemáticas, bioquímica, psicología, sociología, etc. hayan aportado a la teoría de la comunicación sus puntos de partida, sino porque la teoría de la comunicación está en disposición, o puede llegar a estarlo, de proporcionar, a las ciencias de las que se ha independizado, principios de revisión de sus mismos criterios de cambio y enriquecimiento epistemológico." (3)
Este aspecto tiene una relevancia especial para el ámbito de la ciencia de la historia de la comunicación. En este ámbito, se ha producido un tratamiento científico del fenómeno comunicacional, social casi siempre. El utillaje metodológico empleado en estos estudios ha estado más en relación con el peculiar momento que atravesaba la historiografía, que con las necesidades metodológicas propias y específicas de la ciencia de la comunicación. Me parece más acertado centrarse en el aprovechamiento de los resultados de la ciencia de la comunicación, en la medida en que las fuentes lo permitan, para conocer cuestiones del pasado que orienten en la búsqueda de soluciones, o principios de ellas, a problemas similares de la actualidad; sin descartar, por supuesto, el estudio de las estructuras y sistemas que organizaron la comunicación en las sociedades del pasado. En definitiva, hay que tener en cuenta la perspectiva diacrónica en la ciencia de la comunicación.
Interesa ahora hacer algunas consideraciones sobre la historia, en concreto sobre los aspectos que mayor incidencia puedan tener en las tareas de un historiador de la comunicación.
Puede decirse que existe una crisis en los propios historiadores y en su producción historiográfica. En la medida en que todo es historiable, se produce como consecuencia la diversidad metodológica. Resulta casi tan difícil señalar un método histórico propio, como definir la ciencia de la comunicación. Es el resultado de la indefinición de la historia como disciplina científica.
Parece obligado abordar el tema central: el objeto de la historia. Hasta hace unos años, esta expresión no constituía problema alguno pues el consenso
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