Historia De Los límites De Frontera Entre Panamá Y Costa Rica

Historia de los límites de Frontera entre Panamá y Costa Rica

La historia fronteriza entre Costa Rica y Panamá comienza en 1573, cuando el rey Felipe II de España suscribió un contrato con el capitán Diego de Artieda Chirino y Uclés para delimitar la entonces Provincia de Costa Rica. En dicho contrato se estableció que Costa Rica se extendía "por el Pacífico, desde los Chomes y confines de Nicoya, derecho a las bocas del Desaguadero (río San Juan), todo lo que corre la tierra a la provincia de Veragua".

En ese momento la Provincia de Veragua era una entidad administrativa creada dentro del Virreinato de Nueva España, siendo más tarde trasladada su jurisdicción al Virreinato del Perú.

Los límites nunca fueron establecidos claramente (aun cuando se constituyó más tarde la Capitanía General de Guatemala y la Real Audiencia de Panamá fue trasladada al Virreinato del Perú), siendo estos ajustados a conveniencia de los dirigentes de las provincias.

En 1803 una Real Orden de la corona Española estableció lo siguiente: “El rey ha resuelto que las islas de San Andrés y la parte de la costa de los Mosquitos, desde el cabo de gracias a Dios inclusive hacia el río Chagres, queden segregadas de la Capitanía General de Guatemala y dependientes del Virreinato de Santa Fe.

En 1821 el istmo de Panamá se libera del yugo español y había decidido unirse a la Gran Colombia.

En 1824, el gobierno Colombiano, apoyado en la Real Orden de 1803, declaró ilegal toda empresa que se dirigiera a colonizar cualquier punto de aquella parte de las costas de Mosquitos, desde el cabo Gracias a Dios, inclusive el río Chagres, que correspondían en dominio y propiedad, a Colombia.

Costa Rica no reconoce históricamente la Real Orden. Y en 1924 como parte de la Federación Centroamericana, estableció en la Constitución de 1825, que el Escudo de Veragua y el límite de Chiriquí eran sus límites territoriales en el sureste.

Es en ese mismo año 1825 empieza a hablarse de fronteras entre ambos países. La República Federal de Centroamérica, a la que entonces pertenecía Costa Rica, y la Gran Colombia, a la cual entonces estaba integrada Panamá, firmaron un convenio por el cual, mientras no se precisara oficialmente ni se dispusiera lo contrario, ambas naciones respetarían el statu quo en la posesión y, territorio que antes correspondía a la Capitanía General de Guatemala, mientras Colombia el territorio del antes Virreinato de Nueva Granada.

Una vez que la Gran Colombia se desintegró en 1831, surgieron las discrepancias limítrofes entre la República de la Nueva Granada (que sucedió como país fronterizo a la Gran Colombia) y Costa Rica. La frontera que Costa Rica reclamaba como suya iba desde el río San Juan hasta la isla Escudo de Veraguas en el Caribe, mientras en el Pacífico reivindicaba una línea que terminaba en la Punta Burica. La Nueva Granada, en tanto, reclamaba como suyos los territorios de Bocas del Toro, la Costa de Mosquitos y todo el litoral costero hasta el Cabo Gracias a Dios, en el Atlántico. En el Pacífico, reclamaba las tierras hasta el río Golfito.

En 1836 se produjo lo que los costarricenses llamarían la "usurpación Colombiana" en que este país se adueñó del territorio que actualmente es Bocas del Toro, que pertenecía a Costa Rica. Efectivamente, en mayo de 1836, Colombia aprovecha los conflictos internos de Costa Rica, para nombrar en la Bahía de Almirante de Bocas del Toro a un funcionario con el cargo de jefe político. Además, puso bajo su jurisdicción un territorio que iba hasta el rio culebras, al oeste, y hasta el río concepción, al este.

A fines de 1836 y principios de 1837, el gobierno de Colombia dio un nuevo paso en la posesión de territorios costarricenses, pues ocupó la región de Bocas del Toro con una expedición militar. Y el 26 de mayo creó el cantón de Bocas del Toro.

En 1841, Costa Rica entabló conversaciones para recuperar el territorio usurpado. El 22 de septiembre de ese año estableció un tratado con el Estado del Istmo, donde en ese momento se había suscitado una separación a cargo del General Tomás Herrera quien se erigiera en el jefe "Supremo" del Istmo, a imitación de otras regiones de Colombia que sufría una guerra civil.

Esta autonomía panameña duraría 13 meses, dando pie a un tratado en el que los costarricenses se adjudicaban el derecho de reclamar la posesión de Bocas del Toro.

En 1852, Victoriano Paredes encargado de negocios en Nueva Granada, visitó Costa Rica con el objetivo de llegar a un acuerdo en la cuestión limítrofe. Pero las conversaciones no tuvieron ningún resultado, pues las posiciones de los representantes del gobierno de Colombia y el de Costa Rica eran irreconciliables. Tampoco tuvo éxito la idea de que el gobierno de Inglaterra o el de Estados Unidos fueran intermediarios. En 1854, se desisten de los intentos de negociación entre Costa Rica y Colombia.

En abril de 1856, se reanudan las negociaciones relativas a los límites, esto dio como resultado la firma de un tratado de amistad, comercio y límites, conocido como Calvo-Herrán. No obstante en 1857, cuando el senado Colombiano aprobó el citado acuerdo le introdujo algunas modificaciones. Esto hiso que el gobierno costarricense lo rechazara.

Posteriormente, ambos países renovaron conversaciones, con el fin de resolver el litigio fronterizo. Así, en marzo de 1865, los representantes de ambos países firmaron el tratado Castro-Valenzuela, pero este no fue aprobado por el congreso colombiano. En 1870 y 1871 se suscitaron nuevas discusiones, a raíz de varios incidentes que se habían producido en las costas del Atlántico y el Pacífico.

Las gestiones limítrofes iniciadas a fines de 1871, culminaron en 1873, con el tratado Montufar-Correoso. Sin embargo el problema no se resolvió, ya que el poder legislativo de Costa Rica se abstuvo de tomarlo en consideración, igualmente el senado colombiano lo rechazó.

En 1879, surgieron nuevamente diferencias entre Costa Rica y Colombia. En efecto, en abril de 1880, el senado colombiano hizo una serie de declaraciones respecto a la línea limítrofe entre la costa del Atlántico y la del Pacífico, y volvió a ratificar sus pretensiones sobre la costa del Atlántico basándose en la Real Orden de 1803.

La situación entre los dos países se hizo cada vez más tensa, a tal punto que el 6 de septiembre de 1880, el presidente de Colombia, don Rafael Nuñez, manifestó a su pueblo que, si Costa Rica no retiraba la autoridad establecida en Punta Burica, tendría que apelar a medidas extremas en defensa del territorio colombiano.

Ante tan clara amenaza

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