Historia constitucional de España

Francesca Leguillán Escalona[pic 1]

                Catalina Vasconcello Guerra

Constitución española de 1978: la Constitución del consenso

Resumen:

Historia constitucional de España.

En España debido a las circunstancias históricas no hubo un esfuerzo sistemático y continuado de reflexión en materia constitucional y mucho menos una escuela que haya producido un cuerpo doctrinal propio. Cuando hablamos de circunstancias históricas nos referimos principalmente a la guerra civil española y al largo período de privación de libertades que continuó luego de esta. (Balaguer, Cámara, López, Balaguer y Montilla, 2012)

Hubo muchos períodos de la historia de España donde no existía una Constitución, sino que en su reemplazo se establecían Leyes Fundamentales.

A lo largo de la historia en España han entrado en vigencia ocho constituciones:

La primera Constitución de España fue aprobada por las Cortes de Cádiz en 1812. Era una Constitución liberal que se oponía al absolutismo imperante en este tiempo, era extensa, contenía 384 artículos y se encargaba prácticamente de regularlo todo. Esta Constitución se basaba en la soberanía nacional, división de poderes y representación. Gracias a estos principios se limitaba el poder del rey y se beneficiaba la libertad de las personas. (Balanguer et al, 2012, p.40).

Según el Manual para el diseño de sistemas electorales de IDEA Internacional del año 2000 “las Cortes de Cádiz se han considerado el punto de partida de las ideas democráticas y del derecho a sufragio no sólo en España, sino en el conjunto del mundo hispánico, debido a que en su redacción participaron diputados de la metrópoli y también los diputados de las provincias españolas de América” (Corona y Miranda, 2012, p.229).

La segunda Constitución corresponde al Estatuto Real de 1834, era breve e incompleta, sustituía la soberanía nacional por una soberanía conjunta del Rey con las Cortes. Además no contenía una declaración de los derechos fundamentales. No estuvo mucho tiempo en vigencia debido a sus carencias, España necesitaba una regulación más completa. (Balaguer et al, 2012, p.41).

 A raíz de la revolución de 1836, un año después  entra en vigencia la Constitución progresista de 1837, la cual retoma los principios de soberanía nacional y la separación de poderes. Era una Constitución flexible, es decir, no establecía ningún mecanismo reforzado para reformarla. En ella se estableció un catálogo de derechos. El régimen que se instauró fue la Monarquía constitucional y se establece un sistema parlamentario bicameral. (Corona y Miranda, 2012, p.229).

Después de ocho años se promulga la Constitución de 1845 como consecuencia del cambio en el poder, los moderados reemplazan a los progresistas, donde nuevamente se sustituye el principio de soberanía nacional por el de soberanía conjunta, por lo tanto la Corona vuelve a dominar por sobre las demás instituciones. (Corona y Miranda, 2012, p.229).

Luego tras la Revolución de septiembre acaba el reinado de Isabel II y un año después se promulga la Constitución de 1869, que corresponde a un constitucionalismo liberal mucho más avanzado. Se regulan los derechos, se reconoce la libertad de cultos, se establece el sufragio universal y la soberanía nacional. (Balaguer et al, 2012, p.42)

En España nuevamente hubo un período agitado: se declaró la primera república, el proyecto de Constitución Federal y ocurrió un nuevo levantamiento militar.

 Sin embargo se logra aprobar la Constitución de 1876, es de carácter conciliador,  establece un sistema político bipartidista, permite la alternancia de partidos, es flexible, suprime la libertad de cultos ya que establece la religión católica como oficial del estado.

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