Historiografía De Paraguay
MESCAMOR30 de Julio de 2011
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Introducción
El presente trabajo de cultura trata de ahondar un poco más en lo que a historiografía, ensayo, poesía, teatro y cine se refiere, en especial a lo que hace al Paraguay.
La historiografía es el registro escrito de lo que se conoce sobre las vidas y sociedades humanas del pasado y la forma en que los historiadores han intentado estudiarlas. De todos los campos de la investigación, la historia quizá sea la más difícil de definir con precisión, puesto que, al intentar desvelar los hechos y formular un relato inteligible de éstos, implica el uso y la influencia de muchas disciplinas auxiliares. El objetivo de todos los historiadores ha consistido en recopilar, registrar e intentar analizar todos los hechos del pasado del hombre y, en ocasiones, descubrir nuevos acontecimientos. Todos ellos reconocen lo incompleta que es la información de que se dispone, parcialmente incorrecta o sesgada y que requiere un cuidadoso tratamiento.
Es nuestro deseo que el trabajo presentado sirva como material informativo a todos los compañeros y llene las expectativas de la profesora.
Las Responsables
Historiografía
La historiografía (de historiógrafo, y éste del griego Ιστοριογράφος, de Ιστορία, Historia y -γράφος, de la raíz de γράφειν, escribir, el que escribe, o describe, la Historia). Es el registro escrito de la Historia, la memoria fijada por la propia humanidad con la escritura de su propio pasado.
Escritores sobresalientes en el campo de:
La Historiografía: Cecilio Báez, Efraín Cardozo, Ciriaco Duarte, Juan Natalicio González, Manuel Antonio Talavera.
Guido Rodríguez Alcalá (Asunción, Paraguay, 1946) Poeta, narrador, historiador, ensayista, periodista y crítico literario. Colaborador asiduo en diversos periódicos locales y extranjeros.
Efraín Cardozo
Nació en Villarrica, Paraguay el 16 de octubre de 1906. Pasó su infancia en un hogar noble y culto. Hijo del ilustre maestro guaireño Ramón Indalecio Cardozo y de doña Juana Sosa, heredó de sus mayores el amor a la lectura y nobles principios de dignidad y rectitud. Contrajo matrimonio con Hilda Clara Saguier Aceval.
En 1921 ingresó al Colegio Nacional de Asunción donde demostró aguda inteligencia; en 1925 ejercía la presidencia del Centro Estudiantil y dirigía con Juan Esteban Carrón la revista “Ariel”. Culminó el bachillerato con relevantes calificaciones y de inmediato comenzó sus estudios de abogacía, de cuya institución madre egresó con desempeño brillante. Su tesis doctoral versó sobre “El Chaco en el Virreinato del Río de la Plata”
En pocos años, su nombre era conocido en los ámbitos intelectuales y periodísticos. Aficionado a la investigación histórica cosechó un profundo conocimiento del pasado del atribulado Paraguay. Su actividad académica fue fecunda. Ejerció la cátedra en la Universidad Nacional, en la Universidad Católica y en colegios secundarios San José y Teresiano.
Publicaciones
Sus afanes de comunicador comenzaron con el despertar de su inteligencia. En 1917, cuando era un niño de diez años y en conjunto con otros compañeros de aula, publicó “El guaireño”, periódico que según los memoriosos guardaba las características de prensa adulta.
Fue redactor y director del diario “El liberal”. Colaboró con la redacción de artículos en “La Razón” de Buenos Aires, “El Radical”, “ABC” y “Comunidad” de Asunción.
Desde 1923 hasta los inicios de la guerra con Bolivia publicó sucesivas obras referidas a la defensa de los derechos jurídicos del Paraguay en el conflicto que amenazaba la pérdida del Chaco Boreal. “El Chaco en el Régimen de las Intendencias. La creación de Bolivia”, “El Chaco y los Virreyes. La cuestión paraguayo-boliviana según documentos de los archivos de Buenos Aires y de Río de Janeiro”, “La Audiencia de Charcas y la Facultad de gobierno” “Apuntes de historia cultural del Paraguay” son obras que testimonian la riqueza y la seriedad de sus argumentaciones que le revistieron de notoriedad continental.
Medio centenar de sus escritos constituyen una valiosa fuente de conocimientos para novatos y especialistas. Su colección de 13 tomos de “Hace Cien años”, recopilación de artículos del diario “La Tribuna”, publicados a lo largo del centenario de la epopeya del setenta, se mantiene como gran testimonio de inobjetable valor. “El Paraguay de la Conquista”, “El Paraguay Colonial. Las raíces de la nacionalidad” y “El Paraguay Independiente” son obras imperecederas que adquieren mayor dimensión con el paso de los años. En 1961 el diario “La Prensa” de Buenos Aires le confirió el premio Alberdi-Sarmiento.
Muerte y legado histórico
Su nombre figura entre los más ilustres historiadores del Paraguay. Miembro de un centenar de instituciones y academias de todo el continente y de España, dedicadas al estudio de la memoria social e histórica de las naciones americanas, sus opiniones fueron de gran trascendencia en la formación intelectual de generaciones de jóvenes estudiantes e investigadores. Falleció siendo senador de la Nación el 10 de abril de 1973.
Manuel Antonio Talavera
Es un cronista paraguayo que por mucho tiempo habitó la ciudad de Santiago de Chile. Es considerado el primer cronista de la revolución independentista chilena, adscribiendo a la causa realista.
Nació en el pueblo de Villarrica, el 21 de octubre de 1761. Su primera visita a Chile la realizó en enero de 1789, para realizar sus estudios. Habitaba la casa que forma el ángulo noroeste de la actual Plaza de Armas de Santiago, por lo cual a esta óptima ubicación se debe en gran parte el que haya podido dar una razón tan circunstanciada y verídica de los sucesos de esa época, y que por lo común tenían de escenario la plaza Mayor de Santiago, sucesos que se vieron reflejados en su obra Revoluciones de Chile: discurso histórico, diario Imparcial, de los sucesos memorables acaecidos en Santiago de Chile, desde el 25 de mayo de 1810 hasta el 20 de noviembre de 1811.
Por ser un tenaz defensor de la causa del Rey, fue perseguido en varias ocasiones por sus opiniones favorables al antiguo régimen, siendo por lo tanto notoriamente opuesto a los partidarios de la independencia.
El 1 de abril de 1811, cuando ocurrió el motín de Figueroa, fue encerrado en la cárcel por haber socorrido ese día a uno de los soldados de aquel caudillo, siendo por esta causa testigo forzado de la ejecución de éste, que dicho sea de paso fue fusilado en la celda que ocupaba a pocos metros de la del cronista.
Su oposición obligó a los Carrera a mantenerlo fuera del país, desterrándolo a Mendoza; muriendo poco después en esa ciudad a consecuencia, según Guillermo Feliú Cruz, de la emoción de placer que le causó la noticia de la derrota de los patriotas en Rancagua.
Trabajos Realizados
• “Artigas y La Independencia del Paraguay” (compilación)
Esta obra contiene una selección de cartas intercambia-das entre Artigas y la Junta de Gobierno del Paraguay, que descubren ciertos aspectos pocos conocidos de la historia paraguaya. El autor acompaña la recopilación con explicaciones.
• “Residentas, destinadas y traidoras”
Vívidos relatos de los protagonistas de la gesta del 70, (Guerra de la Triple Alianza) compilados por Guido Rodríguez Alcalá. Residentas eran aquéllas que no habían caído en desgracia con el Mariscal Presidente. Destinadas (o traidoras) eran las mujeres destinadas a los campos de concentración por ser parientes de algún enemigo del Mariscal.
• De su novela Caballero se cita:
«Y eso es un poco lo que pasaba al comienzo, quiero decirle al final de la guerra, porque los brasileros no querían ni oír hablar de un paraguayo armado con un sable; no nos querían dejar que tengamos un ejército... No nos tenían confianza, por eso se quedaron hasta 1887 ocupándonos el país... Pero entonces salía solquier soldado por la calle, fuera de su cuartel, y allí mismo lo agarraban entre cuatro o cinco cuando podían agarrarlo, no había seguridad. No había respeto, no había policía, no había nada... Policía, sí, pero cuatro gatos armados con bastones, y eso no daba para asegurar la tranquilidad, y entonces se dieron cuenta de que necesitaban un ejército; ellos necesitaban tanto como nosotros, los paraguayos, para asegurar la paz de las personas y también para que los liberales no les regalen todo el Chaco a la Argentina. Porque usted comprende que el Paraguay no quería quedarse sin su Chaco, ni el Brasil tampoco no quería que todo un territorio así se le quede a la Argentina, porque entonces los curepí llegaban con su país hasta el Matto Grosso, y eso podía perjudicarles. Y allí fue que nos pusimos de acuerdo los brasileros y nosotros; los dos en contra de la Argentina. ¡Quién diría después de pelearnos tanto! ¡Quién diría que justamente a mí tenían que elegirme, yo que les había liquidado tantos regimientos tantas veces! Pero esa fue justamente la ventaja de mi viaje a Río: el Gobierno Provisorio les pidió a los brasileros que me tengan prisionero de guerra porque en el Paraguay podía armar bochinche, dicen que, pero aproveché precisamente mi viaje para hacerme de buenas relaciones que me iban a servir después...»
En 2002, Guido Rodríguez Alcalá lleva más allá la historia paraguaya para situarla debidamente en su entorno regional, en la época inmediatamente anterior a la independencia, en su novela Velasco, y examinar los procesos políticos
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