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Keith Lowe – Continente salvaje: el paisaje después de la Segunda Guerra Mundial.


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2020  •  Resúmenes  •  4.738 Palabras (19 Páginas)  •  108 Visitas

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Keith Lowe – Continente salvaje: el paisaje después de la Segunda Guerra Mundial. 

Introducción  

Se describe un mundo abatido, sin instituciones, sin derechos fundamentales, sin archivos (ya que fueron incinerados), sin gobiernos, con comunidades que en un lapso de 10 años dejaron de existir, sin información, sin comunicaciones, donde el dinero ya no tiene ningún valor, donde la ley y el orden ya no existen donde el sentido de la propiedad parece haber desaparecido, donde los únicos hombres que se ven en las calles están armados quienes parecen tomar lo que quieran sin preámbulos, donde mujeres de todas edades se prostituyen a cambio de comida y donde no parece haber un claro sentido de lo que está bien y lo que está mal. En resumen, no hay moralidad, solo supervivencia.  

La Segunda Guerra Mundial no solo había generado mucha destrucción física, sino que también se destruyeron las instituciones que mantenían unidos a los países europeos. Así ́ The New York Times se refirió́ a Europa como ‘’el nuevo continente negro’’.

El renacer que experimentó occidente, sobre todo con la rehabilitación alemana, trajo mucho que desear. Nació́ un nuevo deseo de cooperación internacional. Sin embargo, el autor cree que esta es una visión demasiado halagüeña y que en realidad los hechos o se desarrollaron de esa forma.  

Hay que tener en cuenta al mismo tiempo de todo este periodo de reconstrucción, que la Segunda Guerra Mundial no acabo con la derrota de Hitler, sino que el continente se enfrentó luego a una serie de enfrentamientos civiles, así ́ que SIN DUDA, NO HUBO ‘’BORRÓN Y CUENTA NUEVA’’ (Stunde Null).  

El fin de la guerra, asimismo, tampoco significó el nacimiento de una nueva era de armonía étnica en Europa. De hecho, en algunas regiones de Europa las tensiones étnicas empeoraron. La discriminación contra la judería europea y mundial continuó, y todas las minorías se convirtieron en objetivos políticos. Es más, entre 1945 y 1947, decenas de millones de personas fueron expulsadas de sus países en unas de las mayores acciones de ‘’limpieza’’ étnica que el mundo ha visto.  

Este libro abarca, grosso modo, los años 1944 a 1949 y uno de sus principales objetivos es desprenderse de la limitada versión occidental que ha dominado en la mayoría de los textos de la época. El auto desea despejar los mitos que se han propagado del periodo posguerra. Cree que existe una superabundancia de cifras erróneas e infundadas cosa que nubla la dimensión del periodo. También plantea que algunas naciones han exagerado los delitos de sus vecinos para desviar la atención en sus propios delitos o bien para fomentar sus propias causas nacionales de ‘’sanación’’.  

Cambios en el mapa europeo:  

  • Ciudad alemana Stettin, paso a ser la polaca Szczecin           Ciudad polaca Wilno, paso a ser la lituana Vilnus  
  • La         ciudad         italiana         Fiume,         paso         a         ser         Riejka         Yogoslava.

‘’Creí que estaríais ahí esperándome (Varsovia)... Lo que me recibió en cambio fue el hedor persistente de las cenizas y los enchufes vacíos de nuestra casa en ruinas’’ – Samuel Puterman. Judío en su regreso a Varsovia (1945)  

        I.         El legado de la guerra  

 

1. Destrucción física: 

Se ejemplifica la destrucción polaca, uno de los países más abatidos por la guerra con una publicación en 1943 de un editor de libros alemán, Karl Baedcker, que en su publicación exaltaba la belleza de esta ciudad barroca. En 1945, la increíble ciudad descrita se entraba en ruinas, en un lapso de tan solo dos años, llegando un 90% de destrucción.  

Por otro lado, se menciona a países que en general se consideran como que no hubo una gran penetración bélica, como Gran Bretaña. Sin embargo, las cifras desmienten esta afirmación: se destruyeron 202.000 casas y otras 4.5 millones quedaron con daños casi irreparables. Cuanto más al este de Europa, más destrucción. En Budapest 84% de las edificaciones terminaron dañadas, el 80% de Minsk estaba destruido, ciudades como Rostov y Voronezh quedaron inhabitables y Stalingrado no era más que fragmentos de muros. Alemania fue el país con más destrucción física de la guerra con 3.6 millones de viviendas destruidas siendo entre 18 y 20 millones de alemanes que quedaron sin hogar.  

Las comunidades rurales también sufrieron grandes devastaciones. En todo el continente las granjas eran saqueadas, incendiadas, inundadas o simplemente abandonadas a causa de la guerra. Hubo una destrucción sistemática de la tierra y la propiedad. Por otro lado, cuando un contrincante se retiraba de un territorio extranjero en general la orden era de destruir todo lo que quedara. Himmler, en el clímax de la guerra ordeno a sus mandos de la SS que destruyeran todo, especificando que no debiese siquiera una persona viva.  

Las industrias fueron uno de los principales objetivos bélicos. En Yugoslavia, ante la gran destrucción en este ámbito, se calcula que se perdió aproximadamente de 1/3 del patrimonio industrial del país. La infraestructura de transporte fue lo que termino más dañado, ya sea carreteras, vías férreas, etc. Uno de los países más abatidos fue Holanda perdiendo el 60% de sus carreteras y canales ferroviarios, siguiéndole Italia con una pérdida total de 13.000 puentes. A fines de la guerra el único transporte fidedigno en Europa, era viajar a pie.  

También hubo una sistemática destrucción de decenas de siglos de cultura y arquitectura. Primo Levi (sobreviviente judío de Auschwitz) sostenía que había algo sobrenatural en el modo en que los alemanes habían destruido todo a su paso.

Detrás de estas ruinas había una destrucción cultural nacional de cada pueblo europeo, y no solo física.  

  1. Ausencia 

 

  1. NÚMERO DE VICTIMAS:  

 

Si la destrucción física resulta difícil de comprender, la destrucción humana aún más. Luego de la guerra, toda europea tuvo el deseo y la obligación de registrar, medir, calcular y cuantificar el coste humano de ella. Hubo por mucho tiempo cifras imprecisas no fiables, por lo que era imposible apreciar el número de muertos con precisión alguna. Las víctimas eran de muchas nacionalidades, profesiones y condiciones sociales. En tiempos de guerra, ese tipo de detalles no importaban cuando había que matar a una masa de gente.  

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