LA COTIDIANIDAD VISTA COMO FRACASO DEL SER HUMANO EN “LA CANTANTE CALVA” DE EUGÉNE IONESCO.

LA COTIDIANIDAD VISTA COMO FRACASO DEL SER HUMANO EN “LA CANTANTE CALVA” DE EUGÉNE IONESCO

Ensayo Deductivo.

La literatura nos ofrece muchos ejemplos de cómo la conformidad  de la vida, hace que el ser humano se acomode a un estilo de vida determinado, es por eso que bajo el movimiento de las Vanguardias, nace el teatro de lo absurdo, que tiene su mayor apogeo en París donde irradió su influencia al resto de Europa y es con Eugéne Ionesco^[1] que resplandece y toma notoriedad en el mundo de las letras.

En contraposición a esta temática hay otras obras que representan como el ser humano evoluciona según los acontecimientos que van ocurriendo en el desarrollo de la historia. Casi todas las obras del escritor antes citado, tienen como base central lo absurdo, ejemplos de ello son obras como “El porvenir está en los huevos”, la cual escenifica el sometimiento del ser humano a las normas sociales, “En víctimas del deber” que ahonda sobre el psicoanálisis pero haciendo una parodia de como el ser humano está condicionado por el ambiente en el cual se desarrolla.  

La obra en estudio “La Cantante Calva”, representa un ejemplo claro y conciso sobre algunas razones que provocan que haya un acomodamiento por parte de los individuos a ciertas prácticas sociales, y como estas influyen en el comportamiento psicológico de los personajes, las cuales ayudan a comprender que las personas tienden a acoplarse según el modo de vida que cada uno lleve, Pues según Freud^[2] el ser humano es un ente social por eso la conducta que este presenta es producto del ambiente que lo rodea. [pic 1]

En la obra en estudio ya mencionada se puede observar dos parejas que ya tienen tiempos de estar juntos y esa monotonía los ha hecho que se estanquen en una vida rutinaria que lo que hace es encerrar a los personajes en un mundo ajeno a la realidad.

Estos matrimonios representan lo incoherente de la vida, pues ambos están atrapados en la cotidianidad de sus vidas, pues son personajes que se comportan igual día tras día, realizan las mismas acciones, hablan de los mismos temas, se pelean por las mismas cosas, en fin parece que el mundo se ha detenido para ellos.

La primera pareja conformada por el matrimonio de los Smith que permite evidenciar  a través de sus diálogos la falta de amor entre ambos, pues son una pareja que habla mucho pero al final no dicen nada productivo ya que a veces sus diálogos son tan incoherentes que se llega a la idea que pueden estar locos o que por la edad ya no saben lo que dicen. Ej.

-Sra. Smith: No me mandes a abrir la puerta. Has visto que era inútil. La experiencia nos enseña que cuando se oye llamar a la puerta es que nunca está nadie en ella.

-Sr. Smith: Incluso es falso. La mayoría de las veces, cuando se oye llamar a la puerta es que hay alguien en ella. (Pág. 40)

Sus diálogos son tan simples que cuando discuten entre ellos parece que hablan para sí mismo, olvidando o dejando de lado que era una conversación. Sus pleitos son tan inconsistentes que siempre terminan contentándose en su alcoba, es decir los arreglan con sexo.

La segunda pareja conformada por los esposos Martin, representan en una mayor gravedad esa cotidianidad que caen las parejas, puesto que sus conversaciones son más incoherentes que la de los Smith, tanto que llegan al punto de no saber en qué lugar están, quienes son, se tratan como extraños hasta que recuerdan que son pareja y que tienen hijos todo esto es producto de esa repetitividad de sus días. Ej.

Sr. Martin (habla con la misma voz rara, monótona, vagamente cantante): – Entonces, estimada señora, creo que ya no cabe duda, nos hemos visto ya y usted es mi propia esposa. . . ¡Isabel, te he vuelto a encontrar!

 Sra. Martin (se acerca al señor Martin sin apresurarse. Se abrazan sin expresión. El reloj suena una vez, muy fuertemente. El sonido del reloj debe ser tan fuerte que sobresalte a los espectadores. Los esposos Martin no lo oyen). 

Sra. Martin: – ¡Donald, eres tú, darling!   (Pág. 27)                      

La pareja Martin tienen una relación más inestable, tanto que durante el desarrollo de la trama se deja entre ver que ya no tienen intimidad, es tan grave el caso que como se plantea en el ejemplo anterior ellos hasta pierden la noción que son esposos y que ya tienen varios años juntos.

Al momento de unirse las dos parejas, el problema antes planteado es más evidente, ya que lo ambiguo de su conversación lleva a límites insospechados, cuando cada quien comienza a mencionar palabras sin sentido y ninguno de los participantes reacciona en contra de lo que se dice, mas bien se dejan llevar por la situación y es así como los cuatros simbolizan que la cotidianidad puede llevar a las personas a la frontera de la locura. Ej.

Sr. Martin: prefiero matar un conejo que cantar en el jardín.
Sr. Smith: cacatúas, cacatúas, cacatúas…
Sra. Smith: ¡qué cagada, qué cagada, qué cagada…!
Sra. Martin: ¡cacto, coxis! ¡Coco! ¡Cochino! (Pág. 79)  

Los dos matrimonios al caer en la monotonía se comportan de manera extraña, en un principio los señores Smith se marchan a cambiarse de ropa pero cuando entrar otra vez en escena llevan la misma de antes; el matrimonio Martin al llegar a la casa de los señores Smith y se sientan el uno delante de la otra, no se reconocen, a pesar de que son pareja y mediante una charla y descubriendo que hacen las mismas cosas y tienen las mismas aficiones llegan a la conclusión de que son marido y mujer. Es así que la obra refleja como esa manera sedentaria de subsistir  afecta la psiquis de las personas, llevándolas a vivir la vida sin ningún sentido, matando sus deseos, sueños, inspiraciones o metas a futuro.

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