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LA HISTORIA MUNDIAL DE MI ALMA


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2013  •  18.290 Palabras (74 Páginas)  •  282 Visitas

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Les

Nouveaux

Maîtres

Du Monde

Et ceux qui leur résistent

Los Nuevos Amos del Mundo

y los que les resisten

Jean Ziegler

EDICIONES FAYARD – PARÍS

SEPTIEMBRE 2002

PRESENTACIÓN

Para los hermanos de la Misteriosa Fraternidad de la Noche.

Para los que se inte resan por conocer algo más de la Depredación Globalizada y se deciden a hacer algo para impedirlo.

Hemos intentado resumir y presentar las ideas centrales del libro del Profesor Jean Ziegler: Los Nuevos Amos del Mundo.

Esperamos poder hacer con este trabajo un aporte a la comprensión y sobre todo a la transformación de la sociedad en que vivimos.

Gracias por su interés, por su comprensión.

Gracias al Profesor Ziegler por este trabajo. Por esta herramienta para la liberación de los sometidos.

URRACAS EMAÚS

GRUPO DE REFLEXIÓN DE GINEBRA

JUNIO 2003

Prefacio:

LA HISTORIA MUNDIAL DE MI ALMA

Como prólogo de este libro, una escena emblemática de agosto 1999, que permanece en las memorias. En el aeropuerto de Bruselas, dos adolescentes guineses que, huyendo de la miseria, son encontrados muertos en la caja del tren de aterrizaje. Un resumen del abismo entre los depredadores, “las oligarquías capitalistas transcontinentales”, y las víctimas, “la inmensa mayoría de los habitantes de la tierra”. Continúa después un texto de combate:

“Los cuatro caballeros del Apocalipsis del subdesarrollo son: el hambre, la sed, las epidemias y la guerra. Ellos destruyen cada año más hombres, mujeres y niños que la carnicería de la Segunda Guerra Mundial durante seis años. Para los pueblos del Tercer Mundo, la Tercera Guerra Mundial está en curso”.

Cada día sobre la fase del planeta mueren 100.000 personas de hambre o de las consecuencias inmediatas de ésta (...)

Cada siete segundos en la tierra, muere de hambre un niño menor de

10 años.

El hambre y la mal nutrición crónica constituyen una maldición hereditaria: cada año decenas de millones de madres gravemente subalimentadas mueren en el mundo, por lo tanto mueren irremediablemente decenas de millones de niños por nacer.

Todas esas madres subalimentadas y que pudiendo dar vida, recuerdan esas mujeres condenadas de Samuel Beckett, “que cabalgan sobre la muerte...” “el día brilla un instante, y luego nuevamente la noche” (...)

En el estadio actual de desarrollo de las fuerzas de producción agrícola, la tierra podría nutrir normalmente 12 mil millones de seres humanos. Nutrir normalmente significa proveer a cada individuo de una alimentación equivalente a 2.700 calorías por día.

Sin embargo no somos más que algo de seis millares de individuos sobre la tierra y cada año 826 millones sufren de subalimentación crónica y mutilante.

La ecuación es simple: el que tiene dinero come y vive. El que no lo tiene sufre y puede llegar a la invalidez o muere.

El hambre persistente y la subalimentación crónica marchan de la mano del hombre. Se deben directamente “al orden de muerte” mundial.

“Quien muere de hambre es víctima de un asesinato”.

Cerca de dos mil millones de seres humanos viven en lo que el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) llama “la miseria absoluta”, sin un ingreso fijo, sin trabajo regular, sin habitación adecuada, sin cuidados médicos, sin alimentación suficiente, sin acceso a agua limpia, sin escuela (...)

Aminata Traoré cuenta de una costumbre magnífica de las Bambaras del borde del Río Níger en Malí.

Con ocasión de las fiestas de Tabaski y de Ramadán, los padres, los amigos y los vecinos se hacen visitas para intercambiar saludos. Cuando franquean el umbral de la casa, los visitantes pronuncian una frase que ha permanecido sin cambio desde la noche los tiempos: “saludos de los enemigos, saludos de los amigos... que tus propios saludos sean acogidos favorablemente”. Jamás he leído una definición más bella, más precisa de la democracia. El ser humano es el único que puede conocer lo que hay de más íntimo en si mismo, lo que desea realmente para él, para los que están cerca y para sus semejantes (...)

Franz Kafka, escribe esta frase enigmática: “lejos, lejos de ti se desarrolla la historia del mundo... la historia mundial de tu alma”.

Yo soy el otro, el otro soy yo. Es el espejo que permite al mundo reconocerse. Su destrucción, destruye la humanidad en mi; su sufrimiento, incluso si yo me protejo, me hace sufrir.

Hoy en día la miseria de los humildes aumenta la arrogancia de los poderosos que se hace insoportable. La historia mundial de mi alma camina

hacia la pesadilla. Pero, sobre las alas de la paloma, la revolución se aproxima. Escribiendo, quiero contribuir a deslegitimar la glorificación de los señores.

El depredador es la figura central del mercado capitalista globalizado, su codicia es el motor. Acumula dinero, destruye el Estado, devasta la naturaleza y los seres humanos y pudre por la corrupción a los agentes de los cuales tiene necesidad entre los pueblos que domina. Mantiene sobre la tierra los paraísos fiscales reservados para su uso exclusivo.

Fieles mercenarios y eficaces servidores de las órdenes de los depredadores son los bomberos pirómanos del Fondo Monetario Internacional, los fanáticos seguidores del Banco Mundial y los de la Organización Mundial de Comercio.

Frente al Estado que agoniza ¿dónde se encuentra el sujeto colectivo que restaurará la exigencia del bien público y restablecerá los derechos de hombres y mujeres humillados?

Una nueva sociedad civil planetaria, que vuelve a encontrarse por una misteriosa fraternidad de la noche, surgida de los escombros del Estado Nacional se confronta de manera radical al imperio de los depredadores. Ella organiza la resistencia. La compone una multitud de frentes de rechazados y excluidos. Estos combates hacen nacer una esperanza inmensa.

José Martí escribe: “ es la hora de los hornos y sólo hay que ver la luz”. Y “nosotros no tenemos más que mirar la luz”. Nuestra esperanza es la solidaridad.

PRIMERA PARTE

LA MUNDIALIZACIÓN

HISTORIA Y CONCEPTOS

I

UNA ECONOMÍA DE ARCHIPIÉLAGO

La codicia obsesiva y sin límites de los ricos del primer mundo aliada a la corrupción que practican las oligarquías de los países en vías de desarrollo, constituyen un gigantesco complot d e muerte.

Por todas partes en el mundo y cada día se reproduce la masacre de inocentes de Belén.

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El máximo de integración de la economía nacional en el mercado mundial conduce a una máxima destrucción de la sociedad nacional mundializada.

Caso de Brasil entre siglos XVI – XIX.

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Existe una estrecha relación entre los todopoderosos, fuerza actual de los Señores del Capital financiero globalizado y la sumisión de las naciones proletarias: estas relaciones son desde hace mucho tiempo, complejas y muy raramente comprendidas.

Las oligarquías reinantes de los inicios del Siglo XIX, como todos sabemos, proceden del Hemisferio Norte del planeta; disponen de medios financieros prácticamente ilimitados. En tanto, sus víctimas están frecuentemente desprovistas de todo, sin poder oponerse. ¿Cómo se explica esta desigualdad?

En las colonias de ultramar los Señores han practicado desde fines del Siglo XVI un saqueo sistemático. Este es el fundamento de la acumulación primitiva del Capital en Europa.

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Los tesoros llegados desde fuera de Europa, producto del trabajo forzado de los indígenas reducidos a la esclavitud, por la coerción, el pillaje y la muerte, fluían hacia la Madre Patria para funcionar en ella como capital.

La historia moderna del capital se remonta a la creación del Comercio y del Mercado de dos Mundos (Siglo XVI).

El Régimen Colonial aseguraba el abastecimiento a la naciente manufactura, en la que la acumulación se redoblaba, gracias al monopolio del Mercado Colonial.

Son principalmente los africanos – hombres, mujeres y niños – que pagan con su sangre y sus vidas, desde el Siglo XVI, en condiciones de una indiscutible crueldad, la acumulación primitiva del Capital Europeo.

Gracias al capital acumulado en las Colonias, Europa pudo financiar de manera rápida el proceso de industrialización del Siglo XVIII. También pudo hacer frente al éxodo rural y llevar a cabo la transformación de sus campesinos en obreros.

La concomitancia del éxodo rural y el crecimiento industrial está en la base del modelo de desarrollo que constituye hoy en día la fuerza de Europa.

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En la actualidad, los países del Tercer Mundo se enfrentan a:

- La mundialización que ha golpeado en pleno rostro del cuerpo social ya groseramente debilitado del todo y privado de las fuerzas necesarias para resistir.

- El crecimiento demográfico.

Cada minuto, nacen 223 personas; de ellos, 173 son del Tercer Mundo. En el año 2.025 serán 8 mil millones y en África habrá mil trescientos

millones de habitantes (12% del planeta).

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Luego de la caída del Muro de Berlín, la desaparición de la URSS y la criminalización parcial del aparato burocrático de China, la globalización adquirió un gran impulso. Con ella apareció la precarización del trabajo, la desprotección social tan trabajosamente lograda.

Prácticamente desaparece la economía como actividad creativa que produce bienes y servicios para la gente.

El capital financiero en circulación por si mismo es virtual; actualmente

18 veces más elevado que la suma total de los bienes y servicios producidos

en un año y disponibles para el mundo. Crecen las desigualdades:

- Los ricos se hacen rápidamente más ricos.

- Los pobres cada vez más miserables.

Asistimos a la constitución de un mundo virtual que no es asimilable al mundo geográfico – histórico tradicional.

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Consideremos por un momento la evolución terminológica del concepto “globalización”, que es un anglicismo que comenzó a utilizarse a fines de los años sesenta, por el mediólogo canadiense Marshall MacLuhan y especialistas norteamericanos en “problemas de comunismo”. Inventaron el término “Aldea Global”.

Brezezinski, Asesor de Seguridad de USA, fue el primero en sacar conclusiones del proceso de la guerra de Vietnam y propone una sólida industrialización hacia el progreso para los países de la periferia, haciendo ver que con la revolución electrónica se producía la concretización de la superpotencia norteamericana, como la “primera sociedad global de la historia”; introduciendo la tesis del fin de las ideologías y de las utopías.

El equivalente francés “mundialización” era un término que se venía utilizando desde hace tiempo. Hasta que en 1992 los términos “multinacionales”; “transnacionales”, expresiones como “empresas sin fronteras”, “globalización financiera”, “mundialización de mercado”, “cap italismo mundial”; serían los nuevos términos para señalar las nuevas tendencias.

Luego de la Guerra del Golfo de 1991, Washington pudo anunciar finalmente el nacimiento de un “nuevo orden mundial”. Esta sería la base para después llegar a la “globalización” o “mundialización” sin apellidos.

A partir de la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC)

esta terminología se comenzó a utilizar por todo el planeta.

Es la visión satelital de la tierra que han construido las grandes compañías.

Progresivamente, se van desintegrando los regímenes del mundo, países completos que salen de la historia y como fantasmas se pierden en la noche.

La globalización o mundialización está por consiguiente, muy lejos de corresponder a un desarrollo económico verdaderamente mundializado. Por el contrario conduce al desarrollo estrechamente localizado, de centros de negocios donde se establecen las grandes firmas, los bancos, las aseguradoras, los servicios de marketing y de comercialización, los mercados financieros.

La mundialización diseña de esta manera sobre toda la superficie del globo una especie de red esquelética que reúne algunas grandes aglomeraciones; entre las cuales asistimos al “avance del desierto”. Entramos en la época de la “economía de archipiélago”. Este modelo con “múltiples velocidades” nos empuja a la destrucción de todo tipo de sociedades y de sociabilidades conocidas en el pasado y marca, sin duda por largo tiempo, el fin del sueño de un mundo por fin unificado, reconciliado consigo mismo y viviendo en paz.

La realidad del mundo mundializado consiste en una sucesión de islotes de prosperidad y de riqueza, flotando en un océano de pueblos que agonizan.

II

EL IMPERIO

Agosto 1991, fecha emblemática en que implosionó la URSS.

Hasta esa fecha, un hombre de cada tres vivía bajo un régimen llamado “comunista”. Los dos imperios se confrontaban en lo que se llamaba “La Guerra Fría”.

¿Cómo explicar la caída inesperada y brutal de la URSS y sus políticas?

Las razones son numerosas. Las principales de orden económico. El carácter centralizado del aparato político y la corrupción, hacían difícil el surgimiento de iniciativas y se deterioraba progresivamente la productividad económica.

El término de la bipolaridad hizo crecer una gran esperanza en el planeta. Millones de hombres y mujeres creían sinceramente en el triunfo de la libertad que se aproximaba. La ilusión de un mundo civilizado, democrático, ordenado según los principios de la razón, llega a su fin con medio siglo de retraso.

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Durante 50 años, los principios enunciados en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (1948) se vieron dificultados por la gran vitalidad de las Superpotencias. La URSS y sus seguidores pretendían realizar los derechos a través del Comunismo y la Dictadura del Proletariado y por otro lado USA y sus aliados pretendían hacerlo a través del Capitalismo y la democracia. La Guerra Fría había congelado por más de medio siglo toda posibilidad de proyecto colectivo de humanidad.

Las oligarquías del capital financiero, por lo demás triunfantes, tomaron una decisión que hasta hoy día no podemos calcular en su efecto. En lugar de actuar a través de los mecanismos establecidos por la ONU que en alguna medida aparentaban la seguridad colectiva; los Señores del Capital optaron por la fuerza militar de la Superpotencia Norteamericana.

En lugar del arbitraje de la ONU en los conflictos entra países, ellos optaran por la dictadura del Imperio de USA.

En lugar de poner la economía de la producción y distribución en relación con las necesidades de los habitantes del planeta, ellos la subordinaron a la “mano invisible” del Mercado.

Al hacer la opción por el Imperio de USA en lugar de una democracia planetaria, los Amos del Mundo han hecho retroceder la humanidad varios siglos.

Entre todas las oligarquías particulares que constituirían el “cartel de los Amos del Mundo”, la oligarquía norteamericana era sin duda la más poderosa, la más creativa, la más vital. Ellos ya habían sometido al Estado para convertirlo en un medio al servicio de sus intereses privados. Sin este Imperio y la fuerza de choque que constituye su aparato militar y policial, el cartel de los Amos Mundiales no podría sobrevivir.

El poderío militar implementado para hacer frente a la URSS, es ahora utilizado para poner en marcha y proteger el capital financiero mundializado. Este capital imperialista colosal se desarrolla de manera casi autónoma. Surgido de la jerarquía, revitalizado, agrega una violencia propia a la violencia del capital.

Hace más de 2.000 años Marco Aurelio lanzaba esta advertencia: “El Imperio es superior al Reino”. Es decir, al resto de esos poderes. Esta lección fue administrada por numerosos emperadores de pueblos de Occidente y del Oriente. Las oligarquías capitalistas contemporáneas proceden de la misma manera. Su Imperio domina por sobre los otros poderes. El Orden Imperialista destruye necesariamente los Estados Nacionales y toda otra soberanía que pueda resistirles.

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La arrogancia del Imperio Norteamericano no tiene límites:

- “Estamos en el Centro y comprendemos que allí debemos permanecer.

USA debe dirigir el mundo, llevando la llama moral, política y militar del

derecho y la fuerza y servir de ejemplo a los demás pueblos”. Jessé Helm

Presidente de Comisión Relaciones Exteriores del Senado de USA.

- “Para que la mundialización funcione, USA no debe temer actuar como la Superpotencia invencible que es en la realidad... La mano invisible del mercado no funcionará jamás sin un puño visible. McDonnals no puede

expandirse sin MacDonnel Douglas, el fabricante de los F – 15. Y el puño invisible que asegura la seguridad mundial de la tecnología de la Silicon Valley, se llama Ejército, Aviación, Marina y los marines de USA Thomas Friedman.

- El dogma ultra – liberal proclamado por los dirigentes de Washington y Wall Street se inspira en un egoísmo formidable, un rechazo casi total de toda solidaridad internacional y una voluntad absoluta de imponer sus deseos o los pueblos del planeta.

Esto explica la política de USA de rechazar las prohibiciones contra las minas antipersonales; el oponerse a una Corte Internacional de Justicia, ya que ellos no aceptan que ningún poder, salvo el de ellos, puede juzgar a sus soldados o agentes que comenten los crímenes del mundo.

La razón del Imperio prima sobre el derecho Internacional. Sólo ellos pueden determinar a quien bombardear, a ordenar un bloqueo económico, a determinar quienes son los buenos y a quienes castigar.

- Otra característica de la política exterior del Imperio es su doble lenguaje.

En Palestina, Sharon práctica el asesinato selectivo, la detención arbitraria, destruye las casas y las fábricas de territorios autónomos y USA no dice nada en contra.

Pero parece muy preocupado por los derechos humanos en Irán y en

Irak.

En enero 2000 Vladimir Putin instaló el terror en la República de

Chechenia con torturas, asesinatos y prisioneros, y USA le canceló gran parte de la deuda externa al Gobierno de Rusia.

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- Luego de instalarse la Administración de Bush en la Casa Blanca, son las multinacionales del Petróleo y de las armas las que controlan lo fundamental del poder y las decisiones.

La política del Imperio está marcada por una gran hipocresía. Durante años los Estados industrializados elaboraron una propuesta para suprimir los “Paraísos fiscales”, donde se trafica y se lava el dinero de origen criminal. Sin embargo, el gobierno de USA en el 2001 rechazó firmar la convención que prohibía estos paraísos.

Lo mismo sucedió con la producción, uso y distribución de armas biológicas. Acusó a Estados Árabes de usarlas y ellos se niegan a sancionar su eliminación.

- La misma suerte han corrido los acuerdos para limitar la producción de CO2 (acuerdo de Kyoto) producida por la industria de automóviles y las petroleras y la limitación de misiles de alcance intercontinental que afectaban los intereses del complejo militar – industrial de USA.

- El 11 de septiembre 2001 un atentado contra las Torres Gemelas de New York provocaron gran conmoción. Se acusa a terroristas fundamentalistas islámicos. Puede que haya algo de razonable, pero no podemos olvidar que gran parte de los fundamentalismos tienen su base y su caldo de cultivo en la exclusión, la miseria, la denegación de la justicia, la falta de perspectivas.

El Gobierno de Bush llamó a luchar contra el terrorismo utilizando la guerra, la restricción de las libertades públicas; pero también con la intensificación de las privatizaciones, la extensión de la liberalización de los mercados, con una reducción aún más drástica de las políticas de redistribución de la riqueza a través de las políticas públicas.

En relación al libre mercado, Bush envió una ley al Parlamento poco antes de la Conferencia de la OMC en Qatar, noviembre 2001, justificándola de la manera siguiente: “los terroristas han atacado el Centro Mundial de Comercio (Torres Gemelas). Nosotros las vengaremos expandiendo y estimulando el comercio mundial”.

En esta reunión de la OMC, la embajada de USA planteaba: “ El libre comercio no es simplemente un asunto de eficacia económica. Promueve los valores de la libertad”.

Para imponer esta afirmación, USA ha elegido la supremacía militar, en lugar de la diplomacia.

Sus presupuestos militares han crecido de manera significativa y por extraña coincidencia aparecen propagandeando esta estrategia y como voceros del Complejo Militar Industrial nombres como: Georges Bush padre, James Baken ex – secretario de Estado, Frank Carlvcii, ex – secretario de Defensa y otros, todos involucrados en negocios que son “legales” pero que huelen a podrido.

El Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, plantea al Congreso un presupuesto militar que le permita a USA mantener dos guerras grandes de

manera simultánea en cualquier parte del planeta; mantener varias guerras de baja intensidad y asegurar una perfecta defensa del territorio nacional simultáneamente. Todo parece indicar que el “Águila” ha aterrizado y pretende tener al planeta dentro de sus garras.

USA es el primer Imperio que ha logrado que el costo de sus guerras de agresión las paguen sus aliados y sus víctimas.

Alternativa Europea: durante largo tiempo se pensó en esta posibilidad, como forma de convertirse en una potencia democrática, pacífica, capaz de organizar la mundialización.

Hoy en día Europa asiste y contempla pasivamente el martirio de un pueblo como Chechenia, Kurdos, Palestino e Irakies.

Ayer, Europa ignoró voluntariamente las llamadas de la nación de Bosnia, de los Kosovares y Afganistán. Por lo tanto, gracias a las sociedades transnacionales que operan desde ese territorio, la Unión Europea constituye una potencia económica y comercial considerable. Pero carece de una política de relaciones exteriores y de defensa que sean creíbles. Muchos de sus principales líderes, se complacen en su actitud servil a los deseos del Imperio.

III

LA IDEOLOGÍA DE LOS AMOS

Los amos reinan sobre el universo tanto por sus enunciados ideológicos, como por los condicionamientos económicos a la dominación militar que ellos ejercen. La figura ideológica que guía su práctica tiene por nombre “Consenso de Washington”. Se trata de un conjunto de acuerdos informales que se piensan dentro de los años 1980 y 1990 entre las principales sociedades transcontinentales, bancos de Wall Street, la Reserva Federal y organismos financieros internacionales (BM – FMI).

- Sus principios son aplicables a cualquier período de la historia, a cualquier economía, sin importar el continente. Aspiran a obtener en el menor tiempo posible la liquidación de toda instancia reguladora, sea estatal o no, la liberación la más total y más rápida posible de todos los mercados (de Bancos, de Capitales, de Servicios, etc.) y las instancias de un mercado mundial unificado y totalmente autorregulado.

- Consenso de Washington.

Aspiran a la privatización del Mundo.

Algunos de sus principios:

1) En cada país deudor es necesario imponer una reforma fiscal basada en dos principios:

- Bajar la carga de impuestos directos a los ingresos más altos a fin de incentivar a los ricos para que hagan inversiones productivas.

- Ampliar la base de contribuyentes con impuestos indirectos, suprimiendo las exenciones a los más pobres, a fin de acrecentar la recaudación de impuestos.

2) Liberalización de los mercados financieros lo más completa y rápidamente posible.

3) Garantía de igualdad de tratamiento a la inversión de origen autóctono o extranjero a fin de acrecentar la seguridad y el volumen de estas últimas.

4) Desmantelamiento del sector público, todo lo que fuera posible, privatizando todas las empresas de propiedad del Estado o para – estatales.

5) Desregulación máxima de la economía del país, a fin de garantizar el libre juego de la competencia entre los diferentes fuerzas económicas presentes.

6) Protección reforzada de la propiedad privada.

7) Promoción de la liberación de los intercambios a un ritmo lo más rápido posible, teniendo como objetivo bajar al máximo las tarifas aduaneras.

8) Favorecer el desarrollo de los sectores económicos que pueden exportar los bienes que producen, ya que es la forma de hacer prospero el libre comercio.

9) Limitar el déficit del presupuesto fiscal.

10) Transparencia del mercado: suprimir los subsidios del Estado a los productores privados. Esto va dirigido principalmente a los subsidios que los Estados del Tercer Mundo entregaban a los productos de alimentación básica a fin de no tener un precio demasiado alto.

En cuanto a los gastos del Estado, estos deben privilegiar el mejo ramiento de la infraestructura por sobre otras prioridades.

Al analizar los 10 puntos anteriores podemos concluir que el “neoliberalismo es un arma de conquista”. Anuncia y plantea un fatalismo económico contra el cual toda resistencia parece vana e inútil. El neoliberalismo es semejante al SIDA: destruye el sistema inmunológico de sus víctimas.

El fatalismo de las leyes económicas lleva en si mismo, en la realidad una política totalmente paradojal, pues se trata de una política de despolitización, una política que intenta otorgar un sentido fatal a las fuerzas económicas liberándolas de todo control y de toda limitación al mismo tiempo que intenta obtener la sumisión de los gobiernos y de los ciudadanos a estas fuerzas económicas así liberadas.

En la historia de las ideas, esta ideología de los Amos constituye una tremenda regresión. ¿La vida dependería de la fatalidad? La estupidez es

enorme, pero útil: les permite a los nuevos amos del mundo eludir sus responsabilidades respecto a las consecuencias que sufren los pueblos que ellos oprimen.

Todo lo que se plantea bajo el nombre a la vez descriptivo y normativo de “mundialización” es el resultado no de una fatalidad económica, sino de una política conciente y deliberada; la misma que ha llevado a los gobiernos liberales e incluso social – demócratas de un conjunto de países económicamente arrasados, a desprenderse del poder de controlar las fuerzas económicas.

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Aparte del seudo – análisis de racionalidad con que se pretende justificar e imponer esta mundialización; existe otro peligro organizado: se intentan refugiar detrás de “leyes de mercado” ciegas y anónimas. La dictadura del Capital impone la visión de un mundo cerrado y en adelante inmutable. Rechaza toda iniciativa humana, toda acción histórica surgida de la tradición subversiva de lo que hasta ahora no ha existido: en concreto de la Utopía.

Excluye el porvenir.

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La actual identidad es fundamentalmente lo contrario de una nación, de una sociedad democrática, de un ser social viviente surgido de la capitalización de pertenencias y herencias concretas, dirigentes, libremente asumidas.

Bajo el efecto de la privatización del mundo y de la ideología neoliberal que la sustenta, la sociedad va muriendo poco a poco. Entre el mercado globalizado y planetario y la multitud de movimientos de rescate de identidad que van naciendo en sus márgenes existe un hoyo negro. En este hoyo existe el peligro que caiga la voluntad general, la Nación, el Estado, los valores, la moral pública, las relaciones interpersonales. En resumen, la sociedad.

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+ Los teoremas sobre los cuales reposa la ideología de la mundialización, son refutados por la realidad.

Veamos algunos ejemplos:

1. La mundialización beneficia a todos. Surgen faraones y sus seguidores los intelectuales del Foro Económico Mundial, bastaría privatizar el planeta, abolir las regulaciones que la limitan e intentar el Gobierno Global sin Estado para que desaparecieran para siempre la desigualdad y la miseria.

En la realidad, los dueños del Capital Financiero acumulan fortunas personales como ningún Papa, ningún Emperador, ningún Rey lo ha podido hacer antes que ellos.

Los valores patrimoniales de las 15 personas más ricas del mundo, son cifras superiores al Producto Interno Bruto (PIB) de todos los países africanos al Sur del Sahara, con excepción de África del Sur.

La cifra de negociación de la GMC es superior al PIB de Austria.

- En Suiza, el 3% de los contribuyentes más ricos disponen de una fortuna personal igual al 97% restante.

- En Brasil, el 2% de los propietarios agrícolas disponen del 43% de las tierras cultivables. 4,5 millones de familias de campesinos pobres y humillados, andan errantes por los caminos de este inmenso país.

- En el año 2002, el 20% más rico del planeta acapara más del 80% de la riqueza y consumen el 60% de la energía. En el otro extremo, más de 1.000 millones de los más pobres deben repartirse el 1% de toda la riqueza.

La calidad de vida, el poder del compra siguen disminuyendo en los países pobres. Incluso han reproducido enfermedades que se encontraban controladas, como la malaria, la enfermedad del sueño, el paludismo, la TBC y otras.

2. La unificación de los mercados financieros unifica al Planeta.

Sobre una tierra que no tenga fronteras, la gente viaja sin contratiempos. Las ideas se intercambian libremente. Pero ¿cuál es la realidad cotidiana que vive la gente?

- Algunos intelectuales del sistema han llegado a afirmar que la historia del mundo se desarrollará en el futuro entre Tokio, Nueva York y Estocolmo. Allá se decidirá el destino de los hombres. En ninguna otra parte.

Esta profecía se está realizando. La mundialización no ha mundializado el mundo. Ella lo ha fraccionado.

- En la frontera de 3.200 km que separa USA de México han muerto

491 personas, en el año 2000; intentando cruzar el Río Bravo y el

Desierto de Arizona; muertos por la sed o por las balas de los

guardias fronterizas o los policías de Texas.

- Millones de familias de refugiados birmanos, chinos o camboyanos mueren intentando alcanzar la Frontera de Singapur.

- Lo mismo sucede en Europa con los refugiados del Kurdistan, del África del Norte que mueren en el desierto o en los barcos al intentar llegar clandestinamente a lugares donde puedan huir del hambre.

- Cerca de 50.000 personas intentan cruzar el desierto de Tenova a fin de entrar clandestinamente a Libia o Argelia. Lo hacen hacinados en “camiones – catedrales”; muchos mueren en los largos caminos por el desierto, ya que los trasportadores les piden 80 euros por personas y llevan muy poca agua ya que les interesa ocupar la capacidad del camión para cobrar más pasajes.

- A todo lo anterior se agrega la situación de los “indocumentados” que viven clandestinamente en las grandes ciudades europeas, donde intentan ganar dinero para enviar a sus familias o para traerlos a Europa. Viven en condiciones de inseguridad, trabajan en el mercado negro durante 14 – 16 horas por un salario bajo.

La mayor parte de la gente del Tercer Mundo vive hoy en día encerrada en su territorio. Sus países se han convertido en su propia prisión. Como los siervos de la Edad Media, están sujetos a la tierra. No pueden dejar su país de origen, sea cual sea el hambre y la miseria extremas que allá se vivan.

Para definir a estos países abrumados por la miseria, en el norte de Brasil utilizan el término de “flagelados”. Para los flagelados del mundo entero, la huída hacia los países donde la vida parece posible, les está prohibido.

El derecho a la migración está escrito en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre que prácticamente han proclamado todos los países. La privatización del planeta es sinónimo de exclusión y de encierro territorial para los pobres.

3. La paz del mundo está garantizada por el Comercio Mundial.

La libertad y la tranquilidad de la gente estarán aseguradas por el comercio globalizado y libre de toda traba, así lo dicen los amos del mundo. Pero ¿cuál es la realidad?

- Es verdad que el comercio mundial se desarrolla a una velocidad impresionante. Estas exportaciones de mercadería han aumentado durante 10 años consecutivos. La OMC la califica como “una explosión de la demanda”.

Los señores plantean que ninguna dictadura por fuerte y feroz que sea puede resistir al libre comercio; a riesgo de quedarse aislada y sumida en la autarquía. La tempestad de la libertad destruirá esa fortaleza. Lo mismo sucedió con las guerras; los intercambios comerciales crearán de manera natural una comunidad de intereses. Las mercaderías se convertirán así en príncipes de la Paz. Un país comercial mientras más abierto deberá ser un país menos represivo.

Pero observemos a nuestro alrededor: la economía globalizada, la libertad de comercio y las instancias progresivas de un mercado mundial único ¿ha hecho caer las disputas? ¿Ha impedido las guerras? Se ha producido el efecto contrario.

+ Veamos lo que sucede con los déspotas.

- Con las minas de Aluminio en Guinea se ha reforzado el poder militar del dictador y el país se ha convertido en uno de los más fieles seguidores de la OMC del Tercer Mundo.

- En el Tchad se violan sistemáticamente los derechos de los opositores, se aplican en forma drásticas las políticas de ajuste impuesta por el FMI, pagan puntualmente los intereses y parte de la deuda externa, han liberalizado el mercado interno y convertido el país en un paraíso fiscal para las multinacionales.

El Banco mundial lo ha premiado con generosos créditos para poder ampliar los campos petroleros y construir oleoductos hasta el Atlántico.

Situaciones similares se viven en Togo y Camerún.

- En China, con un partido único y corrupto que tiraniza al país; al mismo tiempo que los burócratas en el poder han liberalizado al máximo la

economía, vendido a vil precio las riquezas y creado zonas de libre producción con salarios bajos y trabajadores temporales.

Hay enorme especulación en las propiedades urbanas y hambre en los campos, mientras se enriquecen los burócratas.

La lista de regímenes de muerte que azotan nuestro planeta es enorme; a pesar de estar pretendidamente unificados y reformados por la privatización y el libre flujo de capitales y de mercaderías.

El slogan de “La paz mundial por el comercio mundial” no pasa de ser una afirmación y una broma de mal gusto. En lugar de calmarse los afanes guerreros en la humanidad, la privatización de las funciones del Estado y la liberalización del comercio las estimulan y empujan al crimen.

Un ejemplo emblemático y chocante ha sido la libre circulación de diamantes en las guerras de Angola, Liberia, Sierra Leona y Guinea.

Caso parecido es lo relacionado con el mercado negro del petróleo y el paso de oleoductos que ha provocado guerras en Ouzbekistán, Afganistán, Chechenia y otras que están por venir como Irak, Irán y otras.

En el año 2002, más de 23 guerras internacionales o conflictos internos han manchado el planeta.

CONCLUSIÓN:

Todas los enunciados fundamentales de la ideología de los Señores, en la práctica están en flagrante contradicción con la realidad.

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La situación no ha tenido grandes cambios desde la época de la Revolución Francesa. La ideología destinada a justificar la mundialización es sólo una enorme empresa de mistificación. El dogma de las armas produce permanentemente grades estupideces.

La mundialización, la monopolización del capital financiero se desarrolla y expande por todas partes en las sociedades marcadas profundamente por una herencia, sea cristiana, judía, taoísta o simplemente humanista. Estas sociedades son habitadas por valores como la decencia, la justicia, el respeto

a los demás, la honestidad y la protección de la vida. Ellos no toleran ni el asesinato ni el atropello del débil sin compensación.

Esta compleja herencia se encuentra en grados diversos en la base de la conciencia o del inconsciente de algunos banqueros, ejecutivos de empresas multinacionales o especuladores bursátiles. Muchos de ellos son personas religiosas, van al culto del domingo, hacen donaciones en obras de caridad. Muchas veces algunos de sus familiares son o han sido religiosos, misioneros o trabajaron en medios pobres y hoy son directivos de ONGs.

Lo anterior vale también para grandes patrones de multinacionales en USA, que apoyan o son miembros de organizaciones de solidaridad, Club de leones, logias masónicas, Rotary Club y otras.

En la prensa económica internacional, estos Señores se presentan generalmente como seres admirables, proclamando su adhesión a obras o a organizaciones benéficas, presentándose ellos mismos como personas trabajadoras, honestas y amantes del prójimo. Subjetivamente, ellos se consideran hombres de bien.

En resumen, a menos que se trate de personas totalmente deterioradas por la patologías del poder y del dinero, la mayor parte de los Amos del Mundo son pensadores complejos y algunos de ellos con valores de resistencia. Aparecen diferentes a los antiguos especuladores, usureros sin escrúpulos, los traficantes de armas o de seres humanos. Aparecen sensibles a las desgracias humanas, a los cuerpos de niños muertos de hambre, a las tragedias de los pobres de las grandes ciudades del Tercer Mundo que muestra la televisión.

Como se alteran o reaccionan esos grandes patrones, esos bloques a la vista de esos seres moribundos. Ellos hablan el mismo lenguaje de su ideología “miseria residual”. ¿Cómo explicar esta aparente ceguera?

Para superar las contradicciones con que se encuentran en la práctica, ellos vinculan a una teoría muerta, una vieja teoría llamada de efectos residuales secundarios. Esta se debe a dos grandes filósofos ingleses: Adam Smith y David Ricardo, fundadores del dogma ultraliberal que es la base y guía de los Nuevos Amos del Mundo. Que dice este dogma:

“Abandonados a si mismo y libres de toda limitación y de todo control y dirigiéndose a cada instante hacia los lugares donde la ganancia es máxima. Es así como los costos comparativos de los gastos de producción determinan el lugar de implantación de la producción mercantil. Los efectos de esta ley

produce maravillas: entre 1960 y el 2000 se multiplicaron por seis sus utilidades y los valores de la bolsa de Nueva York aumentaron en 1000%.

Queda por regular el problema de distribución.

Smith y Ricardo eran dos sabios creyentes y muy preocupados por los pobres que existen en las ciudades. La receta que ellos daban era el “efecto del chorreo”.

Para ellos existe un único objetivo para la acumulación de riqueza, vinculadas a la satisfacción de necesidades. El teorema se aplica tanto a los individuos como a las empresas. A partir de un cierto nivel de riqueza los ricos no acumulan más. Ellos distribuyen. Un millonario aumenta el sueldo de su chofer porque no sabe que hacer con tanto dinero.

Pero este es un razonamiento erróneo. ¿Por qué? Porque Smith y Ricardo vinculan la acumulación a las necesidades y al uso. Pero para un multimillonario el dinero tiene poco o nada que ver con la satisfacción de necesidades, por más superfluas o lujosos que ellas sean. Que un Faraón no pueda navegar sobre 10 naves al mismo tiempo, habitar en 10 mansiones en un mismo día o no pueda comer 50 kilos de caviar en una comida es algo que finalmente carece de importancia. El uso no tiene nada que ver. El dinero produce dinero. El dinero es un medio de dominación y de poder. La voluntad de dominación es inextinguible; carece de límites objetivos.

El formulismo de la teoría del chorreo no podía haber nacido sin el cerebro de economistas judío – cristianos. Es la exacta reproducción de la absurda quimera del paraíso de la Biblia:

¡Revienten ustedes gente del Tercer Mundo y sus alrededores! Una nueva vida mejor les es prometida en el paraíso. Lo lamentable es que nadie les dice cuando se realizara esa forma de paraíso. En lo que respecta a la teoría del chorreo, la respuesta es clara: Jamás.

Mientras tanto, la guerra mundial contra los pobres continúa.

SEGUNDA PARTE

LOS DEPREDADORES

Ser bueno ¿quién no lo desearía?

Pero sobre este triste Planeta, los medios son restringidos.

El hombre es brutal y pequeño.

¿Quién no querría, por ejemplo, ser honesto?

Pero ¿se dan las circunstancias?

¡NO! ellas no se dan aquí.

Bertolt Brecht: Canto de Peachum

De la Opera “Tres centavos ”.

I

EL DINERO DE LA SANGRE

Paradoja: los oligarcas se unen y se separan al mismo tiempo.

Entre los oligarcas del mundo entero se desarrolla una guerra implacable. Se suceden las fusiones obligadas en las industrias y en los servicios, las maniobras bursátiles más tortuosas, las quiebras, etc.

Se ha hecho una comparación por un importante Diario Financiero de USA; entre Bill Gates, patrón de los Microsoft, el hombre más rico del mundo con Larry Ellison poseedor de la segunda fortuna personal. El artículo se llama: Bill Gates el hipócrita, Larry Ellison el matador.

El dilema es “Matar o ser muerto, devorar o morir”; esa es la consigna. Poseer los mercados, hacer desaparecer a los competidores. El vocabulario utilizado es siempre un llamado a la destrucción y la guerra.

En el fondo, todas las grandes empresas de alta tecnología, todas aquellas que han llegado a lo alto de la escala, están dirigidas por asesinos sanguinarios. El término capitalismo de la Selva ha sido sobrepasado con creces.

Larry Ellison instruye a sus empleados: “Nosotros somos carniceros aquí. Los competidores son enemigos y ustedes, mis colaboradores,. son los guerreros. Los vamos a matar, los vamos a matar, no se trata solamente de derrotar a un competidor, hay que destruirlo, hay que continuar golpeándolo incluso si está en el suelo. Si aún intenta levantar el dedo pulgar, hay que destrozarle la mano”.

El relato de estos hombres, los más ricos del Planeta, concluye con un análisis comparativo de las características de ambos: “Ellison oculta menos su ferocidad que Gates. Ambos han adoptado la misma estrategia de destrucción total. Pero, mientras que Gates es simplemente muy eficaz, Larry da la impresión de asumirla como una necesidad vital.

¿Cómo definir un “depredador” o un “lobo”? Un antiguo hombre estrella de la Bolsa de Nueva York escribe: “Un lobo se adapta a todas las circunstancias y situaciones con una agilidad y una rapidez impresionante. Se burla totalmente de lo que hacen los otros, no confía ni siquiera en su instinto.

Un especulador genial no es leal a nada, no respeta ninguna institución ni decisiones anteriores. Infunde en torno a el una calma estratégica. Aparece casi como indiferente, apático en relación a lo que sucede en su entorno, no le preocupa la inquietud o la angustia de sus clientes. El se considera a si mismo como formando parte de una elite y considera al resto de los humanos como parte de un rebaño de corderos.

Cualesquiera sean las máscaras ideológicas que utilizan o en las que se escudan los depredadores, lo que los mueve es la avidez furiosa del éxito, de la ganancia máxima, de ser poderosos. En último término, la potencia se expresa siempre en términos patrimoniales, bajo la forma de fortuna personal.

Leon Bloy anticipaba la forma de ser y de actuar de las oligarquías globalizadas: el rico es un bruto inexorable que está obligado a detenerse ante su tumba o ante una ráfaga de metralla en su vientre.

El National Labor Committee (NLC), Comité Nacional del trabajo, una ONG de USA que se dedica a investigar la actuación de las grandes multinacionales afirma que las más grandes fortunas son producto del derramamiento de sangre.

La sociedad transnacional Walt Disney hace fabricar sus conocidos pijamas y otras vestimentas en Haití. Su Presidente y Director General Michael Eisnes tiene un ingreso fantástico. Gana por cada hora US$2.783, un trabajador haitiano que trabaja para él recibe 28 centavos por una hora de trabajo. Se demoraría 16,8 años para ganar el equivalente a una hora del Presidente.

El señor Eisnes se embolsa cada año 181 millones de dólares por ganancia de sus acciones. Este dinero permitiría alimentar a 19.000 trabajadores haitianos por 14 años.

Pero el dinero de la sangre no es solamente una especialidad de USA;

es también de los Europeos, en particular de la Suiza.

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La oligarquía financiera reina sin compartir, gracias a un sistema hipertrofiado, gracias también a sus instituciones como el Secreto Bancario y las cuentas de número. Estas oligarquías funcionan como los custodios del sistema capitalista mundial.

Como podemos apreciarlo, la inmoralidad domina la conducta de los depredadores. Cuál es su origen, ¿cómo se explica?

A partir de un determinado volumen de negocios, los dirigentes de un imperio financiero, de una sociedad transcontinental, no pueden permitirse actuar de acuerdo a la moral. Sus progresos constantes, la soberbia y la permanente extensión de sus ingresos exige conductas totalmente fuera de la moral.

Todas las grandes sumas de dinero que manejan los señores de las transcontinentales no reflejan la prominencia del dinero de la sangre. Muchos de los depredadores más ricos se rodean de grandes destructores del empleo, que son promovidos por los Concejos de Administración por haber despedido a millones de empleados y reducido los costos de esta manera; elevando el precio de las acciones de esta empresa en la bolsa de comercio. Estos depredadores practican con éxito el Darwinismo Social.

En esta perspectiva se inscriben las fusiones de empresas y los despidos masivos a nivel mundial.

La avaricia de los señores ha envenenado también a muchos de sus vasallos. Hoy en día numerosos dirigentes saquean groseramente a sus propias empresas. Se comportan como los bandidos de las grandes rutas en la época de la guerra de los 100 años, en que destruían a sus propios compañeros de viaje. Se trata de altos ejecutivos que se aseguran contra cualquier despido eventual, asignándose grandes premios, otorgándose suculentos sueldos en caso de despido, hasta su jubilación.

El capitalismo de la Selva ha inaugurado una bella costumbre: la del “paracaídas dorado”. Un PDG (alto ejecutivo) que arruina a su empresa, es despedido, pero recibe a modo de consuelo por su incompetencia giros sustanciales previstos en la Caja de la Empresa que acaba de arruinar. Se trata de una forma particularmente pintoresca de robo. Ya que actúa en detrimento directo de una empresa que se vino al suelo y en la que un gran número de empleados son puestos en la puerta; sin paracaídas dorado, por su supuesto. Un caso muy conocido fue lo que sucedió con SwisAir; que quebró y dejó en la cesantía a miles de trabajadores. Sus altos ejecutivos quedaron asegurados con grandes rentas.

La mayoría de los accionistas de SwisAir eran empresas públicas y pequeños ahorristas que perdieron las acciones, que ya no tienen valor.

Uno de los deportes favoritos de los Depredadores es la fusión de las empresas, que puede ser por un acuerdo vo luntario entre dos equipos dirigentes o una “movida” bursátil.

Según la ONU; existen 63.000 transnacionales que controlan 800.000 filiales activas en el planeta. Los mayores: General Electric (USA), Shell (Holanda – UK) y General Motor (USA).

La consecuencia primera e inmediata de la fusión de las empresas es la liquidación de un cierto número de puestos de trabajo, lo que se llama el efecto de sinergia. ¿Quiénes sufren? Los empleados. Los depredadores hablan de “sacrificios necesarios”. Bien entendido, como el valor de la empresa aumenta considerablemente luego de la fusión, se justifican los sacrificios de los trabajadores. Una lógica superior legitima la destrucción del empleo.

En un estudio que hizo Le Monde en agosto 2001, se estableció que estas fusiones ocasionan pérdidas en términos patrimoniales y esto lo saben sus ejecutivos.

Entonces ¿por qué lo hacen?

- Por razones casi sicológicas, para agrandar su avaricia y prestigio.

- Por una razón económica, porque agrandan sus riquezas personales y los que pierden son los accionistas; especialmente si son del Estado o pequeños inversionistas.

De esta forma, van acelerando los procesos de privatizaciones, al hacer quebrar empresas públicas.

La intención de privatizar es transparente, es totalmente conforme con la ideología ultraliberal: desmontar los servicios públicos a fin de dejar el campo libre a las empresas privadas para que logren negocios en estos dominios. Todos ellos asignan sueldos realmente millonarios a sus ejecutivos, lo que despierta la indignación de la opinión pública, pero se amparan en el Estado.

Para justificar los enormes ingresos, los grandes y pequeños depredadores utilizan una argumentación francamente insultante: “Nuestras responsabilidades son excepcionales. Podemos perder nuestro puesto en cualquier momento. Ponemos en juego diariamente nuestra reputación de hombres de negocios”. Todo esto justifica sus enormes salarios.

El conglomerado de Energía ENRON presidido por Kenneth Lay con sede en Texas, era una de las 10 más grandes empresas de Estados Unidos. Para hacer el robo dentro de su empresa Lay y sus cómplices financian varias campañas políticas republicanas de manera simultánea. Con el triunfo de los republicanos obtienen la “co-gestión” de la energía del país. Presentan cuentas de muy bajo monto. Obtuvieron la desregulación del mercado energético y como contralor pusieron a la esposa de un senador republicano beneficiado por Enron.

Gracias a una red de bancos informales organizaron fuertes flujos de salida de capital y con la influencia del Pentágono presionaron a Gobiernos corruptos para obtener grandes concesiones de explotaciones petroleras o construcciones de oleoductos.

Luego se fueron a la quiebra, dejando en la ruina a miles de pequeños ahorristas y pensionados que habían invertido sus fondos de jubilación en Enron. El Concejo de Administración concedió a Lay una indemnización de

205 millones de dólares.

Estos fraudes se repiten con frecuencia y “son totalmente legales”.

- Otra forma de pillaje de estos grandes personajes, es girar cuantiosas sumas de dinero a sus cuentas previsionales de ahorro; para asegurarse jubilaciones extraordinarias; evadiendo impuestos y engañando a los accionistas.

Con ese cinismo funciona el sistema financiero y muchos de ellos son funcionarios de la ONU o del FMI para fiscalizar el uso del dinero en los países del Tercer Mundo.

PARA TERMINAR :

Utilizando en forma precisa los términos de los filósofos de las luces, los depredadores son seres “fuera de la humanidad”. Jean Jacques Rousseau afirmaba “ustedes están perdidos si olvidan que los frutos son de todos y que la tierra no pertenece a nadie”.

Los depredadores no se vinculan a ninguna escuela de pensamiento, no se enraízan en ninguna aventura colectiva, no conocen horizonte histórico, no hacen alianzas más que con sus congéneres, están totalmente desprovistos de motivaciones, salvo el gusto del poder y del dinero.

No son ni de izquierda ni de derecha, ni del Sur ni del Norte. Ningún pensamiento colectivo ha dejado en ellos trazos identificables. No tienen historia, no construyen nada y mueren sin jamás haber abierto los ojos para ver a los humanos de su entorno.

Por su conducta cotidiana ellos se ubican al margen de la humanidad solidaria.

Así son los Depredadores.

II

LA MUERTE DEL ESTADO

1. La privatización del mundo ha debilitado la capacidad normativa de los Estados. Ella coloca bajo su tutela a los parlamentos y a los gobiernos. Ella vacía de contenido a la mayor parte de las elecciones y de las votaciones populares. Ella priva del poder regulador a la mayor parte de las instituciones públicas. Ella mata la ley.

De la República, tal cual la heredamos de la Revolución Francesa, no queda más allá de un espectro.

Las tendencias evolutivas, que bajo el manto de “civilización” atraen nuestra atención hoy en día, vienen a modificar una cuestión histórica que se distingue por el hecho de que el Estado, la Sociedad y la Economía coexistan al interior de las fronteras, de alguna manera. Luego de la mundialización de los mercados, el sistema económico internacional, al interior de los cuales los Estados definirán entre comercio exterior e interés del país, están convirtiéndose en economías transnacionales. Lo que cuenta ahora, en primer lugar, es la aceleración del movimiento de capitales por todas partes en el mundo y la evaluación sin apellido de los lugares de producción nacional por los mercados financieros organizados en redes a nivel mundial. Estos hechos explican por qué los actores estatales no están ya más hoy en día en las redes mundiales de intercambio ni en los nudos de relaciones que les habían impuesto antes las estructuras de relaciones interestatales o internacionales. Ahora son los Estados los que se encuentran enmarcados en los mercados, más que las economías nacionales en las fronteras estatales.

Un nuevo poder está en vías de afirmarse: el poder de intimidación que ejercen los depredadores contra los gobiernos, parlamentos, tribunales y opinión pública constituidas democráticamente.

La génesis de este nuevo poder se explica en las condiciones de una competencia mundial que ha adquirido en forma aguda la carrera por los lugares de producción los más rentables; las empresas están más que nunca obligadas a aumentar la productividad y la organización racional del trabajo en su conjunto, acelerando por lo mismo, a largo plazo, el proceso por el que la tecnología tiende a reducir el número de empleados. Los despidos masivos tienden a poner en evidencia el poder de intimidación del cual disponen cada

vez más las empresas móviles, en la medida que aquellas que quedan ligadas a los recursos locales se debilitan en forma progresiva. En esta situación, se va generando una especie de círculo vicioso constituido por una cesantía que aumenta, sistemas de seguridad social cada vez menos capaces de hacer frente a las ne cesidades y con disponibilidades fiscales disminuidas – círculo que empuja a los recursos financieros del Estado a estas limitaciones; las medidas en función de estimular el crecimiento son cada vez más necesarias, lo que hace imposible casi poder contar con más recursos ya que las bolsas internacionales se encargan entre tanto de evaluar las políticas económicas nacionales.

La evaluación de la política por el mercado se traduce en la práctica en que el Estado Nacional pierde progresivamente su capacidad de destinar los impuestos a estimular el crecimiento y por ende a asegurar las bases esenciales de su legitimidad y ésta perdida no es compensada por ningún equivalente funcional... confrontados al riesgo permanente de ver huir los capitales, los gobiernos nacionales se comprometen en una loca carrera de desregulación para bajar los costos, lo que conduce a estas ganancias obscenas, a la discriminación salarial, al aumento de la cesantía y la marginación social de una población pobre cada vez más significativa. En la medida que las condiciones sociales de una adecuada participación política se van destruyendo, las decisiones democráticas, aunque se adopten de manera formalmente correctas, van perdiendo su credibilidad.

Para permanecer competitivos en los mercados mundiales cada vez más importantes, los Estados se ven obligados a tomar iniciativas que significan daños irreparables a la cohesión de las sociedades civiles. En el curso del próximo decenio la tarea urgente del primer mundo será entonces realizar la cuadratura del circulo: conciliar la prosperidad, la cohesión social y la libertad política.

2. ¿De dónde viene el Estado?

¿De dónde se deriva su fuerza? ¿Qué hace vivir una democracia? Qué es lo que hace que un conjunto de individuos aislados se organicen en una sociedad estructurada, civilizada que resista a las pasiones disgregatorias?

¿Cuál es el origen de la ley?

Kant definía al Estado como una comunidad de voluntades impuras colocadas bajo una regla común. En todos los seres humanos habitan las peores pasiones, las energías destructivas, las envidias, los instintos de

poder. Haciendo uso de su lucidez, abdica a una parte de su libertad por el bien público. Con sus semejantes funda la “regla común”, el Estado, La Ley.

Kant llama “mal radical” a la fuerza que hace desviar las voluntades particulares de los ciudadanos y los conduce a debilitar y pervertir y lo peor, a anular la regla común.

Existe una grandeza inolvidable de signo histórico que manifiesta la disposición moral de la humanidad. Pero hay también “mal radical” que surge de la naturaleza humana, inclinación inextirpable y que lleva al abismo insondable de un poder originario susceptible de orientarse hacia el bien o hacia el mal. En la medida en que no se oriente por naturaleza hacia fines estable s, el hombre es inestable. La especie humana es como la queremos hacer.

Hay un demonio, un Mefistófeles en la mayor parte de los depredadores. Ellos organizan concientemente su desmantelamiento y ayudan para que la corrupción entre al Estado. Lo difaman, lo desacreditan deslegitimando su competencia reguladora.

¡Así es! Ellos triunfan. ¡Que desgracia para los vencidos!

3. Subordinación de la soberanía popular a la racionalidad mercantil y especulativa del capital financiero globalizado. Si algún gobierno aumenta los impuestos fiscales, de inmediato el Capital internacional o autóctono, se retira para buscar condiciones más favorables de acumulación en otros países vecinos. Las condiciones para recibir los capitales de inversión, las tarifas aduaneras, las condiciones para transferir utilidades de las sociedades multinaciones a sus países

¿pueden cambiar? El Capital financiero sanciona sin dilación al gobierno “culpable”.

Las grandes sociedades del mundo forman la AMI (Acuerdo Multilateral de Inversiones) como instancia en que las multinacionales pueden acudir si se sienten perjudicados por alguna medida de un Estado Soberano.

Las disposiciones del AMI han sido incorporadas al ALCA (Acuerdo de Libre Comercio para América Latina), que es impuesto por USA y aceptado gustosamente por la mayoría de los Gobiernos serviles de América Latina, salvo Cuba y algunas excepciones.

Se han organizado poderosos movimientos sociales para resistir al ALCA, tales como el Movimiento de Trabajadores sin Tierra, en Brasil, la confederación Indígena de Ecuador, la Vía Campesina y otros más.

4. ¿Qué constituye la fuerza de un Estado y más particularmente de un

Estado Democrático? Antes que nada es la idea que representa.

En una sociedad estratificada en que se confrontan los intereses encontrados de clases opuestas, el Estado Democrático a través de múltiples mecanismos (redistribución fiscal, seguridad social, etc) intenta armonizar y hacer más viable la interdependencia desigual de los individuos.

Los ciudadanos adhieren al Estado, a sus normas y procedimientos descisionales en la medida que obtienen algún beneficio propio. Un Estado que no otorga a sus ciudadanos un sentimiento de seguridad, no les asegura un mínimo de estabilidad social y de ingreso, un futuro previsible y no garantiza un orden público en conformidad con sus valores morales, es un Estado condenado.

En muchos Estados occidentales, los transportes públicos, el correo, las telecomunicaciones ya están privatizadas. Una segunda ola de privatizaciones ha comenzado. Se refiere a los colegios, las universidades, los hospitales, las cárceles y muy pronto las policías.

Un Estado que desmantela voluntariamente sus servicios públicos más esenciales y transfiere al sector privado las tareas más relevantes del interés colectivo, sometiéndose así a la ley de la máxima ganancia; se convierte en un Estado “discapacitado”.

A juicio de sus ciudadanos sus valores se van aproximando a cero.

Una economía que impulsa y alaba la absoluta competitividad individual, la fragilidad del empleo, la inestabilidad del status social, el trabajo temporal o al trato, es una economía generadora de angustia.

Un ciudadano libre, sin protección, permanentemente sometido a riesgos sociales importantes, pierde su calidad de ciudadano libre. Alguien que vive en el constante temor de perder su empleo, su salario y sus derechos deja de ser un hombre libre.

La privatización del Estado destruye la libertad humana. Anula la ciudadanía.

En muchos países del tercer mundo los Señores reinan a través de la desigualdad, la angustia y el terror. La globalización es el “terrorismo cotidiano”.

5. Las nuevas estrategias de acumulación y de explotación de los depredadores provocan terribles tempestades en el tejido de las economías nacionales. Los Estados, incluso los poderosos, se ven obligados a ceder en sus políticas presupuestarias y fiscales a los dictados de las grandes sociedades financieras o industriales transnacionales. Si no lo hacen, serán de inmediato sancionados por la cesación de inversiones y por la fuga de capitales. Esto explica como algunos proyectos políticos con intenciones “progresistas” no han podido ser realidad. Es el caso de Francia con Mitterrand en 1983 y con Jospin en 1995.

Como un torrente que crece en la primavera, la formidable vitalidad del capital financiero transcontinental desborda todas las barreras, barre con todos los poderes del Estado y produce devastaciones en los paisajes más ordenados. Más aún, los gobiernos incluidos los más poderosos, no tienen otra opción sino que contribuir a la “política interior planetaria”. Lo que en términos locales significa que a través de una serie de cambios institucionales deben acceder a los dictados de los Señores del Mundo.

Por encima de los gobiernos, los Parlamentos, los Jueces, los periodistas, los sindicatos, los intelectuales, las iglesias, las fuerzas armadas o los científicos, los que reinan son los mercados financieros. Además, las instituciones públicas se desangran. La República sufre de anemia. Ella será muy pronto reducida al estado de un fantasma.

Las arrogantes determinaciones de los grandes foros empresariales confirman la agonía de la democracia política y del Estado Nacional Territorial que hasta el momento han asegurado su sobrevivencia.

III

LA DESTRUCCIÓN DE LOS SERES HUMANOS

El hambre, las epidemias, la sed y los conflictos locales derivados de la dominación y la miseria destruyen cada año casi tantas mujeres, niños y hombres como la Segunda Guerra Mundial durante seis años. Para los pueblos del Tercer Mundo la Tercera Guerra Mundial sin duda que ya comenzó.

Durante la Segunda Guerra Mundial fueron muertos 16 a 18 millones de combatientes y varias decenas de millones quedaron heridos o mutilados.

La población muerta se calcula entre 50 y 55 millones.

De acuerdo a cifras entregadas por la ONU para el año 2001, se calcula que en los 122 países del Tercer Mundo han muerto por causas inducidas por el subdesarrollo y la miseria extrema más de 58 millones de personas. Los inválidos graves o mutilados derivados por carencia de alimentos, de medicamentos o tratamientos, se calcula en 1.000 millones.

Por estos motivos se habla de un tipo de capitalismo asesino. Veamos cómo funciona este capitalismo de nuevo tipo.

1. Los Estados del Tercer Mundo se pelean entre ellos para atraer inversiones productivas controladas por empresas de servicios del extranjero. Para ganar esta batalla no se hacen problema en reducir la protección social, las libertades sindicales, el poder de negociación de los trabajadores autóctonos ya bastante disminuidos.

2. En Europa, las empresas de producción, de gestión y otras proceden a la deslocalización de sus instalaciones en busca de países donde pagan salarios miserables y nada de protección social. Ante estos hechos, los gobiernos europeos comienzan a ceder a las exigencias empresariales bajando la protección social, que asegura los beneficios para los trabajadores; en resumen, precarizan el mercado de trabajo local.

3. Los trabajadores de los diversos pueblos entran en competencia entre ellos, para asegurar el empleo y un ingreso para sus familias. Con esto se provoca la competencia desenfrenada entre los trabajadores, la desmovilización y muerte del sindicalismo. En resumen: se produce el consentimiento vergonzoso y a veces desesperado de los trabajadores en la destrucción de su propia dignidad.

4. Al interior de las democracias Europeas se produce la fractura del movimiento sindical entre los que tienen empleo estable y los que se encuentran en situación precaria, rompiéndose con ello la solidaridad.

Se produce un antagonismo entre los trabajadores del sector público y los del sector privado y, lo más grave, entre el trabajador autóctono y el trabajador emigrado, surgiendo de esta forma la renovada serpiente del racismo entre los trabajadores.

Al interior de los países industrializados se va pro duciendo una fuerte diferencia entre los que tienen trabajo estable y un empleo precario. La cantidad de cesantes ha aumentado a 40 millones.

En USA, el poder adquisitivo ha bajado en un 14% para los trabajadores.

En Francia, hay cerca de 90.000 personas, incluidos 16.000 niños, que duermen en albergues.

La maximalización de la ganancia, la acumulación acelerada de la plusvalía, la monopolización de las decisiones económicas son contrarios a las aspiraciones profundas y a los intereses de las grandes mayorí as.

La racionalidad mercantil arrasa las conciencias, destruye y aliena al ser humano y desvirtúa la aspiraciones libremente decididas por los pueblos.

La lógica mercantil apaga la libertad irreductible del ser humano, reduciéndola a su funcionalidad mercantil. “Las potencias extranjeras” son los grandes enemigos de los países y de los pueblos que ocupan.

Hay más de 30 millones de trabajadores esclavos encerrados en condiciones miserables, en estas 850 “zonas especiales” de 70 países, según datos de la O.I.T.

El 65% de los juguetes importados que compra la Unión Europea provienen de estas zonas; monopolizadas por dos grandes compañías, una de ellas es la de las conocidas muñecas Barbie.

En el caso de China, hay numerosas de estas “zonas especiales” para fabricar juguetes; con un sistema casi esclavo y donde la mano de obra no recibe mas del 6% de la renta del producto final en las tiendas europeas. Hay una adecuada articulación del capitalismo globalizado con la estructura del Partido Comunista Chino.

En lo concerniente al capital industrial, la mundialización está menos avanzada. Las empresas de producción y de servicio verdaderamente globalizadas son todavía poco numerosas. Existe una red que es débil para la producción mundializada en el planeta. En torno a estas sitios con instalaciones industriales que utilizan una tecnología de punta se extienden grandes desiertos y grandes conglomerados humanos que viven una economía de subsistencia o hacinados en condiciones de miseria.

El capital financiero trabaja con un gran sentido del tiempo y del espacio, penetra en un mundo y espacio cibernético virtualmente unificado y además se ha ido autonomizando gradualmente: millones de millones de dólares “flotan” de esta manera sin ataduras, en total libertad. El proceso no es reciente, pero se acelera de manera impresionante. La revolución de la telefonía, la transmisión de datos en tiempo real, la numeralización de textos, sonidos e imágenes, la miniaturización extrema de los computadores y la generalización de la informática hacen prácticamente imposible el control del movimiento de capitales, más de 1.000 billones de dólares por día. Ningún Estado por poderoso que sea, ningún parlamento, puede pretender ejercer un control sobre sus movimientos.

La vitalidad y la inventiva de los mercados financieros es enorme. Nuevos productos aún más sofisticados que los anteriores se suceden vertiginosamente. Tomamos por ejemplo la galaxia de los productos “derivados”; se puede comprar a futuro una producción de cualquier tipo y en cualquier lugar.

La locura reside en que se puede montar una operación especulativa sobre cualquiera de estos productos derivados invirtiendo sólo el 5% del dinero propio. El resto se hace a crédito. Se puede especular sobre productos derivados de otros productos derivados y así sucesivamente...

Estos nuevos genios de las finanzas corren como pilotos de Formula 1 especulando en las diferentes bolsas de Comercio del Mundo; que por las diferencias horarias funcionan prácticamente todo el día.

Estos corredores (T raders) son como la quinta esencia del capitalismo financiero; los anima una pasión demencial por el poder y la ganancia, los devora una voluntad compulsiva por aplastar al competidor. Se mantienen despiertos por las anfetaminas y producen oro del viento. Se crean verdaderas pirámides de utilidades que son virtuales y especulativas.

Hay una pesadilla que preocupa a los responsables de los bancos centrales: que el sistema capitalista como tal pueda ser barrido una mañana por las reacciones en cadena y los quiebres sucesivos y/o simultáneos de estas pirámides de créditos, por la acción desquiciada o criminal de estos Traders.

A pesar de las medidas que toman los Bancos Centrales para regular los cambios y las tasas de interés, en la práctica los movimientos de la Bolsa están ligados a reacciones afectivas, a “intuiciones”, a rumores que gobiernan la imaginación de los actores.

Del total del dinero movido en el año 2001, sólo el 13% correspondió a una economía real, con generación de mercancías, empleo o valores.

A comienzos del siglo XX se decía que la riqueza era una cadena de hombres creadores de valores (Max Weber) ¡Nada de eso existe hoy en día!

En nuestros días, la riqueza es el fruto de actuaciones imprevisibles de especuladores erráticos y cínicos, obsesionados por obtener a cualquier precio la maximización de la ganancia.

El globo especulativo se infla sin cesar. La economía virtual tomo el lugar de la economía real.

IV

LA DEVASTACIÓN DE LA NATURALEZA

La mano invisible del Mercado globalizador no destruye solamente las sociedades humanas. También masacra la naturaleza.

Entre todos los desastres inflingidos a la naturaleza por el capital financiero internacional, tomamos como ejemplo la devastación de las selvas vírgenes del planeta. En la sobre explotación, las destruyen. En otras ocasiones las hacen desaparecer para tener territorios para la crianza extensiva de vacunos.

En la actualidad, los bosques tropicales no cubren más allá del 2% de la superficie del planeta y, a pesar de ello, contienen más del 70% de todas las especies animales y vegetales existentes.

Los bosques amazónicos constituyen la Selva Virgen más grande del mundo. Sin embargo, el proceso de desvastación continua a pesar de las leyes que lo prohíben. Esto se debe a la presencia de las multinacionales y a la corrupción de las autoridades locales y del Estado.

La Selva Amazónica es el pulmón del Planeta.

Las consecuencias climáticas de la destrucción de los bosques tropicales por las depredadoras empresas transnacionales de la madera y de la crianza de ganado son desastrosas. La desaparición progresiva de las selvas vírgenes tropicales perturba el clima. Las sequías terribles van destruyendo las tierras fértiles con lo que ponen a la humanidad en peligro de subsistencia.

Provocan grandes desastres en las tierras de África del Norte (73% de las tierras son desierto), en Asia, mil millones de personas sufren de estos efectos de la desertificicación. En los comienzos del Siglo XXI varios cientos de millones de personas no pueden acceder al agua potable.

Los habitantes de los pueblos afectados por la desertificación comienzan a migrar en busca de agua o de alimentos. Muchos son los que llegan a las grandes ciudades donde forman “cordones” de miseria.

Se calcula que hay, por lo menos, 250 millones de personas vagando en busca de agua y alimento. Son los llamados “Refugiados ecológicos”.

Nos hemos referido sólo a algunos daños por la desertificación, pero hay una gran cantidad de ataques a la naturaleza que realizan permanentemente los depredadores.

Está el caso de la devastación del Delta del Río Níger por la compañía petrolera Shell.

Nigeria es un país de 100 millones de habitantes, el cuarto productor de petróleo del mundo. Desde hace 20 años es gobernado por dictadores militares, con apoyo de las grandes compañías multinacionales del petróleo.

El Delta del Río está habitado por un pueblo activo y valeroso de pescadores y campesinos que conservan una cultura milenaria.

Su entorno está hecho pedazos por la contaminación de las aguas producida por los pozos petroleros y los oleoductos. Ellos se organizaron para defender su vida y su entorno, pero han sido violentamente reprimidos por los gobiernos locales, serviles a los intereses de las grandes empresas petroleras multinacionales.

CONCLUSIÓN:

En el sentido literal de la palabra, los depredadores, hoy en día están destruyendo el planeta.

V

LA CORRUPCIÓN

La corrupción consiste en ofrecer o prometer un beneficio a un agente de la autoridad pública o de una empresa privada, a fin de que este traicione la responsabilidad que representa. El que ofrece el beneficio es el corruptor.

El que acepta y traiciona la responsabilidad de su cargo es el corrupto. El corrupto puede solicitarlo explícitamente o aceptarlo de manera pasiva. Pero el nexo de causa a efecto e ntre la aceptación del beneficio y la traición a los deberes de su cargo, es el mismo en los dos casos.

El Banco Mundial estima en más de 80 mil millones de dólares por año las sumas implicadas en transacciones de corrupción. En cuanto a los daños económicos causados por la conducta de los corruptos representan sumas realmente astronómicas: facturas sobrevaloradas, aceptación de productos inadecuados, permisos, concesiones fraudulentas, etc. Los que al término de esta cadena pagan el proceso son los pueblos y generalmente los pueblos más desfavorecidos.

Mientras más pobre y endeudado es el país, generalmente es más lujoso el tren de vida personal de sus líderes, de sus familias y sus cortesanos.

Algo parecido sucede con los gobernantes de países imperialistas o colonialistas.

Pero la práctica de la corrupción de manera regular tiene consecuencias aún más graves: destruyen los lazos de confianza indispensables entre los ciudadanos y el Estado. En este sentido la corrupción constituye una de las causas esenciales del debilitamiento del Estado Nacional.

Los depredadores utilizan la corrupción como un medio privilegiado de dominación. Pero la responsabilidad no es solamente de ellos en las distorsiones, perversiones y miserias físicas y morales provocados por la corrupción. Existe una “responsabilidad aplastante”, en ciertas elites del Tercer Mundo. Importantes y engañosos “cleptócratas” ayudan a la devastación en sus propios países en el Tercer Mundo. Las relaciones que

ellos establecen con sus cómplices en el hemisferio norte son complejas. La frontera entre corruptores y corrompidos no es nítida.

La mayor parte de estos grandes cleptócratas no tienen una formación económica o financiera. Se debe normalmente a la violencia bruta con la que han accedido al poder. Su interés está centrado en el enriquecimiento personal.

Un caso muy conocido es el de Mobutú que despojó a Zaire (hoy República Popular del Congo) de 4.000 millones de dólares. Su única formación era como sargento del ejercito colonialista Belga.

Es el caso de Somoza en Nicaragua, de Jean Claude Duvalier (Baby

Doc) que era casi analfabeto y gobernó Haití con mano muy dura.

Para saquear sus países y crear fuera de sus fronteras enormes conjuntos de empresas y personas que las gestionen, estos cleptócratas recurren a los servicios de expertos de los grandes bancos y de sociedades financieras transnacionales. Estas grandes sociedades y bancos necesitan dinero y capitales robados por estos cleptócratas y con esas comisiones que perciben siguen haciendo acciones especulativas.

Un caso famoso fue el de Ferdinando Marcos, en Filipinas, que en asociación permanente con banqueros suizos robó unos 1.500 billones de dólares que fueron lavados y convertidos en diversas empresas y sociedades de apariencia legal. Sólo una parte de ese robo pudo rescatarse para el presupuesto fiscal de Filipinas.

Filipinas es uno de los países más pobres de Asia, con grandes problemas de alimentación, trabajo, salud, etc. Hay fuertes movimientos islámicos de resistencia al interior de numerosos archipiélagos que forman parte de su territorio.

La corrupción enorme llevada a cabo por Marcos y los depredadores de los Bancos Suizos, parece directamente responsable de la amenaza de desintegración que sufre el país y de la escandalosa miseria que sufre la población, con la consiguiente propagación del terrorismo.

La prevaricación de las “elites” y la corrupción en gran escala son flagelos permanentes en numerosos países del Tercer Mundo. Pero la resistencia existe. Desde el seno de los pueblos surgen voces que se elevan dentro y fuera de pueblos explotados, humillados por los corruptos y los corruptores, con el fin de liberar al Estado de esos chacales y de esas hienas.

Durante decenios la actitud de los dirigentes de las multinacionales ha sido la siguiente: la corrupción es un mal necesario, para asegurase un mercado – en especial en los países del sur – es necesario “aceitar” a una parte de los ministros, jefes de estado, dirigentes religiosos o económicos.

Esta “ayuda” a la decisión es evidentemente variable, se adapta a las circunstancias y no tiene reglas fijas.

Si se trata de venta de armamento pesado o sofisticado, se puede estar hablando de un soborno de hasta un 40% del total de la operación. En todo caso ninguna operación seria o de envergadura puede finiquitarse sin este porcentaje de “ayuda” extralegal.

En 1993 se creó “transparencia internacional” con sede en Berlín y que se dedica a seguir las operaciones en muchos países a fin de detectar irregularidades y denunciarlas. Trabaja con voluntarios y colaboradores locales con una estrategia muy similar a la de Amnistía Internacional.

A partir de 1995 publica un libro sobre la corrupción, con todos los datos e información de los comités nacionales; se elabora en Berlín un Boletín en donde se plantea una escala de países mas corruptos hasta aquellos en que el flagelo es menos.

También publican una especie de manual para ayudar a detectar casos de corrupción en los diversos países.

La mayor parte de los países industrializados prohíbe y castiga estas prácticas en sus territorios y en sus legislaciones.

Para ejercer la corrupción en los países del Tercer Mundo, las grandes compañías de USA y Europa establecen compañías paralelas en paraísos fiscales en lugares que ellos controlan. Son estas empresas “fantasmas” las que efectúan estos pagos ilegales y de esta manera sus casas matrices quedan fuera de toda duda en cuanto a su transparencia.

EN RESUMEN:

En desmedro de las medidas tomadas por algunos, en el nombre mismo de los principios sobre los cuales avanza la mundialización liberal, la hipocresía de los depredadores triunfa y prospera.

La corrupción igualmente.

VI

LOS PARAÍSOS DE LOS PIRATAS

Entre los depredadores y los Estado Republicanos y democráticos la incompatibilidad es total. Los señores quieren instalar un gobierno con estado global, un gobierno planetario sin estados, donde algunas reglas indispensables para el buen funcionamiento del capitalismo financiero monopólico – sus inversiones, comercio, protección a la propiedad intelectual, etc. – serán fijados por la OMC u otros agentes que trabajan a su servicio.

Los valores principales que imponen los principios de la privatización del mundo son la maximización de la ganancia, la expansión constante de los mercados, la mundialización de los circuitos financieros, la aceleración del ritmo de acumulación y la liquidación más completa posible de toda instancia, institución u organización susceptibles de desacelerar la libre circulación del Capital.

El fundamento del Estado Republicano y democrático, por el contrario, es la defensa del bien público, la defensa y renovación del interés general, la protección de la nación, la soberanía territorial y la solidaridad.

Años – luz separan las concepciones sociales de las oligarquías, de las de los demócratas o más generalmente de los partidarios de la primacía de la formación estatal. La confrontación ha tenido lugar en un terreno privilegiado: los impuestos y la fiscalización. Para la mayor parte de los piratas es esencialmente intolerable pagar impuestos o cualquier tipo de gravámenes. Ellos consideran los impuestos como una confiscación. El señor se ve al él mismo como el único motor de la economía y considera a los funcionarios del Estado como seres inútiles, derrochadores, arrogantes y por fin: dañinos.

Para el depredador, el inspector fiscal es la encarnación del mal.

¿Transferir por la fuerza una parte sustancial de sus ganancias a la máquina

ineficiente y superflua del Estado? ¡Visión de horror! En resumen, para el

Depredador el impuesto es un robo.

Tanto en el norte como en el sur, el combate principal de las oligarquías contra los poderes públicos se centra en los impuestos. Combate muchas veces victorioso, desgraciadamente.

Los más poderosos entre los depredadores recurren a un método radical: instalan una o varias sociedades holding para gobernar sus empresas desde paraísos fiscales. De esta manera escapan a toda forma de impuestos o de fiscalización pública a sus actividades.

Estos paraísos fiscales son muy conocidos: Islas del Caribe o de la

Mancha, Bahamas, Bermudas, Islas Vírgenes, Curacao, Aruba, etc.

El caso de Las Bahamas, lugar donde llegaron los españoles, mataron la población autóctona y por mucho tiempo quedó despoblada y fue refugio de piratas que se escondían para asaltar los galeones españoles que llevaban oro a la Madre Patria.

Ahora es un paraíso fiscal, luego que en 1973 obtuvieron la independencia de la Corona Inglesa.

Sus leyes permiten la existencia de compañías financieras sin dar nombres de sus dueños, directores ni operaciones bancarias.

Este es un paraíso fiscal casi al exclusivo servicio de los poderosos piratas, ya que la mayor parte de ellos tiene horror a la publicidad. La legislación de Bahamas autoriza la realización de las Asambleas de estas compañías por teléfono.

Para los grandes banqueros estos paraísos fiscales son una de las grandes conquistas de la civilización.

Sin embrago, estos paraísos fiscales como las Bahamas y otros, pueden constituir un peligro mortal para el capitalismo mundializado; ya que gracias a la rapidez extrema con la que circulan los capitales alrededor del mundo, con las facilidades extremas que ofrece el espacio cibernético unido; la imposibilidad técnica de controlar la identidad de los capitales en constante migración, la simbiosis entre capitales de origen legal y capitales de origen criminal está hoy día casi generalizada.

A través de su potencia financiera gigantesca, la criminalidad organizada influencia secretamente toda nuestra vida económica, el orden social, la administración pública y la justicia. En algunos casos ella dicta sus leyes y sus valores a la política. De esta manera va desapareciendo gradualmente la independencia de la justicia, la credibilidad de la acción política y finalmente la función protectora del Estado de Derecho.

La corrupción llega a convertirse en un fenómeno aceptado, lo que puede llevar a la institucionalización del crimen organizado.

En los paraísos fiscales los capitales legalmente acumulados se mezclan con los capitales de la trata de seres humanos, el tráfico de armas, de materiales nucleares, de estupefacientes, de chantaje y de crímenes.

La criminalidad organizada, se debe al capitalismo agresivo del cual se nutre y le prestan gran utilidad.

Sin los paraísos fiscales, es evidentemente claro que los carteles transcontinentales de la criminalidad organizada, no podrían prosperar. Ellos representan de esta manera una amenaza mortal para los propios Amos del Mundo.

TERCERA PARTE

LOS MERCENARIOS

Arriba y abajo son dos lenguajes, Dos pesos, dos medidas

Los hombres tienen el mismo rostro

Y ellos no se reconocen más Pero los que están abajo son mantenidos abajo Para que permanezcan arriba los que ya están ahí

Bertolt Brecht

Santa Juana de los Mataderos

I

LA OMC COMO MÁQUINA DE GUERRA

Habitamos un mundo donde es infinitamente más grave violar una regla de Comercio Internacional que un derecho humano. La Organización Mundial de Comercio (O.M.C.) es sin lugar a dudas la máquina de guerra más eficiente en manos de los depredadores.

Gracias a la unificación progresiva de los mercados, el volumen de comercio mundial ha aumentado sin cesar y de manera cada vez más rápida en estos últimos diez años. Al mismo tiempo cambia la estructura del comercio mundial; otorgando un lugar cada vez más privilegiado a las sociedades transcontinentales privadas.

Entre 300 y 500 empresas norteamericanas, europeas y japonesas dominan el comercio.

- Un tercio del total del Comercio se efectúa al interior de las mismas sociedades transcontinentales, que están organizadas de manera descentralizada. La mayor parte de sus instalaciones de negocios, usinas, sociedades de comercio y otros (profit – centers) funcionan de manera casi autónoma y comercian entre ellas o con el holding matriz.

- Otro tercio del comercio se efectúa entre las sociedades transnacionales.

- Solo un pequeño tercio de intercambio de bienes y servicios se efectúa en el sentido clásico del término: intercambio entre Estados, entre empresas con mayor parte de capital nacional.

No es de extrañar que la OMC sea la exacta visión del mundo de los Señores del Capital mundializado: la mundialización como la libertad para los grupos financieros para invertir donde les parezca, por el tiempo que les parezca, para producir lo que quieran, aprovisionándose o vendiendo donde les sea conveniente; soportando las nuevas restricciones posibles en materia de derechos del trabajo y convenciones sociales.

La OMC sucedió al GATT, mejorando y ampliando sus objetivos fundamentales: promover la liberalización más extensa posible en materia de

circulación de capitales, de mercancías, de servicios, etc. Pero existe una diferencia fundamental entre el GATT y la OMC. El GATT era una simple unión aduanera, en tanto que la OMC es una organización interestatal con amplio poder de coerción y de sanción; que fija las reglas del Comercio Mundial, extendiendo su ámbito a diferentes esferas y productos. Es una formidable máquina de guerra al servicio de los depredadores.

Es una organización eminentemente administrativa, un conjunto de convenciones comerciales en evolución permanente, en “perpetuo proceso de negociación”.

La OMC con sede en Ginebra, funciona con diversos comités y reuniones de los embajadores permanentes que mundialmente representan a los Estados y Compañías poderosas.

El objetivo principal de la OMC en sus negociaciones es la reducción del Poder del Estado y del Sector público en general. La desregulación y la privatización son sus principales instrumentos.

Los Estados que tienen un carácter frágil, una industria naciente, tienen interés en mantener barreras aduaneras para proteger su economía. Pero

¿tienen posibilidad real de oponerse a la OMC? La respuesta es NO: USA, Canadá, Japón y la Unión Europea controlan el 80% del Comercio Mundial. Resistir a sus presiones equivale a un suicidio.

En algunas ocasiones se han logrado ciertos acuerdos en países africanos para defenderse de los cultivos transgénicos que no le permiten al campesinado tener semillas de su cosecha para el próximo período o defenderse del monopolio farmacéutico, incluso de productos que son parte de su cultura. Generalmente estas iniciativas han fracasado.

La OMC, actúa ciertamente en representación de los Estados; para que sirvan los intereses de las grandes compañías transnacionales que dominan las respectivas economías nacionales. Es la racionalidad de las transcontinentales lo que domina; jamás la de los pueblos, ni de sus respectivos estados. Sus grandes ejecutivos aspiran a un mundo en que la mano invisible del mercado pueda resolver todos los problemas de la pobreza y de la riqueza, de la salud y la enfermedad, de la supervivencia y del hambre.

Los países del Norte subsidian los productos agrícolas y a sus agricultores y de esta forma invaden a los países pobres con sus excedentes agrícolas que llegan a precio mucho más bajo que los que tienen los países

pobres. Muy escasamente los productos agrícolas de los países pobres pueden llegar a un mercado del Norte.

Otro gran negocio que impone la OMC es la “biopiratería” que favorece a las grandes multinacionales farmacéuticas, con la imposición de patentes exclusivas que impiden a los países pobres elaborar fármacos a bajo precio para hacer frente a sus necesidades. Un caso emblemático es la triterapia contra el SIDA, que es monopolio de grandes compañías, que fijan precios inalcanzables para los enfermos de países pobres.

Tanto la estructura de la OMC como los mecanismos para resolver las diferencias o conflictos en el comercio, están diseñados de tal manera que los hace muy onerosos y difíciles para los países pobres; que además no cuentan con representación permanente ni con los expertos necesarios que los representen en los órganos de la OMC.

En general, en la OMC los países ricos deciden y los países pobres los siguen y muy excepcionalmente logran ganar algún litigio menor; pero jamás logran sacarse la camisa de fuerza que les colocan las disposiciones de las sociedades transcontinentales privadas.

Descartando expresamente las solicitudes de los movimientos ecologistas y de las organizaciones solidarias del Tercer Mundo, los Señores del mundo han rehusado incluir en la carta de la OMC una cláusula social y una cláusula ecológica. Estas dos cláusulas habrían por tanto permitido excluir la libre circulación de mercancías producidas en condiciones sociales o ecológicas intolerables.

TOMEMOS DOS EJEMPLOS:

- En el Valle de Indus en Pakistán se confeccionan alfombras con finos hilos de seda. En su elaboración trabajan niños menores de 15 años con salarios miserables. Deben ser niños y niñas pequeños porque se necesitan dedos finos para tejer los delicados hilos y además el trabajo es dañino para la vista; muchos niños quedan ciegos y los patrones los devuelven a sus familias. Estas alfombras se venden a precio de oro en París, N. York o en Londres.

- En China, donde se practica el capitalismo salvaje con un Estado poderoso; hay cientos de miles de prisioneros políticos, religiosos o de etnias excluidas que trabajan en grandes campos encerrados produciendo piezas para los artículos electrodomésticos que luego son

vendidos por el Estado Chino en Corea, Japón o Singapur. Gracias a la OMC estos productos del trabajo esclavo tienen libre acceso al mercado mundial.

Susan George resume a través de una hermosa formula el “pecado original” de la OMC: “la realidad del comercio actual se explica así: una vez que un producto llega al mercado, pierde todo recuerdo de los abusos que se han cometido en su elaboración, tanto en el plano humano como en el de la naturaleza”.

Los dirigentes de la OMC están muy orgullosos de lo que ellos llaman “la democracia integral” en la que se requiere el acuerdo de la totalidad de los miembros para adoptar una decisión importante. Lo que aparentemente es un gran logro, si lo miramos de cerca nos damos cuenta de que se trata de una hipocresía total: los Estados del Norte y las transcontinentales controlan el

82% del Comercio total del mundo. Es así como ellos ocupan una posición dominante sin contrapeso en la OMC y pueden determinar la tempestad o el buen tiempo desde su fortaleza en Ginebra. Si algún estado de la periferia tuviera la osadía de oponerse, es víctima de las presiones y exigencias de restauraciones o compensaciones bilaterales.

El chantaje que ejercen permanentemente los ricos contra los pobres aseguran la “unanimidad” de la fachada de la OMC, la famosa “Democracia Integral”.

En una entrevista a Mike Moore, uno de los grandes líderes de la OMC, al preguntársele acerca de las grandes lecciones que se podían obtener del fracaso de la reunión ministerial de Seattle en diciembre 1999, respondió: “la agenda era demasiado ambiciosa y los objetivos de cada país eran muy dispares. Eso exige muchas concesiones de una parte y de la otra... a esto hay que agregar que los países que no tienen misión permanente en Ginebra, no pueden comprender las encrucijadas de Seattle.

Mike Moore dijo claramente: los que no tienen los medios financieros necesarios para participar realmente en la vida internacional, los expoliados, no pueden comprender jamás nada de los aspectos centrales de la OMC.

Moore no está del todo equivocado en sus apreciaciones: la parte del Comercio mundial asegurada por los 49 países más pobres del mundo, se elevó exactamente al 0,5% del total, según los estudios de la conferencia de la ONU sobre el Comercio y el desarrollo: CNUCED.

Una formidable hipocresía gobierna las relaciones entre las potencias dominantes de la OMC y los países desprotegidos. Los acuerdos que estos últimos están obligados a suscribir les imponen de hecho “un desarme económico unilateral”.

Sometidos a la liberalización forzada de sus economías, estos países deben abrir sin restricción sus territorios para las implantaciones de usinas extranjeras y la importación de bienes, capitales y patentes.

Ningún país se ha desarrollado por la simple virtud del libre intercambio. Para que una industria naciente pueda vivir y desarrollarse, el país que la tiene debe tener el derecho de protegerla a través de impuestos aduaneros para los productos extranjeros que son competencia. Esto lo prohíbe la OMC.

La mayor parte de los países pobres son agrícolas y representan el

87% de los países del mundo. Los países del Norte, con un poder de compra

elevado, cierran sus fronteras y mercados a los productos agrícolas y agro- alimentarios del sur.

Simultáneamente los países ricos subvencionan la producción y la exportación de sus productos agrícolas, estos bienes excedentes se dirigen al Tercer Mundo procurando la destrucción de las frágiles estructuras agrícolas autóctonas.

La fuente que genera la miseria está en el abismo entre la retórica y la realidad de un orden internacional liberal. En ningún aspecto este abismo es tan flagrante como en el sistema comercial internacional.

CONCLUSIÓN

Todos estamos de acuerdo en la necesidad de que exista comercio entre las naciones. La autarquía o el proteccionismo total es generador de miseria. Nadie quiere atrincherarse en sus fronteras o volver a las guerras comerciales.

Se necesita un comercio internacional con reglas, convenciones y acuerdos entre los sectores. Nadie desea la ley de la selva pero la hemos visto: La OMC es liberticida. Ella crea y legitima la tiranía de los ricos sobre los pobres.

Es urgente suprimir la OMC, necesitamos reglas, pero no las de la OMC!

II

UN PIANISTA EN EL BANCO MUNDIAL

Los mercenarios de la OMC se ocupan de la circulación de los bienes comerciales; los del Banco Mundial y del FMI se ocupan del flujo financiero. El FMI y el Banco Mundial (BM) forman las dos más importante instituciones de “Breton Woods”.

El término “Banco Mundial” es impreciso. Oficialmente la institución se llama “El Grupo Banco Mundial”. Este grupo comprende al Banco para la reconstrucción y el desarrollo, la asociación Internacional para el Desarrollo, la Compañía financiera internacional, la agencia multilateral para la garantía de la inversión y el Centro Internacional para la gestión de conflictos relacionados con la inversión.

En sus propias publicaciones el Grupo utiliza el término “Banco Mundial” para designar el Banco Internacional para la reconstrucción y el desarrollo y la Asociación Internacional para el Desarrollo.

El Banco Mundial ejerce un poder inmenso sobre el planeta. Cubre créditos a los países pobres, en especial para inversiones de infraestructura.

Existe una alianza estratégica entre el BM y Wall Street. Funciona con criterios estrictamente bancarios.

Aunque parezca una ironía, una buena parte de los capitales del BM es provisto por los Bancos Suizos, con fondos provenientes de las dictaduras o los negocios sucios de Asia, África y América Latina.

La “época de oro” del BM se desarrolló entre 1968 – 1981, bajo la presidencia de Robert McNamara, ex Ministro de Defensa de Kennedy y de Jhonson.

Robert McNamara ha muerto más gente a la cabeza del BM que como Ministro de Defensa de USA, incluida la masacre de Vietnam. Ha empujado a los países del Tercer Mundo a aceptar las condiciones que conllevan los créditos del BM; a transformar sus economías tradicionales con el fin de maximizar la especulación económica y el comercio mundial. Los que se resistían eran abandonados a su suerte.

El Tercer Mundo se encuentra actualmente con muchas represas abandonadas, con rutas que están en ruina y no llevan a ninguna parte, con edificios con oficinas vacías, con bosques y campos arrasados con deudas monstruosas que jamás podrán rembolsar. Tales son los frutos envenenados de la política del BM desde la época de McNamara hasta estos días. A pesar de lo grande que fue la destrucción sembrada por este hombre en Vietnam, fue sobrepasado durante su mandato en el Banco Mundial. No solo destruyó aldeas, sino que destruyó economías enteras.

El director actual es James Wolfensonh, un multimillonario australiano, banquero de Wall Street, ideólogo e imperialista de alma; es también un artista consumado. Al comienzo fue un pianista, ahora interpreta el violonchelo y desempeña una intensa actividad como compositor.

Uno de los planteos ideológicos del “pianista” Wolfensohn y sus colaboradores, es lo referente a generar un gobierno mundial sin Estado y es fiel seguidor del consenso de Washington.

La racionalidad bancaria del BM significa en la práctica la explotación siste mática de las poblaciones pobres y la apertura obligada de los países del Tercer Mundo a los depredadores del Capital Mundializado.

Al igual que la OMC y el FMI, el Banco Mundial es un bastión del dogma neoliberal. Impone en todas circunstancias a los países deudores los consensos Washington: privatización de los bienes públicos y de los Estados, imposición del Imperio de los Nuevos Amos del Mundo.

Para hacer frente a los daños humanos y ecológicos de los grandes proyectos que ha impuesto el BM en el Tercer Mundo, su director – pianista, creó un “Departamento Social” encargado de evaluar el impacto de cada gran proyecto de inversión sobre la población, el clima, la forma de vida, etc. invitando a dar opinión a las ONG ecologistas o defender los derechos humanos.

En la práctica, sus sugerencias o conclusiones no pueden impedir la construcción de grandes obras, de grandes complejos industriales, arrasar con los bosques o modificar el curso de las vías. La decisión de los banqueros es siempre soberana.

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El Banco Mundial ha creado ONG que se ocupan de amortiguar los efectos sociales de las grandes inversiones en los países pobres. Algunas de ellas son financiadas por fundaciones de dudosa reputación y sirven a las

políticas y a los intereses de las grandes multinacionales y en particular del “pianista director”; recibiendo a cambio un generoso financiamiento. Estas ONGs se encargan de hacer más dulce la depredación y son cómplices directos de los Amos del Capital.

Otro efecto de la manipulación de ciertas ONG por el “pianista”; es que numerosos dirigentes y cuadros de estas ONG consultadas como “expertos” por el Departamento Social, son luego integrados discretamente en los niveles superiores del BM. Ellos compran una bella carrera en el BM haciendo críticas “mesuradas, razonables y competentes” a los proyectos de inversiones y a la política de privatización.

A nivel del BM existe la unidad de Sociedad Civil; que es un Departamento encargado de selección, relaciones y para supervisar a las ONG.

El Banco mundial es un instrumento al servicio de las grandes multinacionales, le sirve como instrumento para convencer o imponer grandes proyectos que significarán la destrucción de enormes regiones en países del Tercer Mundo.

Un caso muy escandaloso fue el de la construcción de un oleoducto entre el Chad y Camerún; pasando por selvas vírgenes donde habitan los pigmeos, desde hace 4.500 años. El BM ofreció ayudas sociales a los gobiernos; una parte importante la usó el Dictador del Chad para comprar armas y exterminar a una gran parte de su propio pueblo.

Otra de las tantas hazañas del Pianista Wolfensohn, Director del Banco Mundial.

III

LOS PIRÓMANOS DEL FMI

Una democracia muy particular reina en el seno de Fondo Monetario Internacional (FMI). Cada uno de los 183 Estados miembros vota según su poder financiero respectivo: 1 dólar = 1 voto. Lo que hace que USA posea un

17% de los votos. Su potencia financiera y el hecho de que el dólar juegue el

rol de moneda de venta internacional, le confiere un poder determinante en el seno de la Organización.

Los mercenarios del FMI son de buena manera los super bomberos del sistema financiero internacional. Pero llegada la ocasión ellos no pierden oportunidad de convertirse en pirómanos...

En tiempos de crisis agudas intervienen en plazas financieras exóticas; ellos velan antes que nada para que ningún especulador internacional pierda su partida inicial.

Tienen razón los críticos y escépticos frente al FMI, cuando plantean que los gobiernos de los países ricos lo que buscan antes que nada es tratar de evitar que los bancos occidentales puedan sufrir pérdidas en alguna crisis.

Sin dejar de reconocer que algunos planteos que hace el FMI aparecen como interesantes en relación a mejorar la infraestructura de los países pobres, a luchar contra la inestabilidad monetaria, contra la corrupción, las políticas que ellos aplican e imponen significan normalmente transferencia de recursos de los países pobres a los países ricos.

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Veamos el caso de América Latina

- En la década del ’70 la deuda acumulada de los Estados de América

Latina se elevaba a 60 billones de dólares.

- En 1980 está cifra era de 240 billones de dólares.

- 10 años más tarde esta suma se había más que duplicado: 443 billones de dólares en 1990.

- Hoy en día, la deuda exterior de América Latina oscila alrededor de los 750 billones de dólares.

Esta deuda tiene su origen en la transferencia de aproximadamente 25 billones de dólares por año a los acreedores, desde hace 30 años.

En resumen, desde hace 30 años el continente ha tenido que destinar para la deuda externa, entre el 30 a 35% de su presupuesto, obtenido de la exportación de sus bienes y servicios.

En el año 2001, cada habitante de América Latina debe en promedio

2.550 dólares a los acreedores del Norte.

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Entre los numerosas catástrofes provocados por los bomberos pirómanos del FMI en América Latina, evocamos en primer lugar la más espectacular, la de Argentina.

Acosados por una deuda externa desmesurada y practicando una estrategia desenfrenada de privatización del sector público y de desregulación de los mercados financieros, la Argentina – anteriormente próspera – ha seguido las órdenes de la fórmula del FMI. Decidió política monetaria y financiera al servicio en primer lugar de las grandes sociedades transcontinentales, extranjeras, principalmente norteamericanas.

Es así como el peso argentino vivió largo tiempo en paridad con el

dólar.

En el 2001 el crecimiento económico era de menos 1,9% y el producto

interno bruto era de 7.544 dólares por cabeza. Argentina se acercaba peligrosamente a la situación de los 49 países menos avanzada del planeta.

La crisis se desencadena en diciembre 2001, la deuda externa alcanzaba los 146 billones de dólares.

Para tratar de frenar la hemorragia de dólares a los bancos de USA y Suiza principalmente, el Presidente De La Rua bloqueó las cuentas privadas, estableciendo lo que se llama el “corralito”. Esto provocó un pánico financiero, se derrumbó la economía, la cesantía saltó al 18%, los cierres y quiebres de industrias se sucedieron con rapidez.

El FMI negó cualquier posibilidad de crédito, la revuelta popular barrió con el Presidente De La Rua y varios más en corto tiempo.

En el año 2002, dos habitantes sobre cinco en Argentina, vivían en la extrema pobreza.

Durante varios decenios los países de América Latina han debido aplicar numerosos planes de ajuste estructural urdidos por los “cuervos negros” de Washington.

El FMI dictó también numerosas reformas fiscales siempre a favor del capital extranjero y las clases dominantes autóctonas. Impuso reducciones masivas a los presupuestos sociales de educación, de salud, la liberalización de las importaciones, la extensión de las tierras de plantación, la reducción de las tierras dedicadas a la producción de consumo interno y la puesta en práctica de política de austeridad de todo tipo de actividad pública.

Dos generaciones de Latinoamericanos han pagado de esta manera, con su sangre, su esfuerzo, sus humillaciones, la destrucción de sus familias, por los dictados del FMI.

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Tomemos el caso de Brasil, el gran país continente de América Latina; gobernado recientemente por un equipo de personajes brillantes intelectualmente, que resistieron a la dictadura militar en su país o en el exilio; pero que fueron rescatados por el dogma neoliberal, una vez que llegaron al gobierno. Presididos por Fernando Henríquez Cardoso, el Gobierno de Brasil (1995 – 2002) entregó el país a los depredadores. Al mismo tiempo que hacían serias críticas al Consenso de Washington denunciando la emergencia de las instituciones de Breton Woods, ellos se convirtieron en servidores serviles, para no decir aduladores a voces del departamento del tesoro de USA y sus mercenarios.

Las consecuencias fueron dramáticas: de los 173 millones de habitantes hay una buena parte que sufre de subalimentación grave, con consecuencia de invalidez o muerte. Según cifras oficiales, son 22 millones. La oposición parlamentaria habla de 44 millones. La conferencia Episcopal de Brasil señaló que son 55 millones.

En las grandes ciudades, como Sao Paulo, la burguesía es opulenta y lanza muchos desperdicios a la basura y es normal ver a los pobres y miserables abalanzarse sobre la basura para sacar alimentos descompuestos para sobrevivir.

La deuda externa de los ricos y poderosos de Brasil alcanza el 52% del Producto Interno Bruto (PIB) y los intereses a pagar representan el 9,5% del PIB.

El año 2001 el gobierno de Cardoso nuevamente se puso de rodillas frente al FMI para solicitar un crédito de 15 billones de dólares con un interés de 7,5% anual. El ministro de finanzas dio una conferencia de prensa para dar la alegre noticia de su éxito en la misión realizada en Washington. Al mismo tiempo anunciaba al pueblo la implementación de numerosas y dolorosas medidas “indispensables” y exigidas por el FMI. Ellos obedecie ron e implementaron fuertes restricciones presupuestarias. ¿En qué rubros? Salud pública, educación, formación técnica, medio ambiente! No se tocaron los privilegios fiscales ni las prebendas de la burguesía brasileña.

Todos los Ministerios de Finanzas de la mayoría de los países, siguen el dogma neoliberal; induciendo la total liberalización de los mercados afirmando que este crecimiento dará algún día la felicidad a los pueblos. Mientras tanto la miseria crece y ataca de manera terrorífica.

Una verdadera guerra de clases azota la periferia de las grandes ciudades en Brasil. En el año 2001 se registraron más de 40.000 asesinatos o muertes violentas. La criminalidad organizada transcontinental, existe en Brasil tal como en otros países. Pero la violencia que desgarra el país es producto principalmente de la extrema miseria en la que vive buena parte de los brasileños.

En Sao Paulo, los grandes ricos se desplazan solo en helicóptero; los ricos en autos blindados. Con sus casas protegidas por policías privados y grandes muros.

La mediana burguesía habita en departamentos que parecen cajas fuertes.

El resto vive como puede.

A la miseria, el gobierno responde con la represión, con cárceles, policías y jueces que condenan a una parte de la población a vivir presos en condiciones infrahumanas, peores que los campos de concentración de Hitler en la 2º Guerra Mundial.

Los funcionarios del FMI no escuchan esos clamores.

Las privatizaciones están en el corazón del dogma de los Amos y de sus mercenarios. Cada vez que un Ministro de Finanzas de un país se dirige

a Washington, para obtener un crédito o prorrogar una deuda, los perros guardianes del FMI le arrancan una parte de la industria o del sector público de su país.

El método es siempre el mismo. El FMI exige y obtiene la venta a la sociedad transnacional, generalmente de USA o Europa, de industrias o empresas de servicio (transporte, seguros, agua) relevantes de un sector rentable. Los sectores no rentables de la economía quedan bien entendido, en manos del gobierno local.

Un caso muy concreto ha sido el Brasil, que en ocho años de régimen del Presidente Cardoso ha entregado casi todo el apetitoso y rentable sector público; con excepción, por el momento de la poderosa Petrobras, defendida ardientemente por sus trabajadores y sus sindicatos.

En agosto del 2001 Brasil sufrió una gran crisis energética que lo obligó a reducir el consumo y la economía en un 20% esto como consecuencia directa del programa caótico de privatizaciones, en especial de Electrobras.

El gobierno había argumentado las privatizaciones diciendo que con esos recursos se solucionarían los problemas de los más pobres. En la práctica, una buena parte se fue a cuentas privadas en el extranjero de altos dirigentes políticos.

Con mucha razón se reprochó a los funcionarios del FMI de contribuir poderosamente a la miseria de los pueblos del Tercer Mundo, de repetir sin cesar los mismos errores y de desconectarse de la realidad. Los bomberos pirómanos del FMI parecen “autistas”. Gente inteligente que hacen cosas estúpidas con mucha frecuencia, en la medida que se desconectan de la crítica y de todo consejo externo.

Se acusa al FMI de haber provocado a través de sus intervenciones, la crisis financiera que se tragó en la década del ´90 a varias economías asiáticas y de ser directamente responsables del cierre de miles de industrias de sociedades comerciales; con el respectivo estado de miseria en que sumergió a millones de trabajadores y sus familias.

Fue el costo de Tailandia en 1997, que se extendió a Indonesia, Taiwán, Corea del Sur y otros. Con la liberalización de los mercados, los capitales se dedicaron a fines especulativos o negocios rápidos: casinos, hoteles, centros de turismo, etc. y no a inversiones de largo plazo. En un momento determinado las grandes compañías retiraron sus capitales y dejaron a los países en ruinas. Luego llega el FMI y les pasa dinero a cambio

de ajustes estructurales y sacrificios a la población pobre que ven desaparecer los servicios públicos de salud, educación, alimentación, las fuentes de trabajo, etc.

¿Por qué estas reacciones tan aberrantes de parte de los bomberos pirómanos del FMI?

- En parte se explican estas reacciones por el dogmatismo extremo, la

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