La Busquedad De Un Nuevo Equilibrio

1930-1945

Introducción

En este período hay una crisis económica que pone fin a la industria agroexportadora e impone la industrialización por sustitución de importaciones. El ejército se transforma en un actor de importancia, y surgen los primeros regímenes populistas. Una de las causas es que la Primera Guerra Mundial será le pone freno a la actividad económica latina debido a las dificultades de exportar productos nacionales. Una vez terminada, Estados Unidos pasó a ser el motor del nuevo mundo, y una gran metrópoli dentro de América Latina. Si bien luego de esto se recupera la actividad económica, la inestabilidad fue característica de la posguerra.

El fin de la industria agroexportadora

La dificultad para exportar y la declinación de los precios de los productos primarios llevan al desborde del sistema financiero dando como resultado la crisis económica de 1929 (la caída de la bolsa de valores en Wall Street) y con esto, la caída del sistema agroexportador (ya que los productos agrarios caen más que los industriales). La crisis además, fue agravada cuando se limitó el ingreso de capitales que provenían del exterior.

La reacción de los Estados

A corto plazo, la tarea más urgente de los Estados fue evitar la reacción de los productores primarios mediante la fijación de los precios, y destruyendo lo que se cosechaba en exceso (ya que los productores cosechaban más para afrontar la crisis y esto producía un declive en los precios de los productos). Es aquí entonces cuando se pierde la fe general en el liberalismo y el Estado comienza a intervenir en la economía. La imposibilidad de obtener bienes manufacturados logra que los países ya industrializados se expandan. América Latina pudo recuperarse más rápidamente que los países centrales mediante la ya nombrada industrialización por sustitución de importaciones. Pero, para lograr esto, se necesitaba un piso en el mercado mundial, cosa que países de pequeño consumo no tenían.

La Segunda Guerra Mundial y América Latina

La Segunda Guerra Mundial aísla a América Latina de Europa y Asia. La producción de la industria bélica hace avanzar a los países latinoamericanos aún en bajo nivel tecnológico favorecidos por el aislamiento (ya que lograban un avance en el mercado interno y podían exportar a nuevos mercados -como el caso de Brasil y África). Este desarrollo fue posibilitado por la creación de distintas flotas nacionales, que no hubieran podido competir en tiempos regulares contra las potencias europeas. Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial las consecuencias económicas sobre los países latinos habían desaparecido y comienzan a verse las diferencias entre los países grandes y los pequeños.

Cambios sociales de 1930 en adelante

De 1930 en adelante hay una explosión urbana. Las dificultades del sector primario para sostenerse los obligaron a migrar hacia las ciudades. A diferencia de las migraciones en el orden neocolonial, éstas serán internas en cuanto a su propia región y a otros países de América Latina. Además de esto, crecen pequeños pueblos (víctimas de la expansión económica de los grandes países) que sobreviven gracias al auge del turismo. Plasmado esto se puede ver en las “ciudades museo”. Habrá entonces una intensa actividad terciaria y trabajos de altos salarios para personas calificadas. Este dato es importante porque en esta época se produce la reunión de los trabajadores en una base común en la lucha contra las patronales y el surgimiento así del mercado de masas. El crecimiento urbano produjo entonces que las ciudades se vuelvan metrópolis y las pequeñas ciudades se vuelvan grandes ciudades.

La crisis de la infraestructura

Esta explosión urbana modifica completamente la fisionomía social, ya que los migrantes hacen crecer las masas populares y la infraestructura llega a ser insuficiente. Esto lleva a la conformación de haciendas marginales, de condiciones de vida precarias. Aquí es cuando comienzan a notarse las diferencias entre sectores populares y clase media. Estas enormes migraciones a las ciudades provocan el surgimiento de dos sociedades yuxtapuestas: una sociedad normalizada, establecida, y una sociedad anómica, por fuera.

Franklin Roosevelt y la política del buen vecino

Roosevelt es el artífice del cambio de la política del garrote a la política del buen vecino. No se buscaba la intervención directa en los países latinoamericanos pero tampoco se renunciaba a la intervención ya conseguida (como la presión política en Cuba). Mediante esto, el gobierno estadounidense buscaba neutralizar ese nacionalismo latinoamericano en contra de Estados Unidos y así también, la influencia de Gran Bretaña en América Latina. A pesar de tener una parte diplomática y directa, tenía también su parte cultural. Se fomentaba la producción (por poner un ejemplo) de películas que mostraban la “hermandad” que debía tener Estados Unidos con sus amigos Latinoamericanos.

1945-1960

El panamericanismo

Según Halperín, la política del buen vecino impulsada por Estados Unidos permitió la expansión del panamericanismo lo que a su vez se acrecentó con el derrumbe del concierto internacional luego de la Primera Guerra Mundial en donde Gran Bretaña pasa a un segundo plano tanto económico como político en las incidencias sobre América Latina. El panamericanismo es la idea de la unidad de América Latina en base a diferentes esencias, y hará hincapié en una base más regional. Era visto como una vertiente más del avance sobre América Latina de Estados Unidos, cuya presencia en términos económicos y políticos era cada vez mayor. Se crearon varias conferencias para debatir los asuntos de los países latinoamericanos en los cuales Argentina optó (en la conferencia de 1938) por imponerse al avance Estadounidense (con éxito). Con la Segunda Guerra Mundial hubo una conferencia en Panamá que concluyó con la declaración de una zona del atlántico como libre de la intervención bélica europea. Aunque el valor jurídico era dudoso (ya que ingleses y alemanes pelean en territorio latinoamericano en la batalla del río de la plata de 1939), esto significó que el panamericanismo había tomado una posición política que lo iba a transformar en una liga de neutrales.

La nueva posición norteamericana

Halperín habla de que ahora la cuestión en Norteamérica era convencer a los países latinoamericanos

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